Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Los escritos de Louis Wolfson
(un esquizofrénico)
Emiliano Del Campo

LA WAHNDICHTUNG FREUDIANA.

Las fantasías delirantes de los paranoicos [llamado al pié de página: Wahndictung, también ‘invenciones creaciones poéticas]" (...) tienen por contenido la grandeza y los del Yo, y afloran en formas totalmente típicas, casi monótonas, son involuntariamente conocidas" (4. 141) Esta aseveración de Freud en 1908, cobrará toda su vigencia en las Memorias de Schreber. De la creación poética mitológica, entramada con las fantasías delirantes schreberianas, nos hemos ocupado en otro trabajo. (2) Llamamos "escribir la locura", a este singular género literario, el arte de escribir la experiencia vivida de la locura, diferente a la locura misma; no todos la logran. Desde Freud, el síntoma psicoanalítico es la actividad sexual del neurótico, el velo de las fantasías sexuales, en particular: de "las fantasías [fantasie] histéricas."(4.141) Pero Freud hace análogas a las fantasías histéricas a la actividad sexual de los perversos y las fantasías delirantes de los paranoicos. Pero sostiene que: "hacen falta dos fantasías sexuales, de las que una posee carácter masculino y femenino la otra, una de estas fantasías "corresponde a una moción homosexual". (4.145) La significación freudiana bisexual del síntoma, por aquel entonces, sin el estatuto del falo, no está entrama con el incesto. A nuestro entender, la fantasía delirante es el encuentro incestuoso con la madre; él es en la fantasía delirante de la escena primaria el sujeto que ha encontrado su origen. No solo él es entre sus progenitores, él es en su cuerpo sus suprogenitores; el paradigma de la ficción delirante schreberiana.

Lacan, en su ‘vuelta’ a Freud, hace la relectura de la temporalidad freudiana, la Natragligh; el fundamento del psicoanálisis. El significante lacaniano, en su repetición, repite la pura diferencia consigo mismo. Al volver atrás para repetir lo que fue mi dicho, al repetirlo ya digo otra cosa, una nueva significación debe allí advenir. Es la temporalidad del inconsciente, estructurado por el significante como un lenguaje. Es causa de la repetición del desencuentro de los sexos, la unión imposible de los sexos, el imposible del incesto en psicoanálisis. Es la temporalidad que rige las fantasías sexuales freudianas. Las fantasías delirantes incestuosas, por lo contrario, expulsan la diferencia. La enseñanza de Lacan parte de la condición estructural del ser humano: el acto de rechazar el sexo biológico, produce lo real-imposible de la estructura, lo real del ser del sexo y la muerte, es la anterioridad lógica del sujeto. Es lo que obliga a la producción de una ficción en el lugar de lo real-imposible del sexo, la significación del falo, la creación supletoria de la falla del sexo, es la sexualidad ficción del inconsciente. El falo como semblante de lo real del ser del sexo se constituye en el fracaso de hacer posible la relación de los sexos, la unión incestuosa con la madre. Destituye la fantasía del ‘UNO’ unificante con la madre. Solo habita en el mito y en las fantasías sexuales. Por ello, dice Lacan, el propósito de los sexos cuando van a la cama, buscan sin saberlo, el encuentro con el ‘UNO’ incestuoso materno. El orgasmo es la castración, la caída del falo separa los sexos Lo que se repite es el mutismo, el silencio pulsional del ser sexual del sujeto, es el que hace hablar al mito de la bisexualidad originaria del sujeto. Cuando la pulsión es capturada en el marco de la función del fantasma, es allí donde aparece la estructura del ser sexuado ‘perverso-polimorfo’ del sujeto, la sexualidad perverso polimorfa de los sexos está regida por la función ‘tercera’ del falo. Son las fantasías sexuales histéricas de la bisexualidad freudiana, son dos sexos, el fantasma de dos sexos simétricos que al acoplarse desmienten la castración, desmienten lo que "cae" en el acto sexual.

Es diferente la bisexualidad psicótica, la función del falo está forcluida, es nuestra relectura desde la enseñanza de Lacan. Desde ésta surge nuestro interrogante respecto a la herencia freudiana de la ‘homosexualidad psicótica’. Por lo contrario, las Memorias de Schreber, como los escritos de Wolfson, ‘son el testimonio de la ficción delirante del incesto consumado’; no de la homosexualidad. Es aquella la que organiza el género discursivo de estos escritos. De esto trata nuestra relectura de la ‘bisexualidad freudiana’, relectura desde la enseñanza de Lacan de la "Wahndichitung freudiana", las invenciones o creaciones poéticas de los escritos de Wolfson. Lo que asevera Lacan se relaciona con lo que sostenemos en relación a estos escritos: "El acto sexual se presenta como un significante, como un significante que repite algo, por que es la primera cosa que el psicoanálisis ha introducido ¿El repite qué? ! Pero la escena edípica!" (7.148) Ambos sexos cuando van al lecho, van al ‘tálamo incestuoso’, para repetir la escena primaria, aquella cópula que les dio origen, y para repetirla, afirma Lacan, ambos sexos buscan la madre. La sombra del fantasma incestuoso cae en el orgasmo que encarna la castración, y con ello se despliega la alteridad de los sexos. El acto sexual es acto fallido, pero la creación delirante reproduce la relación de los sexos, no hay alteridad en la dualidad bisexual psicótica. Por ello Lacan sostiene esta paradoja: "El gran misterio del psicoanálisis es que no hay acto sexual (...) acceder al acto sexual es acceder a un goce culpable" (7.240) En la ficción delirante de la psicosis, hay acto sexual incestuoso.

"EL ESQUIZO Y LAS LENGUAS"

¿Quién es Louis Wolfson?, un neoyorquino nacido en 1931. Su lengua es inglesa, su primer libro es escrito en francés, publicado en 1970 por la editorial Gallimard, en la colección que dirige J. Pontalis. La editorial hace su portada con su nombre y el título: "LE SCHIZO ET LES LANGUES". Luego del prefacio, Wolfson escribe su título sin su nombre: "LE SCHIZO ET LES LANGUES OU LA FONETIQUE CHEZ LE PYCHOTIQUE [ESQUISSES D’UN ETUDIANT DE LANGUES SCHIZOFRENIQUES]" La ‘inventio’ del autor, tiempo de la retórica, hace su estilo inimitable, producido en la intersección de distintos géneros discursivos: el autobiográfico, el ‘científico’ de su lingüística, el mitológico, cosmológico, el psiquiátrico. Desgajado de éstos, el singular estilo teatral, los diálogos con los obreros y la sorprendente aventura con la prostituta. "El", de "el esquizo y sus ", no es pronombre personal, "el", es el artículo "el", el que designa al personaje que narra su epopeya con las lenguas, son los acontecimientos de su experiencia vivida en la locura; es a la manera del "monólogo interior joyceano". "El", designa los atributos de: ‘el joven esquizofrénico’, ‘el joven estudiante de lenguas esquizofrénicas’, ‘el joven hombre esquizofrénico’. Los nombres del personaje que da los pasos para narrar su sorprendente ‘aventura’, su lucha por estampar en las letras la creación de su propia locura. Ramón Alcalde sostiene que Schreber, cuando habla, está dominado por las Voces que lo hablan; alucina y delira. Pero cuando escribe, no delira, escribe sobre lo que delira o deliró. Su afirmación es válida, ya que los escritos no son el relato de síntomas psicopatológicos, son la ficción delirante, un genero literario: "la Wahndictung freudiana"; no todos lo logran.

En las citas, hemos distinguido con bastardillas, el empleo dominante del tiempo verbal del pasado imperfecto. Este puede ser usado en acciones ocurridas en el pasado, son acciones que estando en vías de cumplirse, resultan inacabadas. Escrito en francés obedece a la intención de contraponerlo al tiempo verbal del modo perfecto o imperativo. Su repetición destituye el tiempo ‘perfectivo’, donde la acción relatada es el resultado de algo realizado, terminado. El uso de este tiempo verbal francés, como arte de la retórica, es dirigido al lector para distinguirse como sujeto al contraponerlo al modo asertivo-imperativo del discurso materno en la lengua inglesa. Su género discursivo, en los dichos o en los entredichos de su escrito, está en la vacilación, la duda, para enfatizar su convicción en las fallas del imperativo del inglés del discurso materno. Lo opuesto al discurso de la creencia delirante cuando su interlocutor es la madre; los diálogos verbales con ella.

¿QUE ES UN AUTOR?

De Michel Foucoult, su conferencia ante la Sociedad Francesa de Filosofía, extraemos esta cita: "En la escritura se trata de la abertura de un espacio en que el sujeto no cesa de desaparecer (...) también sería falso buscar al autor tanto de lado del escritor real como del lado de ese locutor ficticio; la función del autor se efectúa en la escisión misma (...) ya no se oirán las preguntas tantas veces repetidas ¿quién habló realmente? sino que oiremos ¿ cuales son los modos de existencia del discurso?" (5.24) Wolfson, en su título, al dejar vacío el lugar del autor, produce la existencia del sujeto en la modalidad de su discurso escrito.

