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"Esta será la última oportunidad en que me pueda dirigir a ustedes. ( ... ) Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado su juramento (...) ante estos hechos solo me cabe decir a los trabajadores : yo no voy a renunciar . Colocado en un tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo y les digo que tengan la certeza de que la semilla que entregamos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen , ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos". (último discurso de Salvador Allende)
¿Podrá, la voz cierta de Allende pronunciando su último discurso, acompañarnos aún, interpelándonos, para hacer que los surcos con que nos marcó la dictadura produzcan, puedan ser historizados?
La voz serena de Allende supo poner en sentido, en evocativas condensaciones, al acontecimiento brutal que vivimos a partir del 11 de Septiembre de 1973 y sabe seguir resonando mas allá de la historia oficial. También siguen siendo, el golpe y los diversos actos de la dictadura, eventos traumáticos que hasta el día de hoy nos hacen trabajar, individual y colectivamente, intentando subjetivarlos, darles alguna representación que logre ir mas allá del horror y del dolor. Capturarlos en sentidos es el trabajo psíquico para que dejen de ser "eso", que rompe, que desinviste nuestra capacidad de representar lo vivido y, ocupen, aunque sea , el lugar de lo ominoso en la historia colectiva y en cada historia singular .
Allende pronunció su discurso desde su legítimo lugar institucional: el de presidente de Chile, de su estado. Por tanto enuncia desde un lugar que tiñe, sino de oficial , en todo caso de legítima representación de un pueblo a sus palabras. Legítimas y además ciertas pues Allende explicitó saber que ocupaba ese lugar de poder representando a parte de los chilenos, a los trabajadores, a los campesinos y obreros, al interior de un conflicto de clases frente al que no pretendía ser neutral : quería defender los intereses del proletariado.
Hoy sus palabras desenmascaradoras del conflicto de clase, pueden resonar oraculares : él sabía de las diferencias, el da cuenta de certezas , las tenía. ¿Las podremos escuchar instaladas como posibles hitos, en que apuntalar los esfuerzos de historización, singulares y colectivos? "Será la última oportunidad en que me pueda dirigir a uds." , "nos avasallarán" .
El propósito es intentar "segar definitivamente", arrasar en nuestras conciencias, los retoños de la semilla que , entre otros, él sembró.
Exhorta, incita, imperiosamente, a sostener la certeza de que la siega de esa semilla no será definitiva pues ya hemos vivido, que "la historia es nuestra y la hacen los pueblos" ¿Es , por tanto, posible desear e instalar un proyecto colectivo con miras a recuperar el poder delegado para hacerla.?
Allende asegura que la conciencia del pueblo de Chile ha sido inseminada por ese presente del ayer condensado cual semilla en ese saber sobre el "proceso social" vivido. Con su discurso instala como interlocutor a ese pueblo mientras lo define , tanto desde su particular condición de sujetos sociales de ese presente, como por la cualidad uniformante , des-singularizante , de "perseguidos" que adquirirán tras el avasallamiento :
"(Me dirijo) a la modesta mujer de nuestra tierra ( ... ), a la obrera (que trabajo mas), a la madre (que supo de nuestra preocupación por los niños); (me dirijo) a los profesionales patriotas, a los que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, (colegios clasistas que defendieron también las ventajas de una sociedad capitalista). (Me dirijo ) a la juventud, a aquellos que cantaron, que entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual; a aquellos que serán perseguidos,(...)" ; que serán objeto de los actos del fascismo que "ya estuvo hace muchas horas presente: en los atentados terroristas , (... ) frente al silencio de los que tenían la obligación de proceder : estaban comprometidos".
"Fascismo", impunidad y complicidad son las herramientas con las que el poder de una clase operará para uniformar a hombres y mujeres; a viejos, jóvenes y niños; a obreros, profesionales , campesinos y estudiantes, a los representados por Allende, a los que se definían defendiendo los intereses de los trabajadores , en la condición del nuevo sujeto social que produjeron: seres sospechosos de desear y pensar algo distinto, seres representativos del peligro de dar cabida a la alteridad en el conflicto de clases; seres amenazados por el saber cierto de que develar junto a otros ,transformar en discurso el lugar que se ocupa como sujeto histórico, decir y hacer acorde a una particular puesta en sentido del conflicto político, dando así una particular proyección al deseo, a aquello que colectivamente se lee como lo posible por realizar de los propios anhelos, exponían a la muerte por asesinato . Dicho de manera simple: "la gente", según la dictadura, eran personas peligrosas que merecían la muerte si, apropiándose de su poder decir, relataban y compartían su modo de historizarse al interior del discurrir del conflicto de clase que hace a la historia colectiva de "los chilenos".
