|
Un día, alguien de su público,
Apostrofó a Lacan
- A Usted le gustan los muchachos!
Respuesta: I like o I love?
Sería poco cortés recibir a Jorge Baños Orellana en París sin considerar su segundo libro, El escritorio de Lacan, publicado en agosto de 1999 en Argentina 2.
El hecho de haber publicado y discutir hoy con cierto retraso el primero, El idioma de los lacanianos, 3 de marzo de 1995, no es razón suficiente para reiterar semejante desfasaje. Sobre todo porque, como suele decirse, Baños trae cola con las ideas.
La publicación de una traducción francesa de El idioma de los lacanianos - por cuenta de la Escuela Lacaniana - releva, como toda publicación, una política de la teoría 4. Baños - no sin prudencia y delicadeza - recorre, los bordes, incluso los que él mismo dibuja, de las tensiones que a ese respecto atraviesan el campo freudiano. Sin embargo, no por eso deja de comprometerse. ¿Es por esto por lo que sus intervenciones importan? No sólo por eso. Baños manifiesta una rara libertad 5 respecto de lo que es preciso llamar el superyo lacaniano. Esa libertad, esa manera de no quedar pegado a un sentido lacaniano, principalmente en lo que respecta al modo en que Lacan indicaba que debía ser leído y, felizmente, en esto también Lacan ha variado se ha vuelto, últimamente menos excepcional. Basta como prueba el libro de François Balmès, Ce que Lacan dit de lêtre (Lo que Lacan dice del ser) 6 que debemos inscribir en esa misma línea.
El escritorio promueve preguntas que en la escuela lacaniana, parecemos ignorar por completo. Este libro responde también a los ataques de que fueron objeto ciertos textos de Lacan; ataques vivos, frontales, argumentados, que no por esto dejamos de reconocer como tales. Baños se ocupa de ellos y tiene razón en hacerlo. En lo que sigue se intentará la discusión crítica de uno de esos ataques y de la respuesta que Baños le dio antes de desembocar, de una manera completamente inesperada, en una apreciación y en un cuestionamiento del lazo del propio análisis de Jacques Lacan y de los avatares históricos del psicoanálisis en Francia.
Lacan falsificador
Ocurre que, por dos vías diferentes, Baños y yo nos hemos visto confrontados a un mismo problema en Lacan., problema para el cual acepto de buen grado el nombre que le da Baños, a saber, el de falsificaciones. En lo que hace al caso "del hombre de los sesos frescos" del que se ocupa particularmente Baños, se le puede discutir si se trata de "falsificaciones". En cambio, tratándose de Marguerite Anzieu 7, al menos para ciertas modificaciones que introdujo en el relato del caso, ese hecho es explícito en el texto de Lacan (ocurre a veces que no lo es). A decir verdad, todo lector de Lacan que tenga que vérselas con los datos clínicos que incluye, encontrará regularmente este problema, que hoy es puesto en relieve, a propósito del desde entonces célebre caso publicado por Ernst Kris. 8
Este caso, llamado aparatosamente "el hombre de los sesos frescos" fue llevado también por Lacan al paradigma. Ejemplifica, al menos entre los lacanianos, no sólo el acting-out, sino más precisamente, su carácter reaccional; muestra el alcance del acting-out como respuesta actuada a cierto tipo de interpretación inoportuna por parte del analista. Constituye así, un paso importante en la fábrica que Lacan hace del par "acting out / pasaje al acto", respecto del cual debió notar que el modo en que fue retomado en el Vocabulario del psicoanálisis comportaba (y arrastra aún) nada menos que un contrasentido.
Reservas
"El hombre de los sesos frescos". Es asombroso que nadie discuta jamás esa extraña denominación. Extraña, en principio, en esto que nos presenta, como sobre un plato, el concepto de un hombre teniendo muchos sesos, y además, frescos . No cabe duda de que se trata del nombre de un fantasma. Habría que rastrear la historia de ese nombre, ubicar con precisión su surgimiento entre los alumnos de Lacan, señalar según vías ha terminado pasando a "la lengua de los lacanianos" (Baños) . Tal vez así, nos veríamos llevados a identificar los cadáveres aún calientes de los cuales esos sesos habrían sido extraídos, a preguntarnos quién fue el carnicero, el asesino o el sacerdote que habría dado muerte ritualmente a los cuerpos.
Siguiendo una indicación clínica que podemos encontrar en Marguerite, ou lAimée de Lacan, surge que,en tanto persiste en el uso un nombre de caso tan manifiestamente portador de un fantasma, ese caso no puede pretender haber librado lo que es susceptible de enseñar ; recíprocamente, la validez de todo lo que pueda decirse de él por fuera de este cuestionamiento, puede ser objeto de legítima sospecha ; incluso las enseñanzas teóricas que se pretendan extraer de él. Sin embargo, es en el interior de estos límites que deberemos operar, a la espera de que, por fin, alguien tome decididamente el estudio de este caso.
