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3° parte
25 de julio 1998
La lógica del significante
Vamos a analizar entonces los fragmentos que critican Sokal y Bricmont. Para lo cual tendremos en cuenta la integralidad del texto de Lacan comprendido entre las páginas 799 y 801 de los Escritos ("Subversión del sujeto y dialéctica del deseo", Escritos 2, Ed. Siglo XXI).
Para ello tendremos que comenzar justamente por un punto de "falta": aquella parte "omitida" del primer fragmento abordado por Sokal y Bricmont (que reproduje, indicándola en color azul, mas arriba, cuando reseñe el capítulo del libro de Sokal y Bricmont dedicado a Lacan).
Se trata, en particular, de la nueva definición del significante que Lacan introduce en este texto: "un significante es lo que representa al sujeto para otro significante", que podemos escribir de la siguiente manera:
S1à S2
---
$Esta definición es fundamental en la obra de Lacan, y sin ella difícilmente se pueda entender algo de lo que sigue en este texto.
En ese fragmento, Lacan aborda la noción del , el significante de la falta en el Otro (ya veremos que quiere decir esto). Y ese abordaje, que conducirá a la cuestión del -1 y la raíz cuadrada del -1, es tributaria de aquella definición del significante, puesto que, en primer término, este es un significante.
En consecuencia, aplicándole dicha definición, tendremos estas dos posibilidades:
à S
-----
$o bien,
Sà
--
$donde S es cualquier significante
Lacan opta por la segunda posibilidad, pues refiere al como aquél significante ante el cual los demás significantes representan al sujeto: "este significante será pues el significante por el cual todos los otros significantes representan al sujeto".
En ese sentido, sobre se traslada la paradoja de Russell, la que resulta del problema de si el elemento que designa al conjunto es miembro o no de dicho conjunto.
Lacan ya se había encontrado, en sus conceptualizaciones del significante, con este tipo de paradojas. En cierto momento (seminario V, "Las formaciones del inconsciente") lo había resuelto con la noción del significante Nombre-del-Padre, el significante de la ley en Otro, es decir, el Otro del Otro.
Pero ya en el seminario siguiente ("El deseo y su interpretación") da marcha atrás y plantea que no hay Otro del Otro.Esta nueva definición del significante busca resolver de otro modo este problema.
Ahora la "excepción" toma otra forma. Y lo que sigue a esta definición, en esta página 799 de los Escritos, viene a dar cuenta de esta nueva "solución".
Por eso es llamativo que Sokal y Bricmont hayan omitido esta definición. Como acabo de indicarlo, toda la cuestión del falo y la raíz cuadrada de -1 es correlativa de esta definición del significante y forma parte de lo que la misma aporta, tanto como soluciones y como impasses (32).
Esta omisión por parte de Sokal y Bricmont, por lo tanto, testimonia de su exterioridad respecto de lo que pretenden analizar y su profunda incomprensión del problema en juego.
Antes de volver a este fragmento, vamos a dar una pequeña vuelta por la topología, pues la misma nos permite pensar de otro modo esta "excepción". El ejemplo mas claro es el del toro, que puede pensarse como una sucesión de anillos al estilo de un resorte que se cierra sobre sí mismo. Con este dispositivo, si recorremos esa cadena de anillos, al final, además de dar todas las "vueltas" en anillo sobre la "superficie" del toro así definido, es decir, siguiendo el recorrido de los anillos, habremos dado también una vuelta no prevista, en torno a otro "agujero", una vuelta de más, de más en el sentido de que no puede ser contada como tal en la serie de vueltas de los anillos pues el número de vueltas siguiendo los anillos es igual a la cantidad de esos mismos anillos.
Esta "vuelta" en más, es la que resulta en torno al "agujero" central del toro, es decir, al espacio "exterior" al que, en principio, los anillos rodean. También podemos decir, a la inversa, que nuestra suma cuenta una "vuelta" menos.
Como se ve, también se trata de una "vuelta", pero que no es la misma que las demás.
Ahora bien, en este texto, en vez de seguir la vía topológica, Lacan elige la vía matemática.
