Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Memoria e identidad
La subjetividad y las leyes de la cultura
Gina Paola Donoso R.

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Resumen de Contenido

El quehacer psicoanalítico, sugiere la existencia de un ilimitado campo temático dentro de las narraciones culturales de los pueblos. La complejidad y diversidad con que estos cuentan, se encuentran dentro de bordes conceptuales a los que no podemos acceder si utilizamos únicamente el lenguaje de la conciencia y la racionalidad.

Al igual que la subjetividad individual, las identidades sociales y colectivas se apuntalan por las fuerzas apenas perceptibles de nuestros profundos procesos inconscientes.

La finalidad del presente trabajo monográfico consiste en explorar y a la vez sensibilizar la manera por la cual el material reprimido de nuestros orígenes sociales, específicamente, aquellos provenientes de los procesos de conquista y colonización española, puede hacerse manifiesto en los procesos ideológicos culturales, en los que nos vemos contenidos permanentemente. De igual forma, pretende proporcionar un cierto entendimiento de los orígenes de las dimensiones irracionales de las manifestaciones y acontecimientos violatorias de derechos humanos, que no pueden ser accesibles por medio de otras áreas del conocimiento humano.

Para todo esto, es preciso reconocer que los saberes de la psicología y el psicoanálisis no pueden, ni deben restringirse únicamente a procesos psicoterapéuticos individuales, sino que, al igual que en ellos, estas ciencias permiten la elaboración de nuevos y auténticos abordajes teóricos que contrasten y discutan los saberes tradicionales, aunque ello signifique muchas veces, grandes dosis de angustia y resistencia por toda la sugerente "verdad ominosa" de sus contenidos, de los que, al fin y al cabo, todos somos parte.

Recordemos, como nos dice Freud, el inconsciente nunca escapa a la cultura, de ahí que toda psicología individual sea desde un principio, psicología social al mismo tiempo.

 

Tabla de Contenidos

Resumen de Contenido………………………………………………... 1

Tabla de Contenidos……………………………………………………. 2

Parte I

Parte II

Conclusiones Finales

Notas

Bibliografía

PARTE I

"Lo que has heredado de tus padres
adquiérelo para poseerlo"
Goethe, Fausto, parte I, escena 1

"…sin embargo, mientras menos sepa uno sobre el pasado y el presente.
Tanto más incierto será el juicio que pronuncie sobre el porvenir."
Sigmund Freud en "El porvenir de una ilusión"

La Memoria Arcaica

Antes de comenzar a delimitar a qué nos referiremos cuando hablamos de memoria histórica y sus significantes, es preciso, analizar las realidades, que se encuentran circunscritas en ese pasado, es decir, los significantes reales acerca de los cuales vamos a referirnos dentro del proceso mismo de recuperación mnémica.

De esta forma, dentro de este amplio recorrido que representa la reconstrucción de algunos de los hechos más importantes en la historia de la humanidad y sus diversas culturas, hemos querido partir y posicionarnos, básicamente, desde una lectura psicoanalítica de éstos sucesos.

En este sentido, vamos a empezar por redescubrir algunas premisas importantes acerca de la constitución psíquica del hombre en medio del gran Otro, así como también la estructuración social de las llamadas comunidades desde sus orígenes más precarios. Solo así podremos articular en un segundo momento como todo este pasado sobredetermina nuestro actuar presente y posiblemente el futuro.

Encontramos, así que una de las formas grupales de asociación más primitivas, son los llamados sistemas del totemismo(1).

El tótem consiste básicamente en la reunión de algunos individuos que se identifican por lo general con un animal u otro elemento sagrados, y con el cual mantienen un vínculo particular, además, una característica importante que coexiste con éste, es "la norma severa de que los miembros del mismo tótem no tengan en vínculos sexuales recíprocos, vale decir, no tengan permitido casarse entre sí. Es la exogamia, conectada con el tótem."(2)

Freud aduce que este sistema de regulaciones totémicas pasa a formar parte de lo que se denomina "tabú", es decir una serie de prohibiciones a los que estos pueblos se ven sometidos sin saber cómo ni porqué, bajo penas o castigos muy estrictos, y que cómo veremos más adelante, tanto la represión de aquellos deseos incestuosos del tótem, como las limitaciones de allí derivadas, pasarán a constituir parte importante de la vida anímica de los seres humanos y por tanto de sus pueblos.

"Así, estos tienen hacia sus prohibiciones–tabú una actitud ambivalente; en lo inconsciente nada les gustaría más que violarlas, pero al mismo tiempo temen hacerlo, tienen miedo justamente porque les gustaría, y el miedo es más intenso que el placer. Ahora bien, ese placer es, en cada individuo del pueblo, inconsciente como en el neurótico.

Las prohibiciones-tabú más antiguas e importantes son las dos leyes fundamentales del totemismo: no matar al animal totémico y evitar el comercio sexual con los miembros de sexo contrario del clan totémico."(3)

En este mismo sentido, encontramos que la necesidad de castigo o expiación de las rupturas de las prohibiciones tabú es indispensable para la sobre vivencia de la comunidad, puesto que, de no hacerlo, de no pagar su violación, pronto descubrirían que ellos mismos se sienten tentados a transgredir los límites.

Podemos, entonces traspolar estas realidades "primitivas", con las actuales, y deconstruir una suerte de analogía, por la cual intentamos explicar como la estructuración misma de nuestras normas sociales y su constante ruptura (por ejemplo: la tan conocida corrupción) proviene justamente de esta llamada ambivalencia frente a la Ley. Y por supuesto, la constante impunidad de los hechos delictivos nacería de esta falsa identificación de aquellos deseos violentadores con los nuestros, lo que a su vez, se contrapone con la rigidez de la ley tiránica que hacemos recaer sobre los "otros", aquellos a quienes no vemos como pares: los pobres, los homosexuales, los desplazados, etc. Volveremos más adelante, a retomar los conceptos de incesto, muerte de tótem y Ley simbólica.

Dentro de esta misma ambivalencia, Frazer citado por Freud nos dice: "el comportamiento de los pueblos primitivos hacia sus jefes, reyes, sacerdotes está regido por dos principios que más parecen complementarse que contradecirse. Uno tiene que cuidarlos y tiene que cuidarse de ellos".(4)

Ciertamente, nuestros gobernantes y líderes en los más diversos campos del quehacer humano, retienen sobre sí una inmensa carga pulsional tanto de amor y veneración como de hostilidad.

La ley simbólica, aquella que nos mantiene cohesionados en el lazo social, proviene de la intervención paterna al interior del núcleo edípico, es decir el padre viene a cortar la relación simbiótica que se estructura entre la madre y el niño/a en los inicios de la vida, es aquel que implanta la ley de prohibición del incesto y que por ende, lanza al niño/a al mundo social.(5) La gran mayoría de figuras de autoridad, son inconscientemente investidas de las catexias pulsionales, que una vez descargamos en la figura paterna.

En Tótem y Tabú, Freud nos revela como el tótem primitivo, es realmente un sustituto del padre. Para ello, Freud se sirve de algunas teorías sociológicas, entre ellas la darwiniana, con respecto a las cuales, el mismo afirma "sería un disparate aspirar a la exactitud en esta materia, así como sería injusto pedir certezas."(6) Veamos un breve resumen de la teoría freudiana al respecto:

"Hay ahí [en la horda primordial] un padre violento celoso, que se reserva todas las hembras para sí y expulsa a los hijos varones cuando crecen y nada más…Un día, los hermanos expulsados se aliaron, mataron y devoraron al padre, y así pusieron fin a la horda paterna. Unidos osaron hacer y llevaron acabo lo que individualmente les habría sido imposible….El banquete totémico, acaso la primera fiesta de la humanidad, sería la repetición y celebración recordatoria de aquella hazaña memorable y criminal con la cual tuvieron comienzo tantas cosas: las organizaciones sociales, las limitaciones éticas y la religión."(7)

Freud afirma, que tras la celebración, pronto sobrevino el arrepentimiento y la conciencia de culpa. La fuerza del muerto se incrementó, las prohibiciones, esta vez, se las impusieron ellos mismos con mayor rigurosidad, la figura del tótem reemplaza la ambigüedad de afectos por el padre asesinado. Así también, el acceso a las mujeres provoca rivalidad y desavenencias entre ellos. Todo esto, marca justamente el origen de la conciencia moral y la eticidad, por un lado, y la prohibición del incesto con su correspondiente exogamia, por otro.