Relato
El hecho es que en 1991, una profesora titular de la cátedra de "Psicoanálisis, Psicología del Yo" de la Facultad de Psicología de Buenos Aires publica un artículo dedicado a señalar y a denunciar cada una y (casi) todas las falsificaciones, las "distorsiones", calificadas, además, de " tendenciosas", que Lacan hizo sufrir al caso 9. Baños confirma como válidas las observaciones de la profesora Adela Leibovich de Duarte. Confiando en él, también las admitimos. Así, Lacan - en algunas de sus versiones del caso - situó ese análisis en Nueva York y no en Londres, inventó que Kris se habría levantado durante una sesión para tomar un libro de su biblioteca, inventó que, después de la intervención de Kris demostrándole luego de haber leído el libro - que no era plagiario, su paciente no dijo una palabra más hasta el final de los cincuenta minutos reglamentarios, que cerca del consultorio de Kris había restaurantes extranjeros donde se servían platos muy condimentados (recordemos el juego de palabras, muy posterior, "ce qu on dit ment" - lo que se dice miente) y, - hecho quizá más grave (al menos a primera vista y si se lo juzga desde el punto de vista de la teoría del acting-out que se construyó a partir de este caso) Lacan habría inventado igualmente que, inmediatamente después de la intervención de Kris, el paciente se habría precipitado a comer sesos frescos (con los cuales se deleitaba habitualmente desde tiempo atrás).
Cosa no menos curiosa: al mismo tiempo que Lacan desplegaba esta fecundidad imaginativa desconocida por sus interlocutores, los invitaba a leer el texto de Kris donde podían encontrar - como Leibovich de Duarte en 1991 - todo lo necesario para corregir su versión del caso. Nadie lo hizo. Esto indica ya el grado de hipnosis en el que estaban respecto de una palabra recibida como magistral. Ese grado no parece haber sino aumentado en los lacanianos posteriores 10, quienes, cuando fueron a ver las cosas del lado de Kris, aparentemente no notaron nada, o al menos nada han dicho ni escrito públicamente. Ahora bien, el resultado, de todos modos molesto, de haberse abstenido de infligir a Lacan una corrección a la vez fraterna y merecida asociado al hecho de que tarde o temprano la supuesta "corrección" habría de producirse - fue que la misma se produjo por fuera del movimiento lacaniano y provino de personas hostiles a Lacan. El problema es, aquí, quién desenfunda primero, lo que da una ventaja quizá decisiva (que sería tal si los enfrentamientos de escuelas fueran formalizables según el esquema del tiempo lógico 11). No les queda, entonces, a los lacanianos, sino intervenir después del ataque, intentando pegar los pedazos, dar razón de esas falsificaciones, a lo cual, primero entre nosotros, se ha dedicado corajudamente Baños.
Lo hace con fineza, astucia y perspicacia, lo cual no impide que su conclusión sea, en mi opinión (si se juzga por Marguerite y por el artículo sobre las hermanas Papin 12, donde la ficción tiene todavía un régimen distinto de los que encontramos en la tesis de Lacan), racionalmente inadmisible. Dicho de otro modo, el precio que paga y que nos propone pagar para dar validez a las falsificaciones de Lacan es exorbitante, mucho más elevado en relación al otro precio que deberemos reglar ( porque será preciso pagar por la doble falta de Lacan y de sus auditores, por lo tanto, de sus alumnos). Ese precio podría consistir en reconsiderar la teoría del acting- out tal como fue establecida por las falsificaciones del caso, a partir de una rectificación franca de las mismas (pero ya en Lacan, desde el momento en que el abordaje del acting- out se hubo apoyado en el caso de Kris, el acting-out habría de sufrir una fuerte modificación que habría de separarlo de la alucinación con la que estaba asociado: ya no se trataría más, en lo que siguió de un "equivalente a un fenómeno alucinatorio de tipo delirante") 13 . O bien, y esta será nuestra vía aquí, ese precio podría consistir en situar el problema que plantean estas falsificaciones en otra parte que allí donde parece presentarse.
Contexto de escuela
Baños formula muy claramente cómo ese caso de Kris fue, si se permite la palabra un caso de crisis, e incluso por dos veces. En efecto, como muchos otros en el campo freudiano (y es Freud quien inaugura esta práctica) ese caso fue publicado para zanjar entre posiciones de escuelas. Se trataba en principio del enfrentamiento entre el kleinismo y la Ego Psychology annafreudiana. Tal es la razón o una de las razones por la cual Kris lo publica, él lo dice explícitamente en su texto 14 (Melita Schmideberg fue la primer analista en tiempos en que ella no había aún roto con su madre, Melanie Klein) Se tratará, entonces, de zanjar cuestiones entre la Ego Psychology y el psicoanálisis según Lacan.
