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El hombre es un animal triste después del coito
(Omne animal triste post coitum)
OvidioEl tiempo devora todas las cosas
(Tempa edax rerum)
OvidioLo que deseas no es mortal
OvidioIntroducción al problema
Abordé mi reciente viaje al Japón con expectativas de poder encontrar respuesta a una pregunta que me he venido formulando desde hace ya tiempo; qué sucede con la ternura, la ternura llevada al extremo al que se llega cuando un sujeto es tomado por una pasión sin límites y siente que la vida, la única que tiene, carece de todo sentido si el ser deseado no permanece todo el tiempo a su lado? En el caso que nos ocupa, el de un erotismo que sólo conoce sus sabores cada vez que sobrepasa un límite, se encuentra prueba de una rigurosidad inamovible. Y debo decir que el Japón recompensó con creces mis expectativas de encontrar un esbozo de respuesta. Tal es así que gracias a esa recompensa puedo comunicarles algo, que no es fácil, y que problematiza aún mas ciertas cuestiones.
Es en función de estas cuestiones que pasaré a recordar que en el seminario El sinthome Lacan menciona el desvío y respuesta sintomática que le ha causado Joyce. De ello ya nos hemos ocupado en extenso en Los dos destinos del objeto (a),1 El exilio de Joyce - après le mot le déluge2 y en De la correspondencia Lacan - Joyce,3 donde decíamos que a Lacan se le impuso una nueva conceptualización del inconsciente. Pero también ocurre un segundo desvío causado por un acontecimiento casual sobre el cual arroja un comentario muy breve.
Hoy aquí con ustedes voy a concentrarme en este último desvío, el que es casual, y en el que considero que se esboza una sexualidad cuyo erotismo no pacífico4 excede el statu quo psicoanalítico. Es éste un erotismo que descubre a la psicopatología en su intento de definir lo normal y lo patolólogico como fundada en los ideales de una época. Es en ésto que el Japón me recompensó, y con creces.
Es también lo que pertinentemente muestra la película El imperio de los sentidos como efecto en Lacan, película que vió la noche del 15 de marzo de 1976 en la companía de Jacques Aubert entre otros, y que nombra al día siguiente en la sesión del 16 de marzo en el seminario caracterizándola como del erotismo femenino. Pero la prisa de esta afirmación, poco ó nada cuestionada, cumple la función de encubrir la insuficiencia - cuando no el error - de la llamada fórmula de la sexuación.
No repetiré lo que asumo se conoce, pero esa fórmula en definitiva reintroducía el Génesis al diferenciar un lado hombre y un lado mujer con lo que en cada lado haría obstáculo a la llamada relación sexual; de un lado el falo () y del otro el objeto (a). Aún cuando en ese esquema la llamada mujer puede estar del lado hombre y éste del lado mujer, incluso así, el Génesis es reafirmado.
El imperio de los sentidos, en cambio, basada en un hecho acontecido, muestra claramente que sujeto hablanteser sólo hay andrógino (andrsgunoz)5 y que como tal está sujetado a hacer el amor con su inconsciente - su erotismo nada sabe de un llamado sexo femenino ó masculino.
Para precisar la cuestión, en el sinthome algo del saber psicoanalítico comienza a diluírse, y en el caso que nos ocupa se diluye puntualmente en la frase de Lacan diciendo: está claro que el fantasma en la mujer (la japonesa) no es un fantasma de castración . afirmación que despliega un manto de silencio sobre el fantasma de ese hombre (el japonés).
La paradoja que muestra el descenlace de la pasión en El imperio de los sentidos es que el falo, la castración, y su contraparte el objeto (a), garantizan muy pocas cosas, menos aún que haya hombre y que haya mujer. Es más, en la situación que nos ocupa la única garantía es el coger y por lo mismo es solamente cuando el coger termina - y no por la pacificante tumescencia/destumescencia - que el asesinato y la mutilación comienzan. El llamado hombre es entonces cortado como souvenir de objeto (a), y no de falo.
