Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
¿Qué ha pasado de Lacan a los otros analistas?
Carina Basualdo

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Trataré de abordar esta pregunta a partir del contexto de grave crisis que vive hoy el psicoanálisis en Francia. Los ataques hacia el psicoanálisis no cesan desde hace ya algunos años . Podemos decir que ellos han tomado la forma de una clara política de eliminación en las instituciones de salud y en la universidad. ¿Por qué? ¿Cómo se llegó a esto si hace 30 años el psicoanálisis estaba tan presente como respetado?

¿Sería hoy suficiente con tomar una posición crítica y de denuncia de las políticas llevadas a cabo por el Estado? ¿Por qué los psicoanalistas franceses han dejado que las cosas lleguen tan lejos? ¿Cuál sería su responsabilidad en la situación actual?

¿Qué tendría que ver en esta situación el acontecimiento de la muerte de Lacan y sus consecuencias en la comunidad analítica? Es decir, ¿estaríamos frente al resultado de una "X transferencia" de la que tendríamos que definir las coordenadas? ¿Qué ha pasado entonces de Lacan a los otros analistas?

En una reunión del Manifeste pour la Psychanalyse en 2005, alguien habló de cierta "desacralización" actual del psicoanálisis en Francia. El enunciado daba a escuchar que habría habido en el pasado una "sacralización" del psicoanálisis, y la enunciación de lamento nos hacía creer que tal pasado había sido mejor que el presente. Por mi parte, no creo que haya que volver a una sacralización del psicoanálisis. Voy a tratar de explicarme.

Prefiero comenzar por reconocer que estamos actualmente frente a una coyuntura que nos indica una dificultad en lo que concierne a la transmisión del psicoanálisis. Sabemos que ésta se realiza por diferentes vías: el análisis personal, el análisis de control, la publicación de trabajos escritos, y la enseñanza de la teoría en las instituciones psicoanalíticas. Es esta ultima vía que constituirá el centro de mi interés en esta ocasión.

¿Cómo se practica la transmisión del psicoanálisis en las instituciones parisinas? 3. Me planteo esta pregunta desde mi lugar de extranjera. Para abordarla, me entrego a un pequeño ejercicio de antropóloga, porque el antropólogo no es nunca completamente exterior del grupo que estudia. Es necesario que precise algunas condiciones a partir de las cuales percibo el medio analítico parisino.

Antes de llegar a París (en 1999), ¿qué sabía del medio analítico parisino? Hasta ese momento, conocía algunos analistas que participaban de la Reunión Lacanoamericana de Psicoanálisis: Gérard Pommier, Alain Didier-Weill, Jacques Nassif, Jean Szpirko, Héctor Yankelevich, Robert Lévy… Era la época donde en el horizonte se presentaba la Convergencia… lo que permitía pensar en una posible reunión de asociaciones lacanianas no oficialistas, es decir "no millerianas". Esto me parecía una necesidad más que evidente, influenciada como estaba (y lo estoy aun) por la lectura de la biografía de Lacan de Elisabeth Roudinesco, sobre todo los últimos capítulos, en los cuales hace un estado de situación de la comunidad psicoanalítica francesa. Lo que era para mí evidente leyendo esta historia, y lo es aun, es que Jacques-Alain Miller escamoteó el problema de la legitimidad de la herencia teórica bajo el hecho de la herencia legal. En tanto y en cuanto el "hecho" del que se trata es la consecuencia de un acto de Jacques Lacan, el cuestionamiento de la posición tomada por Miller supone una distancia respecto de la posición misma de Lacan en lo que concierne a la transmisión del psicoanálisis.

Muy ingenuamente creía en aquel entonces que todas las pequeñas asociaciones habían comprendido el riesgo que el "acontecimiento Miller" comportaba para la existencia misma del psicoanálisis , y que, finalmente, una convergencia (que dejaría de lado las pequeñas diferencias) iba a producirse. Nada de esto! Constato hoy que la Convergencia no es en París más que el asunto de 5 o 6 personas. Eso es todo.

Pero volvamos al momento en que tomé contacto directo con la realidad de la comunidad psicoanalítica en París. ¿Qué es lo que encontré?

Primeramente, fui a ver qué pasaba en el seminario de Jacques-Alain Miller. Fui unas 4 o 5 veces. Encontré allí un señor que se hacía esperar a veces más de media hora, que llegaba como solo puede hacerlo un star de cine, alguien que está en la gloria… Había verdaderamente mucha gente, todo el Anfiteatro de Arts et Métiers lleno de gente. Pero, hay que decirlo, aquellas personas no eran jóvenes… Eran viejos que tomaban cuidadosamente nota sin perder ni una palabra, como pueden hacerlo los estudiantes en su primer año de Facultad.