La intervención de Leibovich de Duarte tiene, pues, por ambición, cuestionar la impugnación de Kris por Lacan ; y Baños interviene, no para recusar los hechos expuestos para defender la Ego Psychology, sino para establecer según otras coordenadas de las que ella invoca (a saber la referencia a la realidad de los hechos) si no la justeza, al menos la pertinencia respecto del caso, de las falsificaciones operadas por Lacan
El giro de Baños
¿Cómo logra Baños que Lacan "caiga parado" ? Da vuelta el problema como se lo hace con un panqueque, pidiendo que se le acuerde a Lacan (y a nosotros también, de paso) el derecho a usar la falsificación en el estudio y el tratamiento de un caso. Hace valer que un tal procedimiento puede tener un valor heurístico que sería tonto prohibir a priori. Razona en dos tiempos:
I Primer paso: observa que Leibovich de Duarte da prueba de una gran ligereza, por no decir de falta de formación filosófica básica, para impugnar a Lacan en nombre de la diferencia, para ella no problemática, entre "lo que es" y "lo que se dice que es", como si "lo que es" fuera evidente al punto de determinar unívocamente y sin mayor dificultad, la validez de " lo que se dice que es", como si "lo que es" pudiera saberse fuera de la dimensión de "lo que se dice que es" 15.. Hasta allí podemos seguir perfectamente a Baños, notar con él que, sin duda, también Kris (aunque no se sepa bien cómo) 16 -, ocupado en su conflicto de escuela, nos propone una "selección tendenciosa" 17 de los hechos.
Sin embargo, este "retorno al remitente", en buena ley, no resuelve nada en el fondo, ni tampoco, lo cual es decisivo, en la forma. Baños no desconoce que el problema no está entre realidad y relato, o no solamente allí, sino que se sostiene entre dos textos. El problema que hace valer Leibovich de Duarte se plantea entre el relato de Kris y su retome por Lacan., constituyendo el relato de Kris, por otra parte, la única fuente del de Lacan, si se omite a Melitta Schmideberg, citada por Kris .El problema es, pues, el del no-uso de comillas, por parte de Lacan. Y Baños despliega muy bien las variaciones propias de Lacan que hacen posible ese no-uso de las comillas, a lo largo de las siete ocasiones en donde menciona el caso (cf. " Referencias cronológicas" al final de este artículo)
II Baños debe, entonces, recurrir a un argumento suplementario, que su primer escaramuza con Leibovich de Duarte no ha hecho sino preparar. Y es aquí donde yo no puedo seguirlo, aun si él encuentra un apoyo en Lacan. Porque él hace más que eso, él hace hablar a Lacan, reiterando quizá, en esto, el modo de Lacan, quien ya había hecho hablar a Kris (es verdad que con la cubierta abusivamente invocada de traducirlo, lo cual no hace más que cubrir el procedimiento, de un uso, cuando menos intempestivo, viniendo de un psicoanalista, que consiste en hacer hablar a alguien tomando la palabra en su lugar 18). Baños hace, pues, decir esto a Lacan, y, lo que es más, en español, (y entonces, a no traducir aquí, o solamente notarlo) una lengua que Lacan, según mi conocimiento, no hablaba:
Si Kris no cuenta exactamente lo que adivino (se ve, ya que las cartas están dadas vuelta) qué ocurrió después de su intervención "de superficie", eso no demuestra que tal cosa no haya sucedido, sino simplemente que Kris, apoltronado en su satisfacción, no tuvo la penetración suficiente como para percatarse de ello. 19
Debo expresar mi admiración por esta hazaña tour de force - teórica que parece también, como a veces en Lacan, como un pase tour de prestidigitation - de magia. Esta frase que le hace, pues, decir a Lacan es la lección de técnica que Baños recibe de Lacan, y respecto de la cual afirma 20, siempre con un poco de audacia, que Lacan entiende dárnosla.
