Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Transmisión y estilo
Karina Glauberman

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Para pensar algunos destinos posibles de la transmisión quisiera tomar a modo de puntos de inflexión dos hechos de la historia del psicoanálisis que espero iluminen la clínica y algunas hipótesis.

Transmisión y transferencia

Hacemos nuestra la afirmación de E. Porge 2 de que Freud no hizo un autoanálisis sino que realizó un análisis con Fliess entre otros. "El análisis original de Freud se produjo pero no lo podemos afirmar más que en el después, a través de lo que sabemos de su práctica de analista que inventa el psicoanálisis" (…) "No tener en cuenta esta dimensión del après coup es colocar el origen del psicoanálisis en una especie de autoorigen…Freud inventó algo que se transmitió a otros, a nosotros, según modalidades que quedan por precisar… Es porque algo se transmite, no quedando como auto que planteamos la cuestión del comienzo."(…) "El sostén que Freud halló en el delirio flisseano para dar nacimiento al psicoanálisis quedó en la sombra o fue objeto de comentarios desfavorables, como si se hubiera tratado de un error de su parte" 3.

Nos dice Porge que se trató de una amistad profunda, una colaboración intelectual intensa que incluía intercambio de hipótesis teóricas, edificación de una ciencia nueva en la que creen y trabajan. "Entre sus intereses comunes, ocupan el primer lugar la sexualidad adulta y la sexualidad infantil."

En 1887 celebran tres "congresos".

En el 1º Fliess le habla a Freud de su concepción de la bisexualidad y Freud a su vez le habla del papel de la bisexualidad en la represión y en la elección de las neurosis y de la psicosis.

Freud comunica a Fliess después de la vuelta del segundo congreso que él se aboca a trabajar sobre el sueño y a poco de ello, de su crisis: ya no cree en su neurótica. Crisis que se extiende a la comprensión de las concepciones de Fliess que le dejan un sentimiento de extrañeza.

Freud vuelve del tercer congreso con cierto escepticismo respecto de las ideas de Fliess aunque sigue pensando que éste "ha hallado el enigma de la vida y del mundo". Le envía partes del manuscrito del libro del sueño".

Luego de una cándida visita de Fliess en Viena comenzará un período de graves problemas familiares que se acompañan del intercambio en torno a la Traumdeutung que da lugar a numerosas observaciones mutuas. La publicación sume a Freud en la decepción y en un sentimiento de empequeñecimiento en relación a Fliess e intenta vencer su depresión con una dieta intelectual respecto de su amigo que despertará en él un sentimiento "impersonal " de celos: Fliess sigue estando por él muy sobreestimado. Freud espera ansioso el congreso en el Tirol que será el último y que dará un giro decisivo a la relación.

E. Porge recoge la versión de Peter Swales acerca de testimonios concordantes que dan del último "congreso" cerca de un lago, la versión persecutoria de Fliess de que Freud habría tenido la intención de matarlo empujándolo al precipicio o al agua. La reacción delirante de Fliess, nos dice Porge, "se produce en el momento en que Freud, que ya ha publicado la Traumdeutung separa las psiconeurosis del campo de la aplicación fliessiano y a consecuencia le quita a este sistema la completud de saber".

Hacia 1901, Freud, reconoce que sus congresos se han vuelto vestigios del pasado y que se siente apartado de lo que hace Fliess mientras que Fliess se muestra escéptico respecto de la práctica clínica de Freud, quien a partir de dicha discusión en torno a su método clínico le hace saber que ya no es su público y constituye su círculo privado de los miércoles que a poco de andar queda marcado por el incidente. 4

El desenlace de dicha relación transferencial tendrá del lado de Fliess la presentación de una acusación indirecta a Freud de plagio y un pleito que estalla en 1906.

En octubre de 1900 Swoboda, en análisis con Freud escucha de este último una interpretación de sus fantasmas que se refiere a la "disposición bisexual de todo ser humano" y que a su vez le habla de ello a su amigo Otto Weininger. En 1901, Weininger va a ver a Freud para darle a leer su libro. Tiene mucho éxito pero Freud lo desaprueba, Otto Rank se sabe plagiado. Weininger se suicida a los pocos meses.