La conformación de lo social se encuentra construido por metas sexuales inhibidas y sublimadas, al igual que el arte, la religión o la filosofía. La sexualidad, tomada en su más amplio y profundo sentido, como las formas más diversas del pensar, sentir y actuar humano, son el origen mismo del material reprimido y por tanto inconsciente del hombre.

Si el origen y estructuración de lo social, se encuentra sobredeterminado por esta fuerzas pulsionales libidinosas, es de esperar que existan así también toda una serie de contenidos inconscientes en cuanto a lo social del ser humano, que rigen su destino y manifestaciones desde lo profundo, y que no siempre podemos vislumbrar y analizar con las ciencias del conocimiento tradicionales, por lo que muchas veces son justamente dejadas de lado, rechazadas y negadas hasta el cansancio, no únicamente por su condición ominosa sino también porque encierran en sí mismos todo el saber oscuro de la humanidad y por ello, su angustia.

Sin embargo, a pesar de la constante resistencia y el constante retorno de nuestros fantasmas primordiales, no podemos dejar de mirar al interior de toda esta historia real o mítica que, ciertamente organiza nuestra esencia y destino como seres de lenguaje.

"Un proceso como la eliminación del padre primordial por la banda de hermanos no podía menos que dejar huellas imperecederas en la historia de la humanidad y procurarse expresión en formaciones sustitutivas tanto más numerosas cuanto menos estaba destinado a ser recordado él mismo."(8)

Freud nos habla acerca de la condición básica de cualquier relación humana: la coexistencia de amor y odio, y toma como paradigma el símil de Schopenhauer sobre los puerco espines.(9) Esta agresividad imperceptible en virtud de la represión, desaparece de manera temporal al conformarse un grupo o masa de personas.

"Mientras esta perdura o en la extensión que abarca, los individuos se comportan como si fuesen homogéneos; toleran la especificidad del otro, se consideran como su igual y no sienten repulsión hacia él. De acuerdo con nuestros puntos de vista teóricos, una restricción así del narcisismo solo puede ser producida por este facto: una ligazón libidinosa con otras personas ".(10)

Podemos concebir entonces, como las relaciones sociales y la conformación de la cultura actúan como el hilo movilizador del intrínseco egocentrismo humano, el mismo que deviene en altruismo. Ahora bien, ¿qué sucede, en nuestras sociedades actuales, para que esta situación se quedara en condición de temporal (como las guerras, el fútbol, los efectos migratorios, etc.) y no respondan a un carácter de permanencia, el cual nos permitiría, ciertamente mayores progresos psíquicos y de toda índole, tanto a nivel individual como grupal?

El hombre ya sea en su actuar individual o gregario, se encuentra descansando sobre sentimientos hostiles originarios, ‹‹Homo homini lupus››* y son los límites o regulaciones de la ligazón social, los que permiten sofocar dichas mociones agresivas, reprimiéndolas, pero no por ello dejando de hacer sentir sus efectos o transformándolas por diversos mecanismos defensivos (la sublimación, sería uno de ellos) en una infinita gama de pulsiones y afectos, algunos creadores y vitales, como el arte, la ciencia, la ideología y otros destructivos y violentos, como las diversas la guerras, todas formas de exclusión y discriminación, etc.

Así, cuando hablamos de identidad, identidades o espíritu comunitario, hablamos de principios de igualdad y no-discriminación. Sin embargo, esta justicia social, según Freud, implicaría no necesariamente, que exista una repartición equitativa sino una restricción sin miramientos, que nace de estas pulsiones mortíferas, de una envidia originaria que recubre como una gran máscara aquellos aspiraciones más altruistas del hombre, pero sin que por ello, se pierda su enorme significado y trascendencia en la vida del hombre. Más, no debemos olvidar que, al ser poseedores de mayor saber acerca de los fenómenos, tendremos más oportunidad de actuar sobre ellos.

"El reinado de una providencia divina bondadosa calma la angustia frente a los peligros de la vida; la institución de un orden ético del universo asegura el cumplimiento de la demanda de justicia, tan a menudo incumplida dentro de la cultura humana…Cuando digo que todas esas son ilusiones, tengo que deslindar el significado del término. Una ilusión no es lo mismo que un error, tampoco es necesariamente un error."(11)

En este sentido Freud explica que, de la religión en todas sus manifestaciones, pero ciertamente, lo consideramos válido también para otras formas de reivindicación social ajenas a todo sentido místico. La bandera de los Derechos Humanos, la gestión social y muchas ong´s caben dentro de esta afirmación. Los mismos que, muchas veces al cumplir sus propósitos y metas últimas, precisarían un análisis profundo y exhaustivo de la realidad o realidades más allá de sus cualidades fenomenológicas y de las motivaciones personales e inconscientes que los mantienen, más allá del orden de la eticidad que ha empujado a un individuo o un grupo de ellos para consignar su trabajo en estos campos.

"Un abordaje ético, cuya motivación más profunda habrá de evidenciársenos luego, pretende ver en esta disposición al amor universal hacia los seres humanos y hacia el mundo todo, la actitud suprema hasta la que puede elevarse el hombre. No queremos dejar de consignar desde ya nuestros dos reparos principales. Nos parece que un amor que no elige pierde una parte de su propio valor, pues comete una injusticia con el objeto."(12)

En este sentido para ir adentrándonos más en estas temáticas, analicemos lo que Freud entiende por cultura:

"Por un lado, abarca todo el saber y poder hacer que los hombres han adquirido para gobernar las fuerzas de la naturaleza y arrancarle bienes que satisfagan sus necesidades; por el otro, comprende todas la normas necesarias para regular los vínculos recíprocos entre los hombres y, en particular, la distribución de los bienes asequibles."(13)

Las diversas regulaciones y castraciones simbólicas que impone la cultura, despierta gran hostilidad en los seres humanos, pero a la vez, una vez instaurada una mayor conciencia moral desde el superyó de los individuos, los sentimientos antisociales y enemigos de la formación cultural, se convierten en sus mayores portadores.

Esta renuncia, que impone la cultura a la real naturaleza humana, crea la necesidad en el hombre de replegarse a círculos sociales más cercanos y pequeños (familia, religión, cultura, etc.), lo que otorga un escape de la agresión hacia los extraños o ajenos a ese círculo. Y he ahí, la hiperbolización de esta dinámica que ha suscitado, en gran parte, el inicio de muchas de las grandes catástrofes actuales. No hay que olvidar tampoco, que dentro de estas terribles perversiones sociales, el proceso de reificación del otro, también juega un papel trascendental, el trastocarlo no como un igual con sus diferencias, sino como el objeto abyecto en el cual se deposita todo aquello poco gratificante del sí mismo y lo proyecta sobre aquel, y así, dos grandes vertientes de goce son asumidas: por un lado existe un deshago de aquello que representa una porción de angustia y displacer y se produce un apego más al ideal del yo; y por otro lado, puedo descargar toda la hostilidad contenida en un objeto que, debido a las proyecciones hechas se presenta como meritorio, racional y justificado.(14)

Ahora bien, todo lo examinado hasta aquí, tiene el sentido de haber recorrido varias de las caracterizaciones propias de los lazos sociales, sus orígenes y fundamentos, sus giros, su funcionalidad, y por supuesto, los anudamientos de su acontecer con la vida en general de los seres humanos. "…la coincidencia entre el individuo y la masa es en este punto casi perfecta: también en las masas se conserva la impresión del pasado en unas huellas mnémicas inconscientes."(15)

En este orden, Freud nos habla de la memoria arcaica, la misma que contendría predisposiciones y contenidos, huellas mnémicas de lo vivenciado por generaciones anteriores y que sin duda tienen un efecto; se actualizan en el las vivencias presentes.

Básicamente, esto es lo que Freud denomina, "el retorno de lo reprimido", que por cierto, nos dice, se consuma poco a poco, bajo el influjo siempre de los diversos y muy particulares espacios y temporalidades que llenan de sentido la historia de la cultura humana y que a su vez ejerce un profundo grado de direccionalidad sobre los mismos.

