Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
"La pasión" según Mel Gibson
Violencia y espectáculo

Ivan Samaniego

Imprimir página

Hace un tiempo escuché a un teólogo decir que existe una diferencia entre verdades históricas y verdades religiosas. Y si de ello podemos hablar, toda verdad histórica es una construcción lingüística, que pertenece a una determinada lengua y que por traducción es vulnerable de transformaciones, que serán determinadas por la subjetividad del autor o del traductor. Si de hecho se han realizado algunas interpretaciones sobre el fenómeno de la película de Mel Gibson La Pasión, estas han sido fundamentadas, desde una vertiente teológica, histórica y atea, y todas estas interpretaciones varían, pues la percepción de un teólogo o de un historiador no son equivalentes. Sin embargo, a mí me toca dilucidar esa parte, a lo que me comprometo hacer con todo el respeto, pero también con toda la rigurosidad del caso. Una interpretación que pretende hilvanar, desde una perspectiva psicológica, el fenómeno sociocultural de La Pasión, y su inclusión significativa en el mundo del espectáculo.

 

El Mesías: Historia e Imaginario

Empecemos, pues, por un poco de historia. Si de hecho podemos constatar algo en los textos bíblicos y de otro orden histórico, es que el pueblo Judío siempre o casi siempre fue un pueblo sometido, oprimido. Ya sea por los, egipcios, babilónicos, romanos, etc.(v). Y esto se circunscribe a lo que en filosofía y en psicoanálisis se da a llamar la relación amo-esclavo. Partimos de una condición que en lo real se destaca, la condición de esclavo del pueblo j udío. Pero es también en esta condición real, que aflora lo que sería compensatorio, como mecanismo narcisista, para mantener de alguna manera una homeostasis psíquica.

Por que solo en la condición de esclavos y no de amos, se podría hilvanar en lo imaginario, en la fantasía, un héroe que hiciera las veces de Mesías (v2), que significa en hebreo: ungido. Solo a través de esta fantasía se pudo construir partiendo de la necesidad o de la demanda la figura mesiánica. La figura mesiánica vendría a articularse muy bien en el orden de lo simbólico, y ser transportada generacionalmente. Esta figura vacía, así tendría una función determinante en la existencia del pueblo judío. Ya sea desde, Moisés, Isaac, David todos estos lideres cumplirían la función, condicionada por una situación histórica, en la cual ellos se identificarían en el orden de lo simbólico, para actuar de acuerdo a las expectativas de un pueblo oprimido.

Su función es llenar ese lugar vació de lo simbólico, construido en esta constelación familiar, como bien se diría, encanarlo. Pero la relación especial que se establece es el vínculo de estos líderes con Dios, lo cual les garantiza un poder legitimo y divino. Si de hecho el Tótem tiene un poder, y esto lo analizamos en los escritos freudianos, es que el tótem se ubica en un lugar que el inconsciente le ha dado. El inconsciente traduce en un acto, lo imposible de decir, por ejemplo en un acto fallido, o en un síntoma neurótico. Pero esta claro que profundizar en la forma más primitiva de religión, y cómo ésta se transportó o se transformó en lo que hoy es el monoteísmo, seria extender nuestra meta.

Específicamente, lo que tratamos aquí es de establecer la función del Mesías, y su relación con una realidad, un pueblo esclavizado.

Ahora, sin tratar de banalizar términos me permito extrapolar el término narcisismo acuñado por Freud, de lo individual a lo colectivo. Si es posible hablar de narcisismo colectivo, es en lo referente a una identidad nacional, al valor estimativo que uno tiene por pertenecer a un determinado grupo, algo así como lo que Lacan llama, el rasgo unario, para Norberto Rabinovich consiste en una nominación que permite unificar en un solo conjuntos elementos distintos (1). Así, ser judío es un rasgo unario, que permite hacer una identificación integradora a cada uno de los individuos que constituyen dicho pueblo. De allí que el amor a su patria, la identidad nacional, sean elementos fundamentales en la construcción del ciudadano común y corriente que se aliena a esta identificación. El narcisismo colectivo es determinante para comprender el fenómeno de los nacionalismos fascistas y sus consecuencias xenofobicas, así como la segregación y el colonialismo.