Pero, ¿qué sucede con la subjetividad de un pueblo sometida a saber que si , en la enunciación del conflicto que hace a la historia colectiva, se rescata en sus ideales , en un proyecto identificatorio que dé cuenta de su lectura de las diferencias que le hagan deseable un futuro y soportables los sinsabores del presente, puede hacer que su cuerpo muera?¿Se podría hipotetizar que produjeron así un sujeto social avasallado en sus posibilidades de sostener su vivir, su producción respecto del conflicto vital padecido, mas allá de los propósitos de autoconservación? ¿Que pasa si dar cuenta de que se piensa y se tiene palabra se torna peligro de muerte?
Piera Aulagnier en Los Destinos del Placer, plantea que el yo cuenta con una singular organización pulsional anclada en una particular referencia identificatoria, construida sobre objetivos narcisistas que son los que pueden dar sentido al vivir y hacer tolerables los dolores y el displacer.
Además señala que la realidad que interpela al yo es siempre social : "no es la realidad como espacio neutro, como lugar donde se desarrollan fenómenos naturales, tierra que exige trabajo para que proporcione los productos que el hombre necesita, que en sí plantearía problemas al yo o se tornaría fuente de conflicto, no es ese tipo de exigencias que el yo rehuye , reniega, rechaza, sino las posibles consecuencias de su relación con esos "objetos " hallados en ese espacio exterior , que son los "yoes" de los otros." (Aulagnier,p.180-181)
Entonces, ¿ que sucede cuando la realidad, ese espacio de relaciones con otros se torna tan amenazante que impide al yo cumplir a la vez con sus demandas narcisísticas y de autoconservación, dado que todo otro es un potencial asesino de toda alteridad? ¿Que pasa cuando el yo se ve impelido a renegar, rechazar, rehuir de sus soportes narcisísticos en pro de la autoconservación? Concretamente ¿en que nos transformamos cuando para sostenerse vivo hay que no solo renunciar sino , además atentar contra los propios ideales, contra aquello que provee de un sentido a la vida? ¿Es que se ve convertido en sobreviviente del derrumbe del mundo querible, mundo que es de relaciones? ¿Que pasa cuando el sujeto se ve enajenado de su posibilidad de pensar sus descontentos y de actuar sobre el medio para transformarlo? ¿Será este un camino para conocer sobre una realidad que promueve la devastación psíquica, de ruptura de las instancias y espacios que integran el aparato psíquico freudiano, como efecto de la instauración de un medio relacional donde impera la arbitrariedad y la impunidad? ¿Qué nos pasó?
¿Que nos sucedió al hallar en ese espacio exterior , que son los yoes de los otros, la imposición de la posibilidad de la muerte si se transgrede la prohibición de pensarnos y pensar, dando coherencia a la propia historia en relación a nuestros ideales? ¿ Es hipotetizable que Salvador Allende anticipándose al futuro vivido por nosotros tuvo una respuesta que hoy y también antes lo instaló como un posible lugar ante el cual rescatarse de esa muerte en vida que implica la renuncia a los propios soportes nárcisisticos?
Allende dijo: "Ante estos hechos solo me cabe decir a los trabajadores : yo no voy a renunciar. Colocado en un tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo..."(...) "Trabajadores de mi patria, quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que solo fue intérprete de grandes anhelos de justicia; que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley , y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes...(...)Seguramente radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa. Me seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo, que será el de un hombre digno ((...) Trabajadores de mi patria , tengo fé en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan uds. sabiendo que mucho mas temprano que tarde , de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor")
Allende no renuncia , su voz insiste... allende su muerte. ¿buscando destinatarios de una interpelación historizante? Nos interpelan, su palabra y su acto, ejecutados cuando, "colocado en un transito histórico" , puesto en la situación límite de tener que optar o por la sobrevivencia , la autoconservación, o por dejar caer aquellas causas que dan sentido a su vivir , opta por las causas y se sostiene deseante.
Allende no renunció a su palabra , a sostenerse como sujeto de su historia, a mantenerse en ese lugar en que el poder hacer de una clase lo instaló... aunque su cuerpo no lo pueda acompañar... salvo como monumento. Con su suicidio Allende se adueñó del sentido de todo su vivido ; es desde este acto que ha de resignificarse su historia ; con él se apropió de su palabra y deseo. No se sometió a clandestinizarlos, deformarlos , desmentirlos, olvidarlos, para sobrevivir.