DELEUZE: "ESQUIZOLOGIA".

Es el título del prólogo escrito por Gilles Deleuze: "La psicosis y su lenguaje son inseparables del procedimiento lingüístico (...) en ello reside la aventura del lenguaje psicótico (...) Esta aventura es aventura de palabras" (3.44) Es lo opuesto a nuestro punto de partida, la relectura desde la enseñanza de Lacan de la ‘Wahndichtung freudiana’. Para Deleuze solo hay ‘aventuras de palabras’, ‘el autor’ se confunde con la persona del psicótico, con el que escribe, y con el personaje del relato.. Para Deleuze es un escrito que se cierra sobre sí mismo, no produce acto alguno. Pero se trata de la lectura del texto, lectura que al interrogar al lector, produce entre ambos "el autor". Una pregunta a Deleuze: ¿porqué al escapar de su última internación apasionarse por el estudio de las lenguas y la escritura, además no fue más internado? ¿Qué deseo lo apasionó? Para Deleuze, la ‘esquizología’ es la lingüística delirante, que solo tiene como propósito "destruir la lengua materna", el inglés que habla la madre. Para el ‘esquizo’, es la lengua que lo invade por la sonoridad compacta de ciertos vocablos. La ‘lingüística es: "un homicidio ritual (...) la subsistencia de un desvío patógeno que nada llega a colmar"(3.39) Otro interrogante que Deleuze deja en suspenso: ¿cuál es el ‘momento’ de su ‘lingüística’ que separa el inglés materno de la lengua inglesa? El texto que él mismo ha prologado, es "el acto de escritura que habiendo sido escrito en francés, ha ido produciendo el ‘autor’ en el exilio a una lengua ajena a la lengua materna" Pero la lengua materna de sus padres era el yiddish. Si bien Deleuze menciona la resonancia sexual del escrito ¿qué escrito no la tiene?. La sexualidad de este escrito es la ficción delirante incestuosa. No en vano, ‘el esquizo’, equipara sus "Memorias", así él las llama, con el Informe Kinsey. El escrito no es solo la narración vivida de su experiencia de la locura del goce incestuoso, es la epopeya del héroe que rescata, resucita en la madre el yiddish, lengua materna expulsada en su emigración durante su niñez. No escribe para sí, escribe para el lector, convencerlo de los efectos en su lingüística, la creación de su procedimiento: convertir los vocablos del ‘inglés materno’ en palabras extranjeras, "destruyéndolos de una manera constructiva"(10.33) Constructivo, porque su método es ante todo, en la demanda a sus padres de hablar el yiddish entre ellos, recuperar la lengua materna de los padres. Es lo paradójico de su método, la razón principal de su ‘esquizología’ es producir, a la manera de un sustituto, una suplencia, un significante nuevo, el que debe operar como ‘rasgo unario’ en el interior ‘del inglés materno’, y con él introducir la pura diferencia. ¿Dónde? En el interior, en el acto de la subjetivación de la estructura del lenguaje, que va a ir operando en la temporalidad del escrito. En el acto de escribir su ‘lingüística’ va repitiendo la marca del ‘rasgo unario’. Con él no hay identidad, no hay cópula de vocablos, opera la función significante. "El esquizo" intenta recuperar la lengua inglesa, solo es posible si hay una ‘letra’ que funcione como la marca del ¡NO!, El ¡NO! del padre al incesto, el que se prohibe la fusión de los vocablos hablados por su madre y escuchados por él. Solo así podrá restaurar "el esquizo" el inglés que aprendió en la escuela.

CAPÍTULOS AGREGADOS.

Wolfson ha terminado su manuscrito, antes de publicarlo intercala tres capítulos, el más sorprendente: "El episodio con la prostituta - de la página 75 al final del capítulo - ha sido agregado al manuscrito original." (10.71) Episodio del griego: <epeisodion> de <eidos>, entrada. De <hodós>, camino. Es su entrada, como acto, a un nuevo camino en el escrito. Sale de su reclusión en la casa materna en el barrio ‘Queens’, y se dirige a las calles de Manhattan en busca de una prostituta, sin saber a donde lo va a llevar esta aventura. Su aventura con la prostituta es narrada en estilo teatral, alternando con elucubraciones sobre lo que le ocurre desde el encuentro, en el camino al hotel y en la cama. Terminado el manuscrito, en el momento del montaje, la ‘dispositio’, agrega estos tres capítulos, los únicos que tienen título. Deleuze, al omitir su lectura, hace del escrito solo ‘una aventura de las palabras’. Leerlo, lo convierte en una ‘aventura..., en la búsqueda una respuesta a sus interrogantes sexuales: ¿qué es una mujer que no sea la madre? ¿qué es la feminidad? ¿qué es el coito? ¿una ‘terapia sexual’? Escrito en francés, él dialoga en inglés con la prostituta. En un momento del diálogo piensa: "Pero tus Memorias podrían ser enormemente interesantes" (10.88) Ha introducido un nuevo título: "Memorias", (Mémoires): es el relato escrito que una persona hace de eventos de los cuales ha participado, y que el escritor da testimonio. Nos remite a Ramón Alcalde respecto a las Memorias de Schreber: "Esta peripecia autobiográfica no está estructurada sobre la matriz de la narración épica-histórica sino sobre la diégesis, la narración oratoria(...) la diégesis es para persuadir" (1.24) Wolfson no escribe para sí sino para un público. El último capítulo de su manuscrito original da cuenta del acto que abrió las puertas a esta ‘aventura’: el esquizo ha logrado que su madre ‘recupere’ el yiddish, su lengua perdida, y que sea el lenguaje entre ambos. Luego nos ocuparemos de estos ‘capítulos agregados’.

"MA MERE MUCISIENNE, EST MORTE.."

El título del segundo libro de Wolfson, publicado en 1984 por Navarin. Escrito en Montreal, Canadá, lugar del exilio luego de la muerte de su madre por un cáncer. En la portada, ahora está su nombre y una foto de él a los tres años en brazos de su madre. En las primeras páginas, ha escrito el título completo: "Ma mère, mucisienne, est morte de maladie maligne mardi á minuit au milieu du mois de mai mille977 au mouroir Memorial à Manhattan." Es escrito en primera persona, el francés produce el claro efecto literario aliterativo de repetición de los sonidos Comienza significando el título: "Yo quiero decir que esto, quizá, exprese de manera casi perfectamente aliterativa y, gran Dios, la definitiva versión de mi segundo libro" (11.7)

¿Qué lo llevó a escribir su segundo libro? "La razón mayor, son las notas que mi madre ha dejado: yo quería que fueran incorporadas a un libro" (11.7) El subrayado es mío, pone en relieve las diferentes significaciones de "NOTAS". Es el borrador escrito por su madre sobre las vicisitudes de su enfermedad, pero también, las "NOTAS" es la sonoridad del inglés materno que se ha transformado en la producción de un estilo literario. Ahora, en sus escritos, produce la muerte del inglés sonoro materno, más allá de su muerte factual. No en vano escribe: "El título de este libro demuestra la extraordinaria posibilidad de aliteración sobre las circunstancias de su muerte"(11.7) Aliteración es un cultismo que viene del latín: <líttera> letra. Figura retórica, que consiste en la repetición de una letra o grupo de letras en palabras próximas, para producir un efecto literario. El sonido repetido se llama aliterado. La repetición de la letra "M", para producir el sonido aliterado opera, ante todo, como ‘letra’, como grafo, como marca, opera como semblante del significante unario lacaniano. Es la creación de Wolfson de su ‘lingüística, producida en el acto mismo de su "pasión por las lenguas", inseparable de sus escritos. La repetición de las marcas "M", repite la pura diferencia entre las letras de los vocablos que escribe. Es el ‘silencio’ del intervalo entre los vocablos del título. Allí se produce como ‘a’, el significante del vacío del ser sexuado, de él como sujeto, el ‘a’ es silencio, es ‘sileo’, vacía el goce incestuoso en la relación bisexual con la madre. El título aliterado, la "M", es el vaciamiento del Otro materno, ha destituido, ha muerto la voz materna como cosa, como el UNO materno, "el ojo de vidrio"; ahora su voz resuena con efecto poético. Las distintas combinatorias posibles de la letra "M" hace el juego de la función de las palabras escritas en el campo del lenguaje. Un lingüista como Wolfson no desconoce, por eso juega en el título, con las "posibilidades de aliteración sobre las circunstancias de su muerte", es la potencia de su ironía. Por eso dice que son las "posibilidades de ganar la lotería como de ganar en las carreras de caballos", su nueva pasión. ‘Posibilidades’, es el significante del azar y lo azaroso de las circunstancias posibles de la muerte ‘del inglés de la madre’, la "posibilidad" de su retorno. El había cambiado el título de su primer libro: "Punto final a un planeta infernal, o exterminen América", una ironía necrológica de la muerte de su madre. Es la apuesta a la muerte, la muerte de la ‘madre musical’. Ambos unidos son los que hacen ‘el planeta infernal’. Al final de este segundo libro, y cuando está en prensa, comunica al editor un nuevo título: "Mi libro tiene un doble título y dos autores: ‘Ma merè, mucisienne, est morte...ou Extermine l’Amerique’, por Rosa Minarsky y Louis Wolfson"(11)

LA MADRE DEL OJO DE VIDRIO.