 

La Conquista del otro

¿Qué sería entonces lo que retorna? ¿Lo reprimido, que nos causa tantos estragos? Para empezar a analizar, aspectos específicos relativos a nuestra propia realidad, es decir la de América Latina y la del Ecuador en especial, es preciso remitirnos a consideraciones básicas acerca de los procesos de Mestizaje y Colonización de nuestras culturas. Ambos conceptos, de corte trágico y marcados por el dolor, ya que sin duda se inscriben en la más amplia categoría de guerra y genocidio olvidado pero que al mismo tiempo señalan procesos que se enmarcan dentro de vivencias, contenidos y afectos, que han sido desplazados al olvido, por medio de la represión principalmente; desde lo inconsciente, estas categorías no han muerto y por el contrario, mantienen efectos psico-sociales individuales y grupales que influencian ampliamente muchas de las características y fenómenos que nos acontecen en nuestro presente y seguramente ocuparán un sitial muy importante en el porvenir. "Cierto es que la historia del globo está hecha de conquistas y de derrotas, de colonizaciones y de descubrimientos de los otros; pero, (...) el descubrimiento de América es lo que anuncia y funda nuestra identidad presente (...)".(16 )

Cuando Colón y los españoles llegaron a América, sus impresiones, sus contactos y el nivel de interrelaciones que mantuvieron con los indígenas se caracterizaron por ser estructuras bastante vertical, en la cual, los españoles no pudieron identificar a los indígenas como sus semejantes y eran vistos más como objetos animados, como parte del paisaje. Existía un amplio margen de incomprensión debido al lenguaje y a lo simbólico propio de la cultura.

"(L)a percepción sumaria que tiene Colón de los indios, mezcla de autoritarismo y condescendencia, la incomprensión de su lengua y su señas, la facilidad con que se enajena la voluntad del otro en aras de un mejor conocimiento de las islas descubiertas; la preferencia por las tierras frente a los hombres. En la hermenéutica de Colón, éstos no tienen un lugar aparte."(17)

En principio, la toma de posesiones y el conocimiento de las nuevas tierras, es realizado por los colonizadores por medios relativamente pacíficos, aún con la existencia de esta reificación del mundo indígena, que se ve reducida a categoría de "bestias" y páginas en blanco a la espera de la inscripción española y cristiana.

En cuanto al tema de la evangelización que surge de forma muy natural, sin explicación, sin demanda ni consentimiento de los pueblos aborígenes, es muy importante notar, la ambivalencia que se siente desde el principio, que es la misma ambigüedad que regirá la idiosincrasia de nuestros pueblos con respecto a sus líderes, creencias y leyes, veamos:

"La mayoría del tiempo, este proyecto de asimilación se confunde con el deseo de cristianizar a los indios, de propagar el Evangelio. Sabemos que esta intención es la base del proyecto inicial de Colón, aún si la idea, al comienzo, es un poco abstracta (ningún sacerdote acompaña a la primera expedición)." (18)

[…]

"Colón habla como si entre las dos acciones se estableciera un cierto equilibrio: los españoles dan la religión y toman el oro. Pero además de que el intercambio es bastante asimétrico y no forzosamente conviene a la otra parte, las implicaciones de los dos actos se oponen entre sí. Propagar la religión presupone que uno considere a los indios como sus iguales (ante Dios). Pero ¿y si no quieren dar sus riquezas?. Entonces habrá que someterlos, militar y políticamente. (...) ahora bien, Colón habla una vez más sin la menor vacilación de la necesidad de someterlos, sin darse cuenta de la contradicción de lo que implican ambas acciones (...)(19)

A lo que se debe agregar que únicamente existió una sustitución de ciertos símbolos o imágenes y lugares por otros, lo que contribuyó enormemente al sincretismo de los cultos.

En cuanto a las mujeres indígenas, los españoles incurren dentro de la misma perspectiva, no se las reconoce con voluntad propia y se las juzga como objetos susceptibles de una doble violación. El maltrato físico, la tortura, y la descalificación viene unido con la invasión de sus cuerpos y la violencia sexual, la misma que como veremos más adelante, tuvo impactos sociales muy grandes e importantes. En suma como nos dice Todorov: "Colón ha descubierto América, pero no a los americanos."(20)

Es interesante además, para nuestro estudio, cómo se derrumba prontamente el mito de la unión y la solidaridad de los indígenas y sus formas de resistencia contra los españoles. En general, los indígenas eran pueblos divididos, en constantes guerras internas de conquista, y muy especialmente contra sus invasores primarios, los incas en el sur y los aztecas al norte. Esta situación decidió en gran medida el triunfo español, a lo que se unieron otros factores tales como; la creencia (aunque temporal) de que los españoles eran dioses, o las "advertencias y castigos" de la naturaleza y divinidades en forma de desastres naturales. "Por lo demás el error de los indios, no habrá de durar mucho, pero sí lo suficiente, para que la batalla, esté definitivamente perdida, y América se encuentre sometida a Europa."(21)

Otra categoría que es preciso rescatar como parte influyente de la represión del colonizaje español y sus efectos, es precisamente, la inexistencia de un lenguaje escrito desde la visión indígena, que permita preservar en la memoria colectiva y la incidencia de los hechos acaecidos por sus pueblos en manos españolas.

Estos acontecimientos se vieron sujetos a permanecer dentro de una tradición oral, que sin duda, iba perdiendo cada vez mayor contenido y, muy especialmente, la historia fue sujetada por el discurso evangelizador de la iglesia, la misma que tenía una versión parcializada y asimétrica de las cosas. "...tenemos la impresión de que la voz de los sacerdotes mexicanos, afirmando sus lazos con el pasado, va siendo progresivamente ahogada por los abundantes discursos de los franciscanos."( 22)

Retomemos ahora, el tema de las mujeres indígenas: éstas se convirtieron en un pretexto más de la conquista y fueron muchas veces ofrecidas en calidad de regalos a los españoles; otras veces las mujeres tomadas prisioneras y como ya dijimos frecuentemente violadas. Ahora bien, lo peculiar de todo esto es que en la gran mayoría de ocasiones en que ellas tuvieron la oportunidad de ser devueltas a sus comunidades, simplemente no quisieron hacerlo y prefirieron quedarse como concubinas, parejas y sirvientes de los españoles.

"Durante varias generaciones, los hombres deprimidos no tenían erecciones y las mujeres sufrían de amenorrea, no lograban reproducirse. Este quiebre del pacto simbólico había modificado tanto el equilibrio subjetivo y la estabilidad del horizonte, que la población no logró reproducirse."(23)

Un gran ejemplo de esto es la india Malinche en México, quien sirvió de intérprete y amante de Cortés, lo que la hizo "ganadora" del título de traidora y encarnación de la servidumbre, aunque en realidad no es ella una de las primeras figuras de nuestro mestizaje actual?

En resumen, esto agotó profundamente la psiquis de los indígenas varones y repercutió enormemente en el exterminio de los indígenas pues el nivel de reproducción y natalidad bajó en gran medida, a lo que por supuesto, había que agregar las grandes matanzas, las enfermedades traídas desde España como la viruela y el sarampión, el agotamiento físico y las fuertes depresiones y trastornos psíquicos que sufrió la población. Veremos después las secuelas que todo ello dejó en nuestro actual mestizaje e idiosincrasia.

"...diremos que, en el año de 1500 la población global debía ser de unos 400 millones, de los cuales 80 estaban en las Américas. A mediados del siglo XVI, de esos 80 millones quedan 10. O si nos limitamos a México: en víspera de la conquista, su población es de unos 25 millones, en el año de 1600, es de un millón."24

[…]

" Las criaturas nacidas, chiquitas, perecían, porque las madres, con el trabajo y el hambre, no tenían leche en las tetas; por cuya razón murieron en la isla de Cuba,...7000 niños en obra de tres meses: algunas madres ahogaban desesperadas las criaturas, otras, sintiéndose preñadas, y tomaban hierbas para malparir con que las echaban muertas."(25 )

En este punto, es preciso señalar que, a pesar de la crueldad generalizada de los conquistadores españoles, existieron también notables personajes dentro de éstos, quienes destacaron por su nobleza frente al indígena y denunciaron los tropellos de los que éstos eran víctimas. Entre estos se encuentra Fray Bartolomé de las Casas, el mismo Colón y los Reyes de España, estos últimos procuraron hacer respetar los derechos de los aborígenes y su condición humana. Es importante notar, aún en contra de toda la tradición histórica e ideológica de nuestros pueblos, que es imposible no rescatar los beneficios que advinieron con los españoles, como son el adelanto técnico y científico, legado que hasta ahora mantenemos y utilizamos de forma provechosa.