Además, apropiándose de su muerte no reconoce en los traidores ni siquiera el poder de asesinarlo o transformarlo en mártir, o en víctima. Menos aún en claudicante o "arrepentido". Sometiéndolos a la imposibilidad de decidir sobre el destino de su vida, los instala en la impotencia respecto de un decir cierto, interpretante y productor de sentido : los traidores solo podrán usar la palabra para esconderlo tanto en los actos propios, como de otros. Quedaron sometidos a necesitar de las palabras para imponer versiones , dar forma a una historia oficial enajenada de la posibilidad de dar cuenta del conflicto de clase que la moviliza, de las diferencias, de los deseos y pasiones de los sujetos que construyen un modo de ser y hacer. La palabra solo la podrán usar para tapar, esconder y tergiversar ese pasado , el de la Unidad Popular, que intentan borrar con el golpe militar y sus actos de violencia y horror y erigir en fantasma que los justifique. Intentan pervertir a la palabra en su función de hacer actualizable el pasado vivido, de traer al presente eso ausente, eso que fue y ya no es. Tratan de intervenir nuestras memorias.
Por tanto, ¿el "no morir" de Allende en tanto representante de ideales que orientaban el hacer que constituye a ese vivido-compartido durante el tiempo de la Unidad Popular, se instala como un faro que orienta nuestros intentos por historizar? Tal vez Allende, desde la lontanza, sea soporte de la producción de uno y otro sentido que continúen haciendo posible imaginar un futuro distinto del que nos advierte Orwell : "Todo se desvanecía en la niebla. El pasado estaba borrado. Se había olvidado el acto mismo de borrar, y la mentira se convertía en verdad." (p.83)
Silvia Bleichmar en su texto Clínica Psicoanalítica y Neogénesis (p.338), plantea que la represión social impone mediante una cierta violentación de otro un coto a su libertad. Cuando esa violentación no obedece a una transmisión de cultura sino a imposiciones que la contradicen, se instituye una realidad relacional que somete a un quiebre entre las funciones de autoconservación y narcisisticas del yo. Cuando la satisfacción de necesidades cotidianas se hace incierta, transformando a la salud y la educación en mercancías inalcanzables , se cuestiona la seguridad respecto del propio cuerpo y de la pertenencia e inclusión en el escenario básico de lo humano: la sociedad. Es este un yo fracturado, enajenado de su narcisismo en aras de sobrevivir , es un yo expuesto a ser dominado por el terror . Es una violencia que es sentida como efecto de "fallas" , de "carencias" individuales. Es una violencia que atenta en contra de los entramados sociales capaces de socializar las necesidades y el derecho a su satisfacción produciendo cultura e historia. Tal vez se pueda afirmar que es este uno de los modos de dominación que la dictadura impuso y que aún impera.
El discurso oficial, el del Estado, ha respaldado hasta ahora estas imposiciones de la dictadura. No existen todavía espacios instituyentes que produzcan un discurso alternativo y de suficiente representatividad social. Mientras no se produzca este discurso ¿estará virtualmente representado en la memoria de los anhelos que hicieron al tiempo de la Unidad Popular? ¿Es posible que ante el lugar de Allende, significado desde su no-renuncia , pueda retornar ese desear que guarda relación con recuperar el poder-hacer de un pueblo? ¿Es posible que convoque los anhelos de instituir un entorno relacional que articule la satisfacción de la autoconservación y de los ideales que soportan la estructuración narcisística? ¿Será un intento de este tipo el que en Chile ha producido el fenómeno de escribir a ciertos muertos emblemáticos como Balmaceda, Allende, Miguel Enriquez, Pablo Neruda, Victor Jara?
Al menos hasta la instalación del monumento a Salvador Allende en la plaza de la Constitución , en su tumba se le dejaban escritos.(Cerca de 100 en dos años) Son misivas , mensajes, recuentos de últimos sucesos privados o públicos, escritos a mano sobre hojas de cuaderno, agenda o alguna postal.
Están firmados por una o varias personas que se sienten representativas del pueblo de Chile, de los pobladores o trabajadores; de las mujeres, los hombres, los jóvenes .; en todo caso de los disconformes con el modelo económico y político actual. Con frecuencia recurren a autodenominarse como "los populares " o "los pobres de Chile".