Entonces bajo esta concepción podríamos concebir una herida narcisista del pueblo judío, producida por esa realidad, el ser esclavos, sometidos, colonizados.

Pero si analizamos el rol que en sus momentos históricos ocuparon lo diferentes lideres del pueblo, nos daremos cuenta de que su función también era la de contener y concentrar las cargas agresivas, contra el enemigo que vendría a ser todo aquel pueblo que no creyera en el Dios único, en este caso el que enunciaban, Yahvé. Esto haría esto al pueblo judío un pueblo ungido, elegido, diferenciado de los demás.

El Golpe Narcisista y la dialéctica del cristianismo

Específicamente el que encarnara el papel de Mesías, tendría un trabajo de redención y liberación no de perdón al enemigo. Si nos ubicamos en el espacio y el tiempo, una de las situaciones que pudo llevar a los sacerdotes del templo, y parte del pueblo judío a la violencia contra Jesús fue la forma en que él se presenta y el contenido de sus mensajes. Y, precisamente, lo planteamos porque Jesús representó una especie de Golpe Narcisista, todas las expectativas del pueblo judío, hilvanadas en el orden de lo simbólico, a través de las generaciones, producían un choque, un corto circuito, por el mensaje transmutado de Jesús, que se resumía en "ama a tu prójimo como a ti mismo y a tus enemigos"(v3). Este mensaje transmutado produce una ruptura, un corte, pues ¿como es posible amar a quienes por siglos nos han sometido?

Observaremos también esta transmutación del mensaje del Antiguo Testamento que plantea al Yahvé superyóico castigador, donde el mensaje predominante es la ley del taleón, al Dios del Nuevo Testamento con un mensaje pacificador, de amor, pero a condición de un sacrificio, el sacrificio del Hijo del Padre. Es decir, hasta ese momento, el sacrificio es lo irreductible. Si efectivamente Jesús propala un mensaje de paz, la forma violenta del sacrificio es la contradicción. Recordemos que esto estaba predeterminado, era un sacrificio previsto por el Padre, de allí lo paradójico del cristianismo: el mensaje de paz, y por el otro lado el sacrificio por medios violentos, cuya función, de cualquier modo, era la expiación de la culpa colectiva. Es decir, el superyo castigador sigue actuando. (en este aspecto no profundizamos en los aspectos familiares, la relación con la madre, etc.)

Este giro de 360 grados, transmuta la misión mesiánica de liberar a un pueblo específico a la de liberar al mundo. Pero, partiendo de lo paradójico que se repite luego en acontecimientos históricos: Carlo Magno y las Cruzadas, posteriormente la iglesia del Medioevo, la Inquisición y la quema de los herejes, la evangelización de América a través de los países colonialistas por medios violentos. Pues se trataba de llevar un mensaje de paz escriturado, pero por medios que contradecían el mensaje.

Para Alfredo Eidelsztein, psicoanalista argentino, la historia en el pensamiento freudiano tiene un sentido peculiar, y señala que para Freud la historia no es una flecha del tiempo, una evolución constante, sino permanentes bucles, en donde se producen represiones y retorno de lo reprimido. Él agrega, citando a Lacan que *El inconsciente de cada uno son las ruinas del saber mítico del origen de la humanidad. Y si, por ejemplo, pudiéramos encontrar algún sentido en el holocausto del Fuhrer (Hittler), para Lacan (sicoanalista francés) sería la confirmación del retorno de la vieja práctica de quemar seres humanos en el altar, que volvió como una propiedad del exceso de desarrollo en Occidente (2). Me sobresalta cuando hace unos días leía un articulo publicado hace un par de años (v4), donde el autor hablaba de la vida de Hittler y decía que su rostro en sus discursos, simulaba al de un Cristo con sed de venganza. La pregunta es ¿qué condujo al autor a establecer esta relación?, de algo aparente mente tan aislado, pues aparte de la xenofobia del pueblo alemán, el mayor odio de Hittler de concentró en el pueblo judío, ¿por qué el pueblo Judío?