En el mismo sentido debemos rescatar, que todas las culturas y pueblos del mundo se originaron desde el encuentro o sincretismos de diversas y hasta contrapuestas cosmovisiones. Aceptar esta realidad en nuestro interior es el primer paso para asumir nuestra subjetividad y nuestra identidad.

Sin embargo toda esta ambigüedad, sin duda confundió a nuestros indígenas, veamos: "Preguntando españoles a indios (y no una vez acaeció sino más), si eran cristianos, respondió el indio: Sí señor, yo ya soy un poquito cristiano, dijo él, porque ya saber yo un poquito mentir; otro día saber yo mucho mentir y seré yo mucho cristiano."(26)

Sin duda, la gran violencia que ejercieron los españoles durante este período es innegable, la ambición de riquezas y territorios no es la explicación última ante la tiranía sin límites. Nos encontramos hablando de la pulsión de muerte encarnizada en las personas de los españoles, lo perverso elevado a su máximo nivel. Y es que durante toda esta etapa, se vivió una realidad fuera de todo parámetro que puede imponer una cultura o sociedad. No existe ninguna suerte de Ley simbólica, ni siquiera simples legalismos. La Ley ha sido anulada, los indígenas se encuentran a expensas de forma total y absoluta de sus, ahora, amos. Estos "otros" son el absurdo y atomizado "eje del mal" sobre los que descansan los más profundos sentimientos de ira, culpa, y menosprecio. "Hicieron (en los indios) crueldades inauditas, pues les cortaron narices, brazos y piernas y a las mujeres, los pechos...(27).

El recordar y realizar el análisis de estos hechos, como nos dice Todorov, van en sentido no de encontrar fo rmas retributivas, de venganza o resentimiento respecto a aquellos que un día causaron dolor y muerte, sino mas bien:

"que se recuerde qué es lo que podría producirse sino se logra descubrir al otro"....tratamos de combinar lo que nos parece mejor en los dos términos de la alternativa, queremos igualdad sin que implique necesariamente identidad, pero también diferencia sin que ésta degenere en superioridad, inferioridad...aspiramos volver a encontrar el sentido de los social, sin por ello perder la cualidad de lo individual."( 28 )

Podemos afirmar que no existe un discurso como tal en el colonialismo, pues esto supondría que existe una suerte de equivalencia y capacidad de diálogo entre las partes, pero no es así, "el hombre importa aquí como objeto del discurso, más que como su destinatario."(29)

Es indudable que tanto la conquista como el colonizaje español, constituyeron un corte dentro del normal proceso histórico de toda América y que ello significó un resquebrajamiento y a su vez, su posterior re-composición de la psiquis individual y colectiva de nuestros pueblos.

"Cada país tiene una historia diferente. La de América Latina está marcada por el colonialismo, que constituyó una ruptura del pacto simbólico, es decir, del reconocimiento y del respeto del otro como un semejante, aunque no hable la misma lengua, ni tenga la misma cultura ni el mismo dios..."( 30)

Podríamos decir, que toda forma social se constituye a partir de la exogamia, como veíamos antes, y que por ende, se encuentran formadas de varias vertientes o influjos externos. Es decir, no vamos a encontrar culturas puras provenientes de un solo origen. Esa es la riqueza de la naturaleza gregaria del ser humano. ¿Pero entonces, no contribuiría dentro de este enriquecimiento, el aporte español en la conquista y la colonia?

Aunque a la larga, ciertamente resultan provechosos los adelantos europeos en América, la respuesta es absolutamente negativa. Este sincretismo cultural que se produjo hace más quinientos años, no fue fruto de alianzas o acuerdos simétricos, todo lo contrario, fue un salto abrupto, lleno de violencia y sin sentido que vino a alterar toda la concepción simbólica y de valores constituidos anteriormente en toda América.

"Cuando en Cajamarca, Pizarro, logró tomar a Atahualpa como rehén, pidió un rescate; cuando obtuvo el rescate, mató a Atahualpa. Esto es un ejemplo histórico y elemental de una ruptura decisiva de lo que Charles Merman llamaba pacto simbólico."(31)

Retomemos el tema del mestizaje y veamos como, esta ambigüedad respecto a nuestros orígenes, a nuestros padres en lo imaginario social toma una fuerza inusitada para hablar de nuestra identidad. Así como la importancia de recuperar ésta en nuestra memoria histórica, para así fortalecer nuestros vínculos recíprocos, reducir el nivel de violencia y quizá conseguir una sociedad más justa. Veamos:

"En el Ecuador, tenemos una situación doble, que un aspecto puede ser generalizado a lo latinoamericano, y en otro aspecto particularizado al ecuatoriano y tiene que ver con nuestra ascendencia justamente. Por un lado, nos hallamos mestizos y descendientes de los españoles y de indios, pero tenemos vergüenza de decir que somos descendientes tanto de españoles como de indígenas. De los españoles, porque supuestamente los colonizadores que llegaron a este país no fueron los más calificados, aunque nos olvidamos que en esa época, España era la mayor potencia del mundo; y por el lado indígena, olvidamos que somos descendientes de los incas y tratamos solamente de tomar los pueblos indígenas locales, desconociendo el imperio incaico que fue una de las mayores civilizaciones del mundo".(32)

Ahora bien, consideramos, que esta recapitulación de la historia olvidada de nosotros mismos, necesita y debe ser recordada y elaborada por todos. Sin embargo, no debemos caer en "esta creencia ilusoria de que si estamos entre gente de la misma familia nos comprenderíamos mejor, pero que, como sabemos, los conflictos en el interior de la familia son tan grandes como la familia misma."( 33)

Por supuesto, el develamiento de cualquier conocimiento, por sí solo, no repercutirá de forma inmediata en la transformación de una realidad, y ésta siempre se presentará con sus disfuncionalidades propias. No es bueno creer aún en el mito del "paraíso perdido", pero sí en una sociedad más humana. Es válido suponer, como Foucault afirmaba, en su libro Vigilar y Castigar; "Hay que admitir más bien que el poder produce saber (y no simplemente favoreciéndolo por que lo sirva o aplicándolo porque sea útil"(34), si poseemos mayores saberes respecto de algo, tendremos mayor oportunidad para influenciar sobre este fenómeno y esa sería la consigna con respecto al retorno de nuestro pasado elaborado hasta aquí.

 

PARTE II

"He aquí la memoria, o mejor la experiencia, que es la
memoria más la herida que te ha dejado,
más el cambio que ha operado en ti
y que te ha hecho diferente"
Italo Calvino

"…Hay pendiente una lucha en común
en el campo de la memoria.
No alcanza con no olvidar para recordar.
Es necesario además un recordar CON,JUNTO,A.
Es necesario unir y nutrir memorias".
Eduardo Müller

La Memoria Histórica

Para hablar acerca de memoria histórica, es preciso conceptuar a ésta como una de las formas estructurantes de todo ser humano, es decir, que la historia cualquiera sea esta (familiar, étnica, nacional, etc.) atraviesa los núcleos más íntimos y subjetivos de todo los hombres y mujeres: Al mismo tiempo, los sujetos son elementos activos en la construcción de sus propias historicidades. "Así el sujeto psíquico es el sujeto histórico y viceversa, y no solo en una inmediatez familiar o microgrupal; cada sujeto habita y es habitado por la historia que construye y que lo construye en su singularidad social."(35)

La memoria como tal, posee significaciones individuales y sociales muy amplias, no puede estar ya solo reducida a funciones cognitivas y de aprendizaje. La memoria es una instancia estructurante de la vida del ser humano, un compendio de contenidos tanto recordados como olvidados.

Aquello que no es familiar, cercano y conocido es tan significativo como aquello que hemos preferido evitar, negar y reprimir en el inconsciente. La memoria y la no-memoria son partes de la historia, ambas existen en función y gracias a la otra. El sujeto no puede recordarlo todo, pero tampoco puede olvidarlo todo, (recordemos al singular Funes el memorioso de Borges(36) y cada recuerdo u olvido es fruto de una significación especial.