Esto es lo que se plantea a partir de la definición del significante.
En efecto, si consideramos a S1 como el conjunto de los significantes que representan al sujeto, a ese conjunto le falta un significante: S2
A la inversa, si S2 es el conjunto de los significantes para los que S1 representa al sujeto, a ese conjunto le falta un significante: S1
Cualquiera sea el caso, "falta" un significante en el respectivo conjunto. Al tiempo que este elemento, en menos, o en más, según como lo consideremos, implica también cierta heterogeneidad respecto de los demás.
Esta situación diferencial (33) es planteada por Lacan del siguiente modo:
Ahora bien, puesto que la batería de los significantes, en cuanto es, está por eso mismo completa, este significante no puede ser sino un trazo que se traza de su círculo sin poder contarse en él. Simbolizable por la inherencia de un (-1) al conjunto de los significantes.
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Or la batterie des signifiants, en tant qu' elle est, étant par là même complète, ce signifiant ne peut être qu' un trait qui se trace de son cercle sans pouvoir y être compté. Symbolisable par l' inhérence d' un (-1) à l' ensemble des signifiants
Esta situación, y esta heterogeneidad, es provocada por la inclusión del sujeto.
Al nivel del enunciado, en otras palabras, al nivel de los significantes definidos en términos lingüísticos, el conjunto se presenta completo: en ninguna lengua faltan palabras.
Lo que introduce este descompletamiento es la enunciación, la dimensión del sujeto.
La definición del significante de Lacan, a diferencia de la definición lingüística, busca dar cuenta de esta inclusión problemática, propia de la experiencia psicoanalítica. Indica que este problema lógico surge en la medida en que hay un sujeto parlante, en la medida en que, en el lenguaje, pasamos de la estructura sincrónica (propia de la disponibilidad previa del conjunto de los significantes) a la diacronía del despliegue de la palabra, a la diacronía de la serie que se infinitiza en la búsqueda de un límite que acote la significación.
La definición del significante, tal como lo señala Lacan, plantea que sin ese significante ante el cual los demás representan al sujeto, "a falta de ese significante, todos los otros no representan nada". Y si "todos los otros" no representan nada, dejan de ser "todos los otros", pues deja de haber ese rasgo que les era común, el de "representar al sujeto para otro significante". Este rasgo común es el que haría de ellos, justamente, un "todos los otros", es decir un "todos" definido a partir de la "excepción" que implica el "otros": ser otros que ese para el cual el sujeto es representado. Sin este, "todos los otros", primero, no representan nada, segundo dejan incluso de ser "todos los otros", pues deja de estar la referencia respecto de la cual ser ese "todos los otros".
La paradoja consiste en que, al introducir la enunciación, el sujeto, no puedo hacer un conjunto de significantes sin que me falte uno. Es imposible hacer un universo del discurso.
Salvo que admita en ese conjunto la coexistencia de dos propiedades contradictorias para el significante (contradictorias porque, por ejemplo, para el caso de la definición del significante que da Lacan, un significante no puede, representar a un sujeto para otro significante y, al mismo tiempo, (no olvidemos que estamos considerando la situación diacrónica que implica la enunciación) ser ese otro significante para el cual el sujeto es representado).
Pero si admitiera esta coexistencia de propiedades contradictorias, la noción misma de conjunto se desvanece; el conjunto se revela inconsistente!!.
Para salvar esta inconsistencia, lo que es lo mismo que decir: para que la noción misma de conjunto pueda existir, es necesario que el mismo sea incompleto!! es decir, le falte un elemento. Esto es lo que demuestra el teorema de Gödel.
El concepto freudiano de represión primaria responde a esa falta insalvable de un significante. La "falta" del S2 (del Vorstellung Reprâesentanz freudiano) es, podría decirse, la incompletud que permite que la batería de significantes funcione, evitando su inconsistencia, pero al costo, justamente, de .... una incompletud!
Eso es el inconsciente.
Ese es el sujeto que corresponde al psicoanálisis: un sujeto que se constituye, precisamente, a partir de su propia sustracción. Pero el problema, a la vez, es que debe poder contarse en la batería (34).