En resumen no es en vano decir que la historia se repite en espiral, pero ojo, pues no se trata de la simple repetición, sino de que también lo inconsciente, puede reaparecer transmutado.

Esta primera parte del trabajo nos permite desentrañar algunas condiciones históricas que de alguna manera pudieron influir en la consecución del fenómeno conocido como La Pasión.

El Sadismo y la dialéctica del deseo

La Pasión se focaliza en un evento de mayor trascendencia, es en sí lo que captura Mel Gibson en la escena Cruel, y esto que él transmite en el detalle de la imagen. La imagen cruel que tiene como fin mostrar la mortificación del cuerpo, el sufrimiento al máximo y el ser supremo en maldad encarnado en la figura, de los sacerdotes, soldados romanos, etc. La escena s ádica.

Si de ello podemos hablar, para los que se han leído a Justine o los infortunios de la virtud, obra del Marqués de Sade, se trata de una recorrido en el tiempo, de ver sufrir a la víctima, y donde Sade establece por un imperativo natural, el triunfo de la maldad sobre el bien. La relación entre el deseo de Justine y el deseo de los verdugos , es siempre contradictoria, es inversamente proporcional. Sade representa a Justine bajo la óptica de la buena intencionalidad, el ser ingenuo, y la impotencia, características opuestas a los personajes que la someten.

Aquí hay que señalar que Sade ubica en ese lugar a los ricos, a los dirigentes, a los sistemas de justicia, al clero, etc., es decir instituciones y personas que coinciden con los que aparecen y actúan en un grado u otro, en la pasión de Jesús. Me refiero a las instituciones romanas de justicias, al aparato militar, al clero, y a una parte del pueblo judío (v5)

Esto indica que el poder, la ley y la fuerza, siempre o casi siempre, han estado del lado del sádico, y las victimas del lado opuesto. El sadismo es una cuestión de ejercer algún poder sobre el otro, que se presenta como amenazador. Y esto también tiene sentido en la clínica del sadismo sexual, ya que el sádico proyecta en el otro (victima) su propia falla. Esto está relativamente circunscrito a una explicación que se encuentra en un texto lacaniano, en la que se establece la relación amo-esclavo como una relación del deseo, anteponerse al deseo del otro. Lacan toma de la dialéctica hegeliana de la relación amo -esclavo algo y lo articula así: *En las simples relaciones del amo-esclavo queda claro, que el deseo del amo es el deseo del otro, puesto que es el deseo prevenido por el esclavo*(3). Pero más allá, también se trata de prevenir el deseo del otro (del esclavo), que siempre se presenta con la representación de un acertijo, es decir su deseo es una incógnita, el otro siempre es una sombra. Digámoslo de una manera más grafica: en la guerra hay que acabar con el enemigo (el otro), antes que él acabe con nosotros, y la esclavitud es una forma de someter ese deseo.

En una línea un tanto más profunda Moustapha Safouan establece en la relación diádica, es decir, relación Madre- hijo, esta relación de deseo con el otro. Lo que el niño demanda: "en cada una de sus demandas, mas allá de la necesidad que se articula, es una respuesta que estructure su relación con la presencia –ausencia de la madre, es decir con el deseo de ella" (4).

Pero para los teóricos de la comunicación, es aún más importante conocer de antemano, que de todo el sistema de codificación y decodificación en la relación madre-hijo, se parte de un error, el de la suposición. Que se suponga que el otro sabe (las madre), hará experimentar al niño el comportamiento de la madre como benevolencia o capricho. Lacan agrega que el otro, en última instancia, no es un sujeto, sino un ámbito: y en ese ámbito hay un saber, pero está allí como en la mano cerrada que se presenta con esta pregunta: Par o impar? (5). Por esta razón plantea Moustapha la operación narcisista es una operación es inútil, es inútil que el sujeto se haga objeto cuando ya lo es, realmente y con mas precisión objeto de intercambio (6). Si observamos en los programas de opinión, para ser gráficos, la comunicación nunca alcanza a saciar a ninguno, más bien se trata de monólogos bien plantados: la información de cada uno apenas alcanza a ser cruzada con la del otro, es más bien una operación narcisista de hablar para crear un circuito o feedback, en términos mas simples hablar para escucharse y/o para ser escuchado.