Es justamente esta consecuencia inesperada que hace pregunta en Lacan; ¿Por qué se lo corta después y no antes? Y se responde; porque el fantasma de la mujer no es un fantasma de castración. Respuesta correcta pero que a nuestro parecer sólo puede sostenerse rechazando la fórmula de la sexuación, cosa que Lacan se prohibe desde el momento en que anuncia la película como tratándose del erotismo femenino.
Desde ahí, sólo puede responder volviendo a afirmar lo contrario de lo que la película le muestra; que de lo que se trata es de erotismo a secas, búsqueda de agotamiento, desecación, e incluso como en este caso, de asesinato mismo.
Yo llegué tarde al Japón para poder verlo, pero el museo de patología de Medicina de la universidad de Tokyo atestiguaba6 de ese erotismo hasta hace pocos años con el especimen del pene y el escroto de Ishida Kichizo, hasta que éstos desaparecieron tan misteriosamente como también desapareció la última persona a quien ésto le concernía, Abe Sada.
Si el goce es de lo real su erotismo es riguroso, y ésto comporta el masoquismo donde la angustia, presencia del objeto (a), puede de hecho situarse tanto en un sujeto como en otro. De ahí la infelicidad de otra de las fórmulas; la pareja masoquismo-sadismo, y ésto la película lo muestra con una lógica implacable.
Un erotismo riguroso es siempre una herejía, y ésta elección está en el extremo opuesto del deseo, del placer, de la reproducción sexual, y de la vida. Como mostraré mas adelante, este punto de la herejía será retomado por Lacan cuatro años mas tarde en el seminario de Caracas.
Llevado por estos problemas, considero que la fórmula de la sexuación sigue reafirmando lo que el recorrer teórico de Lacan ya no podía sostener más, y por eso propongo que la película produce en él un verdadero golpe, golpe a una teoría que se encuentra superada, en retraso y para la cual él mismo, sabiéndolo, no tiene aún la respuesta. Será solo en ese bricolage de seminario, el de Caracas, en el cual al hablar de la Madonna dice lo que citaré a continuación y que postulo es la respuesta sintómatica a lo que le había suscitado El imperio de los sentidos. En ese seminario-respuesta recurre a Bramantino, el hermético Lombardo. Esto ya debería habernos alertado, pero Lacan es aún mas explícito nombrando al Trittico di San Michelle7 como la nostalgia de que una mujer no es una rana.
Ese cuadro que pinta la derrota del herético Arian es la respuesta sintomática que dará cuatro años mas tarde a la película, y a su fórmula de la sexuación. Pero aclaremos, porque efectivamente Lacan no dijo ésto que yo les digo ahora y por lo cual asumo la responsabilidad de mi propuesta que mostraría lo que él enfrentó encontrando en la película que le muestra que su fórmula de la sexuación era el reestablecimiento del viejo orden de los sexos de la Iglesia. Que Arian el herético sea convocado en el seminario cuatro años mas tarde implica el esbozo de respuesta herética de Lacan a lo que formuló en La angustia, cuando decía; De todos modos, es en tanto que ella quiere mi goce, es decir, gozar de mí - lo cual no puede tener otro sentido que la mujer suscita mi angustia; y ésto por una razón muy simple, inscripta desde hace mucho en nuestra teoría: que no hay deseo realizable por la vía en la que lo situamos sino implicando la castración. Es en la medida en que se trata de goce, es decir, en que es mi ser lo que ella quiere, que la mujer no puede alcanzarlo sino castrándome.8 Esto para nosotros es lo que ya no se sostiene más a partir de la película.
Lo herético es proponer una teoría donde la castración (- j) no es lo que angustia, sino al contrario, lo que al normalizar, la evitaría. Lacan recibe un shock teórico con El imperio de los sentidos, mas allá del breve y cauteloso comentario que hace en su momento en el seminario sobre el sinthome. La película le muestra la insuficiencia, cuando no el error, de la fórmula de la sexuación. A ese shock se referirá muy discretamente cuatro años mas tarde en el seminario de Caracas, donde usó ese cuadro de Bramantino, el magnífico y enigmático Trittico di San Michelle para referirse justamente a la Madonna como andrógina. Pero donde Bramantino había pintado un sapo (crapaud) Lacan, por diseño ó por lapsus, habló de la nostalgia de que una mujer no sea una rana (grenouille), 9 es decir un ser no andrógino, no afectado por el lenguaje y en consecuencia sin estar sujeta a un erotismo. Repetimos, que así es como responde Lacan a lo que cuatro años antes le subvirtió ciertos principios mostrándolo estar a la rezaga con la insuficiencia de su formulación de la sexualidad y de la no relación sexual para enfrentar a la película.