"Memoria y olvido como dice, Juan Goytisolo, son elementos complementarios e inesperables de nuestras vidas. Es evidente que el hombre no puede con el peso de una memoria absoluta y total. Por eso necesita a veces desdibujar y seleccionar para olvidar aquello que le incomoda y retener solo lo que no le molesta. El ser humano apuesta por aquellas parcelas de sus recuerdos que más le interesan o que más se acomodan a sus necesidades."(37)

Está claro, entonces, que tanto los recuerdos como los olvidos son elementos encubridores de una realidad actual y presente, que no han desaparecido y no han sido borrados a pesar del tiempo, del sufrimiento o de las políticas y leyes que nos imponen historias oficiales desde los poderes dominantes, para intentar que olvidemos nuestro pasado, el mismo que atentaría contra los intereses de dicho poder.

La libertad del ser humano en cuanto autonomía e independencia para excogitar sus formas de vida, es comprendida en tanto se encuentre atravesada por idea de sujeción al gran Otro de la cultura y el ordenamiento social. Ahora bien, nuestro poder de decisión y elección disminuye o inclusive desaparece cuando las premisas de saber que lo anteceden se encuentran distorsionadas, cuando los conocimientos o verdades en los que nos basamos, se encuentran falseadas, quebrantadas o disfrazadas. Esto lo que ha acontecido con respecto a nuestros orígenes y a nuestra identidad.

"El psicoanálisis es empresa de liberación del pasado, convoca a recordar, ejercicio de memoria en transferencia, es decir, en relación a otro, cuyas vicisitudes permitirá la historización, soporte de nuevas organizaciones. Recuperación de lo borrado por la censura a partir de indicios de transferencia.

Repetición: re-petición: pedir de nuevo. Todo se teje entre dos…La repetición es una tentativa fallida de trascripción, traducción."(38)

En este sentido, a nivel socio-cultural ¿Qué nos encontramos repitiendo? ¿Qué estamos pidiendo por vez consecutiva? ¿Qué necesitamos que se nos traduzca verdaderamente?. Pues bien, no hemos alcanzado a comprender e introyectar lo que verdaderamente somos, nuestras vertientes de origen, por ello estamos constantemente repitiendo lo vivido pero no registrado conscientemente, para alcanzar así, quizá imaginariamente, una mayor intelección sobre aquello.

La denegación y trastrocamiento del lugar de la Ley simbólica (metáfora paterna), en sus más amplias variaciones (violencia, corrupción, exclusión, egocentrismos, etc.); fruto del desconocimiento de sus significantes fundantes, es decir, la denegación de la coexistencia de lo indígena y lo español en cada sujeto; negamos y despreciamos cada una de sus manifestaciones en un pintoresco doble discurso, pues al mismo tiempo que nos disfrazamos de majos en la plaza de toros, no podemos dejar de comer chochos con tostado y de hablar de nuestros hijos como los guaguas.

"Pero el lugar del padre no es solamente en la familia; el lugar del padre es una representación de la cultura que tiene una función importante se sostén e identificación para los sujetos y para la constitución subjetiva de la generación siguiente.(…) En la época actual tenemos un padre inconsistente, insisto no me refiero a las personas en su singularidad, sino a la representación que transmite el discurso social: violento e inconsistente(…) Lo que queda oculto es la perversión del padre, perversión a entender estructuralmente como Freud la entiende (y como Lacan), como aquel cuya posición frente a la castración es ignorarla. O sea, un discurso de Amo. Es decir, un lugar simbólico, el lugar paterno está ocupado por el Amo, Y el Amo desconoce las leyes fundantes de prohibición del incesto y del crimen."(39)

Efectivamente, la carencia de significante paterno evidenciado en gran parte de nuestra historicidad, ha sido ocupado por una no-ley, por este significante amo que rige nuestros intercambios, es decir, una significación arbitraria que invalida o mimetiza los principios rectores de convivencia social.

En este contexto, las violaciones de derechos humanos en la mayoría de nuestras sociedades, pasan a ser el pan de todos los días. Realmente no existe una conciencia clara acerca de su naturaleza, lo qué significan y sus alcances reales. Por el contrario, son muchas veces utilizados como un simple artilugio político de las esferas de poder. La sistematización organizada de su violación al interior de los Estados y por parte de los mismos, son hechos que sin duda, se constituyen en la representación emblemática de lo que muchos parecen considerar, como propio de su efímera naturaleza: "utópica" "moralista" "irreconciliable con la realidad" y por tanto, desdeñable.

"Esa forma particular de olvido que es la represión produce efectos en lo normal y en lo patológico, en lo singular y en los lazos sociales, los actores están implicados: soportes agentes u objetos de prácticas institucionales que transmiten mandatos y ofrecen representaciones que hacen eco a las representaciones inconscientes de los sujetos. El obstáculo principal para la toma de conciencia está en la propia estructura, la escisión del yo, producto del trauma constituyente; aquello inasimilable que hará eco en lo inasimilable de la realidad: afecto de terror."(40)

Efectivamente, existe una clara división subjetiva en cada uno de nosotros, nos encontramos des-identificados desde lo más profundo de nuestro interior, por tanto, es imposible poder reconocernos en el otro. Al contrario, aquello que encontramos en este otro nos parece extraño, ajeno a nuestra realidad y al mismo tiempo temible y ominoso, pues constituyen lo que hemos negado y escondido de nosotros mismos, por ello nos enfrentamos contra este, desplegamos toda nuestra violencia y formas de comportamiento ambiguo y contradictorio, producto de nuestra propia confusión y agresividad.

"El narcisismo implica siempre la relación al otro y la identificación. Cuando el agente de la violencia es a la vez condición para sobrevivir (trauma precoz o trauma histórico) el deseo de la muerte psíquica y/o material pesa como sentencia. El proceso de inscripción y fijación, el afecto de terror y la fascinación consecuente comprometen de manera fatal el proceso identificatorio: el destino será autodestructivo o destructor."( 41)

 

Mecanismos de Reproducción Mnémica Social

La variabilidad de artefactos, espacios y formas representacionales (monumentos, museos, mercados, iglesias, danza, música, literatura), encarnan una memoria social que produce y reproduce significaciones culturales emblemáticas y prácticas sociales que van creando poco a poco una suerte de continuidad, un hilo argumentativo entre lo pasado y lo actual, así como también, van creando lazos de identidad y afectos entre los sujetos, en tanto sus actos conmemorativos formales o no, conscientes o inconscientes continúen en vigencia.

En este sentido, es preciso no ignorar el fundamental papel que juegan todos aquellos medios de comunicación, pues son éstos quienes concentran en sí la capacidad de creación y dirección de la memoria histórica. "Los medios de comunicación y sus formas paralelas de presentación y discurso limitan y dan forma a lo que puede, o no, ser pensado, dicho, escrito y recordado." (42)

Si sabemos que tanto el recuerdo como el olvido forman parte de nuestra memoria social y ésta es, justamente, la base del poder y la integridad de un pueblo o comunidad, es justo suponer que esta dinámica entre lo que está permitido recordar y lo que no, además de nuestras propias motivaciones individuales e inconscientes que hemos revisado, se encuentre también una instancia organizada que pretenda regular nuestras huellas mnémicas, "No es solo que quien controla el pasado controla el futuro, sino que quien controla el pasado, controla quiénes somos."(43 )

 

La Identidad como proceso subjetivante

Es claro, que debido a la actual y emergente crisis de modernidad y las dinámicas globalizantes, las fracturas de las totalidades comunitarias han desprendido una serie de identidades sofocadas por largos períodos o que en su defecto, han sido marginados en calidad de "objetos" de museo, folklóricos y artificiosos. Ese es el caso de los pueblos indios y afros de América Latina, así como también de los grupos yugoslavos y las comunidades de la antigua URSS. Es preciso, enfatizar, que los procesos identitarios se construyen en la tensión permanente entre las "exterioridades" y las "interioridades" de lo social de cada pueblo o comunidad.(44)

"Si la cuestión de la identidad e identidades ha adquirido un tal relieve, se plantea hoy con la intensidad, y en ella se cifran tan fuertes apuestas, es porque la identidad ha dejado de ser algo "dado" y "recibido" , para convertirse en algo "producido". Lo que hasta ahora se definía en términos de tradición, por referencia al pasado, las nuevas identidades se construyen en base a rupturas con dicho pasado y cada vez más en término proyectivos; como si la actualización de las memorias colectivas comportara el ejercicio de dichos olvidos necesarios, y las nuevas conciencias de identidad se nutrieran menos de los recuerdos de lo que un grupo ha sido y cada vez más de lo que quiere ser."(45)

Se trata entonces de otorgar o estructurar un sentido a la escena social. Tanto las rupturas con los significantes del pasado, como la emergencia de nuevos paradigmas individuales y colectivos nos imponen la búsqueda de sistemas de referencia, es decir, un orden simbólico que organice y descifre los dispersos fragmentos sociales sobre una experiencia y un pasado común y compartido "que les permitan dar un sentido relativamente estable, sino fijo, y coherente a su existencia: de construir una identidad, de comunicar con los otros, de participar y compartir en la producción real e imaginaria, del mundo, haciéndolo subjetiva y colectivamente vivible y habitable."(46)

Al no existir esta imagen coherente y medianamente integrada por los sujetos, se desprenden los elementos de intolerancia, disgregación, hostilidad, des-identificación y vínculos socio-afectivos superficiales en los que priman sentimientos disipados y no se reconoce al otro como igual. Lo identitario se funda y se construye en este reconocimiento de la alteridad, es lo que define su carácter relacional.