El deseo del deseo, de eso se trata, en las relaciones amorosas, por ejemplo, si amar entraña siempre querer ser amado o proponerse como amable, una manera sencilla de satisfacer ese deseo consiste precisamente en amar. Moustapha dice *esta sustitución del amado por el amante constituye el motor de la transferencia positiva. En la medida en que el narcisismo domina la economía libidinal, el objeto es escogido en la medida en que el yo se refleja en él: "es a mi quien veo, cuando lo miro", el amor por el objeto, yo ideal, es intercambiable con el que el sujeto dirige hacia si mismo* (7).

En última instancia, en esta relación con el deseo del otro, que es un ámbito para el sujeto, el elemento paranoico es una consecuencia lógica, en la que el otro puede presentarse como una amenaza. Pero lo sádico, mas allá estaría determinado por un exceso de sufrimiento y la relación con el goce (plus de goce), el sádico goza con el sufrimiento del otro.

Si analizamos la palabra Pasión y nos remitimos a cualquier diccionario encontraremos que mas allá de su significado que se deriva del Latín Pati(v6), que significa sufrimiento, dicho termino esta también correlacionado a otras palabras, en las que se mezclan los términos locura, erotismo, emoción, desmesura. Esta relación de palabras se puede ubicar en un diccionario de sinónimos y antónimos, o, ya sea en Larousse, Océano, etc.

En tal situación habría también que profundizar en lo que Freud plantea, el dominio de dos pulsiones: la de vida y la de muerte. Para Freud estas coexisten, pero a la vez se mezclan y contraponen. Si tuviéramos que hablar de Pulsión de vida, o de auto conservación, sin remitirnos a lo sexual que también lo compone, utilizaríamos la definición de Bichat, "la vida es el conjunto de fuerzas que se resisten a la muerte"(8).

Pero Freud acuña el término de pulsión de muerte para señalar que existe una fuerza en reverso, que pertenece a una explicación de carácter transbiológico, en la que todo organismo viviente posee fuerzas que lo dirigen al retorno a su estado anterior, o sea inanimado. Una cuestión de orden molecular y físico. Concibiendo a la vida como un cúmulo de tensiones, que solo puede ser anulada con la muerte.

Ahora bien sea en una dirección o en otra, lo que debe predominar por lógica es la pulsión de vida. Y si Freud teorizó la pulsión de muerte, es para explicar las tendencias de un individuo a destruir o a autodestruirse, y son precisamente estas tendencias las que predominan en el sadomasoquismo. Por su parte Lacan enfoca la pulsión de muerte como un automatismo de repetición, producido por una fractura, falla estructural que se produce una vez el niño ingresa al lenguaje, específicamente el lenguaje materno.

La mortificación del cuerpo y la culpabilidad.

Pero sin perdernos en nuestro horizonte seria de alguna manera importante considerar el matiz de la mortificación del cuerpo, y su función, dentro del espectro de las religiones. Lacan en su seminario La ética del psicoanálisis establece que si existe algo que conduce a la culpabilidad es ceder al deseo (9). Si lo analizamos en la metáfora de la manzana establecida en el Génesis (v7), de lo que se trata, fuese lo que fuese, el pecado original es "Ceder al deseo", y solo en esta condición Adán y Eva son expulsados del paraíso, es decir del bien cargando con la cruz de la culpabilidad. Pero en este caso no puede haber deseo, sino en función de una prohibición, que le antecede, y esta prohibición (no comerás la manzana), ya implica el ingreso de Adán y Eva al mundo del lenguaje, de allí la satisfacción plena, instintiva, queda mediatizada, regulada por la palabra. En consecuencia la prohibición, el deseo y la culpabilidad son efectos del lenguaje. Pero queda algo irreductible de ese proceso, operando a través de lo que los psicoanalistas llaman pulsión.