Este solo hecho de la composición del público hablaba por si mismo de una grave falla de la transmisión.

Sin embargo, las sorpresas no se detuvieron allí. Fui a ver en otras instituciones y encontré casi siempre el mismo fenómeno: personas entradas en edad que van a escuchar a un hombre (hay que decir que se trata mas bien de hombres) que desarrolla un tema de manera brillante durante una hora y media, y que luego se va. Ninguna circulación de la palabra. Ninguna pregunta. Ninguna interrogación. Se trata mas bien de repetir un ritual en el cual se confirman los lugares dados: está el Maestro, y están los otros.

Esta manera de transmitir (o de no transmitir) el psicoanálisis me pareció, y me parece aún, como completamente anti-analítica. Si aquel que busca un saber analítico, no lo hace de una manera activa, como podría apropiarse una parte de ese saber y así reactualizarlo?

Comencé por explicarme mi sensación de perplejidad por la dimensión lingüística. Me dije que quizás se tratase de una diferencia crucial en la lengua. Mientras que en español tenemos dos palabras ("maestro" y "amo"), la lengua francesa cuenta solo con esta palabra "maître", que reúne los dos sentidos propios a la relación "maître-esclave" (amo-esclavo) y "maître-disciple" (maestro-discípulo).

Con el tiempo me dije un día que mi dificultad residía en mi posición: yo tenía dificultad con los "maîtres" por causa de mi estructura histérica! Escuchamos decir todo el tiempo que "la histérica busca el maître" al cual presentarle sus reivindicaciones… De acuerdo. Pero, ¿qué es lo que haría que las asociaciones de psicoanálisis decidan dar a los sujetos histéricos lo que ellos esperan? ¿Por qué responderían a su demanda? Me convencí entonces que estas asociaciones, por la manera con que ellas practican la enseñanza (y no he dicho por la manera en que ellas la conciben), se oponen al discurso psicoanalítico.

No hay que olvidar que Lacan nos dejó por herencia dispositivos de escuela muy precisos: el cartel y el pase (y la escuela misma que también es un dispositivo, según la "Proposición del 9 de octubre"), que intentan poner en cuestión los principios que ordenan toda institución occidental (principios que han sido suficientemente explicitados por Max Weber). Doy solo un ejemplo: el pase viene a echar por tierra el principio de la jerarquía, constitutivo de toda institución burocrática. Y sin embargo las escuelas de psicoanálisis parisinas giran alrededor de Maîtres… (y su concomitante desprecio: se dice a menudo "celui-là c’est un petit" 4, lo que quiere decir que no esta a la altura…).

Si Lacan ha desarrollado la teoría de los cuatro discursos, donde el discurso del maître encuentra su lugar, no es por nada. Pero recordemos que lo fundamental del funcionamiento de esta teoría es la rotación de los cuatro discursos, lo que supone la alternancia en su puesta en práctica. Pienso que el modo de practicar la enseñanza en París (y por supuesto generalizo) está en contra de esta teoría, a partir del momento en que el lugar del maître esta coagulado por "Alguno".

Imposible no pensar que en esta práctica estos "Algunos" imitan a Lacan y su manera de hacer enseñanza. Este fenómeno no cesa de interrogarme, dado que el mismo Lacan nos había advertido: "No me imiten. Hagan como yo", es decir: "Lean Freud a partir de vuestras propias inquietudes ".

MI HIPOTESIS

Pienso que la crisis del psicoanálisis en Francia es la consecuencia de un modo de duelo particular por la muerte de Lacan, en la mayor parte de sus discípulos. Tengo la sensación que el cuerpo de Lacan está aun caliente… y siempre "sagrado", y que los "Algunos" se disputan los pedazos… Se trataría de la actualización permanente de la escena primordial de Tótem y tabú, con toda la destrucción del superyo que ella conlleva.

Para convencernos, volvamos sobre el relato de Jacques-Alain Miller (en un coloquio organizado en Paris en noviembre 2005 por el sitio Internet "Oedipe" 5) sobre el contexto en el cual fue elegido por Lacan para hacer la transcripción de sus seminarios. Miller nos exhibió esa pequeña escena familiar donde él ocupa el lugar del hijo bien amado… En aquel momento, la fascinación provocada en la sala, ¿no indicaba las ganas de "Algunos" de ocupar aquel lugar: el del elegido?

Así, mientras que los "Algunos" se disputaban los pedazos del cuerpo de Lacan, Jacques-Alain Miller nos exhibió como él tiene el cuerpo entero… Su posición se sostiene de una extrema sacralización de la palabra de Lacan: él no ha hecho mas que obedecerle. Jean Allouch ha subrayado el borramiento de la persona de Miller que supone esta posición.