Enunciativamente,- creo- que la cosa habría divertido a Lacan, que era alguien capaz de atribuirse como suyas las lecciones que tal o cual le hacían dar. Hay un horizonte de la enseñanza de Lacan, (zen, si se quiere), donde Lacan no sería sino eso, dicho de otro modo, él no habría dicho nada, no habría enseñado nada, permitiendo creer a quien lo quisiera, o incluso sugiriéndolo él mismo en la ocasión, que existía realmente una enseñanza de Lacan
Discusión crítica
Así, según esta lección que recibe Baños, el psicoanalista lacaniano podría reivindicar la posibilidad de determinar la verdad de un caso, a partir (como lo diría este analista con las palabras de Baños), de " la credibilidad", que el caso " hace resonar en mí, que lo leo desde mi experiencia con los casos que tengo en mi haber", desde mi experiencia con otros casos similares. Para la discusión crítica de esta proposición, propondría dos series de comentarios: la primera serie centrada en el caso, la segunda en los atenuantes, inadmisibles en mi opinión, de esta lección lacaniana.
I En lo que concierne al caso, la primera puntuación basta para fundar mi desacuerdo: no existe la menor prueba de que las falsificaciones de Lacan sean verdaderas; así fuera esto sólo en el sentido de Baños, o dicho de otro modo, que tengan este valor de verdad performativa, cuasi oracular, que tengan esa "penetración adivinatoria" 21 que Baños les imputa.
Por otra parte, ¿cómo esas falsificaciones podrían ser verdaderas? Más adelante en la obra, aproximando a Lacan más a W. James que a Freud, Baños indica que podría ocurrir que desear una verdad terminase por constituirla como tal, por forjar una realidad conforme a esa verdad. Se trata de una puntuación de psicólogo, no más fina que eso, pero aceptémoslo. ¿Hubiera sido posible una operación semejante si el hombre en cuestión hubiera estado en análisis con Lacan? Y aun, ¿cómo distinguirla de la sugestión? Se nos dirá: "¡ justamente, porque se realiza !" Pero, esta realización, ¿no sería, por el contrario, el colmo de la sugestión, algo semejante al acto bajo hipnosis que tanto había impresionado a Freud con Nancy?
Sería preciso discutir también las condiciones de posibilidad del carácter operante de un tal propósito chamánico aplicado al caso. Recordemos la ocurrencia de la práctica analítica de Lacan : "Pero usted está acabado" como respuesta a la confesión del sentimiento de estar acabado, que lejos de introducir al analizante en su pathos, le hizo gracia inmediatamente 22. Notemos, ante todo, que no funciona más que en tanto se trata de una respuesta, y luego, que Lacan no habría alterado, como lo hizo, el humor sombrío del analizante hasta hacerlo reír, si éste, por ejemplo, acabara de enterarse de que padecía un cáncer de pronóstico vital limitado, como dicen hoy nuestros buenos médicos. Todo indica que con el paciente de Kris no están dadas las condiciones para que el caso pueda validarse en los hechos, tornando verdaderas las falsificaciones de Lacan.
Segunda puntuación concerniente al caso: la solución de Baños es general, no da cuenta de ninguna de estas falsificaciones (que, entonces, ya no lo serían más) en su tenor, en su singularidad. Porque hay lugar - al menos según Lacan y según Freud también - para dar cuenta de los detalles en el análisis de un caso, a falta de lo cual el analista se comportaría como ese filósofo que, a diferencia de la computadora, decía Lacan, da siempre la misma respuesta, incluso cuando se le aportan datos diferentes. El análisis freudiano de un sueño no es nada, fuera del desciframiento de sus detalles.
Pero allí, Baños espera a su crítico a la vuelta. Ha previsto la objeción, o más bien, en la lógica de su argumentación, esta objeción no es tal. En efecto, coherente con la lección que habría recibido de Lacan concerniente a la palabra oracular del analista, nos dice que todo lo que hace a la documentación, a la literalidad el caso "se eclipsa" 23. Con esto, comprendemos mejor que haya bordeado, en sus dos libros, el matema lacaniano, cosa literal si la hay.
II Hemos entrado ya, así, en la segunda serie anunciada, la de los atenuantes, no admisibles, que dan sostén a este salvataje de las falsificaciones de Lacan al cual se dedica Baños, haciendo de los errores de Lacan, una virtud lacaniana. El primero entre ellos tiene que ver con una libertad tomada en el lugar de la literalidad.
El segundo,que él menciona, es la apelación a la experiencia del analista (con la cual Kris acordaría sin dificultad). No se trata sólo de que Lacan, cuanta más experiencia tenía, más se burlaba de ella, considerándola sólo como el fetiche de la notoriedad, sino también de que tenía razón para hacerlo. Los sesos frescos de analistas no aventajan en nada a los, neurológicamente estrechos, que generalmente están en el poder en Sociedades, Colegios, Asociaciones y otros Institutos. ¿Qué vale esa "seguridad terapéutica" que adquiere progresivamente todo analista en el curso de sus diez primeros años de formación 24 ", del cual habla Kris ? Más bien haría correr frío por la espalda. Pero, sobre todo, el problema, para la función analista, no está allí. El problema llamado por Lacan " resistencia del analista " concierne al fantasma con el que un sujeto se embarca en una práctica del análisis : llegado a un cierto punto de cada análisis, éste sólo podría cerrarse (es una de las condiciones, no ciertamente la única) si ese fantasma, no demasiado pregnante, deja al analista un margen de maniobra para permitirse ser el objeto pequeño a, desecho del decir del analizante.