Y ¿que es el cuerpo humano sino el lugar donde habita el deseo, el lugar donde residen las pulsiones? Como lo plantea Groddeck, "Está clara una cosa: sin duda alguna la prohibición puede reprimir el deseo, desviarlo de su orientación primera, pero no, lo destruye. No hace mas que buscar otra manera de realizarse, y encuentra millares de manera en todas las actividades de la vida que deseéis imaginar: En el descubrimiento de las chimeneas o de los barcos a vapor, en el manejo del arado o de la Laya escribiendo versos o meditando, en el amor de Dios o la naturaleza, en los crímenes y en los actos de autoridad , en la beneficencia, en la maldad, en la religión y en la blasfemia, manchando el mantel, rompiendo vasos y en el latido del corazón y en la transpiración, en el adulterio y en el voto de castidad" (10).

La función del deseo, no es precisamente alinearse a la moral social, sino seguir patrones subjetivos de satisfacción. La satisfacción del deseo solo es funcional y se relaciona con las vivencias del sujeto. Aquí partimos de dos premisas: el deseo es indestructible, y el deseo es amoral.

En este ámbito, la religión tiene una función muy elemental en todo esto y es la de sublimar. De hecho Lacan propone: "Lo que del bien es sacrificado por el deseo, y observarán que esto quiere decir lo mismo que lo que el deseo es perdido por el bien, esa libra de carne, es lo que la religión transforma en su oficio y se dedica a recuperar" (11). De cualquier modo la nominación carne remite al cuerpo, y sólo a través de la abstinencia, el sacrifico de otro animal, o la mortificación misma de l cuerpo, la culpa puede quedar saldada. Es un hecho de contabilidad, que de alguna manera haya sido cual haya sido el primer crimen (el protocrimen), que Freud ubica en el mito del parricidio, otros en el lugar del filicidio, y o el cainismo, hubo un primer crimen familiar, primer crimen que estuvo correlacionado al incesto, cosa esta que no puede ser olvidada sino transformada inconscientemente, y que de alguna manera constituye el núcleo de la culpabilidad humana, culpabilidad acumulada. Culpabilidad que tiene que ser absorbida y saldada, y si algo representa el madero para la humanidad, es esta función simbólica, que allí en el madero se redime la culpabilidad colectiva.

Pero la culpabilidad tiene muchas vertientes, y aquí cabe hacer algunas aclaraciones, pues tanto del miedo como de la culpabilidad podemos encontrar algo de funcional en el organismo. El miedo es una reacción cognitivo-emotiva, que activa ciertos estados defensivos en el organismo como medios de protección y supervivencia, pero a su vez puede transformarse en patológico como reacción desmedida ante un estímulo evidentemente inofensivo, en este ámbito estaríamos hablando de las fobias. Del mismo modo la culpabilidad, un producto humano, tiene una función reguladora, entre las personas, pues si de algo carece un psicópata es de sentimientos de culpa, este sensor nos permite convivir bajo ciertos parámetros de evitación. Pero a la vez la culpabilidad puede tomar un rumbo patológico, como obstáculo en el desarrollo de un individuo, y sobre todo cuando la culpabilidad entra a funcionar en el ámbito imaginario, y condena al individuo a vivir bajo los efectos de una maldición, condicionando su vida al auto castigo, o desplazándose hacia fuera: el castigo de otros. En este ámbito la culpabilidad adquiere una connotación patológica.

El Goce escopico y la escena cruel (v8)

Prosiguiendo con respecto al contenido sádico de la película, y el enfoque reductivo a la escena cruel. La escena cruel se ha constituido con el poder de la tecnología en un elemento característico de la cinematografía, y si de algo de la subjetividad de Mel Gibson podemos mencionar es su pasión por las películas que tengan cierto contenido violento, místicas y heroicas.