Fliess, no fue entonces el único en sentirse plagiado. Moebius y otros lo acusan públicamente de plagio y Swoboda mismo se siente agraviado. Fliess, primero queda cautivado por el libro de Swoboda a quien ve como un aliado en su teoría de los períodos que Freud desestima pero al leer el libro de Weininger y ver allí sus ideas, la idea del plagio toma cuerpo en él , aunque "desencadena" al recibir una carta de Freud que llama a Swoboda su discípulo. Carta en la que justamente Freud menciona una revista que sus discípulos se proponen crear y donde le deja entrever que su público es ahora otro. Freud resulta entonces para Fliess "el infiel administrador de mis ideas" y Freud admite en cierta medida su parte en el asunto por haber comunicado sus ideas a Swoboda disculpándose por no haber previsto que él comunicaría sus ideas a su amigo.

Porge cree que el asentimiento de Freud al asunto del plagio tiene que ver con que confunde el tema con la cuestión de la prioridad: "es quizás, también en tanto les es común como retuvo a Fliess".

Sesos frescos

Nos comenta Jorge Baños Orellana 5 que durante catorce años volvió Lacan al caso de los sesos frescos de un modo particular. Sabemos que se trata de un científico con buena trayectoria académica y de una gran producción intelectual, que se encuentra inhibido de proseguir con sus investigaciones o más bien de publicarlas por temor a que se descubra que involuntariamente ha incurrido en un plagio. El paciente tiene un tratamiento anterior con Melitta Schmideberg a su vez envuelta en interminables acusaciones de plagio dirigidas a su madre, Melanie Klein.

La publicación del caso no es ajena a la lucha entre corrientes psicoanalíticas y es así que Kriss dirá a diferencia de Schmideberg que si se ve desprovisto de verdadero talento:"no se debe a que sea efectivamente un incapaz o lo domine un canibalismo intelectual incoercible, sino a que no se percata de los efectos nefastos de su identificación con el padre incompetente que le tocó y que si es cierto que busca consejo de padrinos y de un eminente colega, es sólo debido a que persevera en el anhelo infantil de conseguir el gran padre que no tuvo".

El análisis de Kris se conduce a revelar que él no es un plagiario y que incluso el colega incurre en cierto plagio de sus ideas. Le comunica a Kris en cierto momento de la cura que suspenderá la publicación de una de sus investigaciones porque ha descubierto en un libro consultado lo esencial de su tesis a publicar. Kris se interesa en el volumen consultado y así se lo hace saber a su paciente, para concluir que es un apoyo sustancial pero que no encuentra alusión alguna a la tesis del paciente.

Kris cree conveniente interpretar las consecuencias de la identificación del paciente con la mediocridad del padre por lo que le presenta un refrito de sueños, recuerdos y síntomas de la infancia a modo de construcción, a lo que el paciente responde con la revelación con lo nombra para la historia del psicoanálisis: "Todos los mediodías cuando salgo de aquí, antes del almuerzo, camino por la calle X (…) miro los menús en las vidrieras. En uno de esos restaurantes habitualmente encuentro mi plato preferido: sesos frescos". Kris cree ver en ello la confirmación de su construcción. Lacan juzgará este cotejo con la realidad por parte de Kris como una maniobra prudente y la revelación de su paseo de gourmet como la confirmación de su torpeza que en otras intervenciones verá como un "intento de invalidación o de "burla sabia" a los empeños de su analista, perdiendo el rasgo de acto sintomático que Kris le atribuye para acabar degradado a un acting out.

Así como el tema del plagio reúne a Freud y a Fliess y se replica a su derredor como en un espejo de sastre, el caso del hombre de los sesos frescos se replica en Lacan trayendo la polémica: agrega datos, los tergiversa, los adorna, los acomoda a su antojo a lo largo de las diferentes entradas que hace del caso a lo largo de su enseñanza. Entonces, ¿qué nos dice el caso y la operación de Lacan sobre él en relación a la transmisión?