"El joven hombre esquizofrénico estaba flaco como mucha gente en estos estados mentales..." (10.29) Su madre: "había’ nacido y ‘había’ vivido sus ocho primeros años en una villa de Bielorrusa. Por lo tanto era seguro que sus parientes ‘habían’ podido hablar entre ellos el ruso corrientemente, ‘habiendo’ vivido largo tiempo en Rusia. Pero ni el Ruso ni el Bielorruso, habían sido la lengua de la familia: ‘había sido el yiddish’. Ella, sin embargo, no ‘había podido’ hacer algo, de ningún modo, con ‘estas lenguas" (10.135) Las negritas son mías, diferencian por un lado, el uso del tiempo verbal imperfecto, dominante en este género discursivo, volveremos sobre ello. Lo otro que destacan las cursivas, es el acontecimiento que marca al lenguaje materno: ‘el no haber podido hacer nada con sus lenguas de origen, en particular el yiddish’. Este acontecimiento no es represivo, es la expulsión, la forclusión de su lengua de origen: el yiddish. ¿Es el síntoma presicótico de la madre?. A los ocho años emigró con su familia a los Estados Unidos, es una emigración traumática, al tiempo que borra el yiddish, su lengua materna, se produce el desencuentro con una lengua extrajera: el inglés. Es lo que llamamos ‘el inglés materno’, con el que le habla al esquizo, su hijo. Su inglés es la lengua que quedó como síntoma, el residuo inasimilable que ocupa el lugar de su lengua perdida, la de su origen, en su emigración. Será un inglés diferente a la lengua inglesa. La madre, en su niñez, sufrió la infección de rubéola en un ojo, debieron amputárselo para salvar su otro ojo. Por ello debió usar, como prótesis un ojo de vidrio. El ‘ojo de vidrio’ es la presencia siniestra de la forclusión del falo, el semblante femenino del falo es sustituido por un objeto inanimado que mira sin ver. Su primer matrimonio termina en poco tiempo, a los cinco años de Louis. Su madre, jactándose y burlándose del su esposo contaba, que él nunca se dio cuenta, cuando se casó, de su ojo de vidrio. Su esposo a sus amigos: "me casé con un gato encerrado"(10.31) Su segundo esposo cuando se enteró, huyó de la casa, ella lo intimó por la justicia a volver.

El esquizo: "La cosa era que a ella le faltaba un ojo (...) ella colocaba en el lugar de este ojo una prótesis de vidrio, la sacaba durante la noche para su confort psíquico (...) nadie podía adivinar que ella tenía una gran sensibilidad psíquica" (10.31) Era su escusa para justificar su falta de educación, como la de no poder leer. "Pero este déficit visual no le impedía JUGAR CON SU ÓRGANO ELÉCTRICO, cantando nuevas y viejas canciones (...) su debilidad óptica no ‘parecía’ interferir de ningún modo con la capacidad de SUS ÓRGANOS DE LA PALABRA (quizá, incluso ‘sería’ lo contrario) ella ‘hablaría’, al menos la mayor parte de las veces con ‘UNA VOZ MUY ALTA Y MUY AGUDA"(10.31) El ojo de vidrio’ de la madre es la mirada de un ojo que mira sin ver, es la presencia sin ausencia de un ojo siniestro que vigila al esquizo. Lejos de ser el punto evanescente de la mirada, es un objeto consistente, compacto como el vidrio. La mirada ‘del ojo de vidrio’ se convierte en su voz, es ‘el órgano de la palabra’, como también es ‘su órgano- pene-falo-tumescente’, el que penetra al esquizo por sus orificios, el que causa las "orgías verbales, alimenticias y anales". La voz sonora de la madre "partiendo de la laringe habiendo entrado en la faringe, ‘parecía’ como que a este sonido no pudiera escapar" (10.5)El, con sus dedos en la orejas, "las frota fuertemente en los canales auditivos sin cesar para crear un sonido continuo por la fricción de la piel"(10.65) Las canciones agudas cantadas por su madre, "pasaban simultáneamente y automáticamente por su cabeza (...) hacía vibrar el cerebro enfermo, ‘quizá’, literalmente como un todo, como un solo bloc" (10.55). ¿No remeda, esta ficción alucinatoria-delirante, la escena de un coito incestuoso en su propio cuerpo? No hay entre ambos un tercero: el falo, el que hace disimétrico los sexos al instaurar la castración, el acto sexual fallido, el que hace imposible la fantasía delirante del incesto. Es lo que hace posible la fantasía freudiana de la bisexualidad, hay dos sexos unidos, son una sola carne. Es lo que el esquizo relata como el coito incestuoso atormentante. Solo el referente fálico instaura el goce sexual, si el falo está forcluido, solo hay sufrimiento, tormento orgásmico.

LAS ORGÍAS ALIMENTICIAS.

Su madre llenaba la cocina con todos los alimentos que compraba semanalmente; especialmente los envasados. "Ella los agitaba ruidosamente delante de su vista, ella sabía que él estaría atraído fuertemente por los nuevos alimentos."(10.43) Este ‘ritual’ era acompañado por su voz ruidosa, penetrante; le producía un gran sufrimiento. "El escuchaba en sus palabras inglesas un vago propósito de su madre, en otras palabras, que él no pudiera alimentarse del pensamiento sino de la tonalidad de las palabras." (10.44) Las negritas son metáfora del escrito, él puede servirse del lenguaje escrito y hacer uso de la lengua. Para que este uso sea posible, el pensar, debe producirlo en la temporalidad que repite el vacío de toda sustancialidad, como una página en blanco lista para ser escrita. Allí se piensan pensamientos. Está lejos de eso si es invadido por la sonoridad de la voz materna, es el primer paso de la "orgía alimenticia incestuosa". El, como sujeto se cosifica, es una cosa, él es ‘el ojo de vidrio’. Su madre lo deja solo, presa de una gran excitación, ‘tan excitado que no se daba cuenta de la experiencia espantosa que comenzaba en ese momento. No podía elegir qué, y cómo comer, se convertía en una máquina automática de comer."(10.48) Luego de la ‘orgía’ quedaba siderado.

Comienza a inventar un método para evitarlo, un verdadero ritual, va la cocina con los ojos entrecerrados para no ver las palabras inglesas peligrosas. No se trata de no ver, ‘trata de no ser mirado por las palabras’ que, como el ‘ojo de vidrio’, lo miran, lo vigilan. Logra transformar el ser mirado en lectura de las palabras de los alimentos que le eran nocivas. Descubre que es el vocablo inglés "VEGETABLE SHORTENING"; lo va desmembrando. Descubre la insoportable sonoridad de sus consonantes SH’. Estas letras sonoras fusionadas, son las marcas de la dupla, la unión incestuosa con la madre, no hay separación entre ‘uno y otro’. En las letras, ‘ambos son una sola carne’ al faltar el ser asexual del ‘a’. Lacan: "que la quíditas del sexo es faltante."(7.253) Es lo que estructura la oposición del trinitario: "ese ‘a’, ese uno, este Otro."(7.253) Falta en el esquizo el semblante del ser del sexo: ‘el falo’. El esquizo lo suple con su ‘lingüística’ al desdoblar la unión, con los nuevos vocablos ‘SHORT Y NING’. De allí produce un nuevo fonema inofensivo, de ‘SH’ transformado en ‘CH’, fonema sin sentido, un semblante del ‘a’. Entonces: "el vocablo ficticio SHORT ha producido un cambio, como en un compuesto químico inestable, se restituye toda la cadena de transformaciones ‘con la destrucción del vocablo inglés SHORT y la construcción de un vocablo inofensivo ruso JIR."(10.55) Tiene la misma función, del que estudiaremos luego, los vocablos ficticios ‘TERE’ y ‘WO’, cumplen la función de producir un ‘trinitario’ allí donde había una dupla.

EL PADRE.