Veremos que el sujeto se sustrae como significante y se incluye como objeto
Ese es el meollo del problema que se plantea a partir de aquí, y al que se aboca lo que sigue del texto de Lacan, y para lo cual hará uso del famoso algoritmo que Sokal y Bricmont critican, sin prestar atención a lo que dice el propio Lacan respecto de sus incursiones en la lógica y las matemáticas. En este mismo texto de "Subversión del sujeto", entre los dos párrafos seleccionados por ellos, Lacan señala que este interés suyo por "los lugares donde la lógica se desconcierta por la disyunción que estalla de lo imaginario a lo simbólico", y por "las paradojas que allí se engendran", no apunta a su "falso brillo" sino a la "hiancia que designan".
Y lo que de ahí podría extraerse es "el método de una especie de cálculo cuyo secreto sería revelado por la inadecuación como tal"(35).
Vayamos entonces al algoritmo en cuestión.
Notas
(32) Vimos mas arriba que otra de las críticas de Sokal y Bricmont toma por objeto el uso que hace Lacan de la lógica para el desarrollo de las fórmulas de la sexuación. Dijimos que tomaríamos el tema del raíz cuadrada de -1 porque es el que más se ha difundido, pero podemos señalar que, dichas fórmulas de la sexuación, a su vez, son otra modo de intentar abordar y resolver este mismo tipo de problemas que estamos analizando para el caso de la raíz cuadrada de -1, pero, apelando, en esa otra época, a la lógica del no-todo.
Sobre este otro tipo de lógica, y sobre este tema de las paradojas y problemas que plantea la lógica del significante, recomiendo que lean el artículo "La noción de no-todo: algunas referencias lógicas para su abordaje", incluido en este mismo número, cuya continuación publicaremos en un futuro número de Acheronta.
Volver(33) Lacan inventará un término para dar cuenta de este tipo de problemas: extimidad.
Volver(34) Esta paradoja es claramente ilustrada por un ejemplo que Lacan toma de Piaget, el del niño que dice: "tengo tres hermanos, Pedro, Pablo y yo". En francés, en esa frase aparece la diferencia entre el "je" y el "moi": "j'ai trois frêres, Pierre, Paul et moi". "Je" y "moi", en su diferencia, dan cuenta de las dimensiones de la objetivación y la subjetividad. Es lo que claramente señala el "tres" en cuestión. Al nivel del "moi" me estoy inscribiendo, me estoy contando, como un elemento más, en el conjunto de los hermanos. Pero al nivel del "Je" estoy fuera de ese conjunto, dando cuenta del mismo. El absurdo está en la simultaneidad de ambas dimensiones. La manera "normal" de constituir el conjunto de los hermanos es excluyéndome del mismo; diciendo que "tengo dos hermanos : Pedro y Pablo". El ejemplo es absurdo por yuxtaponer las dos dimensiones, como un defecto y un exceso que se contradicen.
Traigo este ejemplo a cuenta, entre otras cosas, porque una de las cosas que denuncia Volnovich en la referencia indicada anteriormente es que "La soberbia de Lacan ante la obra de Piaget revela su ignorancia". El análisis de este ejemplo da cuenta de que Lacan no ignoraba para nada lo que decía Piaget. Por eso mismo sus críticas, esas mismas que reproduce Volnovich, para quien las mismas solo testimoniarían "soberbia", son, en realidad, tan precisas. Es posible que el estilo de Lacan sea arrogante, y que eso pueda resultarle molesto a mas de uno, pero lo que Piaget aporta, por importante que sea en otros campos (personalmente me cuento entre quienes lo valoran), no tiene ninguna utilidad para la conceptualización del sujeto del psicoanálisis. La psicología infantil que se deduce de la epistemología genética piagetiana no aporta ni tiene punto de contacto con el psicoanálisis, justamente por la sencilla razón que los sujetos considerados por cada uno son totalmente diferentes.
Volver(35) J. Lacan, "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo", Escritos 2, Ed. Siglo XXI, páginas 800/1
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