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Decir "política" y decir "psicoanálisis" es decir "debate", es decir "polémica". Los trabajos que componen la presente sección son fieles a la hora de sostener algunos de los debates cruciales del psicoanálisis en la contemporaneidad actual. Esos debates, no siempre discursivos, sino en acto y manifiestos en los distintos fenómenos que nos atañen, toman en cada uno de los textos presentados formas diversas, pero siempre implicando algún tipo de tensión: el síntoma vs. el discurso del amo, la subjetividad moderna vs. la subjetividad posmoderna, la homogeneización vs. la singularidad, la violencia vs. el deseo, la adolescencia como síntoma vs. la adolescencia como campo de libertad. Valga decir que es política de Acheronta sostener esas tensiones y los debates que de ella deriven, con trabajos de distintas latitudes tanto geográficas como teóricas del campo del psicoanálisis, como se comprobará a poco de adentrarse en los escritos de esta sección.
El trabajo de María Teresa Ferrari, "Sostener la política del síntoma", pone en juego desde su título mismo, el sitio que quizá los tiempos corrientes reserven para el psicoanálisis, ya que no es sino desde el síntoma, desde su cara real -nos dice la autora-, donde puede ubicarse una interposición a la política del Amo, aquella que garantiza que las cosas marchen. Así, el trabajo arma un circuito de ida y vuelta entre la política del síntoma y algunas cuestiones de la macropolítica, ubicando aquello que atenta contra esa política del síntoma en los fenómenos de las impulsiones que constan en las presentaciones clínicas de los analizantes, postulando la necesidad de "construcción del síntoma" en la transferencia. De la mano de la ética del psicoanálisis, propone la posibilidad de fundar un lazo distinto del sujeto con el Amo, en tanto pueda aquel devenir advertido de su complicidad con éste, como también, por la vía de responsabilizarlo por el deseo que lo habita, permitirle el acceso a la pregunta por las consecuencias de su decir y de su actuar.
Desde Puerto Rico, Susana Sifrán nos ofrece su trabajo "El psicoanalista ciudadano en contra de la colegiación de psicólogos". La autora es convocada a la escritura por un proyecto de colegiación del senado de Puerto Rico, al que le supone la "delirante idea" de querer solucionar el deterioro de la salud mental en su país, y de reenviar a la Psicología nuevamente al "dominio" de la Medicina (y también del Estado). Su crítica echa mano a la posición ética del psicoanálisis, del discurso analítico tal como lo formula Lacan, en la opisición, el envés, de ese otro discurso que es el del Amo, particularmente el capitalista. Un ejemplo más del debate, esta vez en un país de Latinoamérica, de lo que acontece cuando el Estado se propone legislar la práctica de las profesiones cuyo hacer tienen por centro el sufrimiento humano (1).
Para presentar el texto "La subjetividad posmoderna: la forma del límite", que de Alemania nos llega por la escritura de Miklas Bornhauser y Andrea Naranjo, nada mejor que la propia introducción del mismo que hacen sus autoras: "En la actualidad, la emergencia de una serie de nuevas manifestaciones psíquicas ha puesto en evidencia las limitaciones del modelo clásico de subjetividad heredado del discurso ilustrado. Partiendo de la clínica psicoanalítica e incorporando a ella algunos conceptos provenientes de la sociología, se propone repensar la noción de sujeto, interrogando las condiciones y la manera en la que ocurre su subjetivación misma. En particular, se discute la constitución del sujeto en el lenguaje, la conformación del deseo y la relación resultante, en la actualidad, hacia la Ley. Finalmente, se plantea la emergencia de una nueva estructura subjetiva -la subjetividad del límite como modelo para pensar las manifestaciones psíquicas postmodernas". Las cuestiones sociológicas de la posmodernidad son así articuladas con el sujeto del psicoanálisis, dejando un buen margen para el debate, pues y- sólo a modo de ejemplo-, se plantea en el trabajo la constitución subjetiva en relación al Otro en tanto "social", menos que al Otro en tanto "materno", lo c ual no deja de acarrear algunos problemas teórico-clínicos de importancia fundamental para el psicoanálisis. Una vez más, bienvenido sea el debate.
Leonardo Peskin, con su trabajo "El psicoanálisis en la Argentina actual. Problemas socioeconómicos", si bien ubica el lugar y la inserción histórica del psicoanálisis en un tiempo y en un lugar determinado la Argentina hoy-, tiene el valioso mérito de borrar fronteras a la hora de situar los problemas que nuestra práctica enfrenta en un mundo globalizado, marcado por los objetos como fuentes de goce pulsionales resistentes como nunca a la dicción, marcado por las consecuencias del nazismo, por como dice el autor- un "adelgazamiento del espesor de la realidad al producirse una disminución de la distancia entre la ley y el ideal", y por fenómenos que si bien Freud pudo entrever (se nos recuerda que llegó a hablar Freud de "época apsicológica" para su tiempo), no llegó a conceptualizarlos en su amplitud, dejando el relevo a quienes siguieran su senda.
"A adolescência na contemporaneidade: ¿expêriencia creativa?", de Maria Regina Maciel, da cuenta de una forma distinta de pensar esa compleja etapa de la vida, planteando que no siempre la experiencia adolescente se presenta como síntoma social o parálisis. Apuesta Regina a la posibilidad de experiencias concretas de movilidad y creatividad, tomando de María Rita Kiehl la idea por ella acuñada de "función fraterna", como una suplencia factible de la función paterna, ejemplificando lo que llama "campo concreto de experimentación de libertad".
Desde Colombia, nos llega un trabajo de investigación, "Lógicas subjetivas del vínculo social: una reflexión psicoanalítica", llevado a cabo por Ana María Cardona y Juan David Agudelo Botero, investigación financiada por la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. La compleja realidad colombiana, caracterizada por la violencia, ha hecho en los últimos tiempos que el vínculo con el otro esté frecuentemente mediado por los secuestros, las masacres, los atentados, etc., formas todas que más que desconocimiento del otro han implicado no pocas veces su aniquilación. Dos series de interrogantes han orientado a los autores de esta investigación: por un lado, las que hacen a las caracterizaciones de los vínculos de los colombianos, y por otro, qué lugar les atañe a las prácticas "psi" en relación a ellos, habida cuenta de la demanda que se les hace respecto a la "salud mental" de la población. En tanto psicoanalistas, han sabido sacar provecho de los conceptos de la teoría freudiana para llevar adelante este minucioso trabajo. Para reseñar tan sólo una muestra de su interés, citamos un par de párrafos del trabajo: "podría decirse que los grandes puntos de divergencia entre la política y el psicoanálisis son: la homogenización vs la singularidad, el desconocimiento del goce vs. éste como punto de partida, el silenciamiento vs. la palabra y los ideales vs. el deseo "; "Es por esta dimensión de la política como inevitable, que no se trata de que el psicoanálisis deniegue ésta; sino que la conozca y asuma una posición al respecto".
Notas
(1) Ver secciones sobre legislación profesional en los canales nacionales de PsicoMundo para diferentes paises: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, así como el Foro sobre Psicoanálisis y Estado
Ver también el índice general de secciones de Política