"Su padre miraba casi siempre en el espacio vago con una expresión facial estúpida, se preguntaba sino ‘había’ recibido esta herencia paternal tanto co mo maternal, la estupidez y el atraso mental (...) El padre, una vez arribado al nuevo mundo no leyó nunca más su idioma natural, el yiddish, la llamaba lengua bastarda. Gran parte de su vocabulario es la misma que el alemán medioeval, con adición de vocablos hebreos y un número restringido de vocablos eslabos. Luego de su apasionamiento por las lenguas, le pedía a su padre que solo le hablara en yiddish. El esquizofrénico le ‘hablaría’ también en alemán, el que él estudiaba, y que su padre ‘debería’ comprender bastante esta lengua a causa de su similitud con su lengua materna." (10.37) "¡Tú pierdes el tiempo! ¡El inglés es la única lengua necesaria para ir a cualquier parte del mundo! ¡El inglés es comprendido por todos! (...) En cuanto a mí, yo podría aprender el ruso en dos meses (...) tenía el sentimiento que todo esto era bien característico de su padre: exageraciones y falsedades (...) el cierra las orejas a estas llamadas paternas a descorazonarlo del estudio de las lenguas. "El piensa que su ‘quizás’ su padre ‘habría’ notado esto." (Su radio con los audífonos en los oídos escuchando emisiones en lenguas extrajeras) "y que él se decida entonces a utilizar la oportunidad para intentar REPARAR EL CONTACTO VERBAL CON el y para ensayar por este medio de REPARAR LA BRECHA, EL MALENTENDIDO QUE ‘HABÍA’ ENTRE ELLOS." (10.38). Es la demanda del esquizo a su padre que comienza a producir efecto. Se trata de ‘REPARAR LA BRECHA’ utilizando el contacto verbal entre ellos mediante una lengua tercera, el yiddish, la lengua de los orígenes, la lengua que los une separando. Es la lengua que introduce la alteridad entre ambos. El padre, aunque deficiente, repara ‘la brecha’ al ser el garante del yiddish ‘entre’ ellos, restablece la alteridad de lo Otro del lenguaje. El padre "comienza entonces hablarle en yiddish y en un tono más bien mimoso, sabiendo que este dialecto era por el momento el único medio de comunicación con su hijo alienado." (10.39) Sin saberlo, en su ambigüedad, el padre lo apasiona por las lenguas: "¡Si tu quieres estudiar estas lenguas, ¡allá tu! ¡Tu puedes aprender el ruso! (...) ¡Viste los árboles de allá abajo! y bien, en Ruso se dice ‘ARBRE’, como en inglés ‘TREE’. Vayamos, ya es muy tarde, tu madre te espera con la sopa". (10.39) El ‘esquizo’ piensa que era muy interesante lo dicho por el padre respecto a la identidad del vocablo rusos e inglés. Pero no había podido desembarazarse de ese vocablo de la lengua materna (...) la R del inglés TREE (...) con la consonante T lo había irritado. El esquizo opera con ‘lingüística’ haciendo suplencia a la falla paterna, ocupa su lugar para reparar la ‘brecha’. Luego de estudiar ruso, estimulado por su padre, advierte que "su padre le había contado una mentira: que los vocablos son equivalentes." (10.41) Descubre que el vocablo ruso es ‘DEREVO’. Como estudiaba hebreo al mismo tiempo, no raramente la ‘T’ del inglés ‘TREE’ devenía en la cabeza del esquizofrénico el vocablo hebreo ‘ETS’. Utilizando "la particularidad fonética de las lenguas eslavas", donde la ‘T’ deviene ‘D’, produce un nuevo vocablo, la forma lingüística de la "metátesis" (alteración de una palabra por intervención de un fonema en su interior). Es así como inventa el vocablo ‘TERE’. Su función es la del rasgo unario, establece la pura diferencia allí donde el padre abrió la ‘brecha’ de la identidad. Detenernos en este pasaje implica hacer relevante los cambios en la estructura del lenguaje, el vocablo TERE, al igual que el vocablo JIR’, vacíos de significación, sigue las huellas del montaje presubjetivo de la pulsión: la expulsión de la sonoridad de los vocablos. El singular padre del esquizo nos convoca a interrogarnos: ¿‘qué es el padre real? Juan Ritvo hace esta cita del Seminario "El reverso del psicoanálisis": "un operador estructural llamado padre real [...] en el corazón del sistema freudiano, del padre de lo real [...] y está estrictamente excluido que se defina de una manera segura al padre real." (9.45) Recuerda que Lacan llama "apariencia" a un imaginario que es "un imaginario sin imagen", para concluir que la "apariencia que es, antes que nada, el modo de aparición del padre real." (9.46) El padre real es sin imagen de padre, puede ser cualquier imagen que de testimonio de que la castración la ejecuta el padre. Son estas paradojas hacen el estatuto teórico de "el padre de lo real", el instante de la experiencia analítica, la visión, vivencia ominosa, de la privación del pene en la madre, abre las puertas al complejo de castración. Su ejecutor es "el padre real" . Es el fantasma que lo representa, lo imita, figura su acto, este acto estructural del sujeto, pero bajo las mil caras del fantasma, deja la marca fálica en el cuerpo en ambos sexos. Es el padre que opera "en el nombre del ¡NO! como causa; es el ¡NO! al incesto. Es causa del sujeto, el sujeto barrado-castrado, no solo impedido del acto incestuoso, sino apropiado de "un imaginario sin imagen", la carencia del esquizo que busca suplir con su lingüística la presencia tumescente del falo materno.

LA PASIÓN POR LAS LENGUAS.

La ‘brecha’ del esquizo se instala cuando inicia su escolaridad, él ya tenía problemas para aprender el inglés, lo envían a una escuela de niños retrasados. El no tenía capacidad para concentrarse, "sin interés ni importancia, está librado a tics y malos hábitos". Luego de una verdadera batalla logra aprender el inglés, cursa el secundario y en el terciario estudia Lingüística, el francés y el alemán. Desde temprana edad, "el órgano de la palabra de la madre" produjo su efecto: "siendo muy joven asociaba las palabras de muchas canciones con música y viceversa". Es posible que el desencadenamiento de su psicosis se haya producido al término de sus estudios. Es internado en Hospicios innumerables veces, tratado con electroschok, insulinoterapia, terapias psicoanalítica y de trabajo. "Su mayor debilidad era su falta de decisión." (10.32) De un modo inesperado, luego de escapar de su última internación, "el esquizofrénico se apasiona por el estudio de las lenguas." (10.33) Inventa su singular ‘lingüística’ para no escuchar su lengua materna. "El trata de desarrollar los medios para convertir las palabras casi instantáneamente (especialmente aquellas que encontraba molestas) en palabras extranjeras, antes de que aquellas penetraran en su mente a pesar de sus esfuerzos por no escucharlas (...) aquella maldita lengua, su lengua materna, el inglés." (10.33) El trata de "convertir los vocablos en palabras para él extranjeras, destruyéndolas en su mente de una manera constructiva." (10.33) No se trata de una ‘traducción’, se trata de este paradójico método de "CONSTRUCCIÓN DESTRUCTIVA." Este procedimiento es el que ya desarrollamos respecto al vocablo TREE. El esquizo no prestaba atención a las vocales sino "a las consonantes, eran por el contrario más estables y seguían más exactamente ciertas leyes lingüísticas en sus cambios." Pero su método, "por supuesto, SERIA UNA RELACIÓN SIN UNA BASE LINGÜÍSTICA REAL." (10.67) Las bastardillas, ponen en relieve la creación de una ‘lingüística’ cuya realidad, su verdad, se funda en el acto que le permite la alienación, la destitución del Otro del inglés materno. Es la lengua donde está capturado como sujeto-cosa, y emprender su ‘aventura con la prostituta’. Justamente son las afirmaciones del esquizo del capítulo anterior a su ‘aventura’. El vocablo "¿WHERE?" era habitualmente empleado por la madre, la "H" y la "R", "le rebotaba, le saltaba con tesón en su cabeza." (W.67) Ella preguntaba en alta voz: "¿Dónde (where) están mis anteojos? Yo los vi hace solo diez minutos (...) Yo no se."(10.66) Llama la atención que en este capítulo, por primera vez, escribe un diálogo con su madre y en primera persona. El pensaba que no era su falta, pensaba: "¡quizá, ella también se está volviendo loca! Por consiguiente, el alienado no se sentía triste, miedoso, culpable de haber escuchado a su madre " (10.66) Este pasaje es el preludio del capítulo agregado: "La aventura con la prostituta". La pérdida de los anteojos de la madre, su locura, el escucharla sin culpa es la destitución de la dupla de los vocablos ‘H-R’, significantes del ‘UNO’ unificante materno: ‘EL OJO DE VIDRIO’. El esquizo, con su lingüística, ha logrado introducir entre ellos la función ‘tercera’ de los vocablos sin sentido, que tienen el valor de lo inconmensurable, es el acto de su ‘esquizología. "El estaba satisfecho de él mismo! ¡El tenía ideas! (10.70) El ha convertido la palabra materna "Where" en un vocablo extranjero alemán, "Wo", la antesala de su aventura con una ‘extranjera’, la prostituta.

HOMBRES Y MUJERES.

"Al tener que ir a orinar o defecar, a él le sería necesario leer la inscripción de la puerta y tendría la posibilidad de que la palabra ‘LADIES’ le golpearan los ojos, la entrada en el lugar de los hombres tenía la misma apariencia que aquellas del lugar de las mujeres." (10.60) El no tenía problemas con la palabra MEN’, pero si con la palabra LADIES’, le resulta irritante. Por ello los transforma (men - ladies) en la palabra alemana LEUTE’, o en el ruso LOUDI’, ambas quieren decir GENS’: "gente". El esquizo escribe: "LA SIMILITUD ENTRE LOS SENTIDOS DE ESTOS DOS VOCABLOS ESTABA COMO MENCIONADO, QUE ELLOS REPRESENTAN, AMBOS, EL SER HUMANO." (10.62) El esquizo con sus palabras asevera el fantasma freudiano de la bisexualidad, los dos sexos en UNO. Para nosotros es el ‘UNO’ de Lacan, como delirio del poder unificante de la madre, los dos sexos, una sola carne, consuman la relación sexual incestuosa. Es la ficción delirante que domina en los escritos de Wolfson y en las Memorias de Schreber.