"…(E)n el 'yo soy yo', valida el principio sociológico de la diferencia, que del otro, el lugar del descubrimiento de sí mismo (tal era el ideal viajero de los antiguos griegos que encontraban en el conocimiento de otros pueblos diferentes, la mejor forma de profundizar 'su propio reconocimiento', el gnosei seauton)."(47)

Las identidades, entonces se conforman sobre un continuum de identificaciones y diferenciaciones con sus "otros" más cercanos. Ahora bien, toda sociedad nos dice Sánchez-Parga, posee un óptimun de diferencia, por la cual esta categorización es importante en tanto núcleo cohesionador de un pueblo, pero puede volverse amenazante si rebasa su umbral máximo pues se trastoca en elementos xenófobos y si rebasa su umbral mínimo una sociedad determinada puede mimetizarse y volverse irreconocible entre el resto de culturas.(48)

En este punto surge la ideología del mestizaje, proceso complejo y polémico que ha despertado grandes discusiones, que ha sido objeto de muchas críticas pero también de fervientes adhesiones. Se ha intentado ubicar lo mestizo como la gran pantalla que borra todo sesgo de particularidad india diferenciada, la antítesis de lo plurinacional como herencia arcaica, lo cual es ciertamente lamentable y cuestionable, pues implica un vaciamiento de todos los significantes e intercambios culturales y la anulación de sus reales alcances en cuanto la riqueza histórica y etnográfica que posee como una:

"nueva identidad que recoja, acrisole y valorice dichos elementos, pero acompañado dicho acto con la aceptación de los grupos humanos que conservan con mayor volumen, consistencia e integralidad aquellos rasgos que también forman parte de esa suerte de etnicidad mestiza."(49)

La convergencia del fenómeno y la idea del mestizaje cultural es una realidad a la que accede cualquier cultura en el mundo; prácticamente no existe ninguna que no sea el producto, a través de la historia, de numerosos y densos sincretismos culturales.

"(L)as culturas no solo existieron interculturalmente sino que el mismo origen, la formación y desarrollo de las culturas se operó en base a la interculturalidad. En este sentido, las relaciones interculturales no son una simple posibilidad o contingencia de las culturas, sino mas bien la condición de su posiblidad y de sus existencia misma".(50)

El mestizaje de nuestros pueblos no es la excepción de este proceso de hibridación; existieron pueblos, etnias cacicazgos, y algunos persisten todavía, incluso antes de la llegada incaica y cuyas organizaciones cambiaron y se fueron transformando con las diversas conquistas y alianzas que establecieron, tanto entre sí, como con lo incas y posteriormente los españoles (éstos últimos que también proceden de una variada mezcla de culturas), sin tomar en cuenta además la población negra introducida durante la colonia.

Por un lado, las concepciones de hispanidad sobrevaloran el origen español, negando el carácter civilizatorio de los pueblos originarios de nuestro continente.(51) Mientras que las ideologías reivindicatorias extremas de lo indígena pretenden encontrar en "lo indio" el mito de salvación al interior de la esfera socio-política en el Ecuador y quizá en el continente americano.

 

La educación y su relación con el pasado histórico

La relación que debe establecerse entre los conocimientos y saberes que nos otorga la enseñanza de la historia de nuestros pueblos, sus guerras, su idiosincrasia, sus héroes, sus triunfos y calamidades, con respecto, a la simbolización y apropiación de una cultura que nos identifique a unos con otros, que mitifique nuestros orígenes en la memoria colectiva, constituye uno de los ejes movilizantes del presente y un referente claro para el futuro.

La educación de la historia cobra sentido, en cuanto se propone adecuarse a las necesidades del presente, es decir, el conocer los hechos y situaciones de un determinado acontecimiento no significa nada realmente, si no se lo reinscribe dentro de un margen contextual y se traspola sus diferencias y similitudes pragmáticas a nuestra vivencia actual. Si no se efectúa un esfuerzo de apres-coup, (resignificación) los significantes quedan borrados, anulados o inclusive trastocados.

"…(L)a idea de que quien desconoce la historia corre el grave peligro de repetirla. La imitación del pasado y de quienes vivieron en él; esto es en circunstancias distintas, puede implicar anacronismos sumamente dañinos y peligrosos."(52)

En este sentido, la historiografía queda corta, si a ella no se añaden los componentes simbólicos e imaginarios del acontecimiento de un puro real; pero más allá de esto, las catexias afectivas de los mismos, han sido, permanentemente aisladas y dejadas de lado.

Partimos de aquella premisa popular según la cual, no se puede amar lo que no se conoce. Por tanto, no podemos simpatizar con aquellas obras o actos que se ignoran, ni distinguir entre aquello que me identifica como parte de un gran Otro y disentir con aquello que es invasivo y alienante.(53)

La memoria histórica y sus operaciones se sostienen básicamente en torno a la formación cultural. Es justamente lo simbólico, en su alcance, tan claro y objetivo como neutro y difuminado a la vez, lo que permite la intersubjetividad. Los componentes cognitivos, políticos e ideológicos son parte también de ella. La construcción de una cultura histórica articularía las más diversas gamas de lo social, desde la educación formal, hasta las festividades conmemorativas, monumentos, etc. Los lugares y objetos de memoria recrean o pueden recrear espacios para la crítica, la legitimación, el saber, la diversión y demás; las mismas que constituyen fuentes claras de análisis y transmisión.

Si los conceptos de historia, identidad, pertenencia de los pueblos y conciencia histórica, entre los más importantes, son la base fundante del porvenir de los mismos; es claro que no somos los primeros en notarlo, los sectores económica y políticamente dominantes, se encuentran actualmente "intentando fabricar pueblos bonsai; al privarlos de su conciencia histórica cercenan sus raíces y los vuelven pueblos enanos…"(54)

En este sentido, el conocimiento del pasado, el develamiento de una memoria histórica intra e inter-subjetiva permite a los sujetos reconocerse como tal en la alteridad y actuar con plena conciencia del alcance y significación de sus movimientos. Esta representación nos introduce directamente en el espacio del poder. Recordemos nuevamente lo que nos dice Foucault:

"El poder no debe pensarse sin escapatoria, así como tampoco puede esperarse un lugar del gran rechazo. Las relaciones desempeñan en las relaciones de poder el papel de adversario, de blanco, de apoyo, de saliente para una aprehensión. Los puntos de resistencia están presentes en todas partes dentro de la red de poder"(55)

Los saberes míticos, aquellos que involucran los orígenes de nuestro devenir humano son aquellos que se cargan de mayor significación, de mayor contenido ontológico y por ello, más investidos de poder, razón por la cual mayor resistencia liberan.

La Impunidad y su relación con la construcción de una Memoria Histórica

La impunidad, como proceso institucionalizado en varios países de América Latina, marca el registro simbólico de aquello que es vivido como "normal". La tortura, las desapariciones forzadas, el genocidio de los indígenas de toda América, entre otros, son hechos ciertamente crueles y perversos cuyo castigo olvidado y muchas veces hasta negado, ha impuesto la idea socializada de que todo está permitido, incluso la reificación total y absurda del ser humano.