La clínica

Mario es el tercero de cuatro hermanos. Todos tienen intolerancia a la lactosa, todos son medio alérgicos, pero él es el único al que le costó hacer caca desde que nació. No quiere hacer caca, se aguanta. Desde pequeño cada cuatro, cinco días, ahora a sus tres años, cada seis o más días en que le empieza a subir fiebre. El médico recomienda unos supositorios y mejora pero a los pocos días enferma de salmonelosis y no controla. Se lo ve cansado, apagado y con mucho dolor.

Luego vuelve a la rutina que efectivamente lo hace único entre sus hermanos: aguanta, le duele la barriga, empieza a comer menos. No le cambia mucho el humor que de por sí es bueno, aunque tiene mucho carácter. Desde que nació el hermano está revolucionado: todo lo quiere hacer solo, sabe dónde está cada cosa. En general come bien y se relaciona bien.

Ellos vivían juntos y accidentalmente vino la primera hija, el segundo, con el destete de la niñ a. Así que Mario fue el "súper buscado". Su madre dice que "quería un tercero, un tercero, un tercero". "Tenía la sensación de que eran tan seguidos los otros y estando lejos de la familia por trabajo, que no los disfruté. El cuarto llegó después de una noche de juerga". "Mario fue buenísimo, desde que nació durmió seis horas. Decíamos que nos lo merecíamos después de lo mal que lo pasamos con los anteriores".

No es solamente el "único" entre sus hermanos, dice su madre,"es el ojito de sus abuelos y a mí me acompaña a todas partes. En este último embarazo, siempre con él". Al preguntarles por su trabajo me dicen sin más que son controladores (aéreos), ocupación que a esta altura veo comparten con Mario: a ello se dedica a pesar de su candidez.

No es difícil imaginar que ella hubiera deseado para sí algo de este lugar único. Su padre fue con ella excesivamente autoritario (y era sólo el pálido reflejo de su propio padre) y su madre que se reveló como bipolar en su adolescencia la alejó de una vocación y de un tiempo de diversión, a favor de pasar a ocuparse de todo tipo de cuestiones prácticas, en las que hoy en día con cuatro hijos y un trabajo exigente es experta. Él también ha tenido que lidiar con un padre controlador por lo que se alegra de tenerlos, después de un esfuerzo grande, a cierta distancia geográfica y afectiva.

Les pregunto cómo ven lo de Mario. Ella dice que es una etapa que se está alargando demasiado y que cree que está atascado. El, que lo hacía para llamar la atención tal vez por el embarazo y que ahora " el subidón cuando hace caca es terrible!". Digo que está claro que está atascado en este lugar único, es el ojito de todo el mundo y de ahí no sabe salir.

En las entrevistas muestra su afán de orden y control no sólo sobre los objetos sino sobre mí. La transferencia me atrapa en un juego machacón en el que él es siempre el que manda, el sheriff, el profesor, el médico: el plurienjefado. Tiene mucho talento para ello pese a su corta edad y como a todos, durante un tiempo me hace gracia su diligencia. Siempre está bien pertrechado para ejercer sus funciones con complementos que trae de su casa -parece un scout-, o con objetos que recrea para la ocasión: nada falta y yo estoy ahí para complementarlo. Despierto de la manía presente en la historia familiar cuando me veo intentando reemplazar unos juguetes que una colega retira de la consulta donde vemos los niños y con los que él juega, por otros ni más ni menos que idénticos!

Los días que lo veo y en los que lleva tiempo reteniendo, parte de su esfuerzo por controlarme se dirigen a un contoneo incómodo destinado a evitar lo inevitable y que a riesgo de explotar se encarga de que no suceda. De más está decir que su posibilidad de representación gráfica es casi inexistente y el interés por la escuela, escaso y que todo cae en el saco cargado de significantes que lo confirman en esa especie de lugar de primogénito impostor, de único destinatario de la transmisión filial de la que diez viajes al baño para intentar que haga caca en procesión con todos los hermanos, a los que el padre no quiere descuidar en una piscina, dan testimonio.