Lo que la película muestra y toma a Lacan por sorpresa, es que el fantasma de esa mujer no es de castración, es decir de tumescencia/detumescencia del órgano de su partenaire sino que su fantasma, como se debe, es de parcialización, de a-ización, y ésto es lo que angustia, aún incluyendo que efectivamente uno de esos objertos (a) sea el falo.
Las fintas que hace con su comentario es que película muestra a esa mujer (japonesa) ademas como de recursos, emprendedora, y como finalmente como ponedora. Estas fintas no dejan de ser sospechosas, incluída su duda frente a la sangre de los cuerpos cavernosos y su confesión final de que en verdad de eso no sabe mucho. Sabemos que en los hechos de 1936 hubo efectivamente mucha sangre en los cuerpos cavernosos, tanta que le permitió a Abe Sada escribir sobre el muslo de Ishida y sobre las ropas de cama con la tinta de la sangre su amante; Sada, Kichi juntos. Y mostrando que ésto no era suficiente, no dejó la escena del crimen sin grabar primero con el cuchillo su propio nombre en el brazo izquierdo. Declaró a la policía que; Escribiendo en la sabana y en su muslo, sentí que él era parte mía y grabando mi nombre en su brazo con el cuchillo sentí que yo había devenido también parte de él.
Si Abe mata a Ishida es para que nadie que no sea ella pueda gozarlo. Por lo mismo es que le corta el pene y el escroto. Después de matarlo siente un gran alivio que describe como falta de peso, como habiéndose sacado un peso de encima. El pene y el escroto que llevaba entre sus senos, muestra que para Abe el objeto (a) del otro va entre sus propios objetos (a). Espero que se perciba la sutileza del asunto, objetos (a) del otro y objetos (a) del sujeto, muestra que la estructura del goce puede ser mucho menos clara cuando no confusa. La policí a la apresa cuando estaba a punto de suicidarse en un pequeño hotel.
Poco tiempo despues del crimen Abe va a un hotel con el profesor Omiya, llevando con ella siempre entre sus senos, el pene y el escroto de Ishida. Es allí que al ponerlos debajo del futón para acostarse con el profesor que nada sabe ni del crimen ni de las posesiones de Abe Sada, aquel le dice que no lo tome a mal pero que ella huele raro, mostrando así sin duda que los preciosos objetos (a) del sujeto pueden oler a podrido para el otro. De todas maneras hicieron el amor a la mañana y a la tarde, en dos hoteles diferentes, y ésta fue la última vez que se vieron dado que fue apresada poco después por la policía.
Y aquí, para colmar aún mas nuestro aprendizaje, Abe nos deja estas perlas. Cuenta que en cierta ocasión, y en el zenith de la relación con Ishida, mientras iban en taxi a un hotel, ella estaba menstruando y le comentó a Ishida del inconveniente, a lo cual él puso los dedos en su vagina y remojándolos un poco en la sangre de la menstruación, luego de olerlos, se los chupó para después besarla a ella en el mismo lugar. Pocos días mas tarde, comiendo en el hotel, Abe quiso saber cuan importante ella era para él y lo puso a prueba. Le pidió que colocara un poco del sushi que comían adentro de su vagina y comiera, cosa que Ishida hizo sin ningun problema, y juntos compartieron así un poco de sushi mezclados con los jugos vaginales de Abe.
Condenada a seis años de prisión, su condena fue conmutada en 1940 durante la celebración de los 2600 años de la asunción al trono por el mítico Emperador Jimmu. Al quedar libre Abe Sada toma una nueva identidad, se casa, y cuando su marido descubre quien es, se divorcia de ella. Participa mas tarde como actriz en algunos películas en las que aparece representando el mismo rol que ocupó en la realidad. Finalmente desparece en 1970 y nunca mas se vuelve a saber de ella.
