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3° parte
25 de julio 1998
La reformulación del algoritmo Saussureano
El algoritmo planteado es
S (significante)
------------------- = s (enunciado)
s (significado)A esta altura de la enseñanza de Lacan ya todos sabían, y todos saben, que esto no escribe una fracción matemática en forma estricta, ni mucho menos. Ya vimos mas arriba que el propio Lacan es el que se encarga de recordar, dos páginas mas lejos, que se trata de un uso "desviado" del algoritmo, respecto de lo que serían las reglas matemáticas asociadas.
Incluso, son conocidas como desviaciones los desarrollos en que incurrieron aquellos que no supieron ver esa diferencia, y que, por lo tanto, intentaron forzar la vía de la reducción según las reglas propias del algoritmo matemático. Es el caso, por ejemplo de Leclaire y Laplanche, quienes, en un artículo famoso (36), en una época en que formaban parte del staff más permanente y sólido de los discípulos de Lacan, por tratar este algoritmo de un modo "demasiado" matemático, terminaron haciendo conclusiones totalmente opuestas a las de su maestro.
Motivo por el cual fueron criticados mas de una vez por Lacan.
Ahora bien, esta no es una "deformación" de esa época, sino que viene del tiempo de sus primeras conceptualizaciones sobre el significante a partir de los desarrollos de la lingüística.
El uso de la escritura al estilo de las fracciones matemáticas no indica una operación de división, sino que proviene de una previa modificación del "algoritmo" de Saussure, que Lacan retoma en el texto "La instancia de la letra", cuando comienza a desarrollar su propia teoría, psicoanalítica, del significante.
Recordemos una vez mas que el psicoanálisis parte de una experiencia con la palabra. Esto es algo que no debemos olvidar en ningún momento. El psicoanálisis no consiste ni en la realización estadística de un censo de lo normal y lo anormal, ni en la descripción del funcionamiento de la inteligencia.
El estatuto de lo real en juego en psicoanálisis resulta de este marco de la palabra misma.
Por eso, lo real en psicoanálisis no puede matematizarse como si se tratara de una ciencia de la naturaleza, como si el objeto en juego tuviera el mismo estatuto que la naturaleza para la ciencia.En consecuencia, todos y cada uno de los usos y apelaciones lacanianas a nociones o recursos de las matemáticas o de la ciencia, es completamente original.
El recurso a las matemáticas busca, podríamos decir, la misma reducción del margen de la intuición que el uso de las letras pudo aportar, en su momento, a las propias matemáticas, respecto de las épocas en que las mismas estaban signadas por las perifrases. Como dice N. Charraud: "la letra tacha las desviaciones posibles de la intuición, es sobre la base de la letra y de su cálculo que las matemáticas no son un delirio y que se extraen de lo inefable y lo esotérico" (37).
Es a este aspecto literal de las matemáticas a lo que Lacan siempre ha acudido.
El punto, a diferencia de las matemáticas o la ciencia, es que el cálculo, las reglas aritméticas que regulan el funcionamiento de las letras, en psicoanálisis, nunca pueden agotar la dimensión interpretativa, la dimensión de la significación.
Con lo que, por mayor formalización que el matema pueda aportar, el mismo no garantiza nunca la integridad de una transmisión. Y en ese sentido, tampoco puede establecer una garantía contra su uso en un sentido exactamente contrario: la magia y el misticismo.Volviendo al llamado "algoritmo" Saussureano, el mismo es el que viene a esquematizar la noción de signo en lingüística.
Su primera expresión, tal como es indicada en el curso de lingüística general de Saussure, publicado por C. Bally y A. Sechehaye, es la siguiente:
Saussure propone denominar significante a la "imagen acústica" y significado al "concepto", reservando el término "signo" para designar el conjunto.
Es decir
Aplicado, por ejemplo, a la palabra latina "arbor", cuyo concepto asociado es el de árbol, tenemos:
Y se interpreta, lógicamente, de la siguiente manera
El círculo exterior y las flechas indican una función que relaciona dos variables, que son las expresadas a ambos lados de la barra, es decir, un función que relaciona los elementos de dos conjuntos: el conjunto de los significantes de un lado, y el conjunto de los significados del otro
y=f(x)
En realidad, el propio Saussure se percata de que las relaciones entre significante y significado en el lenguaje no responden a la simpleza de esta función. El capítulo V de su curso, dedicado al tema del "valor", subrayará el carácter puramente arbitrario y diferencial de los elementos en el lenguaje, entrando en una serie de contradicciones y oscilaciones:
- "el valor de todo término está determinado por lo que lo rodea" (38)
- "en la lengua no hay mas que diferencias (...) en la lengua sólo hay diferencias sin términos positivos"
- "aunque el significante y el significado, tomado cada uno aparte, sean puramente negativos y diferenciales, su combinación es un hecho positivo" (39).