Y esto nos lleva al tercer punto, también perfectamente enunciado por Baños. Mencionaba la "credibilidad" que daría el analista a lo que hace resonar en él, el analizante. Esto no deja de, también aquí, rescatar lo que propone Kris al final de su artículo y de evocar un cierto uso de la contratransferencia que se propone regularmente en la historia del psicoanálisis. Últimamente en Francia, Françoise Davoine y Jean-Max Gaudillère han retomado el tema y no es casual que también se las tengan que ver con falsificaciones de casos.
La crítica lacaniana de la contratransferencia comportaba otra lección. Esa resonancia, y, lo que es más, esa creencia, constituyen precisamente lo que su análisis debe permitir al analista dejar de lado. Esa resonancia y esa creencia, son para su cabeza. ¡Que se las arregle con eso! Lo importante es que pueda, justamente, no hacerlas intervenir en su posicionamiento en el caso. Proceder de otro modo, ¿no es caer en el hábito de la comprensión? En efecto, no se ve cómo llamar de otra modo a este juego entre resonancia y creencia que nos describe Baños.
Se lo constata, Baños es un autor riguroso en el sentido en que nos da los elementos que permiten determinar hasta dónde seguirlo o, más allá de ese punto, criticarlo.
Una aproximación al análisis de Jacques Lacan
Sin embargo, en cuanto " al hombre de los sesos frescos", ha hecho más aún, o más exactamente, me ha hecho más aún, permitiéndome empezar a entender una frase de Lacan a propósito de él ( a propósito del " hombre de los sesos frescos", no de Baños, pero se verá, esto no es tan simple). Baños trae y cita esta frase de tal manera que se puede entrever, en principio conjeturalmente, que constituiría la punta, el avance decisivo de Lacan sobre este caso ( pero, se verá, no solamente sobre este caso). En un arrebato lírico y conclusivo de la "Respuesta al comentario de Jean Hyppolite", Lacan escribe, en efecto, esto 25:
Parece accesorio preguntar cómo va a arreglárselas ahora con los sesos frescos, los sesos reales, los que se rehogan con mantequilla y pimienta para lo cual se recomienda mondarlos previamente de la pía-madre, cosa que exige mucho cuidado. No hay allí, sin embargo, una cuestión vana, pues supóngase que hubiera sido por los muchachitos por los que hubiera descubierto el mismo gusto, exigiendo no menores refinamientos, ¿no habría en el fondo el mismo malentendido? Y este acting out, como quien dice, no sería también extraño al sujeto?
He aquí, pues, a los sesos frescos devenidos (pero esta vez abiertamente, no se trata de una falsificación) muchachitos, preparados a la manteca negra, después de haberles quitado una envoltura placentaria (la "pía-madre" la han traducido en español 26, como la " pía ladrona"! (la pie voleuse), y agreguemos, para reunir aquí otros hilos inventados por Lacan, servidos calientes y condimentados, en un restaurant neoyorquino.¿Cómo va a arreglárselas con eso "el hombre de los sesos frescos"? Va a comer su Dasein, puesto ahí, en su plato?
Leibovich de Duarte no contó este seso-muchacho en el número de las "distorsiones tendenciosas" operadas por Lacan. Ahora bien, por una vez, el paso que describe Baños, la lección que habría recibido de Lacan (salvo la falsificación) sería operante.
Baños, por otra parte, señala el problema puesto que tiene el cuidado de decirnos que todos los protagonistas (Schmideberg, Kris, Lacan, " el hombre de los sesos frescos") tienen prácticamente la misma edad . 27 . ¿ Por qué, sino fuera porque él entrevió también que la otra generación es la de los sesos-muchachos, que, entonces, este " hombre de los sesos frescos" es un ogro.- Baños por otra parte comenta que él era obeso.
