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Hace un tiempo, a poco de inaugurar la sección reportajes en Acheronta, un psicoanalista muy conocido, hizo un comentario a modo de crítica ácida en relación a una persona reporteada que no era de su agrado: "Al final, parece un Reality Show".
Por supuesto, no podemos sino señalar el efecto idiotizante y de fascinación, cuando no fetichista, que produce esta época de cámaras ocultas, de la televización en vivo de la intimidad cotidiana de cualquier desconocido, en suma, de cultura mediática orientada a la promoción de la pura imagen. No sabemos si los patentadores de los derechos de "Gran Hermano" leyeron, o no, 1984 de Orwell, pero tanto en un caso como en otro, estas situaciones no dejan de insinuar un efecto siniestro.
Sin embargo, aunque fuera por "azar", no podemos desmentir, al menos la coincidencia con la época, de un estilo en la realización de nuestros reportajes, donde se presentan las particularidades de los recorridos de nuestros reporteados, y se expone una situación de diálogo propia de la intimidad del pequeño grupo.
Está claro que no podríamos ser los psicoanalistas quienes habríamos de espantarnos o rehuir de los dispositivos o situaciones que aprehenden la intimidad, pues es con lo que trabajamos cada día.
Es más, si alguno quisiera llevar las cosas al extremo, con lo del "reality show", podríamos preguntar:
- ¿no sería un "reality show" cualquier ateneo clínico o cualquier supervisión?
- incluso el pase - dispositivo propuesto por Lacan para dar cuenta de un fin de análisis - ¿no sería también un reality show? Y ni que hablar de los famosos "testimonios" de los pasantes, con su ambientación "intimista" (media luz, etc.), ante públicos masivos.
El problema, en suma, no es tan complicado: tanto para esos casos, como para nuestros reportajes, las preguntas serían:
- ¿se trata acaso de una "mostración" (show)?
- ¿qué "realidad" (reality) se pone en juego en cada instancia?
En el caso de nuestros reportajes, la primera reflexión que podríamos hacer es que, además de constituir una experiencia en curso, cada reportaje nos revela y confronta a situaciones cada vez diferentes, de las que, lejos de la obscenidad de la mostración, al menos para nosotros, resultan efectos de transmisión.
En un segundo paso, podríamos anticipar, para un futuro análisis del dispositivo, algunas características:
Si bien con el correr de los reportajes puede verificarse la insistencia o repetición de algunas preguntas, al momento del reportaje el entrevistado no dispone de un cuestionario previo, ni sabe bien de qué vamos a hablar, mas allá de cuestiones generales sobre el psicoanálisis y su recorrido personal.
Aunque uno de nosotros se encarga, en cada caso, de tener presente el recorrido y trayectoria del entrevistado (recorrido institucional, libros, revistas, etc.), el resto del equipo no tiene preguntas preparadas. Con esto buscamos que las preguntas surgan sobre todo en relación a los vacíos y huecos que se vayan generando en el discurso del entrevistado, buscando poner en juego nuestra curiosidad antes que nuestras certezas.
El hecho mismo de ser varios entrevistadores permite una apertura mayor ya que esto posibilita que siempre haya al menos uno que quede en posición de tercero respecto de la relación entrevistador-entrevistado. Se produce así una rotación de las personas que debería ayudar a descomponer constantemente cualquier díada imaginaria que pudiese producirse.
Uno de los efectos mas interesantes que creemos haber logrado, a partir de la extensión de los reportajes, y gracias al consentimiento de los entrevistados, ha sido poder ir mas allá de los lugares comunes y los estribillos repetitivos, en suma, de las formas y figuras de la representación (inevitable), obteniendose algo mas cercano a la enunciación propia y particular de cada entrevistado. Creemos que el lector atento podrá captar muchas relaciones en el tejido por el que se enlazan los avatares de la vida de cada uno de nuestros entrevistados con su producción teórica o conceptual, con sus posiciones políticas, etc.
Creemos que estos reportajes demuestran que no existe "el" psicoanalista.
Existen psicoanalistas. Uno por uno. Cada uno con y desde su particularidad.