Lacan plantea que "el momento constituyente" de este algoritmo es fundacional para la lingüística moderna y lo reescribe como
Significante
----------------
Significadoquitando el círculo y las flechas (es decir, descartando la relación puntual entre significante y significado), invirtiendo el orden, e indicando que el mismo se lee como "significante sobre significado", donde el "sobre" "responde a la barra que separa sus dos etapas".
La barra, en consecuencia, no indica una división entre significante y significado sino "la posición primordial del significante y el significado como órdenes distintos y separados inicialmente por una barrera resistente a la significación".
"Esto es lo que hará posible un estudio exacto de los lazos propios del significante y de la amplitud de su función en la génesis del significado" (40) (subrayado mío).No se trata entonces de una función de relación entre dos conjuntos preestablecidos (significantes y significados) sino de un estatuto causal del significante respecto de la significación.
Una noción que, retroactivamente, permite formalizar la teoría del significante desarrollada por Lacan a partir de mediados de los años 50, es la de "saber inconsciente". La misma permite pensar al inconsciente como sincrónico y topológico, en el sentido de la topología de los entornos.
Es desde ese punto de vista que puede abordarse el isomorfismo planteado en "La instancia de la letra" entre la metonimia y la metáfora con el desplazamiento y la condensación freudianos, respectivamente (planteado, en realidad, por Lacan, directamente, como una equivalencia).
Remito al texto de N. Charraud (41) para ver en detalle esta cuestión.
Resumo aquí, solamente, la cuestión de cómo, de este modo, la significación puede reducirse a la topología (entendiendo por significación, idealmente, lo que entrelaza el significante y el significado).
Para ello, corresponde tener presente lo siguiente:
"Sobre un conjunto dado, un gran número de topologías son posibles. Estas se ordenan según un enrejado, entre dos topologías extremas:
- la topología grosera, en donde la mera cercanía, cualquiera sea el significante, es el conjunto entero de significantes. En este caso, todo remite a todo, y la confusión será total a nivel de la significación. Esta topología, evidentemente, no está separada
- la topología discreta, que se caracteriza por el hecho que cada elemento tiene como base de cercanía el conjunto reducido en ese punto. En este caso, cada significante no puede estar asociado sino a sí mismo, y la significación está completamente congelada. Esta topología está bien separada, pero está constituida por puntos aislados"(42)
Esto nos permitirá precisar dos cosas: la castración simbólica y la significación fálica.
La primera es el nombre que Lacan asigna a esta necesidad del lenguaje, para que el mismo pueda funcionar, para que pueda enunciarse algo mas que alusiones, de que al menos dos significantes estén "separados", es decir, dispongan de entornos que no se superpongan.
La escritura lacaniana S1-S2 si bien en un sentido escribe la concatenación significante también escribe esta "separación" topológica.
La castración simbólica asegura entonces que la topología no es muy "grosera" y que alguna significación es posible.
Sobre un conjunto finito (como lo es la batería significante) esto implica la existencia de, al menos, un punto de excepción.
Este punto de excepción es lógicamente necesario y es el que define la significación posible, que para el psicoanálisis, es la "significación fálica".
El Falo o el Nombre del Padre son entonces los nombres de esta excepción, de este significante especial, cuya función es la de unir entornos significantes, que de lo contrario estarían separados.
Esto es lo que escriben las famosas fórmulas de la sexuación del lado masculino.
Por un lado tenemos en entorno de los x y por el otro la excepción.
Lo primero se escribe " x j (x)
Lo segundo se escribe $ x ` j (x)
Podríamos seguir ahora con el lado femenino. Pero hemos dicho que íbamos a dedicarnos al tema del famoso raíz cuadrada de -1, así que llegaremos hasta aquí con esto, y volveremos al texto de Lacan "Subversión del sujeto".
Notas
(36) Ver el artículo de Leclaire y Laplanche "El inconsciente ..", donde, en completa contradicción con el planteo lacaniano de que "el inconsciente está estructurado como un lenguaje", concluirán que "el inconsciente es la condición del lenguaje", y afirmaran la existencia de un metalenguaje primario.
Volver(37) N. Charraud, "Lacan y las matemáticas", Atuel-Anáfora, página 11
Volver(38) F. De Saussure, "Curso de lingüística general", publicado por C. Bally y A. Sechehaye, Ed. Losada, Buenos Aires 1945, página 203
Volver(39) F. De Saussure, "Curso de lingüística general", publicado por C. Bally y A. Sechehaye, Ed. Losada, Buenos Aires 1945, página 203
Volver(40) J. Lacan, "La instancia de la letra", Escritos 1, Ed. Siglo XXI, página 477
Volver(41) N. Charraud, "Lacan y las matemáticas", Atuel-Anáfora
Volver(42) N. Charraud, "Lacan y las matemáticas", Atuel-Anáfora, página 115
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