Alentados por la puntuación de Lacan según la cual él habría sido mejor psicoanalista si hubiera delirado más (él no decía : " si yo hubiera sido delirante", matiz), vamos a seguir el hilo de esta indicación de los sesos-muchachos, disponiendo así de una nueva pista para otra lectura, aquí solamente comenzada, de las falsificaciones lacanianas. ¿Lacan inventa estos sesos-muchachos? Y bien, pongamos a su haber esta invención, y con ella, todas las " falsificaciones" ! Dicho de otro modo, " el hombre de los sesos frescos", el ogro, es Lacan, quien por otra parte nos señala su identificación imaginaria con este hombre diciéndole alguien cuyo " trabajo intelectual" sería " algo muy próximo a las preocupaciones que pueden ser las nuestras " 28 . Lacan supone que se trata de un analizante en didáctico de un colega por lo tanto, de un alter ego? Se notará, a este respecto, el equívoco de la frase: " He aquí entonces un sujeto (el paciente de Kris) que él (Kris) ha tomado en posición de segundo analista 29.
Gramaticalmente, se puede leer perfectamente que el " segundo analista " es el paciente de Kris, que su análisis es entonces didáctico. Por otra parte, a excepción del hecho de que este análisis sea didáctico, cómo, con qué competencia Kris habría podido verificar que su paciente no era plagiario?
Los sesos frescos-muchachos igualmente son, pues, Lacan, el rombo (punzón) del fantasma ($ losange a) que indica justamente que el sujeto barrado ocupa allí todas las posiciones. Acaso no es la permanente frescura lo que caracteriza la serie de los seminarios de Lacan? No es ella la que hace enfurecer a su biógrafo que reactivamente intenta a toda costa hacer de sus seminarios y escritos un " sistema", o sea: reducir esa frescura a la nada ?
Se lo sabe ( pero, sabiéndolo, ¿se lo sabe?), en ciertos momentos fuertes de crisis institucional, Lacan estaba obsesionado por el robo de sus ideas. En 1953, acusa de esto a Nacht (cf. Su "Carta a Lowenstein", que trataremos más adelante); pronto será el turno de Anzieu, luego en 1961, el de Lagache (cf. la "Carta a Paula Heimann" 30), en 1966 el de Ricoeur, y a este respecto aun se recuerda que él mismo fue acusado de robo de ideas por Clérambault, antes de que este último se auto-acusara de robo en su testamento 31.
Con todo, no hay nada de inverosímil en considerar que Lacan habría recibido del paciente de Kris ("yo plagio al otro"), su propio mensaje en forma invertida ("el otro me plagia").
El hombre de los sesos frescos es la propia imagen de Lacan en el espejo, su i (a), de la cual recibe el mensaje mismo que vale a la inversa por una vía facilitada sin haber cesado nunca de ser siempre fresco, de innovar. " Todo esto, le significa su i(a), no es más que plagio" ( he aquí, pues, que a mi turno hago hablar a alguien, es cierto que esta vez se trata de una imagen, por lo tanto algo poco susceptible de tomar la palabra por si mismo) Sólo alguien seriamente habitado por la cuestión del robo de ideas podía llegar a advertir que la verdad es siempre nueva. Una observación casi pleonasmática en Lacan, porque, confirmada, pasada al uso, luego, usada, una verdad, en él, se llama: saber.
Evidentemente, incluso para Lacan, el "prejuicio" de la "propiedad intelectual" que él mismo denunció 32, no es cosa fácil de desmontar. Y quizá, en efecto, podría ser asi si supiéramos dar cuenta de que las ideas, si no son robadas (volées), son, como los pájaros de Hitchcock, volantes; a tal punto que el anotador que siempre tiene cerca, en un bolsillo o en la mesa de luz, se ha convertido en el emblema casi caricaturesco del hombre de letras. Una idea, tal vez especialmente cuando es una invención, se atrapa al vuelo ( esto es lo que quiere decir el Einfall freudiano), gesto que puede ser fallido, como el cazador torpe cuando deja escapar la presa. ¿Y cómo dar cuenta también de que la semi-vigilia sea, a este respecto, un instante privilegiado? El matemático mismo, asombrado por las maneras de la invención en su dominio, se inclina sobre sus extrañas vías fuera del campo de la maestría, del cálculo, de la deducción o de la inducción, convoca a la metáfora cinegética para intentar explicarlo. 33
En cuanto a los muchachos, no atolondrados, sin seso, (écervelés) sino "¿con seso"? "encervelés", después de haber sido estudiantes de la SFP, fueron la nueva generación, los jovencitos bien instruidos, bien cocinados en la universidad (en cierto momento, los de la Escuela Normal Superior). " Dejad que los muchachitos frescos y tiernos de la universidad, vengan a mí, miam, miam!". Lacan ha devorado a algunos de esos y especialmente (estaba escribiendo "spécialemet") tal como se precisa aquí, varones.
¿Cómo? A la manera de Joyce, él hizo para ellos de "Lacan" un lugar donde podían pasar su vida, en el amor o en el odio, rompiéndose los dientes 34
¿ Ante quién?