En psicoanálisis, Lacan fue el primero en acuñar el término: la ezquizia del ojo. Lo que plantea una relación entre la mirada y una satisfacción que sólo proviene del lugar del sujeto como simple espectador, este momento es clave, y es determinante decir que el desarrollo de la imagen virtual ha arrastrado de por si esa fascinación del ojo humano frente a la escena erótica y la escena cruel. Si hay algo evidenciado es que la violencia paga, los medios de masas simplemente han caído en el juego circular de la demanda y la oferta. Por ejemplo los periódicos más vendidos en Panamá son los que presentan en primera plana imágenes de destrucción, muertos, mutilados, etc. ¿Ustedes creen que si el crimen no pagara acaso un programa como al Rojo Vivo se sostendría? Lo delicado es que la imagen del crimen se traspasa paulatinamente a imagen virtual, siendo ya no una cuestión real, sino una cuestión de noticia de espectáculo. Cuando una imagen o escena que antes tenía una connotación moral, pasa a ser mercancía pierde el primer efecto, por el segundo.

Pues existe la tendencia de dar un paso al mas allá, la tentativa de algo nuevo, por supuesto el deseo siempre y esto se constituye en su centro, se mueve en dirección de lo prohibido, la interdicción, citando a Lacan: "La verdad del deseo es por sí solo una ofensa a la autoridad de la ley, es decir que no se trata de la pura y simple satisfacción natural. Los objetos de los que se trata son objetos precisamente prohibidos (12), y esto lo explicamos en referencia a la metáfora de la manzana.¨

El goce escópico, termino clínico, indica que la mirada tiene una función pulsiónal, precisando aquí la distinción entre visión que es un registro de imágenes, algo que tiene que ver con fisiología y física, y mirada que remite a la relación del sujeto con la significación de la imagen, es decir que la imagen transmite algo (un mensaje), que por ejemplo se denota en el cuadro de un artista, una idea que él quiere mostrar.

Para dar una explicación más grafica remitámonos a un pasaje bíblico que enuncia, en esta metáfora lo que realmente significa el poder de la mirada y su relación con el sujeto. Este pasaje nos lleva Sodoma y Gomorra, cuando a Lot y su familia se les da la orden: No miren hacia atrás, sino morirán (v9). De esta premisa se pueden extraer dos significaciones fundamentales: la primera remite a una prohibición, y a la tentativa de romper tal prohibición, pero aquí radicalmente se manifiesta la tentativa inevitable de mirar la escena de destrucción del pueblo de Sodoma, ante la cual cae en aquel instante la mirada del espectador, que no pudo resistirse. Y la segunda significación remite a algo cons iderado en un texto de Jacques Alain Millar: si miras, morirás, es decir, mirar implica morir; el sujeto esta barrado.

Por ello se toma muy en cuenta la función que ejerce la mirada en la vida inconsciente de un individuo, es decir la mirada es más que captar imágenes. La mirada puede transmitir mensajes, por ejemplo de amenaza. Cabe recalcar aquí que en el mismo articulo del que anteriormente les hablé sobre la vida de Hittler, el autor menciona una especie de poder hipnótico que Hittler ejercía sobre sus allegados , no solo en su forma de expresarse que el catalogaba como histérica, sino también en la mirada. Pero lo que queremos plantear aquí es que el espectáculo se sirve precisamente de esa propiedad, a la que le llaman comúnmente morbo.

También vale la pena agregar que el espectáculo ubica al sujeto, al individuo en una posición ventajosa(de poder), y se trata de la dualidad: ver , sin ser visto; posición inversa, no comprometedora, a la del niño que frente a su precariedad subjetiva, es capturado, absorbido por la mirada de la madre(del otro); posición desventajosa. Algo que se traduce sobre esta impotencia, es lo culturalmente conocido como mal de ojo, en la que se trata de proteger el niño de la mirada dañina de otras personas. Esta relación dual de ver, sin ser visto, permite señalar por qué el hecho de trabajar en sistemas de monitoreo en el que se vigila a otros, dependiendo del grado de estrés adquirido, produce una satisfacción, que señalan estas personas como producido por cierto poder frente al otro. Situación que también remite al ideal de Dios, el Omnivouyer, el panoptismo, manifiesto en programas como Big Brothers.