UNA TRISTE FIJACIÓN MENTAL.

Al ver escrito el vocablo ‘SORE TROAT’, dolor de garganta, era la mirada de las letras las que atraían sus ojos. El mismo efecto le producía leer "irrigadores de caucho’. Quedaba paralizado estuporoso, poseído por estas palabras. Es el relato en el capítulo que sigue a la ‘aventura con la prostituta’. "En efecto, el psicótico tenía una triste fijación mental a ese asunto, una obsesión erótica a propósito de los irrigadores, del orificio posterior del canal alimentario, por el tratamiento médico, quizá un poco vigoroso, en particular como siendo administrados por una enfermera, es decir por una mujer, incluso no necesariamente de blanco. A menudo la sola idea involuntaria le produciría una fuerte erección de la verga, por lo menos, y la mayor parte de las poluciones nocturnas y de sus masturbaciones, estaban acompañadas sino DESENCADENADAS POR VISIONES DE ENEMAS, PODRÍA UNO DECIR: EL VERDADERO ÓRGANO GENITAL FEMENINO, más que la vagina, UN TUBO DE CUCHO GRASO, LISTO A INSERTAR POR LA MANO DE UNA MUJER EN EL ULTIMO SEGMENTO DE SU INTESTINO, EL MAS VIEJO DE SUS RECUERDOS ESTABA POR DESPERTARSE"

Su madre joven y alegre a su lado (...) luego de un instante se abre de repente la puerta, una joven y feliz mujer entra llevando un pequeño tubo de vidrio envaselinado hasta el extremo. Aquel muchachito, casi no puso atención solo pensando que, cosa increíble, esta mujer toda de blanco, sería aún más joven y quizá aún más alegre que su madre (...) comprendió inmediatamente la demanda de su mamá: <demanda> a la joven enfermera, como recién salida de la escuela, haciendo algunos pasos hacia el niño levantando su pequeña < vara mágica > : < ¿No es él bonito?> Su madre respondió con el menos entusiasmo del mundo: < ¡Pero sí! > . Ella le dice a su pequeño paciente con sus palabras mágicas imperiosas ya habituales < ¡DATE VUELTA!, él lo hace como un reflejo condicionado, tratando de hacerlo como querido por él, se da vuelta. Recompensa: la joven y alegre enfermera toda de blanco le pone el termómetro en el ano. Es el más viejo de sus recuerdos. Esto fue el preludio de su amigdalectomía.

A menudo el psicótico estaría obsesionado por pensamientos parecidos, que desgraciadamente no serian raros, y serian accesos de más o menos de larga duración. A él le parecía como si su cerebro no fuera más que un gran irrigador de caucho llenando a la ‘buena de Dios’ su cráneo, lo mismo que su médula espinal, le parecía ser un tubo de caucho contiguo a su cerebro con su intestino inferior."(10.117) La joven y alegre enfermera, próxima a su madre, se encuentra en el camino que lo conduce a la prostituta.

EL DIALOGO CON LOS OBREROS.

"El joven hombre no quería salir incluso al jardín de atrás". Había salido el día anterior y ahora estaba aprensivo, deprimido, paralizado mentalmente más de lo habitual, "pero incluso, jamás, verdaderamente, con este ensañamiento que cuando estaba en la policía o quizá más bien la casi - policía de la casa de su madre, es decir cuando no había la posibilidad, el peligro de estar bajo sus amenazas, súbitamente la necesidad de humillarse ante sus propios ojos (...) él estaba detenido, paralizado para moverse sin el consentimiento de otra persona." (10.181) El continuaba pese a todo esforzándose por estudiar su lingüística. Finalmente toma la decisión de salir y establecer un diálogo en francés con los obreros que trabajan en el fondo de su casa: ha creado su público, "poder conversar con el extranjero (...) él quería lo más rápido desembarazarse de la presencia de su madre."(10.194) Con asombro descubre, que después de una orgía alimenticia, tiene un sentimiento de culpabilidad atenuado, "había sido reemplazados por un sentimiento de renunciación; renuncia a salir hablar con los obreros." (10.198) Una renuncia enigmática preanuncia su otra salida de la "casa - policía."

EL ESQUIZO Y LA PROSTITUTA.

La importancia del "Capítulo agregado" ha pasado inadvertido para Deleuze. Comienza así, su madre repetía infinidad de veces a su interlocutor telefónico: "¡YO SE! (...) el alienado pensaba involuntariamente que en cierto sentido NADIE SABE NADA Y QUIZÁ EN PARTICULAR SU MADRE." (10.71) No deja de ser sorprendente esta doble afirmación. Afirma "¡YO SE!" que equivale al ¡YO SOY!, que se constituye ante la afirmación que el OTRO (en particular el materno) que no sabe. Es el acto de alienación, la destitución del Otro unificante, el de la MADRE UNIFICANTE INCESTUOSA. Al enunciarse en primera persona ¡Yo se que yo soy! es la enunciación del sujeto ($), el tiempo de la destitución del Otro, "nadie sabe nada, en particular mi madre." Es la estructura que se va instaurando en la temporalidad de la escritura del libro, estructura que hace posible este singular escrito. El esquizo ha introducido en el discurso escrito un elemento tercero, Lacan escribe ‘a’, al vacío pulsional del "yo no pienso" en alternancia con el "yo no soy" del inconsciente. Es el acto donde él emerge como sujeto de su escrito. Su dicho: "NADIE SABE NADA", implica hay alguien al que le queda algo por decir, hace su acto de buscar un saber en la prostituta.

El ‘a’ lacaniano es el alma de este ser sexual sin sustancia que hace al sujeto. Sin saberlo, lo busca en él y lo busca en la prostituta, lo inconmensurable de lo real del sexo que en él, el esquizo, ha quedado al desnudo, él está sin las vestimentas fálicas, como lo estará la prostituta. De la relación simétrica con su madre se trastoca entre el esquizo y la prostituta. El ‘Y’ entre ellos es el ‘a’, que en el esquizo actúa solo como elemento separador cuando dialogan en inglés, estará ausente en el coito, no constituye el fantasma fálico de la castración. No se ha encarnado en su subjetividad la noción del falo, busca lo que no sabe que busca. El falo es lo que establece la relación entre los dos sexos disimétricos, por ello el falo para Lacan cumple la función de la ficción de la ‘la divina proporción’, ‘la proporción áurea’, ‘el número de oro’. De ser la "medida" que oculta lo inconmensurable del sexo.

ENCUENTRO CON LA PROSTITUTA.

