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Para este número de Acheronta, el tema propuesto es "De un analista a otro" (ver editorial).
Nos reunimos con Geneviève Morel el 25 de octubre de 2008. En su reciente libro "La loi de la mère" ("La ley de la madre"), Morel desarrolla la noción de "prolongamiento del síntoma", que toma de la comparación que hace Lacan entre los dos tiempos del síntoma de un paciente de una presentación de enfermo con el sintoma de Joyce (las palabras impuestas que fueron la matriz de su obra) y el de su hija Lucía (que sufría de "telepatía"). Morel aplica esta noción de "prolongamiento" a tres ámbitos.
En primer lugar, a las relaciones entre los síntomas de padres e hijos: "Es una manera de pensar las relaciones entre generaciones, que no sea solamente en términos de identificación. Me pareció que había ahí una alternativa, una novedad teórica. Me pareció muy interesante para pensar las relaciones en la sociedad de hoy, con las nuevas formas de parentalidad, y el debate que se plantea en la sociedad a propósito de si dos homosexuales pueden criar hijos, o no, y donde aparecen los argumentos de los psicoanalistas que se circunscriben al tema de la identificación".
En segundo lugar (y este era el punto que más nos interesaba), a las relaciones entre los síntomas de los analistas y sus analizantes en el fin de análisis: "Lacan dijo que el analista es un síntoma. Significa que no hay análisis puro. El analista está con su deseo. Pero el deseo es tomado en algo, no es una cosa divina que esté en el cielo de las ideas. El modo de interpretación del acto analítico, que ocurre en algunos momentos (...) en esos momentos, lo que funciona, efectivamente, es el sinthome del analista, algo que tiene que ver con su propio análisis". "El analizante adivina, respira algo del síntoma del analista, como el niño adivina algo de sus padres, retira algo se esto, se apoya sobre algo de esto (...) Cuando hay acto analítico el analista es tomado en su sinthome. Y el analizante toma algo de esto, pero ese algo es mezclado, es articulado con sus propios síntomas, con lo que ha tomado de sus padres, con lo que es su vida, y hace otra cosa que va a intervenir, para él, en su futuro como analista". "Tuve la suerte de escuchar, en el cartel del pase, muchos pacientes de un mismo analista, y veía que había algo del acto analítico que estaba transmitido por los pacientes de ese analista, que era común. Pero esos analizantes no hacían las mismas cosas con ese algo común. Se apoyaban sobre eso y hacían otra cosa. Por eso no estaban identificados entre ellos y tampoco al analista. Era una operación más compleja que una identificación". La discusión que se podría plantear en este punto es si el analista analiza "con" sun sinthome, o "a pesar" de él.
Finalmente, Morel también utiliza la noción de prolongamiento para pensar la relación entre Freud y Lacan: "Es el propio Lacan quien dice que su real es su síntoma. Dijo eso sobre lo real porque lo real era un problema conceptual, de la definición, un impasse. Y al final quedó la cuestión del sentido de lo real, y hay algo que él trabaja mucho y no llega a resolver de una manera satisfactoria. El sinthome permitiría un anudamiento entre el sentido y lo real, cuando antes quería separarlo. Se vio obligado a una solución de compromiso". La discusión que se abre en este punto es sobre la continuidad o discontinuidad que hay entre la obra y/o enseñanza de un psicoanalista y otro. Para Morel, "hay una continuidad muy fuerte entre Freud y Lacan. Hay cambios muy importantes también, pero estos cambios de Lacan, se apoyan sobre algo, para hacer otra cosa, pero se apoya, se apoya muy fuerte".
Geneviève Morel es Psicoanalista en Paris y Lille. Presidenta del Colegio de Psicoanalistas de la Association Lilloise pour l'Etude de la Psychanalyse et de son Histoire (ALEPH). Presidenta de Savoirs et Clinique (Lille et Paris). Antigua alumna de la ENS (Ecole Normale Supérieure). Catedrática en Matemática. Doctora en Psicopatología y Psicología Clínica.
Autora de "Ambiguïtés sexuelles. Sexuation et psychose", éditions Anthropos Economica, Paris, 2000 (traducido al castellano como "Ambiguedades sexuales", Ed. Manantial, Buenos Aires, 2001), "La loi de ma mère. Essai sur le sinthome sexuel", éditions Anthropos Economica, Paris, 2008. Compiladora de "Clinique du suicide", Erès, Paris, 2002
Email: g.morel-kaltenback@wanadoo.fr
(Francia)Conversamos con Jean Allouch el 3 de noviembre 2008, luego de su seminario en Buenos Aires. Comenzamos el reportaje retomando el problema planteado por Allouch en su conferencia de días previos sobre los problemas de la relación de Lacan con sus "alumnos": la soledad en la que trabajaba Lacan, las constantes variaciones y movimientos del desarrollo de su enseñanza, la comodidad e hipnosis en la que quedaban sus alumnos. "Al pasar los años fue más difícil plantear preguntas. En los primeros años Lacan tenía cierto cuidado de demostración. Por ejemplo, cuando lee el Banquete de Platón, tiene cierto cuidado para "probar" lo que él comentaba (...) Había un cierto cuidado de demostración, no solo de decir cosas, sino de discutir el carácter pertinente o no de lo que decía. Pero algunos años después eso se perdió, y al final se ve un Lacan que dice cosas como el oráculo de Delfos, casi. La verdad surgía de su boca, las cosas muy importantes para el psicoanálisis, para la vida de cada uno, salían así, sin ninguna discusión de los alumnos, pero también, sin ninguna discusión por él mismo".