Lacan se encargó de establecer una relación entre mirada y goce, y en este punto solo hemos querido resaltar su importancia en el funcionamiento del espectáculo.

Ahora bien, todos los memorialistas coinciden en que hay una extraña relación entre el placer de hacer el mal y el placer de sufrirlo, aunque ambos elementos podrían pertenecer al mismo conjunto, o estar separados. Y digo esto por que no necesariamente un individuo presenta ambos rasgos, es más probable que uno predomine sobre el otro, de ello se trata el sadomasoquismo. El punto es que la imagen que pueda representar un contenido sádico o masoquista, y aquí llegamos a una idea central, lo que proyecte es atractivo, existe una atracción más fuerte por imágenes de contenido erótico y/o violento, que por imágenes de otro tipo, y esto es bien explotado por la industria cinematográfica. Es esta extraña atracción por escenas traumáticas lo que Lacan relaciona con el goce. Y se ha notado un incremento de tales imágenes en la proyección cinematográfica en los últimos años. Si seguimos una secuencia El Señor De Los Anillos, El Samurai con Tom Cruise, y La Pasión, han sido películas con escenas en extremo violentas, es una estilo que algunos cineastas han dado en llamar "estilo sangriento". Si tomamos en consideración: El Señor de los Anillos, una película que barrió con los premios Oscar, nos indica que las historias míticas, épicas, es decir las ruinas de las que habla Lacan, producen una especie de fascinación en las masas.

El ser humano, un ser regresivo

Estas ruinas míticas siguen actuando inconscientemente, porque seguimos viviendo en un mundo incierto, con unas bases contradictorias de paz y violencia, que establecen relaciones de odio, culpa y venganza, círculo vicioso de violencia, contra violencia, y no se ha podido lograr un corte. El hombre progresa, pero a la vez da un paso atrás, es una cuestión cíclica entre represión y retorno, ¿será esto acaso sólo una propiedad inherente del ser humano? ¿Es el hombre un ser regresivo? Pues cuando hablo de propiedad humana, me refiero a huellas mnémicas (memoria), que de alguna manera coinciden con un automatismo de repetición. Y por ende, el núcleo de la sociedad primitiva (en algunos aspectos) sigue siendo tan determinante en el presente, como lo son los primeros cinco años de vida del niño en su relación con el padre y la madre, para su vida posterior.

Por otra parte, el espectáculo ha hecho de la violencia, algo cotidiano, pues no se trata de vivir la violencia o de evitarla, sino de contemplarla, prestándose a la confusión entre lo real y lo virtual. La violencia es un ciclo pernicioso e interminable. Hace poco tiempo escuché la noticia de que el presidente Putin de Rusia, tenía como mayor prioridad rearmar su país, con el ideal de llegar a tener un poder bélico tan grande como el norteamericano, acaso esto no indicaría que seguimos viviendo al asecho del otro, ese otro que sigue siendo un "otro amenazador". Pues ¿cómo garantizar paz en un mundo en el que se invierten millones de dólares en armamento bélico altamente tecnológico?, ¿acaso esto tiene un sentido meramente defensivo?

Si estamos claros en que el hombre no es simplemente un animal instintivo, sino un animal controlado por símbolos e imágenes, ¿hasta cuándo el psiquismo colectivo seguirá imbuido por la letra apocalíptica?, pues tenemos una venganza superyoica encima y esta es el fin apocalíptico.

