Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Editorial Acheronta 8
Acheronta y la crisis del psicoanálisis
Michel Sauval

Estimados colegas:

Con este número 8 de Acheronta, cumplimos 3 años y medio de presencia en el campo internacional del psicoanálisis.

Dejando de lado la falsa humildad, podemos decir, que Acheronta se ha transformado en una de las revistas mas importantes y la de mayor difusión en internet, en lo que a psicoanálisis y temática psi se refiere.

Como ya lo señalaba en ocasión de las conclusiones del balance del Programa de Seminarios por Internet de PsicoNet, haciendo mías algunas reflexiones de Alfons Cornella, el éxito de Acheronta, a semejanza del éxito de otras áreas de PsicoNet, responde a una situación particular y concreta: el común denominador de los sitios de Internet que van viento en popa consiste en ofrecer algo que no puede obtenerse de otro modo, al menos por ahora, que no sea por internet.

¿Que significa esto? Veamos.
El ejemplo mas claro es el comercial: no voy a comprar por internet un CD o un libro que puedo obtener en la disquería o librería de la esquina de mi casa. Si compro un libro por internet es porque es un libro que no se editó en mi país, o que no es facil de conseguir, o que localmente se vende demasiado caro, etc.
De un modo similar, tampoco voy a complicarme la existencia con programas y computadoras para cuestiones profesionales como, por ejemplo, discutir o dialogar con la misma gente que veo a diario o regularmente (aunque, aún en ese caso, internet pueda ofrecer muchas ventajas, como por ejemplo, la posibilidad, en una ciudad grande como Buenos Aires, con un tránsito difícil, de trabajar en simultáneo sobre un determinado texto, varios colegas, desde diferentes partes de la ciudad).

Podriamos entonces preguntarnos: ¿qué ofrece de diferente Acheronta?
Pienso que lo que Acheronta ofrece de nuevo e inencontrable (al menos facilmente) en los ámbitos habituales de los profesionales psi es la posibilidad de un contacto, intercambio y trabajo, entre colegas de diferentes orientaciones y especialidades, de diferentes idiosincracias y de diferentes culturas; la posibilidad de intercambiar ideas y discutir desde diferentes perspectivas; la posibilidad de desarrollar esa actividad en una ámbito marcado por el escrito con lo que ello implica de reducción de efectos imaginarios y grupales; y un espacio independiente abierto a la reflexión y la crítica.

¿Porque esto tiene importancia y concita interés?

Hay un factor que marca la situación y que, por trillada que esté la misma, se resume en la palabra "crisis".
Esta es la definición que da de esa palabra el diccionario de María Moliner:

(Deriv. del griego «krisis», decisión de «krino», separar; v.: «CRINO-; diacrítico, hipercrisis, hipercrítico». Fem.)
- («Hacer, Estar en»). Momento en que se produce un cambio muy marcado en algo; por ejemplo, en una enfermedad o en la naturaleza o la vida de una persona.
- («Haber»). Situación política de un país cuando ha dimitido un gobierno, y todavía no se ha nombrado otro, o del gobierno cuando ha dimitido alguno de sus miembros.
- En lenguaje corriente, cambio total o parcial de un gobierno.
- («Estar en; Haber [Haber una] c.; Pasar por una c.»; usual, pero no figura en el D. R. A. E.). «Dificultad». Situación momentáneamente mala o *difícil de una persona, una empresa, un asunto, etc.: ‘Crisis de crecimiento [nerviosa, económica, de producción de acero]’. (inf.). Mala situación económica de alguien: ‘No me hables de comprar nada, porque estoy en crisis’.
- Juicio formado sobre una cosa después de examinarla cuidadosamente.

Hay, de hecho, una situación de crisis a nivel de la economía y la situación política mundial.

Hay, de hecho, también, una crisis en el psicoanálisis. Lo plantean los propios dirigentes de las principales instituciones mundiales, y lo atestiguan las escisiones y reagrupamientos que se estan produciendo al nivel de esas mismas corrientes internacionales.

Esta no es una situación nueva. Es algo que se viene gestando desde hace tiempo y que, quizás ahora, comienza a presentarse con cierta evidencia.
Esto se expresa, especialmente, de la siguiente manera. A diferencia de otras épocas, actualmente hay una gran cantidad de psicoanalistas "independientes", es decir, sin afiliación institucional, y también muchos otros cuya pertenencia institucional es mas formal que militante.
Esto, a su vez, se asocia a otra cuestión mas fundamental: una cierta caída del valor e importancia asignada a la doctrina transmitida por cada una de esas instituciones, es decir, una crisis al nivel mismo de la teoría.

Es esta situación la que encuentra en internet una herramienta apropiada para expresar y desarrollar esta relación mas laxa de los psicoanalistas con las instituciones al posibilitarse una comunicación e incidencia colectiva extra institucional.
A diferencia de tiempos anteriores donde la "independencia" institucional no dejaba de funcionar como un ostracismo profesional, con esta herramienta, los "independientes", y todo aquél interesado en intercambios mas amplios, encuentran un canal alternativo a los clásicos para la circulación de trabajos, la discusión, etc.

