Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Aproximación a la problemática de
la "verdad" y el "saber" en psicoanálisis

Miguel Olivera Cordero

Imprimir página

Resumen

Uno de los matices relevantes de la inmersión en el campo del psicoanálisis es poder plantearse preguntas constantemente, a partir de la experiencia clínica o bien de la producción teórica del mismo. Carácter de vigencia y de reivindicación que posibilita mejores bases que sostengan aquello particular, que en rigor ha capturado nuestra atención. Dicha inmersión al campo del psicoanálisis como ejercicio clínico y con su posibilidad de generar postulados teóricos, plantea una dinámica compleja sobre la utilización de ciertos términos que trasgreden los límites de sus propias acepciones para llegar a nivel de concepto. ¿Es el caso del término verdad… lo es del término saber? El presente trabajo pretende poner en la mesa esta problemática.
Palabras clave: psicoanálisis, clínica, verdad, saber.

Abstract

One of the important nuances of immersion in the field of psychoanalysis is to constantly raise questions, based on clinical experience or theoretical production thereof. Effective character and claim it allows better basis to sustain that particular rigor that has captured our attention. This immersion into the field of psychoanalysis as a clinical practice and their ability to generate theoretical postulates, poses a complex dynamics on the use of certain terms to transgress the limits of their own meanings to arrive at the concept level. Is the case of the term "truth" ... so it is the term "knowledge"? This work intends to put on the table the issue.
Key words: psychoanalysis, clinical, truth, knowledge.

 

Tomando como punto de partida un texto publicado por la revista Litoral 41, cuyo autor, George-Henri Melenotte (2008,87) nombró Convergencia y divergencia entre Lacan y Foucault a propósito del caso; y donde en uno de sus planteamientos trae a cuentas a James Joyce, refiriendo a su obra, y a la lectura de Lacan sobre una parte de ella indica:

“La actividad creadora del sujeto permite que el artificiero Joyce se construya un síntoma que salva del gran desastre de la locura. Lacan instaura un sujeto activo que interviene en sus determinantes estructurales para modificarse. Joyce sería su propio terapeuta”

El énfasis recaería en la función de la escritura como constituyente de algo inédito. Acaso una reivindicación o un reacomodo; un antes y un después de un proceso terapéutico que coloque en otro lugar a ese que –como en el caso de Joyce- escribe…vale decir: habla. ¿La ausencia de un terapeuta otro, pero la presencia de un acto personal produciría un efecto de subjetivación?

Si Joyce fue su propio terapeuta y si se produce a sí mismo ¿Cuál sería la función del terapeuta ejecutada por otro? ¿Sería acaso una actividad creadora de sujetos? Subrayando el enunciado de Melenotte.
 
Estas cuestiones pueden tomarse como una provocación, en el sentido de repensar desde una postura crítica cómo interviene aquel que se coloca en el lugar de terapeuta (analista). Resulta necesario abordar la cuestión desde distintos ángulos.

Daniel Gerber (2007, 48-9) en "Discurso y Verdad. Psicoanálisis, saber, creación", al hablar del saber en psicoanálisis apunta, en relación a ¿Quién sabe? y cómo se montaría la trasferencia, lo siguiente:

No es el sujeto quien sabe el saber inconsciente sino quien es siempre sabido por ese saber Otro, ese saber del Otro. Este último es quien sabe, lo que permite descubrir la clave, el resorte esencial de la trasferencia que consiste en el “endoso” de la carga del saber inconsciente a Uno a quien ese saber le es supuesto. De tal suposición viene el amor, pues suponer un sujeto al saber es amarlo.
La existencia del inconsciente quiere decir que hay un saber sin sujeto […] Pero a este saber sin sujeto –saber de quien sabe­- se lo subjetiva necesariamente como saber del Otro, se le supone un sujeto: sujeto-supuesto-saber que ocupa el lugar del efecto de verdad […] La verdad designa lo indecible, lo irrepresentable del saber, el ombligo en torno del cual se organizan las representaciones que constituyen aquello que el significante permite articular. La verdad evoca el lugar de lo irrepresentable en tanto el saber se construye con base en lo representable.

Es decir, la atribución de quien demanda análisis de un saber que el analista le revelaría, echaría a andar la trasferencia, ese sujeto-supuesto-saber posibilitaría un efecto de verdad.

Ese afán por saber, puede identificarse en los orígenes de la clínica; el hombre ha desarrollado distintas formas de aproximación hacia lo que en el entorno, naturaleza o situaciones emergentes y que causan interés por explicar o entender; en el caso del sufrimiento del cuerpo surge la medicina como recurso para abordar ese sufrimiento, desde el punto de vista clínico como también de la transmisión y la enseñanza de ese saber particular. Sin embargo, el saber particular de la medicina atraviesa por distintos avatares, pues de antemano, según Foucault (1978, 28)

[…] el querer-saber no acerca a una verdad universal; no da al hombre un exacto y sereno dominio de la naturaleza; al contrario, no cesa de multiplicar los riesgos; hace crecer en todas partes los peligros; acaba con las protecciones ilusorias; deshace la unidad del sujeto; libera en él todo lo que se encarniza en disociarle y destruirle. En lugar de que el saber se distancie poco a poco de sus raíces empíricas, o de las primeras necesidades que lo han hecho nacer, para convertirse en pura especulación sumisa a las solas reglas de la razón, en lugar que esté ligado en su desarrollo a la constitución y a la afirmación de un sujeto libre, implica un encarnizamiento siempre mayor; la violencia instintiva se acelera en él y se acrecienta; […]; el saber exige hoy hacer experiencias sobre nosotros mismos, exige el sacrificio del sujeto de conocimiento.