Pero, este "hombre de los sesos frescos", a estos sesos-muchachos, él no se los come solo. Se los come (en español esto no es vulgar, al contrario, es usual decirlo así) - porque eso es el acting- out 35 -, delante de alguien. No se trata de un convidado, de un invitado al festín, no, los come como puede comer un actor en escena, dicho de otro modo: ante un público.
Está la proeza formidable de Madeleine Renaud en Días enteros en los árboles: cada noche, siendo ya muy mayor, tragaba en escena un gigantesco chucrut (al menos, cosa muy probable, que haya logrado, oficio de actor, que nos hiciéramos la ilusión de que así era). Más recientemente, en Opera de la Bastilla, Dominique Pitoiset puso en escena un Don Juan devorando tallarines a mandíbula batiente, sin, no obstante, dejar de cantar "Ah, qué plato sabroso", Leporello comenta.
Ah che barbaro apetito - Ah qué bárbaro apetito
Che bocconi da gigante - Qué bocados de gigante
Mi par prioprio di svenir - Temo desmayarme
Ante quién, pues, comía el ogro Lacan, haciendo así - puesto que es así como situaba el acting out - una demanda de interpretación tanto más actuada, [ (agie) (pl)agie, plat-J. ] (se trata de una "mise à plat": oralidad de la topología? (aplanamiento literalmente: puesta-en-plato) y provocadora, en tanto estaba segura de no encontrar jamás su interpretación, justamente porque era una demanda de interpretación? Basta con recorrer la secuencia sintagmática lacaniana más común sobre este asunto, a saber la trinidad poco santa de la Ego Psychology, Hartman - Kris - Loewenstein 36, para encontrar la respuesta por simple desplazamiento metonímico del cursor: Lacan comía a los muchachos ante, delante de "Loew", delante de Loewenstein 37 . Por otra parte, se puede apostar fuerte a que ese cursor, lo haya desplazado Lacan mismo, pero en el otro sentido, esto es cuasi cierto, porque no parece que haya leído el artículo de Kris aparecido en The Psychoanalitic Quarterly XX en 1951 sin haber igualmente leído el de Loewenstein sobre el mismo tema: "The problem of Interpretation", publicado en ese mismo número de la revista. 38
Esta conjetura, esta entrada que hacemos en el propio análisis de Jacques Lacan, gracias a Baños, tiene la ventaja de explicar por qué Lacan emplaza o desplaza los acontecimientos (la interpretación de Kris, las comidas del "hombre de los sesos frescos") a Nueva York. Es que Loewenstein vivía en Nueva York desde 1942. Y si encontráramos su dirección de la época, seguramente podríamos verificar sin mayor dificultad, si cerca de su consultorio había restaurantes extranjeros que sirvieran platos picantes . Se le podría preguntar también a Jean Laplanche - que fue a Nueva York para ver a Lowenstein justo antes de emprender su análisis en lo de (chez) Lacan, 39 - si alguna vez ha llegado a hablar, en su análisis de los restaurantes cercanos al consultorio de Loewenstein. Esa visita a Loewenstein tuvo lugar poco tiempo antes de que Lacan modificara su interpretación del caso del "hombre de los sesos frescos", o sea el 11 de enero de 1956 (En cambio, la primera interpretación, del 10 de Febrero de 1954, veía en el acto de comer sesos frescos, una confirmación de la justeza de la interpretación de Kris). Loewenstein, por otra parte, es discretamente convocado en la "Respuesta al comentario de Jean Hyppolite" que hace pública la nueva versión lacaniana del "hombre de los sesos frescos", cuando Lacan recusa la traducción de la frase de Freud Eine Verdrangung ist etwas als eine Verwefung 40 firmada por Loewenstein y por su amante (maîtresse), la princesa Marie Bonaparte. Hay co-presencia, en este texto, del "hombre de los sesos frescos" y de Loewenstein.