El esquizo deja su "casa - policía", sale a la calle en busca de una prostituta. El se pregunta "por los efectos deletéreos de su deseo sexual (...) quizá la experiencia sexual misma no debería ser más que con prostitutas, y ¿qué es esto que podría encontrar en la otra? ¿ellas harán desaparecer sus locas sensaciones rectales?. (10.74) Su interrogante: ¿qué es esto que podría buscar?, es justamente su desconocimiento del falo, la mujer lo representa al carecer de pene. El carga con su pene carente de significación fálica. Tiene solo un órgano peneano. "No sería más que un paso decisivo de hacer el acto sexual, y sin duda si se realizara con esas mujeres de la vida."(10.75) En la calle, y entre varias elige una, se dirige a ella "--¿Ud. quiere salir? -- Sí, en efecto ¿Qué haces aquí?. No queriendo decir: yo he venido a buscar prostitutas, repite su pregunta -- ¿Qué es lo que haces aquí? -- He venido por ocupaciones -- ¿Cual es tu nombre? -- L*** ¿y el tuyo? -- Ch*** ¿de donde vienes?, pareces tener un acento extranjero. El piensa: ¡yo que he nacido en esta isla?, ¿es qué yo olvidé verdaderamente el inglés, o es una tara cerebral? -- Yo estudié algunas lenguas ¿de donde eres? Soy de San Francisco." (10.77) El diálogo continúa hasta que ella dice: "-- Muy bien, ¡vamos! -- ¿Vamos?, piensa: es loco que no haya puesto precio. -- ¡Un momento! ¿cual..? --¿Cuál es la tarifa? -- ¡La tarifa! -- Yo cobro veinte dólares -- ¿Puedes hacerlo por quince? -- Dime, ¿tus antepasados eran judíos? -- Si, dirá él -- Me disculpo, es una expresión -- ¿Sos por o contra? -- Yo no soy ni por ni contra, yo soy NEUTRA -- ¿Quién eres tu? -- NADA." (10.80) Hay una línea argumental en el diálogo, la que va desde el esquizo, el "yo se - yo soy", al "yo soy neutra - yo soy nada" de la prostituta, que articula se articula con el dicho del esquizo: "si nadie sabe nada". Es el dicho que conduce el diálogo, las preguntas que surgen de quién es uno y el otro, las que van marcando las diferencias entre ellos, y una medida en común: "la tarifa". El diálogo en la alteridad de uno y otro en la lengua inglesa, es el acto que produce un nuevo sujeto, la aventura del encuentro con una mujer diferente a su madre. Pero es con ella que el esquizo va entrando en el camino de un final incierto: ‘tener una terapia sexual’. El enfermo mental se pondría a decirse: que él no sabía de ningún modo cuan lejos podría llegar en esta aventura. La ‘aventura’ es el punto no mensurable, como lo es la tarifa del coito; no como ella, que es ‘nada’, un enigma. Las alarmas del esquizo ya se han encendido, en el camino al hotel, piensa: "Nuestra pareja que no habría estado situada a no más de una distancia aproximadamente veinte ‘VERGES’ de la esquina."(10.80) Conservamos el vocablo francés, ‘VERGES’, sus diferentes significados: es una vara, o una vara para castigar (signo de autoridad) Es la vara del ancla, el eje del reloj. Se desliza a ‘mètre’, unidad de medida, de allí a ‘mesuré’, un valor constante de medida. Pero también es el órgano de copulación del hombre y los mamíferos. Es el miembro viril, el pene, el falo. La ‘verge’, es, sin saberlo, el falo, la apariencias de unidad de medida que une los sexos en el coito, para él, es aún la distancia hasta la esquina, como la ‘tarifa’, que los separa y los une en el camino al hotel, solo tiene la resonancia del órgano peneano. Pero en la esquina están los semáforos con sus luces cambiantes: ¡pasar - no pasar! Es lo incierto, lo que para el esquizo prevalece entre ellos, en ella ‘hay una nada, es neutra’. Conjeturamos que es el intervalo de los semáforos lo inconmensurable del coito que se avecina, que lo deja perplejo, vacilante. El vacío de significación fálica es ya la prostituta para el esquizo. Ha comenzado a vacilar la medida de la ‘verge’, su pene, como garante del coito, lo que sabía hasta que llegó a la esquina.

LOS SEMAFOROS.

En la esquina, el ‘intervalo’ de la luz de los semáforos, es el encuentro ominoso, lo indecible del vacío del falo, la prostituta semblante del sexo, Se encuentra como en la puertas de los baños. Los semáforos le han anunciado la temporalidad del vacío que se repite, el encuentro con el lugar faltante entre los sexos. Es el vago temor que presume en la cama con la prostituta: el coito. Ella ‘es neutra, es nada’, hay un agujero en el lugar del saber: "el valor fálico es la mujer que lo representa, el goce, yo entiendo que el goce femenino porta la marca de la llamada castración." (7.21)

"--¡Atención! los semáforos van a cambiar, diría el alienado muy alarmado -- ¿Qué es esto? ¡Vamos!" El continúa su marcha en compañía de la prostituta. --¿Estás casado? -- No --¿Lo haces a menudo? --De ningún modo -- Nosotros lo haremos de nuevo." (10.81) El esquizo piensa: "que uno NO SABE NADA por cierto, que el haría, quizá, un fiasco de esta aventura. Quizá él encontraría, en la primavera, otra muchacha que podría hablar otra lengua que la inglesa." (10.82) El inglés que habla con la prostituta es la lengua inglesa, el primer acto de esta ‘aventura’. Lo que realmente "no sabe nada", es que en esta lengua que ahora usa, carece de la resonancia de la significación del falo; éste no habita en su inconsciente. Ella lo conduce a un hotel, mientras van caminando el esquizo advierte que la gente se burla, se ríe de ver esta pareja y de "su expresión tan atormentada, caminando como un zombie, un autómata."(10.83)

Encuentran el hotel, pelea el precio, escribe sus nombres. Ella quiere cigarrillos "Wiston", no hay en el hotel, él debe salir afuera a buscarlo. "Se maravilla por haber ido tan lejos en esta ‘aventura’, de haber entrado en la cigarrería; y pagando por los ‘Wiston’, él se preguntaría si él llegaría hasta el extremo de esta aventura, si él continuaría desplazando de lugar en lugar, si sus brazos, sus piernas, sus órganos circulatorios... continuarían actuando."(10.87) En la habitación se sacan la ropa, él realiza un complejo ritual para acomodarla y evitar así "la contaminación con los huevos ¡quizá incluso las larvas! de ciertos parásitos." Es el temor del permanente del esquizo, están en cualquier lugar, ahora, en el cuerpo de ella, en la boca, en los genitales, ¿Qué significa este delirio? Los residuos inasimilables, la múltiple resonancia incestuosa de la lengua materna que lo parasita, aunque en esta ocasión utilice la lengua inglesa para hablar con la prostituta. "--¿Leíste el Informe Kinsey?-- ¡Yo puedo escribir un informe Kinsey! Piensa:: <¡Tu no puedes y punto!> Piensa, y llega a esta conclusión, escrita como la anterior entre comillas: "<¡Pero tus MEMORIAS podrían ser enormemente interesantes!>. Ya nos hemos ocupado del significado "Memorias", un doble título del libro. Pero en este contexto son "MEMORIAS SOBRE LA SEXUALIDAD". Él hace de su escrito un equivalente al Informe Kinsey, él escribe, vale decirlo: ¿qué es la experiencia vivida, la sexualidad en el coito, carente del semblante fálico? Lacan introduce una profunda modificación con su enseñanza, ¿qué es la ‘quiditas’ del sexo?. El ser del sexo es faltante, "no hay otro ser que el falo."(7.253) El falo es "el semblante del sexo", la temporalidad pulsional produce la expulsión, la ausencia del ser del sexo. Esta expulsión, negativización de la esencia del sexo biológico, hace necesario la aparición de la ‘primer’ marca, la ficción que nombra el sexo, al nombrarlo, la marca, lo nombrado el falo, nombra la expulsión del sexo natural. El ser del sexo es lo real de la estructura. Es la función significante de la falta. El falo opera como la marca del "rasgo unario’, produce la alteridad irreductible de los sexos. El fantasma, estructura presubjetiva, es la que da la consistencia fantasmática del falo como semblante, produce la necesaria ‘apariencia’ del ser sexuado. El falo está forcluido en la subjetividad del esquizo, lo busca, sin saberlo en la prostituta, busca el falo tumescente, como medida del sexo; el único sexo. El falo simula serlo, oculta el resto ‘inasible’, el "a", lo real del sexo, un goce más allá del falo, que se devela en el orgasmo, en la detumescencia del falo. Lo contrario es lo que ocurre en el esquizo, no tiene el velo fantasmático del falo, el solo tiene el pene, órgano del sexo natural, investido por el delirio del "irrigador de caucho".

EL COITO.

La prostituta: "--¿Puedes darme la plata ahora? --¿Es según las reglas? --¡Sí! Son las reglas --¿Quieres apagar las luces? --Quiero ver. (Sin mencionar sus fuertes tendencias voyeur, ¿no sería esta morocha una belleza?) --Está bien, diría ella sonriendo --Esto no es mucho ¿no es cierto? --Cada uno es diferente, luego de haber mirado el sexo de su cliente --¿No usas preservativo? --Claro que si, al menos que tu no quieras quedar embarazada --No es por eso, yo tomo pastillas anticonceptivas. Pero hay gente que tiene enfermedades --¿Tienes un condón? --No --Yo tengo uno.(10 88) Acostados en la cama, "ELLA LE COLOCA EL PRESERVATIVO DE CAUCHO". Este acto reproduce en el esquizo tanto su "triste fijación mental", como la confusión de su pene con el irrigador-falo tumescente. Mientras tanto piensa: "que él no sabría por donde comenzar, la prostituta haría su trabajo de llenar de sangre el órgano sexual de su cliente utilizando la <caricia manual>. Entonces éste habría podido penetrarla, pero esto sin ningún placer. Todo al contrario, una vez hacho esto, él habría sentido una loca sensación rectal, totalmente embotadora. Los movimientos de van y vienen de uno y de otro no habría parecido mejorar las cosas." (10.90)

Es la ocasión de recordar la enseñanza de Lacan, "el acto sexual implica un elemento tercero para todos los niveles." (7.252) Este elemento tercero es la paradoja del falo, "en tanto que él debe faltar para aquel que lo tiene, es decir para el hombre. Para el hombre en tanto que el complejo de castración quiere decir algo, cosa que aún no está puesta al día." (7.252) Lacan se refiere al estatuto del falo en el psicoanálisis. El falo es el único sexo, es el semblante del ser del sexo; no hay ser del sexo. Como elemento tercero, el falo, en el hombre, hace apariencia del ser del sexo, es lo que le falta al hombre, el que tiene el pene. En la mujer, en tanto esta privada del pene, ella encarna la mascarada del falo al investirlo en su cuerpo, su cuerpo, sus partes como semblante fálico. El falo produce la alteridad de los sexos, devela la alteridad del goce de los sexos en el goce orgásmico, el goce en la detumescencia del pene despierta en la mujer, un goce más allá del falo. El goce disimétrico solo adquiere su valor desde la función del falo, más aún, sin el falo como referente no hay goce; hay sufrimiento. Lo testimonia el esquizo. El falo como elemento tercero produce la escisión entre la madre "y la categoría de la feminidad." (7.252) No se trata ya de la ‘bisexualidad hombre-mujer’, la feminidad está comprometida con la castración.