Las fotos que he tenido entre mis manos la muestran a pocas horas de haber sido detenida, con una sonrisa para mí de enigmática Gioconda, pero quienes la apresaron la describieron como estando radiante. En todo caso, mi impresión tanto como de quienes la apresaron, no puede reemplazar lo que ella misma dijo, y que da apoyo a la descripción dada. Porque lo que ella dijo - son sus palabras - es que luego de haberlo matado sintió un alivio enorme. Esto no debería extrañar a ningun psicoanalista con algo de oído, porque el alivio es una figura que habla de la falta de peso. Efectivamente el alivio es que sólo a partir de la falta y habiendo de nuevo en ella falta es que podrá, eventualmente, volver a desear.
Allouch, en Homenaje rendido por Jacques Lacan a la mujer castradora, percibiendo la decepción de Lacan respecto a su fórmula no hay relación sexual, llega al final de su trabajo y refiriéndose a El Imperio de los sentidos, dice; El mismo falo, pero exhausto, un objeto(a), que al poseerlo la vuelve loca. Aquí yo iría mas despacio, despacio porque en rigor ésto no es tan simple. Primero, basándome en la declaraciones de Abe es que insisto que habría que precisar que la locura está en el antes, cuando está loca de celos de que alguien pueda tener el pene y el escroto de Ishida, es decir el (a), y no en el después. Lo dice ella misma con claridad al interrogársele sobre la mutilación del cuerpo muerto de Ishida y su respuesta es absolutamente cuerda. Dice; Corté el pene y los testículos de Ishida porque era lo que más quería de él y no podía soportar la idea de que su mujer al lavar su cuerpo los tuviera entre sus manos. También responde a porqué grabó con un cuchillo en el brazo de Ishida muerto su nombre. Dijo; Porque quería ponerle algo de mí a él así como con su pene y los testículos yo tenía algo de él en mí. Por lo mismo, señalemos también que loca sí pero de ninguna manera psicótica.
Para concluir
Y si el falo es un objeto (a), y lo es sin duda, lo que falla en esa fórmula de la sexuación es la repartición de los supuestos obstáculos del lado hombre y del lado mujer, que serían justamente los que sostendrían tal diferencia en el porqué de la no relación sexual. Y si no hay relación sexual lo es por razones muy diferentes a las que Lacan propone. No hay relación sexual por las razones que les voy a mostrar, razones bien puntuales que pueden leerse en la contratapa de su tesis Sobre la psicosis paranoica y su relación con la personalidad. Dice; Tesis publicada no sin reticencia. Por pretextar que la enseãnza pasa por el rodeo de medio decir de la verdad. Añadiendo: a condición de que, rectificado el error, ésto demuestre lo necesario de su rodeo. Que éste texto no lo imponga, justificaría la reticencia. Lacan se había resistido a esa republicación diciendo que no hay relación entre la psicosis paranoica y la personalidad porque son la misma cosa. Esto es exactamente lo que les vengo a decirles; no hay relación sexual porque son lo mismo, los llamados dos sexos son andróginos.
Entonces propongo lo que de hecho hasta aquí presenté con marchas y contramarchas. No hay relación sexual porque ambos - el lugar llamado hombre y el lugar llamado mujer, al estar tomados por el lenguaje, el erotismo los equipara. Es lo que casi alcanza a mostrarnos en Caracas Lacan cuando a él ya le faltaba el aliento y a nosotros cortos de entendimiento, nos obligó con el tiempo, a ser lentos de entendimiento.
Notas
1* Leido el 13 de octubre, 2005, en La reunion Lacanoamericana de Florianopolis, Brasil.
Este artículo es parte de un libro que Oscar Zentner está escribiendo y cuyo titulo provisorio es: Del erotismo2 Zentner, O. The exile of James Joyce - après le mot le déluge. The Letter, Editor Carol Owens, Autumn 2004, No 32, Dublin, Ireland, p 275. Acheronta, Revista de psicoanálisis, No 19 (Julio 2004)
3 Zentner, O. From the correspondence Joyce Lacan leído en el Joyce-Lacan Symposium, Dublin Castle, Ireland, 2005. Publicado en Acheronta, revista de Psicoanálisis, n° 21 (julio 2005).