Tenemos entonces, en la posición de Miller, el paradigma del discurso que crea y sostiene lo sagrado. Seguimos aquí a Maurice Godelier: "Lo sagrado es cierto tipo de relación a los orígenes donde, en lugar de hombres reales, se instalan dobles imaginarios de ellos mismos". "Lo sagrado no puede aparecer mas que cuando algo del hombre desaparece. Desdoblándose en hombres imaginarios más poderosos que los hombres reales, algo pasa que hace aparecer los hombres reales ya no como actores y como autores, en parte de ellos mismos, sino como actuados" 6. Y agrega que es esto lo que los mitos legitiman.

Precisamente, tuvimos la oportunidad de escuchar ese día "el mito individual de Miller"… y él nos hizo asistir a la escena de su elección. Citémoslo: "ce qui était important pour moi c’était de continuer comme du vivant de Lacan".

Retomo aquí una pregunta planteada por Jean Allouch : « Qué relación con Lacan impide de encontrar de manera crítica las trazas de su enseñanza ? ». A mi modo de ver, para responder esta pregunta haría falta revisar seriamente el lugar del Maître en la cultura francesa. No nos sorprenderemos del fondo religioso que existe en esta figura: una suerte de coagulación cristiana de la figura de Dios con la figura del Padre. Es por esto que la descripción que hace Rudolf Otto 7 de lo sagrado (1917) –que trata como la relación a lo "numinoso"- coincide con lo que podríamos situar como la fenomenológica del Maître. "Cuando Abraham osa hablar con Dios de la suerte de los habitantes de Sodoma (Génesis 18, 27) él dice: Se trata de un sentimiento que se relaciona con la Majestas: el absoluto superior de poder. Es este sentimiento el que forma la materia bruta de la "humildad religiosa". La Majestad lleva al Tremendum. El predicado sintético de mysterium = viene de mirum: lo que provoca la reacción física del stupor = la sorpresa que paraliza, el estado del hombre que queda "boca abierta". Como ejemplo Otto presenta el miedo a los espectros. El espectro es un mirum. "Como tal, él ejerce por sí mismo una extraordinaria atracción sobre la imaginación; interesa y ejerce una viva curiosidad". Fascina.

Pero ¿qué hace entonces el hombre, la criatura, frente al Tremendum de la Majestad?

"Por medio de una cantidad de actos extraños y de formas fantasistas de mediación, el hombre religioso busca volverse maître de la realidad misteriosa, hasta penetrarse y hasta identificarse con ella. Estos actos se reparten en dos clases: por un lado la de la identificación mágica de si mismo con el numen a través de practicas de culto y mágicas, fórmulas, la evocación, la consagración, el encantamiento, etc., y por otro la de los procedimientos chamanísticos de la "posesión" por la cual la realidad misteriosa habita en el sujeto, lo llena en los estados de exaltación y de éxtasis" 8.

¿Podemos pensar que sería con este tipo de actos que el psicoanálisis podría afirmar su existencia en la cité, es decir en lo profano de la vida? La sumisión a un muerto no podría colaborar en dicha afirmación.

Notas

1 Este texto es una versión modificada de una presentación llevada a cabo en una reunión del Manifeste pour la psychanalyse en Paris en noviembre 2005, y publicada a posteriori (« Pourquoi la psychanalyse serait-elle en danger en France aujourd’hui ? ») en el N° 15 de Cahiers pour une école. La lettre lacanienne, une école de psychanalyse, 2006.

2 Psicoanalista argentina residente en Paris.

3 Me inspiro aquí de una idea de Erik Porge en su libro Transmettre la clinique psychanalytique. Freud, Lacan, aujourd’hui (Erès, 2005): "El medio de transmisión forma parte de lo que es transmitido, y a veces es difícil de distinguir los dos; él actúa sobre el lector, a punto tal que a veces el medio de transmisión, el soporte del mensaje, es el mismo mensaje" (pags. 11-12). La traducción es mía.

4 « Aquel es un chiquito ».

5 El coloquio ha sido íntegramente transcripto. Puede consultarse sobre el sitio "OEdipe".

6 Maurice Godelier, L’énigme du don (1996), Paris, Flammarion, 2002. Capítulo 3 : « Le sacré », p. 239. La traducción es mía.

7 Rudolf Otto, Le sacré. L’élément non-rationnel dans l’idée du divin et sa relation avec le rationnel, Paris, Payot, 1929.

8 Idem, Pagina 59. Todas las traducciones son mías.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 25 - Diciembre 2008
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