Tienen en común reconocer al gobierno de la Unidad Popular y a Allende como símbolos de la potencialidad que todo pueblo tiene de ser conciente de la posibilidad de recuperar el poder que delega en los gobiernos que se dicen democráticos . Consecuentemente, consideran que si esto no sucede así es porque los funcionarios gubernamentales y el estado que dicen servir, no responde a las necesidades del pueblo supuestamente representado , sino a quienes les han enajenado de su poder a través de lo que han instituido.
Consecuentemente, son escritos que denuncian que la violencia "legal" del Estado chileno se ha ejercido - y se ejerce - para resguardar, inalterado ese instituido que con falaz ropaje de derecho, constitución, supuestos ideológicos compartidos, intentan cubrir la desnudez que resultaría en grotesca de los intereses particulares.
Son escritos que interpretan al tiempo de la dictadura , a sus representantes, a su discurso infaltablemente grosero , emitido por una voz chillona y destemplada (según un resonante enunciado de Carlos Perez V.), como el aspecto cierto y representativo del cuerpo deforme y purulento, que producen los que no tuvieron límite en el reconocimiento del otro y su alteridad, para renunciar a la satisfacción de sus intereses.
A los gobiernos post- dictadura los consideran el intento de cubrir con nueva ropa y maquillaje, siempre insuficientes, por mínimos o transparentes, para lograr su objetivo : tapar lo que ya se vió , disfrazar lo que se develó con el golpe y los 17 años de dictadura.
Dicen saberlos servidores de un instituido que los usa para recubrir de legitimidad a prácticas que atentan en contra de los intereses de la mayoría de los chilenos. La salud y la educación transformadas en mercancías les sirven de suficiente ejemplo. A los actuales detentores del poder y gobernantes los presentan como a sujetos ajenos a la dignidad con que provee la lectura de la historia. Son quienes quisieran poder olvidar , son quienes quisieran no haber sabido . Son quienes no pueden historizar sin autodenunciarse como comprometidos con el sector social en condiciones de beneficiarse con la legalización de una violencia estatal que impone la mercantilización de derechos humanos, ej. la salud y la educación. Son administradores de un Estado que abusa del deseo de preservar al cuerpo de su destino.
A los transgredidos por el ejercicio del asesinato , la tortura, la perdida de libertad , en fin, por los crímenes de lesa humanidad, no los mencionan como víctimas . Los recuerdan como quienes pensaron, creyeron y hasta a veces actuaron en consecuencia con el intento de construir un sistema social mas justo .
Ellos, los autodenominados "populares" "los pobres de Chile", heridos y ofendidos , pero que siguen vivos y que por eso no pueden optar por olvidar ni por dejar de saber lo que ya supieron, se rescatan en la posibilidad de recoger lo que los caídos dejaron para seguir haciendo algún camino.
El tiempo del gobierno de la Unidad Popular aparece como aquel en que se expresaron , cantaron y rieron ; en que el pueblo habló , dijo de sí y por sí ; escuchó , del otro , de su pasado , de sus ideales , de su proyecto de futuro. Una especie de escenario en que el pueblo se pensó, se produjo, se tradujo, del pasado a ese presente y donde pudo concretar en demandas a anhelos que marcaban un norte. Es el tiempo en que se develó lo velado del conflicto social ; el que puso y pone en palabras el deseo de ser dueño del propio destino , de recuperar el poder el poder delegado en las instituciones.
Allende su tumba Salvador de la esperanza , el compañero Presidente aparece como el interlocutor válido de un pueblo que puede saber que fue y que , adolorido y horrorizado, tal vez opta por desconocer que se le reprimió y reprime porque potencialmente puede volver a ser sujeto de su historia; puede volver a tomar su palabra. Citan a Allende en su frase tan representativa del sentir con que acompañan este saber : "La historia es nuestra y la hacen los pueblos....." .Tal vez por esto mismo le responden: "alguien se ha preocupado mas de los pobre que Allende" "profético fue tu nombre (orgullo de nuestra historia, amante de la justicia, eterna es ya tu memoria)". "gracias por estar con los populares", "la semilla está proliferando en tu pueblo""los sueños se multiplicaron y los caídos como remolinos en vendaval se agitaron y el movimiento se acrecentó...!quien lo podrá detener!"
Bibliografía
Aulagnier,Piera. Los destinos del placer, paidos,Bs As,1994.
Bleichmar, Silvia. Clínica psicoanalítica y neogenesis, Amorrortu, Bs. As., 2000.
Orwell, George. 1984 , ediciones Destino, Bs As, 2003.