Siguió el problema de la relación entre Freud y Lacan. Para Allouch, Lacan no fue un lector de Freud como, por ejemplo, Kojève fue un lector de Hegel. Nunca tomó la obra de Freud del principio hasta el final, leyendo todo: "Lacan no era freudiano. Cuando empieza a estudiar de cerca a Freud, él ya tenía sus posiciones. Y el "retorno a Freud" es posterior de Real, Simbólico e Imaginario, que no es freudiano". Lacan "inventa el SIR y tiene su punto de exterioridad en relación a Freud. Coloca su SIR en algunos lugares de la obra de Freud y dice "Miren lo que apareció, es muy interesante". Pero tiene su punto de exterioridad. Me parece que es muy difícil para cada uno, encontrar su punto de exterioridad para constituirse como lector. Una de las cosas que lo impide es, precisamente, la transferencia. Otra cosa que lo impide es la enseñanza".Esos planteos nos fueron llevando a la relación entre clínica y teoría. Para Allouch, esta relación se plantea plantea como problema cuando nos quedamos con "la idea de una clínica de tipo de medicina, con descripciones clínicas de neurosis, psicosis, perversión. La clínica psicoanalítica no es eso. Creo que en ese punto Lacan se quedó demasiado tiempo en este paradigma. Esa noción de la clínica no sirve para nada. Peor, es engañosa". Para Allouch, frente a la ideología de la transparencia, tan pregnante en estos tiempos, "el psicoanálisis me parece casi un único lugar donde alguien puede decir algo a alguien con la seguridad de que él no se lo va a repetir a nadie". "El psicoanalista es una tumba. Se habla a un psicoanalista como se habla en una tumba. Hay un muerto, y se le habla al muerto. Eso es una garantía que el psicoanalista puede dar al analizante". Para Allouch, lo relevante del pase es que "finalmente, si algo debe salir del consultorio, debe salir por parte del analizante, y no del analista". "La vía pasa por el analizante y no por el analista. Si el analista, por fin, es un objeto, entonces no habla. En tanto que objeto, no habla". Hay maneras indirectas de hablar de la clínica sin hablar de los analizantes. Para Allouch la supuesta brecha que se suele plantear entre clínica y teoría es un artificio que ocurre a partir de la teoría. Reconoce que Lacan empujo mucho la idea de que está el analista para tener efectos y el que a esos efectos los teoriza, pero a su juicio esa idea fue un error.
Este aprisonamiento del psicoanálisis en el campo de la psicología evidencia la expansión de este último a todos los ámbitos y actividades sociales: empresas, trabajo, educación, cárceles, hospitales, política, filosofía, arte, etc., etc., lo que nos llevó al tema de la "spychanalyse". La psicología va teniendo una presencia increíble. Aparecen psicoanalistas "analizando" las características de los candidatos presidenciales, o "analizando" los conflictos militares o culturales, sin faltar el cúmulo de "consejos" para padres, educadores, familiares, parejas, etc., etc. Allouch reconoció, sin embargo, que la asociación del psicoanálisis con la dimensión del ejercicio espiritual puede llegar a confundirse con la dimensión pastoral o de religión laica con que muchas instituciones psicoanalíticas se ofrecen como ámbito de resolución personal de la conflictividad social para los analistas, sobre todo en un contexto como el actual, donde el peso que tiene la ideología de la individualidad rápidamente puede psicologizar cualquier referencia a un "cuidado de si" y construir una psicología de la vida.
Jean Allouch fue AE de la Escuela Freudiana de París (EFP) y uno de los fundadores de la école lacanienne de psychanalyse. Algunos de sus libros son: "Freud y despues Lacan" (EDELP), "Letra por letra" (EDELP), "La erótica del duelo en tiempos de la muerte seca"(El cuenco de Plata, 2006), "Psicoanálisis, una erotología de pasaje" (EDELP), "El sexo de la verdad (Erotología analítica 2)" (EDELP), "Etificación del psicoanálisis. Calamidad" (EDELP), "El sexo del amo" (Ediciones Literales, 2003), "La sombra de tu perro" (El cuenco de plata, 2004), "Marguerite o la aimée de Lacan" (El cuenco de plata, 2008), "El psicoanálisis, ¿es un ejercicio espiritual?" (El cuenco de plata, 2007).
Email: jean.allouch@wanadoo.fr
Web: www.jeanallouch.com
(Francia)Ver también el indice de reportajes en Acheronta