Podemos estar mas de acuerdo con uno que con otro. Pero decir que tal, o tal otro, "no es psicoanalista", probablemente sea equivalente a escupir para arriba.Por último, junto al psicoanalista reporteado, el lector encontrará también al autor, escritor de trabajos teóricos o clínicos, publicados en este u otros números de Acheronta, en un contrapunto por demás interesante que abre a una pregunta de carácter mas general: ¿los analistas, mantenemos alguna cercanía entre nuestras vidas y lo que escribimos "acerca de la vida", o, como dice el dicho popular, vale mas bien el "haz lo que digo, pero no lo que hago"?
En este número de Acheronta contamos con una serie de reportajes de diversa factura y realizados en distintas circunstancias, a analistas de distintas corrientes y pensamientos, y de recorridos diferentes.
En primer lugar,Germán García, director de la "Fundación Descartes", miembro de la EOL y la AMP, quien nos recibió solícito y atento en su consultorio. La charla, que duró unas cuatro horas, estuvo enmarcada entre cuatro paredes llenas del piso al techo con libros y revistas, en torno a una mesa y sillas, al mejor estilo café de intelectuales de los 70, y, como no podía ser de otra manera, amenizada con café en vasos; mientras recorríamos el largo camino desde una laguna de la provincia de Buenos Aires, hasta la expansión mundial del psicoanálisis.
Luego, el reportaje a Guy Le Gaufey, miembro (y actual director) de la "école lacanienne de psychanalyse". En este caso, nosotros fuimos los anfitriones y, a pesar de haber estado dictando un seminario durante todo el día, Le Gaufey no tuvo inconvenientes en que lo indagáramos durante mas de tres horas. Mate, facturas y empanadas acompañaron su excelente manejo del castellano, mientras desplegaba su historia y sus ideas, entre la Historia, París, Lacan y el psicoanálisis.
A continuación, la serie de entrevistas en la Reunión Lacanoamericana de Recife. En este caso, todos los reportajes fueron hechos por Gerardo Herreros (con algunas intervenciones del algún acompañante ocasional) en un ambiente distendido y variado, mezclado con almuerzos, cafés, caipirinhas y pianos de fondo. Fueron entrevistados en distintos días y ocasiones, Pura Cancina, una de las fundadoras de la "Escuela Sigmund Freud de Rosario"; Gustavo Etkin, uno de los primeros analistas lacanianos de San Salvador de Bahía; Roberto Harari, fundador de Mayéutica, Jacques Laberge, uno de los iniciadores del lacanismo en Brasil, Ricardo Landeira, uno de los fundadores de la "Escuela Freudiana de Montevideo"; Robert Levy, profesor de la Universidad de Paris XIII; Taciana de Melo Mafra, de la comisión organizadora de esta Reunión; Héctor Rupolo, fundador de "Triempo" y Héctor Yankelevich, miembro de Espace Analytique. En estos casos, si bien se vertieron palabras en relación a los distintos recorridos, las preguntas versaron más sobre la Reunión Lacanoamericana en sí, cuestiones institucionales y los problemas actuales del psicoanálisis. El hecho de estar en medio de un congreso, hizo que los reportajes no fuesen tan extensos como en otros casos. El lector atento percibirá que si bien en todos hay ideas en común, no pocas son también las diferencias.
Luego, otra crónica amenizada con reportajes. Se trata de lo acontecido en el XLI Congreso Nacional de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, al que asistió uno de nuestros compañeros del Consejo de Redacción de Acheronta, Julio Ortega Bobadilla, quien no sólo nos ofrece una crónica y reseña conceptual del desarrollo de dicho congreso (del que participaron unos 600 psicoanalistas), sino que pinta con sus letras a Guadalajara y nos regala unas charla con Juan Vives (presidente saliente de la APM) y Miguel Kolteniuk (director del comité científico de la APM), quienes dan su impresión del evento.
Finalmente, volviendo al estilo "clásico" de Acheronta, recibimos a Oscar Zentner, fundador de la primera institución lacaniana en la lejana Australia, y actual Senior Fellow del Departmento de Historia y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Melbourne. Nuevamente las más de tres horas junto a la amabilidad del entrevistado, nos permitieron recorrer los meandros de su historia marcada por kilométricos viajes, anécdotas de pionero, vivencias personales y pasión por el psicoanálisis y la literatura.
Ver también el índice general de reportajes en Acheronta