Si notamos algo, Heine, un poeta judío mucho antes de la existencia de Hittler, había dicho que la costumbre de quemar libros sería sustituida por la quema de humanos. Mas tarde, Hittler herido en un hospital después de la primera guerra mundial, dijo que la divina providencia lo había elegido para dirigir los destinos de Alemania, cosa que ocurrió quince años después. Nostradamus el profeta más influyente del siglo XX cuantos desastres humanos no predijo, lo que se resume es que sólo en el discurso la destrucción, la perversión sádica, se denuncia, y solo en este orden lo no natural, es posible. Desde una lógica relacionada con la naturaleza la probabilidad de que un asteroide en su trayectoria choque con la tierra, es eso una probabilidad; pero de que esto sea una maldición, eso es puramente humano, es eso: un hecho de discurso. Observemos algo preciso: lo que podría considerarse causa de un error político y me refiero a la guerra en Irak, o producto de un interés económico, no fue más que la consecuencia de un miedo paranoico. Si algo observamos es que el gobierno norteamericano siempre contempló la posibilidad de que Saddam Huseim poseyera armas de destrucción masiva, la verdad es esa, miedo paranoico a consecuencia de el estrés postraumático, producido por el desastre de las torres gemelas, que tuvo a su vez incidencia por razones apocalípticas, pues para Osama la puesta en acción de esta destrucción es un castigo para los Estados Unidos, una maldición que les cayó del cielo siendo el un simple instrumento del poder divino.

Notas

v Ver especialmente los libros del éxodo e Isaías.

v2 Sobre el Mesías sufriente, ver el libro de Daniel, g.

v3 Ver mateo 5, 43-48 y Lucas 6, 27-36.

v4 Articulo publicado en la estrella de Panamá, en Junio del año 2001.

v5 Sobre este punto ver proceso de Jesús, en: X. Léon Dufour: Diccionario del nuevo testamento, Cristiandad, Madrid 1997, p. 365

v6 Ver X. Léon Dufour: Diccionario del Nuevo testamento, p. 34

v7 Ver Génesis 3, 1-2

v8 Los relatos de la pasión de Jesús están contenidos en los evangelios, los 3 sinópticos (mateo, marcos y Lucas). Para facilitar su consulta, debe acceder a su índice o concordancia de dicho pasaje

v9 Ver Génesis 19, 12-2

 

Bibliografía citada.

1- Rabinovich G. Norberto, El Nombre del padre, 1998, Pág. 68

2- Eidelsztein Alfredo, Seminario, El padre en psicoanálisis, seminarios Edupsi, clase II.

3. Lacan Jacques, El Reverso del Psicoanálisis, ediciones Paidos, Barcelona, 1969-70, Págs. 38-39

4-Safouan Moustafa, El Estructuralismo en Psicoanálisis, edit losada, S.A., 1975, Pág. 87

5-Ídem, Ibíd., Pág. 88

6-Ídem, Ibíd., Pág. 89

7-Ídem, Ibíd., Pág. 55

8-Lacan Jacques, El Reverso del Psicoanálisis, Ediciones Paidos, Pág. 16

9-Lacan Jacques, La Ética del psicoanálisis, 1959-1960, edic. Paidos, pag 382

10- Groddeck, Le live du ça, Gullimard, Paris, Pag 125

11- Lacan Jacques, La Ética del Psicoanálisis, Edic. Paidos, 1959-1960. Pág. 383

12- Lacan Jaques, Acerca del deseo y su interpretación, Seminario VI, Pág. 15

 

Bibliografía Adicional

1- Fedida Pierre, Diccionario de Psicoanálisis, librairie larousse, 1974

2- Freud Sigmund, Tótem y Tabú, AE, Vol. XIII, 1913

3- Freud Sigmund, Pulsiones y destinos de pulsión, SE, Vol. XIV, 1915

4- Lacan Jacques, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Editorial paidos, 1973

5- Le Du Jean, El Cuerpo Hablado, editorial paidos, edición, 1981

6- Sade, Los infortunios de la virtud, Edicomunicaciones, 1995

Volver al sumario del Número 19
Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 19 - Julio 2004
www.acheronta.org