Finalmente acude a la sesión un día completamente desvitalizado por el esfuerzo puesto en el control, se muestra en su faz de esclavo. Con pena le digo que hemos perdido la posibilidad de jugar aunque se ve que tiene mucha fuerza. Le pregunto si no le parece que eso no sucede más veces. Desde entonces me muestro más libre y le hago saber de mi aburrimiento frente a la perseveración de un juego donde despuntan creaciones subjetivas que no prosperan a favor de la retención de su status quo. Él es la encarnación del plagio de los significantes que nombran la complejidad del deseo materno sin resto y el objeto retenido está afectado de un fuera de juego donde los significantes sólo tienen la posibilidad de engordarlo o pudrirlo y no de representarlo en relación a un objeto inalcanzable que cuente en la operación.

Acepta la nueva situación, el juego cambia, la transferencia se reorganiza en torno al significante "amigos" . Fuera, el encuentro con los semejantes peleones con los que hace lazo lo obliga a deponer sus títulos. Lo amedrentan. Con uno de esos sustos pierde completamente el control en el colegio, se hace caca encima pero el episodio no lo mina: es uno más entre los "piratas macarras".

Actualmente el síntoma cede en parte, y lo ayudo un poco en la construcción de una especie de monolitos de papel que pega a una base, decorados con figuras humanas llenas de movimiento y en los que estampa mi nombre y su firma. Queda por ver en este tiempo particular cómo resuelve la compleja operación por la que el monolito se separe de la base que hasta ahora lo ha hecho su ojito.

Algunas ideas

Dejando de lado la historia del psicoanálisis, el plagio y su paranoia, la ilusión o ambición de sesos frescos, se muestran como destinos posibles de la transmisión. En ambos casos la verdad que está en juego es una verdad material de la que se tienen derechos de propiedad o de prioridad intelectual. Pero la propiedad intelectual, ya nos lo dijo Lacan 6, es un prejuicio del que el psicoanalista debería desprenderse en el punto en que más allá del afán cotejador de Kris nos muestra que la verdad en psicoanálisis no es la verdad de la tradicional adecuación entre las palabras y la cosa. Estrictamente toda enunciación podría ser plagiaria en el punto que se vale de significantes tomados del Otro y siempre el afán será el de escribir lo nuevo. Pero la verdad en psicoanálisis no puede cotejarse, calibrar la adecuación a la realidad desde el momento en que no puede captar aquello que la funda. "Tender asintóticamente a acercarse a la realidad de la observación clínica consistirá en tomar la medida adecuada de esta inadecuación, en transmitir la existencia de esta inconmensurabilidad" 7. De ahí que Freud haya recurrido a la ficción y hasta a la nimiedad para intentar asirla.

La verdad en psicoanálisis atañe a lo menos fresco pero más singular: la particularidad de la inadecuación entre el sujeto y el objeto a, que Lacan escribió con la fórmula del fantasma , escritura para la que se valió del losange, y que denomina punzón. Porge nos recuerda que estilo viene del latín, stylus y nombra al punzón de hierro que se utilizaba para escribir en tablillas de cera y que luego designó a la escritura misma. "El estilo actúa como un punzón (…) es aquello por lo cual se punza la relación del sujeto con el objeto" El inconciente enuncia una verdad de la que nada podemos saber pero que en sí misma constituye un saber, un saber cuya relación con la verdad es de división irreductible, "a cada verdad, no corresponde un saber". El sujeto es siempre un sujeto dividido entre verdad y saber. Umberto Eco nos da de ello noticias a cuento de El nombre de la Rosa: "Empecé a escribir en marzo de 1978, impulsado por una idea seminal. Tenía ganas de envenenar a un monje. Creo que las novelas nacen de una idea de este tipo y que el resto es pulpa que se añade al andar" 8