Creo que el éxito de Acheronta responde a esta necesidad.
Esto no significa que todos sus colaboradores se encuentren en la posición "independiente". Muy por el contrario, muchos de ellos pertenecen y son miembros activos de instituciones, tanto regionales como internacionales.
Pero lo que Acheronta ofrece es la posibilidad de leer trabajos y opiniones de psicoanalistas de diferentes orientaciones, tanto sea de renombre internacional, como desconocidos. Es la posibilidad de encontrar materiales de orientación lacaniana pero también de orientación freudiana y posfreudiana, o de psiquiatría, o de psicología, o de orientación cognitiva, etc.

La masividad de los accesos a Acheronta (mas de un centenar de visitas diarias a nuestro sitio) da cuenta de este interés por leer y conocer otras referencias, en otras palabras, de este peso numérico de los "independientes".

En ese sentido podríamos llegar a decir que el éxito de Acheronta es, en sí mismo, un indicador de la crisis en el psicoanálisis.

Ahora bien, no creo que esta sea una situación ideal para el psicoanálisis. La crisis no es siempre algo bueno.

Entre otras cosas porque, en situaciones como estas, junto al cuestionamiento de la "doctrina" transmitida por las instituciones "oficiales" de las grandes corrientes del psicoanálisis, se cuela también mucha ignorancia.
Por ejemplo, cualquiera se siente autorizado a criticar sea a Freud, sea a Lacan, o a quien sea. Y el problema es que muchas veces esa "autorización" no se fundamenta tanto en un conocimiento serio de la obra de a quien se critica, como en esta situación "socializada" de descreimiento y pérdida de referencias.
En otras palabras, muchos pretenden volver a descubrir la pólvora, cuando en realidad, en la mayoría de los casos, no hacen mas que volver a quemarse cometiendo los mismos errores que ya cometieron quienes la inventaron antes que ellos.
Por ejemplo, se confunde la tarea, inexorable para cada uno, de reinventar la clínica, con la idea de reinventar toda la teoría. La clínica se va poblando así de nuevas categorías que mas que dar cuenta de una novedad real dan cuenta de la ignorancia que se tiene de los desarrollos conceptuales de los maestros. Se supone que Freud ya no tendría nada para enseñarnos, por ejemplo, sobre los "ataques de pánico", o sobre las "nuevas formas" de la anorexia, etc. Se supone que en un análisis puede hacerse caso omiso del Edipo, o que con la "topología" del "último" Lacan podemos saltearnos las cuestiones relativas al deseo y el significante.
Esto es algo que, en realidad, tiene una vieja escuela: entre los posfreudianos es común ver a cada cual redefiniendo los cuadros clínicos y reformulando la correspondiente etiología.

En ese sentido, la crisis no es buena. La crisis tiene este costado nefasto que es el que tiende a relevarnos de nuestras responsabilidades, del trabajo inevitable de lectura seria de los clásicos, de los requerimientos de la formación, etc.
Una de las consecuencias de esto es el resurgimiento de propuestas "terapéuticas" de pobrísimo fundamento teórico y clínico, mas emparentadas con lo religioso o ideológico que con el psicoanálisis.
La otra consecuencia es la proliferación de nuevos candidatos a "maestro", algunos de alcance meramente regional, otros de alcance internacional.
En todos los casos, el resultado es un "olvido" de los fundamentos del psicoanálisis y de la obra y el trabajo de sus maestros.

Pero también es cierto que la crisis tiene su costado positivo. Permite desacralizar autores, poder pensar mas libremente, incluso autorizarse a pensar. Permite hacer preguntas que hasta entonces no se hacían. Permite leer a los maestros sin tutelaje y sin prejuicios.

Al respecto podríamos decir que si la crisis es realmente tal, es porque ciertas preguntas, ciertos problemas, han terminado por abrirse camino cuestionando los dogmas vigentes. Y eso es positivo. El punto en cuestión es diferenciar el cuestionamiento vacío de los dogmas del trabajo de elaboración de esas preguntas y problemas que se están planteando.

Como todas las crisis, esto no durará una eternidad. Pero tampoco es algo que se resolverá así nomás.

Es la intención de Acheronta seguir ofreciéndose como lo que ha sido hasta ahora: un espacio donde darle un sentido positivo a la crisis, un espacio donde abrir reflexiones, preguntas, un espacio donde retomar la lectura de los maestros, un espacio donde confrontar posiciones contradictorias, orientaciones antagónicas, etc.
En otras palabras, como un espacio que refleje el proceso de debate y reflexión del conjunto de la comunidad internacional de los psicoanalistas. Un espacio abierto y democrático.

Cordialmente

Michel Sauval

Diciembre 1998

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 8 - Diciembre 1998
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