El quehacer de la prostituta, la mascarada fálica, no hace efecto en el esquizo, su pene solo puede ‘ser llenado con sangre’, más aún, al colocarle ‘el preservativo de caucho’, reproduce el acto de investidura de su pene como un órgano compacto, tumescente, lleno de sangre. Es el retorno ‘del tuvo de caucho, el verdadero genital femenino", el falo materno, el que le introducen por el ano, el sufrimiento de su ‘triste fijación mental’. En los movimientos del coito, no-solo aparece ‘la loca sensación rectal’, él agrega: "posiblemente, PRESO DE UN MIEDO PÁNICO A LA IDEA DE LA IMPOTENCIA, el psicótico piensa, que quizá, si estimulara toda la primera parte de su aparato digestivo, esta loca sensación desaparecería. Por lo tanto él habría sugerido a la prostituta QUE SE ABRASEN. --¡Abrazarse! es para los chicos. ¡No he abrazado ni a mi marido! El esquizo insistía, discutieron en vano durante un rato. La idea que él tenía era: "LOS ÓRGANOS SEXUALES DE LA PAREJA SIEMPRE (TOUJOURS) UNIDOS." (10.91)Las negritas mayúsculas son mías, ponen en relieve el vocablo "TOUJOURS", que nombra de la experiencia en el escrito, la locura del goce sexual incestuoso. El vocablo francés "TOUJOURS", es un adverbio de tiempo que articula -tous-todos y -jours-días. Significa, en el esquizo, el goce infinito, sin límites, un goce torturante.

EL COITO PERPETUO.

Es la fantasía delirante del coito perpetuo, la que está presente en el fantasma freudiano de la escena primaria o en el fantasma kleiniano de la pareja combinada de los padres. Lacan hace del acto sexual un acto fallido, es fallido en tanto ambos sexos, que buscan en el coito el encuentro incestuoso con la madre, el falo encarna la imposibilidad en la castración producida en la detumescencia del falo-pene. El orgasmo es la caída de la medida fálica que devela lo real, lo inconmensurable del sexo, la alteridad de los sexos, su separación. Con ello, la exclusión de la sombra fantasmática del incesto, el imposible encuentro con la madre. La ficción delirante del esquizo es inseparable del género mitológico del incesto, "EL MIEDO PÁNICO A LA IDEA DE LA IMPOTENCIA" del esquizo, ‘la idea de la impotencia’, es el corte, amenaza del orgasmo de la unión perpetua con la madre. El quiere impedirlo con un coito inmóvil, abrazados, y así conservar la repetición de lo ya conocido, la tortura del orgasmo incestuoso de las "locas sensaciones rectales". El mira el sexo de ella para ver si el preservativo no se deslizó de allí a la cama, es el único referente que tiene del enigma de la caída del pene, el pene como el preservativo de caucho sin consistencia, un parásito en su cuerpo. un cuerpo extraño que equivale a las larvas y parásitos que aparecen cuando lo tienta la idea de penetrarla de nuevo. Por eso sería mejor frotarlo contra sus muslos o su abdomen que "meterlo en esa foresta de pelos negros". Su pene está erecto, "bastante lleno de sangre y bastante sólido." Se decide a un nuevo coito, "continuaría sus movimientos de va y viene (sin haber encontrado ningún goce, ningún arrebato entre los labios de su vulva ni en su vagina, las cuales le habrían parecido como un VERDADERO VACIÓ, COMO UNA NADA." (10.98) Es el vacío, la nada del goce fálico. Siguen los movimientos del coito, ella le pregunta si él tiene miedo de ella, el no contesta. "Nuevamente los jadeos del coito sin que este trabajo lo lleve al orgasmo. --Es necesario una tregua-- ¡Oh! ¡Dios mío!, dirá ésta, como si arribara a fin de un suplicio." (10.95) El piensa, mientras ella fuma, que " no había sido lo suficientemente fuerte." Recostado a la altura de los pies de ella él mira "desde esta postura la espesa pilosidad pubiana, uno no puede más que adivinar LA FAMOSA HENDIDURA." (10.98) ¿Cuál es la significación para el esquizo de la "famosa hendidura"?

"Me agradas, no eres grosero como los otros --Yo no hice un buen trabajo --Eso ocurre muy a menudo. Yo diría que la mitad de los hombres no pueden hacerlo la primera vez conmigo, ¿Es bastante extraño? UNO PENSARÍA QUE ENTRE EL HOMBRE Y UNA MUJER ESO NO MARCHARÍA." (10.97) El esquizo, a través de ella, escribe la verdad: no hay acto sexual, el acto sexual es acto fallido, pero en él hay un acto, es el primer encuentro sexual con una mujer. "--Tu me agradas, sos chiflado, no quiero decir verdaderamente chiflado, es por lo que me dijiste hace un rato, que yo ‘soy una virgen a medio cocer." (10.99) El piensa que quizás conseguiría una muchacha que hable francés. De allí surge el diálogo donde ella le dice que estuvo en Montreal, que allí el 70% hablan en francés. El piensa: "yo la he escuchado hablar inglés durante largo tiempo, esto me repugna más que tenerlo que hablar yo mismo. Pero yo soy gentil con ella, quizá me dé su dirección y su número de teléfono." (10.106) Ella le cuenta, ante su asombro, la vida sexual con el hombre que ella vive. Le da su teléfono. Al irse, cuando ella ha salido, él retira de su pene el profiláctico y lo arroja a un cesto. Triste miraría el número de teléfono de la prostituta, se preguntaría si ella no le habría mentido, quizá podría encontrarla en algún barrio. "En el entretiempo habría vuelto a comenzar uno de sus tics, sobretodo el de sus esfínteres anales, los músculos perianales se contraen y se relajan rítmicamente provocando un cierto placer erótico que parecía provenir de su ano o su recto (...) una serie de sensaciones parecen producir un orgasmo nervioso." (10.110) Es necesario resaltar este pasaje del erotismo anal del esquizo, su aparición en las psicosis se lo confunde con una moción homosexual, cuando lo esencial es la ausencia de la significación del falo en la psicosis. Muchas noches el esquizo la busca por las calles, le habla por teléfono y ella se niega a salir con él. Metáfora o no, es la repetición del desencuentro con el falo

LA MADRE RECUPERA EL YIDDISH.

En el último capítulo de su manuscrito original, el esquizo narra un cambio inesperado en la madre: la recuperación de su lengua de origen. "El esquizofrénico debería modificar, al menos, ciertas conclusiones peyorativas respecto a sus padres. Poco después, su madre le satisfacía de más en más en lo que concierne al idioma que ella emplea, es decir, ella le habla de más en más en yiddish, parecía entonces que ella se recordaba de más en más el judeo-alemán, en alguna suerte su lengua materna, y esto incluso sin ningún nuevo estudio. Parecía entonces que sus ocho primeros años vividos en Bielorrusa y durante los cuales ella habría empleado casi únicamente este idioma. Habiendo tenido ella la impresión sobre ella, que ella y su hijo esquizofrénico ¡no lo hubieran sabido!" (10.245) Como dijimos, este capítulo es el último del manuscrito original, permite conjeturar que el capítulo agregado: "La aventura con la prostituta", donde él habla en inglés y busca una mujer diferente a la madre, se hizo posible a partir de su persistente demanda a la madre que le hable en yiddish. Es el acto que produce un cambio en subjetividad del esquizo, en su estructura de lenguaje, a partir del retorno de la lengua materna forcluida en la madre. El yiddish hubo de ir supliendo el ‘inglés postizo’. Consideramos que su "esquizología" era el método singular del esquizo para recuperar las lenguas de origen. Su ‘aventura lingüística’ es el acto de la demanda.