¿El saber en psicoanálisis implicaría ese sacrificio que señala Foucault? Habrá que distinguir –o intentarlo- entre saber y verdad.

Introducir el término verdad implicaría un estudio exhaustivo, sin embargo es posible delinear ciertos matices que permiten un entendimiento acerca de cómo un sujeto produciría algo inédito que lo colocara en otro lugar en su propia historia.

Raúl Courel (1994, 60) en Psicoanálisis en el campo del goce, en el apartado tres titulado “Del goce del padre al deseo del analista”, hace alusión a  Lacan y una de sus concepciones de verdad.

Lacan, en su seminario sobre los cuatro discursos, situará la verdad como hermana del goce. […] Si el sujeto encuentra un alivio en la verdad es solo el alivio de dejar de buscarla.
Notemos que en psicoanálisis la verdad se muestra atada también  al padecimiento, esto es: al goce. […] La verdad es efecto en la estructura de la subjetividad.
Se pregunta además:

¿Va el analista atrás de la verdad?, y si lo hace, ¿hasta qué punto? Es sabido que no renuncia al rigor. Notemos, sin embargo, que cuando el analista está muy urgido por concederse el gusto de entender, arriesga a congelar su certeza a mitad de camino.

En el Seminario XVII Lacan (1970) plantea:

[…] la verdad está escondida, pero quizás no sea más que ausencia; si fuera así estaría todo solucionado. Bastaría con saber bien todo lo que hay que saber. Y después de todo por qué no: cuando decimos algo no hay necesidad de agregar que es cierto. Alrededor de esto gira toda una problemática del juicio.
Es con el saber en tanto que medio del goce que se produce ese trabajo que tiene un sentido, un sentido obscuro que es el de la verdad.
Este amor a la verdad, es este amor a esta debilidad, esta debilidad de la que supimos levantar el velo. Es eso que la verdad esconde y que se llama la castración. Yo no debiera tener necesidad de estas llamadas que son de algún modo librescas. Parece que los analistas, y particularmente ellos, en nombre de algunas palabras tabúes con las que se emborrona su discurso, nunca se dan cuenta de que es la verdad: la impotencia, y es sobre esto que se edifica todo lo que hay de la verdad.

Es decir, Lacan arroja las discrepancias entre los términos verdad y saber en psicoanálisis, no basta con encontrar aquello oculto o develarlo, sino qué efecto producirá en el sujeto que vive ese descubrimiento. El descubrimiento de que está en falta, vale decir: castrado; por otro lado, la corroboración de que aquél que estuvo en el lugar de analista, dejará su estatuto para pasar a otra cosa, será destituido del lugar que la trasferencia instauró.

Volviendo a la referencia que Melenotte describe sobre Joyce, no hay forma de saber si buscaba su verdad per se, en todo caso, su capacidad para la escritura y el efecto de ella sería el de posicionarse como tal, un escritor. ¿Su verdad quedaría como registro en su obra?

El caso de Joyce es pertinente pues revela cómo alguien en su situación particular puede producir un cambio en su historia con una intervención, que, en el terreno clínico es posible gracias a ese otro que acompaña a quien habla e interviene desde lo que se dice, de lo que escucha.

Melenotte (2008, 96) describe en relación a ese proceso de producción de sujeto nuevo una dinámica en dos movimientos. Subrayo el segundo, pues remitiría a eso inédito.

[…] toda forma de subjetivación pasa por un doble movimiento objetivación –de reducción del sujeto a un objeto de conocimiento– y de subjetivación propiamente dicha por la que el sujeto se construye a sí mismo y desplaza su subjetividad en formas que podrían ser inéditas. Habrá diversos modos de subjetivación según las palancas que los propulsen.

Es decir,  aunque parezca un tanto caricaturizada la idea del caso por caso, tomar en cuenta la singularidad, el momento histórico o la situación de quien acude a análisis, su demanda, posibilita tener una visión amplia y no establecida, abierta a la sorpresa, al saber y a la verdad, aunque ésta sea provisional.

Referencias

Melenotte. G-H. (2008) CONVERGENCIA Y DIVERGENCIA ENTRE LACAN Y FOUCAULT A PROPÓSITO DEL CASO. Revista Litoral 41. Epeele. México. Pág.

Gerber, D. (2007) DISCURSO Y VERDAD. PSICOANÁLISIS, SABER, CREACIÓN. Escuela libre de psicología. México.

Foucault, M. (1978) NIETZSCHE, LA GENEALOGÍA, LA HISTORIA. En Microfísica del poder, La piqueta, 1ª edición, Madrid.

Courel, R. (1994) PSICOANÁLISIS EN EL CAMPO DEL GOCE. Manantial. Buenos Aires.

Lacan, J. (1970) Seminario XVII Clase 6 VERDAD, HERMANA DEL GOCE

Melenotte. G-H. (2008) CONVERGENCIA Y DIVERGENCIA ENTRE LACAN Y FOUCAULT A PROPÓSITO DEL CASO. Revista Litoral 41. Epeele. México

 

Volver al sumario del Número 28
Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 28 - Febrero 2014
www.acheronta.org