Abrevamos en un cierto plagio y relevamos sus significantes, habitamos ese corpus del analizante en la cura para avanzar y ensayamos allí la irrupción del sujeto en fresco aunque advertidos de la ilusión de la propiedad de una verdad acumulativa. La verdad en psicoanálisis nos conduce a una operación de resta, a un desecho del saber. Fliess ve caer o ahogarse su cuerpo en el lago, Kris escucha inesperadamente el relato de su paciente en el que devora sesos frescos, tal vez en la ilusión de incorporarlos de un padre carente de ellos. Nuestro pequeño hace desaparecer el objeto caduco de la mirada de su madre: sólo queda transmitir la verdad del caso por la particularidad del estilo con que cada quien escribe su inadecuación entre saber y verdad y de la que nos habla el semblante de objeto que encarnamos en cada cura, de cuya separación seremos testigos. En la transmisión, también, entre citas, repeticiones 9 y algo de manía creacionista intentamos modular algo que echar a rodar en la conjetura compartida de esta verdad.

Notas

1 Trabajo presentado en las XVII Jornadas de Clínica Psicoanalítica La cuestión de la verdad y la transmisión en Psicoanálisis. Madrid, 8 y 9 de noviembre de 2008 como miembro de la Fundación Psicoanalítica Madrid 1987.

2 Erik Porge, ¿Robo de ideas?, Ediciones Kliné, Buenos Aires,1998, Conclusión.

3 Dice Serge André: "En lo que concierne a Fliess, la cuestión previa que se impone de saber si es justo o no considerarlo como psicoanalista, encuentra allí su solución. Él lo fue al menos una vez del hecho de un discurso, el de Freud que lo tomó como dirección en la transferencia y le asignó esta función del psicoanalista, antes incluso que ella nos fuera señalada y nombrada como tal. Evidentemente es un psicoanalista que ocupa un lugar único en la serie de los psicoanalistas a la manera del número cero en la serie de los números enteros. (...) El hecho de que Freud ocupe la posición de uno de la serie, nos obliga a situar a Fliess en la del cero. (...) Entre Freud y Fliess es la demanda de Freud quien ha buscado en Fliess una oferta que él no podía reconocer como tal. Pero esto no impide, por más inconsciente que sea de su rol, que Filies sea bien elegido por Freud como sujeto supuesto saber", en un movimiento que lo anticipa en tanto constituyente ternario" Serge André, Wilhelm Fliess, 1858-1928 L´analiste de Freud?, Ornicar Nº 30, pág. 155, 1984.

4 Se funda la primera Sociedad psicoanalítica donde Otto Rank tendrá a su cargo la transcripción de las intervenciones, el señalamiento del nombre del participante así como las correcciones necesarias para la publicación y distribución. Porge explica dicha burocratización de la dinámica como efecto directo de la persecució n de Fliess desde que ésta toma estado público.

5 Jorge Baños Orellana, El escritorio de Lacan, Oficio analítico, Buenos Aires, 1999.

6 "...si hay por lo menos un prejuicio del que el psicoanalista debería desprenderse por medio del psicoanálisis, es el de la propiedad intelectual." J. Lacan, Escritos, Respuesta al Comentario de Jean Hyppolite.

7 Eric Porge, Transmitir la clínica analítica, Nueva visión, Buenos Aires, 2007

8 Umberto Eco, Apostillas a El nombre de la rosa, Editorial Lumen/ Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 1986.

9 "Así volví a descubrir lo que los escritores siempre han sabido ( y que tantas veces nos han dicho): los libros siempre hablan de otros libros y cada historia cuenta una historia que ya se ha contado. Lo sabía Homero, lo sabía Ariosto, para no hablar de Rabelais o de Cervantes. De modo que mi historia sólo podía comenzar por el manuscrito reencontrado, y también ella sería una cita (naturalmente)." Umberto Eco, Ibídem.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 25 - Diciembre 2008
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