Lacan: "Cuando yo escribo la formula de la pulsión (S <> D), es cuando la demanda calla que la pulsión comienza. Pero si yo no he hablado del silencio es justamente que sileo no es taceo. El acto de callarse no libera al sujeto del lenguaje, incluso si la esencia del sujeto culmina en este acto." (7.205) Las negritas mias enfatiza lo dicho: hay otro sujeto en el esquizo cuando la madre silencia el ‘inglés postizo’, la marca de la lengua de origen la atraviesa ¿y lo atraviesa? Lo atraviesa ahora, como sujeto del lenguaje. Su padre estaba siempre dispuesto a hablar en yiddish, su lengua materna en los veinte primeros años de vida. Como también dispuesto a utilizar otras lenguas que él sabía. Su padrastro, un nativo del Canadá, le hablaba de más en más en francés. Es por todos estos cambios que él piensa: "haber descubierto un factor emotivo, sin duda más o menos subconsciente, porque él no lo encontraría jamás mencionado en un libro, aquel factor entre otros, que motivaría a la gente a estudiar lingüística general (...) esto sería ante todo para él UN DESEO, quizá vago sino subconsciente y reprimido, de no sentir su lengua natural como una entidad como la sienten los otros, muy por el contrario, de poder sentirla bien diferente, COMO UNA COSA DE MAS, como exótica, como una mezcla, un POTPURRI de diversos idiomas." (10.246) Hay un acto, el intento, el deseo, de producir el leguaje como ‘lo Otro’, la alteridad absoluta del leguaje, de un lenguaje en el que siempre ‘hay algo de más’, siempre falta algo por decir. Es lo que él afirmaba: "nadie sabe nada". Es allí donde se produce como sujeto en su escrito. Que la lengua sea un "potpurrí", una mezcla de distintas cosas, como música de distintas composiciones. El lenguaje que desea producir es el que remeda las lenguas de sus orígenes.

OTRO CAPITULO AGREGADO.

El esquizo continúa creando un ‘mundo’ fuera de su madre. Este capítulo precede al anterior. El esquizo se interesa por la religión cristiana, esto lo hacía sentir "un libre pensador" luego de haber leído la Biblia y comprendido el Nuevo Testamento, pero sobre todo los Evangelios lo habían emocionado. Pensaba que la gente debe creer en algo: "¿no son ellos susceptibles, incluso colectivamente de alucinaciones, sobre todo cuando están desesperados?" (10.229) Es una alusión a su madre, que había perdido su lengua de origen pero no dejó de practicar el culto judío. Ella iba a la Sinagoga muchas veces al año. Asistía siempre a los Oficios del "Día del Año’ y del ‘Día del Perdón’, también los coincidentes con el aniversario de la muerte de sus parientes. En vista de que su hijo no mejoraba encendía el trío de velas del candelabro de tres brazos, por la misma razón iba más a la Sinagoga. Mientras su madre se aferraba a los relictos del pasado, el esquizo buscó producir en ella el retorno del yiddish, es lo que trata el capítulo anterior. El tenía miedo de entrar a la Iglesia cristiana de su barrio, sin embargo concurría y bailaba en las reuniones danzantes que ésta organizaba. Su padrastro le pregunta "¿Por qué asistes a estos bailes de la Iglesia? Eso produciría pena en tu madre." (10.230) El no responde, piensa: "la madre había ignorado la existencia de estas fiestas, como otras cosas de la religión católica, TODO LO CONTRARIO DE SU HIJO ESQUIZOFRÉNICO." (10.231) Las negritas en mayúsculas son mías, destacan en su propio pensamiento, el sentido de este capítulo, el nuevo sentido que tiene su vida. Su escrito no trata de una recopilación de síntomas, como muchos psicoanalistas así lo han leído, es, como ya lo afirmamos, la producción de un nuevo sujeto, en el sentido que Lacan hace lo hace lo propio del acto. No se trata de la ‘curación’, o desaparición de síntomas delirantes. El escrito pertenece al género literario narrativo, el esquizo narra la producción de un ‘nuevo mundo’: la alteridad de "LO OTRO" del lenguaje, es lo que él ha creado para habitarlo, y de ese modo poder compartirlo con sus lectores. Asiste a una Exposición Soviética, intenta hablar en ruso con unas jóvenes empleadas, pero visto que se le hacía muy difícil, ante su sorpresa, una de ellas le habla en inglés: "su voz había sido dulce, había hablado bajo y, sobre todo, él no habría sentido, no le habría parecido, EL ESTRUENDO DE LA VOZ DE TRIUNFO DE SU MADRE." (10.223)

CAPITULO AGREGADO: ‘EL SUFRIMIENTO.

Está al final del libro, es el tercer capítulo agregado. Luego de éste, el ‘Apéndice’. "El esquizofrénico estaba ciertamente, muchas y muchas veces paralizado por el pensamiento obsesionante, que si uno estaba verdaderamente incierto del bien posible de una acción, quizá de un movimiento, era mejor no hacerlo, nada le parecía más ingenuo que hacer una equivocación, un < error >, de equivocarse (...) esto era el resultado en un estado a veces estuporoso, catatónico." (10.248) Fue, a partir del estado estuporoso catatónico que Schreber escribe en sus Memorias. Schreber escribe que "El almicidio" "es un pensamiento que se me ocurrió solo mucho tiempo después y en parte, debo decirlo, se me hizo claramente consciente solo durante la redacción del presente trabajo." (2) Wolfson, como Schreber y Perceval, en el trabajo antes citado, producen un género literario que nominamos: "Escribir la locura". Es la relectura, desde la enseñanza de Lacan, de la "Wahndichtung freudiana". Es el enigma que nos interroga: las ficciones delirantes, las "invenciones o creaciones poéticas de los paranoicos’, tal como lo afirmaba Freud. El estupor paralizante ¿es el que actúa como causa? El silencio, el mutismo del estupor, ¿es la causa que hace posible ¿escribir la experiencia vivida de la locura?. Ramón Alcalde afirma: "no hay que perder de vista nunca, por obvio que sea, que Schreber no delira lo que escribe, sino que escribe sobre lo que delira o deliró." (1.35)

ESCRIBIR LA LOCURA.

Acordamos con Juan Ritvo la articulación entre la escritura y la función del falo, escritura que produce todos los efectos retóricos de la significación sexual del falo y, sobre todo, la resonancia de un goce más allá del falo. ¡Qué mejor testimonio que el Ulises y el Finnegans Wake de James Joyce! Pero tenemos que dar cuenta de un género literario, el de Wolfson, en este caso, hay una retórica sin el falo, sin la función del fantasma. Su paradigma es ‘la aventura con la prostituta’. Ya hemos formulado las conjeturas al respecto, sin la función del falo no hay goce sexual posible, pero no solo hay sufrimiento, hay un escritor en la escritura. La preocupación del esquizo es una cuestión moral ¿cómo hacer confortable psíquicamente la vida? "De gozar de la vida, incluso de vivir sin dolor, sin estar seguro previamente, que no importe cual sufrimiento es <soportable>. Sin ninguna duda hay gente que vive en pro del sufrimiento, del verdadero sufrimiento." (10.248) No escapa a nuestra lectura esta paradoja: ¿cómo gozar de la vida, vivir sin dolor, sin importar el sufrimiento? El sufrimiento, para el esquizo, es la vida misma, si por milagro éste hubiera desaparecido, "él habría tenido de tal modo el sufrimiento en el mundo, y más que probable este sufrimiento habría sido una condición necesaria, de una u otra manera, para que él haya nacido, PARA QUE EL EXISTA EN TANTO EL." (10.248)

El esquizo hace saber su bien moral, ¿no es suya la máxima sadiana, predicar el sufrimiento y el crimen? El esquizo predica el imperativo de cómo estar bien en el mal, para ello escribe este capítulo agregado dirigido al lector, su público: "¿Y no podría uno informarse de esto simplemente leyendo la transmisión de tales experiencias personales? ¿Puede uno incluso realmente rememorar su propio martirio sin mencionarlo poniéndolo en palabras (...) pero la certitud persistía tenazmente en él, que él había, intelectualmente e incontestablemente entrevisto entonces < LA VERDAD DE LAS VERDADES > y esta certeza jamás desaparecería de su espíritu (...) incluso que la existencia de la humanidad no era más que un fenómeno < criminal >? (10.252) Luego de largas elucubraciones termina su capítulo: "Y quizá, ante todo, ¿la vida, no es ella totalmente peligrosa... ¿Encontraría él así su <libertad> perdida? ¿Quién lo sabe? (10.256)

 

 

Bibliografía

1.-Ramón Alcalde. Schreberianas 1. Conjetural. Revista Psicoanalítica 30. Ediciones Sitio.
2.-del Campo Emiliano Freud con Schreber. Las Memorias de un enfermo nervioso. "Escribir la locura. Inédito.
3.-Deleuze Gilles "Esquizología". Xul. Revista de Poesía. Traducción L.Thonis.
4.-Freud Sigmund Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad. (1908). Obras Completas. Tomo IX. Amorrortu Editores
5.-Foucoult Michel ¿Qué es un autor? Conjetural. Revista Psicoanalítica 30 Ediciones Sitio.
6.-Glasman Sara El número de oro. Conjetural. Revista Psicoanalítica 4 Ediciones Sitio.
7.-Jacques Lacan. "La logique du fantasme". Seminaire. Inédito.
8.-Ritvo Juan "La lógica del fantasma". Grupo de Estudios.
9.-Ritvo Juan El padre real. Conjetural. Revista Psicoanalítica 29. Ediciones Sitio.
10.-Wolfson Louis. "Le Schizo et les langues". Gallimard. 1970. Francia.
11.-Wolfson Louis "Ma mère musicienne est mort" Navarin. 1970. Francia.
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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 9 - Julio 1999
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