4 Lacan, J. es sorprendente que el número está ya dado en el lenguaje como lo que se transmite en él de lo real. Porqué no admitir que la paz sexual de los animales - para enfrentar uno que dice que es el rey, el león - se debe al hecho de que el número no está enganchado a su lenguaje pero quién sabe qué hacer con un cuerpo de hablanteser fuera de abrazarlo más o menos fuertemente. Qué pasa con el otro cuando el deseado le dice; apriétame fuerte! Un poco tonto para el coger. Cualquiera sabe como hacerlo mejor; digo cualquiera, una rana, por ejemplo. Hay una pintura que he tenido en mi cabeza por algun tiempo. Pude recordar el nombre del pintor no sin las dificulatdes propias a la gente de mi edad; Bramantino. La pintura está bien hecha para dar fé de la nostalgia de que una mujer no es una rana, que está ahí boca arriba en el frente de la pintura. Pero lo que es aún mas sorprendente es que la Virgen con el Niño tiene algo como la sombra de una barba, lo que tiene que ver con su hijo cuando sea pintado como adulto. La relación descrita sobre la Madonna es mucho mas compleja de lo que usualmente se piensa me ubico allí en lo real mejor que Freud, interesado en lo que hay del inconsciente porque el goce del cuerpo se apoya en el inconsciente Lo que el lenguaje puede hacer mejor es mostrarse estando al servicios de la pulsión de muerte. Esta es una idea de Freud, una idea genial que se confirma con lo que sigue; el lenguaje solo deviene efectivo cuando deviene escrito
Seminario de Caracas, 12 Julio, 1980. Venezuela. Papers of The Freudian School of Melbourne, Editor Oscar Zentner, Vol 2, p 106.5 Varón = andrsz y mujer = gunh (combinados) andrógino = andrsgunoz.
Lacan, J. Toda exigencia de a por el camino de esta empresa, digamos, ya que he tomado la perspectiva androcéntrica de encontrar a la mujer, no puede sino desencadenar la angustia del otro, precisamente por cuanto yo no lo hago más que a, por cuanto mi deseo lo a-íza, por así decir. Y aquí, mi pequeño circuito aforístico se muerde la cola: es por eso que el amor-sublimación permite al goce - y me repito - condescender al deseo. Sesión del 13 de marzo 1963, Seminario La angustia.6 Quizas tan artísticamente como en el cuadro de Zurburán con las tetas y los ojos de Santa Agata.
7 Mulazzani, G. Conocido por los numerosos interrogantes desde el punto de vista iconográfico el principal, el aspecto inquietantemente viril de la Virgen ofreciéndole a San Ambrosio una palma, lo que no tiene explicación dado que no es un mártir, y a sus pies, a la izquierda el cuerpo desnudo de Arian, y a la derecha a los pies de San Miguel, el demonio transfigurado en un sapo, mostrando así la actitud antiherética, desde que el sapo es una metáfora demoníaca, usada particularmente para representar lo herético La ópera completa di Bramantino, Classici Dell'Arte Rizzoli, Milano, Septiembre 1978.
8 Lacan, J. Seminario La angustia, sesión del 13 de marzo de 1963, citada tambien por Allouch en el trabajo aludido..
9 Lacan, J. Il y a une peinture qui me trotte dans la tête depuis longtemps. J'ai retrouvé le nom propre de son auteur, non sans les difficulté s propres à mon âge. Elle est de Bramantino. Eh bien, cette peinture est bien faite pour témoigner de la nostalgie qu'une femme ne soit pas une grenouille, qui est mise là sur le dos, au premier plan du tableau. Ce qui m'a frappé le plus dans ce tableau, c'est que la Vierge, la Vierge à l'enfant, y a quelque chose comme l'ombre d'une barbe. Moyennant quoi, elle ressemble à son fils, tel qu'il se peint adulte. La relation figurée de la Madone est plus complexe qu'on ne pense. Elle est d'ailleurs mal supportée. . Seminario de Caracas, 1980.