La Ley, en sus funciones organizativas, reguladoras, reparatorias y cohesionadoras, no ha logrado otorgar sentido a las catástrofes sociales que hemos vivido, ha quedado en el limbo, en la anomia absoluta. Todo lo permitido y lo no permitido se ha diluido entre sí, esto ha llevado a la perversión social en su más amplia significación.

"La ausencia de sanción del crimen por parte del Estado –que en el ámbito psicosocial inhabilita las funciones que debería cumplir en cuanto garante del orden simbólico, lugar de terceridad y regulador de los intercambios- deja abierta la posibilidad de reactivación periódica de vivencias de desamparo. (Kordon y Edelman 1999)."( 56)

¿Cómo se puede simbolizar, historizar, otorgar referencialidad a hechos que no pueden ser siquiera nombrados, que no son temas adecuados para una conversación, que son evitados, minimizados, negados, ridiculizados y hasta glorificados?.

Los hechos de la conquista y colonia en América, sin duda caen dentro de estos parámetros "dificultando de este modo la urgente labor de sanar y reparar lo dañado; sabemos que quiebra el sentido de comunidad política y de sociedad humana, deshaciendo los lazos de reciprocidad y solidaridad que implica cualquier relación humana y organización social verdadera.("57)

Sin embargo, son estos saberes los que nos llevan a encontrar más que respuestas, interrogantes acerca de acaecido en el pasado y su relación con nuestro presente. De igual forma, nos impulsa hacia la búsqueda de nuevas explicaciones que orienten la demanda social del derecho a un coexistir en medio de un ambiente y una cultura de paz.

Por tanto, limitar la cuestión de la impunidad al ámbito jurídico, sería un reduccionismo fatal. Considerarla como un aspecto inherente únicamente a los actos violatorios de derechos humanos de la época actual, es decir, a partir de 1948, sería cometer un doble olvido.

"La impunidad tiene sobre todo una dimensión política, más aún, es un problema de sociedad. Tiene que ver con el presente y el futuro: con el tipo de sociedad, de relaciones y formas de ejercicio del poder, de construcción de una cultura política, uno de cuyos elementos es la memoria histórica." (58)

Ahora bien, el pasado de nuestras culturas y de nuestros países, casi como en todos, ha sido construido sobre la base de guerras, muertes, sacrificios, dolor, y demás. Por esta razón, no es difícil caer en la tentación de querer olvidarlo todo, de no recordar más tanto dolor y sufrimiento y es por ello, que encontramos tan poco desarrollada la consciencia de la necesidad de una memoria histórica que represente el sentir de una colectividad.

En este sentido, podemos afirmar que lo impune de los sucesos de la colonia, la conquista y los procesos de mestizaje en América, han legitimado inconscientemente el uso y abuso de un tipo de violencia tanto real como simbólica (aquella ejercida desde los estamentos de poder que hace que les otorguemos a los hechos un sentido acorde a los intereses de ese poder. –Bourdieu) en sus más variados planos. La intolerancia frente al otro, la agresividad e inseguridad social, el individualismo o narcisismo exacerbado, la corrupción, la ingobernabilidad, son solo efectos psíquicos internos que se develan y se ponen en juego en la escena social.

"Así la memoria, que es fuente de la construcción del saber y de la elaboración del pensamiento, con la Impunidad pierde su capacidad de adquirir, retener, y por tanto, utilizar satisfactoriamente una nueva experiencia. En ocasiones los hechos más banales de la vida cotidiana despiertan dramáticamente la evocación del pasado".(59)

El verdadero desarrollo por tanto implica, no solo una mirada hacia delante, sino que conlleva necesariamente la investigación del pasado, resignificarlo y difundirlo. La historia se trasmite, como ya vimos, de múltiples maneras y desde variados espacios. La responsabilidad, por tanto, la compartimos de todos.

"También se puede legar a los descendientes lo que quedó sin palabras y no fue pensado. Esta es la transmisión negativa que se hace presente repitiendo aquello que no pudo ponerse en ideas." ( 60)

 

Conclusiones Finales

Las implicaciones que posee la memoria histórica de los pueblos dentro del alienante campo de lo social, resulta sin duda alguna, de gran trascendencia para la estructuración simbólica, tanto de los sujetos individuales como de los actores colectivos.

Sin duda, el carácter constitutivo del pasado como referente básico de la realidad presente, como de los posibles escenarios futuros, ha hecho que se resignifique y se abran espacios de diálogo acerca de la búsqueda y orientación de nuestros orígenes en sus más variados aspectos. Los contenidos arcaicos reprimidos de nuestras vivencias subjetivas y sociales guardan saberes muy profundos acerca de nuestra esencia humana y ofrecen explicaciones que rebasan los conocimientos de la ciencia positiva.

El re-descubrir y re-significar hechos fundantes de nuestra subjetividad, como el contenido inconsciente del mito de la horda primitiva de Freud, así como los procesos de conquista y colonización que produjeron el mestizaje, entre otros, nos marca y debe llevarnos a reflexionar acerca de quiénes somos y qué tipo de vínculos estamos creando en nuestras sociedades latinoamericanas. Así como también, interrogarnos acerca del porqué de las rupturas de los pactos simbólicos, el resquebrajamiento de la Ley y consecuentemente la sistemática violación de Derechos Humanos, como signo evidente de un plus de violencia exacerbado.

Todos los pueblos tienen su propia historia y por tanto, sus propias conflictividades y es responsabilidad de ca da uno de ellos asumir su propia historicidad y devenir. En nuestro caso, el presente trabajo ha buscado sembrar inquietud, curiosidad o incluso provocación frente a los conocimientos planteados y ha preferido producir mayores cuestionamientos frente a los axiomas culturales con los que hemos vivido mucho tiempo, antes que pretender imponer verdades absolutas.

La responsabilidad por la búsqueda de otras formas de comprensión de los fenómenos sociales y sus consecuentes mecanismos y estrategias de contrapoder frente al orden establecido es nuestra, de cada uno de nosotros, desde nuestros propios posicionamientos al interior de la sociedad.

Recordar y reconocer la historia nos permite, al fin y al cabo, reflexionar sobre nosotros mismos, pues el conocimiento de uno mismo pasa por el conocimiento del otro, cualquiera sea éste.

La conquista del saber nos significa un paso hacia el poder, un forma de poder-resistencia, analizar las armas de la conquista es indispensable si queremos algún día vencer sus consecuencias. Porque las conquistas no pueden ser solo hijas del pasado...

Notas

1 Sigmund Freud, Tótem y Tabú, en Obras Completas, Vol. XIII, ciudad, Amorrortu Editores, Bs. Aires, 1986 p. 12.

2 Ibidem, p.13-14.

3 Ibidem, p. 39.

4 Nomre Frazer, "Manslaywers tabooed" (Tabúes de los homicidas), p. 13 citado por Sigmud Freud, ibidem, p.48.

5 Freud analiza esta temática alo largo de toda su obra. Es justamente el conflicto edípico el núcleo central de su teoría, como elemento explicativo de la sexualidad humana, su represión y el inconsciente

6 Op. Cit. Freud, supranota 50, p.144

7 Ibidem, p.152

8 Ibidem, p. 156

9 "Un helado día de invierno, los miembros de la sociedad de los puerco espines se apretujaron para prestarse calor y no morir de frío. Pero pronto sintieron las púas de los otros, y debieron tomar distancias. Cuando la necesidad de calentarse los hizo volver a arrimarse, se repitió aquel segundo mal, y así se vieron llevados y traídos entre ambas desgracias, hasta que encontraron un distanciamiento moderado que les permitía pasar lo mejor posible" (nombre Parerga and Paralipomena, parte II, 31, Símiles y parábolas, ciudad 1851 pagina).

10 Sigmund Freud, Psicología de las masas y análisis del yo, en Obras Completas, Amorrortu editores, Vol.18, Bs. Aires,1986, pag. 97.

* ‹‹El hombre es el lobo del hombre›› Paluto, Asinria, II, iv, 88. lo mismo de sierre,

11 Sigmund Freud, El porvenir de una ilusión, en Obras Completas, Amorrortu editores, Vol., 21, Bs. Aires, 1986, p. 30.

12 Sigmund Freud, El malestar en la cultura , en Obras Completas, Amorrortu editores, vol. 21, Bs. Aires, 1986, p. 100.

13 Op. Cit., Sigmund Freud, "El porvenir de una ilusión" p. 6.

14 La complejidad de estos análisis, pueden en realidad, coincidir con la investigación diagnóstica de cualquier psicopatología, es decir como una categoría multi-causal e integral, pero básicamente se ha descrito la dinámica de lo que ocurrió con la cuestión judía, el fraccionamiento de la ex -Yugoslavia, y aún más cercanos los procesos de colonización en América, la exclusión del mundo indígena, la migración, y todos aquellos fenómenos de exclusión como el racismo, el machismo, etc.

15 Sigmund, Freud Moisés y el monoteísmo, en Obras Completas, Amorrortu editores, Bs. Aires, vol, 23, año p. 90.

16 Tzvetan Todorov, La Conquista del América, El problema del otro, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2001. p. 15.

17 Ibidem, p.41.

18 Ibidem, p.51.

19 Ibidem, p.53.

20 Ibidem, p.57.

21 Ibidem., p.85

22 Ibidem, p. 90.

23 Charles Melman, "Lo ingobernable en la sociedad"(CORDES) en El Complejo de Colón y otros textos, Clínica Psicoanalítica y lazo social,, Cuarto de Vuelta Editorial, Bogotá 2002, p. 240.

24 Op. Cit. Todorov, p. 144

25 Ibidem. P.145

26 Ibidem, p.98.

27 Ibidem, p.154.

28 Ibidem, p.257

29 Ibidem, p.76

30 Op. Cit, Melmam, p.231.

31 Ibidem, p.238.

32 Ibidem, p. 242.

33 Ibidem. P. 243.

34 Michel Foucault, Vigilar y Castigar, México, Siglo Veintiuno, 1976. p.34.

35 Ana Berezín, La Oscuridad en los Ojos – Ensayo psicoanalítico sobre la crueldad, Homo Sapiens, Rosario, 1998, p. 56.

36 Jorge Luis Borges, Artificios 1944, Ficciones 1944.

37 Baltasar Garzón, "Justicia Penal Internacional, Derechos Humanos y Terrorismo", Revista Reflexión, 28, (2002), p. 32.

38 Gilou García Reinoso, Comentarios, n/A-Nº8, p.28.

39 Ibidem, p.32.

40 Ibidem, p.29.

41 Ibidem, p.30.

42 David Middleton, Derek Edwards, Memoria Compartida, La naturaleza social del recuerdo y del olvido, Paidós, 1992, p. 21.

43 Ibidem, p. 26

44 José Sánchez Parga-, "Producción de Identidades e Identidades Colectivas", en Identidades y Sociedad, Quito, CELA- PUCE, 1992, p. 14-15.

45 Ibidem, p.17.

46 Ibidem, p.22

47 Ibidem, p.25,26.

48 Ibidem, p. 34.

49 José Almeida Vinueza, "El mestizaje como Problema Ideológico ", en Identidades y Sociedad, Quito, CELA- PUCE, 1992, p. 139.

50 José Sánchez Parga, "Identidad Nacional, Cultura y Globalización", en Identidad Nacional y Globalización, Quito, ILDIS, 1992, p.111.

51 Rafael Quintero López, "Identidad y Estado nacional en el Ecuador", en Identidad Nacional y Globalización, Quito, ILDIS, 1992, p.145.

52 Muria J.M., Ocampo J., Pino E., "Enseñar la Historia de América Latina" en La Identidad en e l Imaginario Social, México, AAVV, BUAP-ICS-Geor Eckert, 2000, p. 140.

53 Ibidem, p.142.

54 Andrea Sánchez Quintanar, "Identidad y Conciencia de la Enseñanza de la Historia", en La Identidad en el Imaginario Social, México, AAVV, BUAP-ICS-Georg Eckert, 2000, p. 296.

55 Michel Foucault, El Discurso del poder, Comp. De O. Terán; Ed. Folios, Buenos Aires, 1975, p.175 en Op. Cit., Emiliozzi Sergio, Flaster Gabriela, Introducción al concepto del Poder en Michel Foucault, Eudeba, Buenos Aires, 1998, p. 25

56 María Celia Robaina, "Reparación desde lo Terapéutico" , en Revista Reflexión Derechos Humanos y Salud Mental, (Santiago) 27, Septiembre 2001, p. 28.

57 Fabiola Letelier del Solar, "La impunidad y sus efectos en los procesos democráticos", en Varios, Seminario Internacional sobre la Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos, ciudad, CODEPU, 13-15 de diciembre de 1996, Santiago, (Recopilación) 1999, p. 13.

58 Federico Guzmán, "Algunas reflexiones sobre la impunidad en Varios", Seminario Internacional sobre la Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos, CODEPU, Chile, 13-15 de diciembre de 1996, santiago, (Recopilación) 1999, p. 46.

59 Diana Kordon, "Incidencia psico-social de la impunidad", en Varios, Seminario Internacional sobre la Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos, CODEPU, Chile, 13-15 de diciembre de 1996, (Recopilación),Santiago, 1999, p. 211.

60 Granjon E. 1986, Kaês R., 1990, citado por Elina Aguiar, "Efectos psicosociales de la Impunidad" en Varios, Seminario Internacional sobre la Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos, CODEPU, Chile, 13-15 de diciembre de 1996, (Recopilación) Santiago, 1999, p. 217.

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  3. Foucault Michel, Vigilar y Castigar, México, Siglo Veintiuno, 1976. p.34.

  4. Frazer Nomre, "Manslaywers tabooed" (Tabúes de los homicidas), p. 13 citado por Sigmund Freud, ibidem, p.48.

  5. Freud Sigmund, Psicología de las masas y análisis del yo, en Obras Completas, Amorrortu editores, Vol.18, Bs. Aires,1986, pag. 97.

  6. Freud Sigmund, El malestar en la cultura , en Obras Completas, Amorrortu editores, vol. 21, Bs. Aires, 1986, p. 100.

  7. Freud Sigmund, El porvenir de una ilusión, en Obras Completas, Amorrortu editores, Vol., 21, Bs. Aires, 1986, p. 30.

  8. Freud Sigmund, Moisés y el monoteísmo, en Obras Completas, Amorrortu editores, Bs. Aires, vol, 23, año p. 90.

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  10. García Reinoso Gilou, Comentarios, n/A-Nº8, p.28.

  11. Garzón Baltasar, "Justicia Penal Internacional, Derechos Humanos y Terrorismo", Revista Reflexión, 28, (2002), p. 32.

  12. Granjon E. 1986, Kaês R., 1990, citado por Elina Aguiar, "Efectos psicosociales de la Impunidad" en Varios, Seminario Internacional sobre la Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos, CODEPU, Chile, 13-15 de diciembre de 1996, (Recopilación) Santiago, 1999, p. 217.

  13. Guzmán Federico, "Algunas reflexiones sobre la impunidad en Varios", Seminario Internacional sobre la Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos, CODEPU, Chile, 13-15 de diciembre de 1996, santiago, (Recopilación) 1999, p. 46.

  14. Kordon Diana, "Incidencia psico-social de la impunidad", en Varios, Seminario Internacional sobre la Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos, CODEPU, Chile, 13-15 de diciembre de 1996, (Recopilación),Santiago, 1999, p. 211.

  15. Letelier del Solar Fabiola, "La impunidad y sus efectos en los procesos democráticos", en Varios, Seminario Internacional sobre la Impunidad y sus efectos en los procesos democráticos, ciudad, CODEPU, 13-15 de diciembre de 1996, santiago, (Recopilación) 1999, p. 13.

  16. Melman Charles, "Lo ingobernable en la sociedad"(CORDES) en El Complejo de Colón y otros textos, Clínica Psicoanalítica y lazo social,, Cuarto de Vuelta Editorial, Bogotá 2002, p. 240.

  17. Middleton David, Edwards Derek, Memoria Compartida, La naturaleza social del recuerdo y del olvido, Paidós, 1992, p. 21.

  18. Muria J.M., Ocampo J., Pino E., "Enseñar la Historia de América Latina" en La Identidad en e l Imaginario Social, México, AAVV, BUAP-ICS-Geor Eckert, 2000, p. 140.

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  25. Vinueza José Almeida, "El mestizaje como Problema Ideológico", en Identidades y Sociedad, Quito, CELA- PUCE, 1992, p. 139.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 18 - Diciembre 2003
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