Un punto de referencia para lo que nos ocupa - habida cuenta de los pocos documentos de los que disponemos -, es la " carta a Loewenstein", del 14 de julio de 1953. Releyéndola, se podrá verificar hasta qué punto Lacan ponía a Loewenstein en posición de juzgar lo que pasaba en Francia: es delante de él que pasa . Se verificará también en qué medida son los muchachos ( los "estudiantes") lo que trata de conquistar en la confrontación con Nacht. Finalmente se verificará la presencia del tema del robo, por otra parte, explícitamente puesto en relación con la oralidad ( ¡se trata de varias comidas en esta carta!). Recordando una trampa que le tendió Nacht( el anuncio de una reunión donde debía decidirse el programa de estudio del Instituto, donde él mismo era reducido a la porción conveniente), Lacan le escribe a Loewenstein:
Al plato que habían cocinado en la intimidad los cómplices, también bastante graciosos, y que nos sirvieron en tono de " no lo encuentra usted excelente?", se agregaba un postre del mismo gusto : [ ] 41
Están aquí presentes todos los elementos que volveremos a encontrar en otra configuración cuando Lacan, no sin decir el malentendido, señale a sus sesos-muchachos, que él había tomado los hábitos del "hombre de los sesos frescos"
Pero tomemos un poco de distancia : no estamos entreabriendo el espeso velo bajo el cual parece, todavía hoy, muy fuera de alcance el análisis de Lacan con Loewenstein? Según lo que decimos hoy, este análisis, que Roudinesco, sin presentar ninguna prueba, tiene por nulo y mal avenido, no se habría cerrado con el fin de las sesiones en 1938 42 sino que habría proseguido hasta una fecha a determinar. Si Lacan es "el hombre de los sesos frescos", parece en todo caso que el nuevo régimen tomado por su análisis fue - esto queda señalado a partir del 11 de enero de 1956 - el de un acting out. Y la indicación según la cual Kris - de hecho Loewenstein se habría levantado, habría pues abandonado su posición de analista, nos enseñaría que fue después de un resbalón de Loewenstein que Lacan se habría puesto a comer jóvenes universitarios varones delante de un Loewenstein que ya no podía.
Habiendo puesto Lacan fin a sus sesiones con Loewenstein en 1938, a nadie se le ocurriría identificarlo como siendo él el paciente del cual Loewenstein escribe en el artículo publicado al mismo tiempo que el de Kris.
Otro ejemplo de este tipo ocurrió en el caso de un joven brillante y sofisticado quien tenía una despectiva ambivalencia hacia los hombres, particularmente hacia su propio padre y sus figuras paternas. Se esperaba para entonces el estallido de la guerra (en 1939 en Francia), e informé a mi paciente que en caso de guerra interrumpiría su tratamiento para unirme al ejército. El no estaba movilizado en ese momento. Su actitud indiferente y apática hacia la situación política continuó sin un rasgo de reacción emocional de ninguna clase, y su actitud hostil hacia mí se tornó más visible. El paciente se defendía rigurosamente de compartir sus emociones con otro hombre. Un día repentinamente recordó que durante la Primera Guerra Mundial, cuando su padre era soldado en el Ejército Francés, había pasado horas dibujando elaboradas y comparativas estadísticas de los respectivos ejércitos, armadas y fuerzas aéreas . Era claro que sus estadísticas adolescentes eran una defensa mágica contra sus deseos inconscientes de muerte, pero principalmente una expresión del deseo de que su padre pudiera sobrevivir y salir victorioso. Mi única interpretación en este punto fue decirle que durante la Primera Guerra Mundial él había sido patriótico. La función y la meta de esta interpretación eran traer a la conciencia las emociones fuertemente guardadas y los sentimientos positivos hacia su padre y hacia el analista, quien como su padre tenía que dejarlo para unirse al ejército"
Salvo una posible falsificación de los datos presentados por Loewenstein (pero justamente, podemos descartarlo? Loewenstein, no tuvo, como tantos otros, como Lacan mismo en su tesis, el afán de enmascarar la identidad de su paciente deslizando aquí o allá algunos datos falsos?) podría tratarse de Lacan: Lacan habría puesto fin a sus sesiones con Loewenstein en 1938 y esto pasa en 1939. Como quiera que sea, sin embargo (y la duda subsiste, puesto que Lacan era un adolescente durante la Primera Guerra Mundial), esta manera de interpretación de la que da cuenta aquí Lowenstein, estaba ciertamente hecha para señalar al paciente, y singularmente al paciente Lacan, que el analista se había corrido de su posición. Imaginemos a Lacan escuchando decir a Loewenstein que inconscientemente él amaba a su padre. Esta ficción se prolonga inmediatamente en la imagen de un Lacan saltando del diván al techo.
Así pues, las "falsificaciones" y otras "invenciones" de Lacan en el lugar del "hombre de los sesos frescos" nos parecen tanto formaciones sintomáticas, como retornos de lo reprimido. Mientras que el acting out no era interpretable, esos retornos sintomáticos, si lo son. De la posibilidad de estas palabras.
Se puede abrir, entonces, una investigación, se pueden hacer verificaciones, puede producirse una confirmación o una invalidación de este conjunto de conjeturas, los detalles de las "falsificaciones" (que ya no son tales, pero su transmutación aquí no es del mismo orden que la propuesta por Baños) pueden ser explicados. Y esta es una ventaja efectiva en relación con el salvataje de Lacan que nos propone Baños.
Permanecerá aún el hecho curioso de que nos haya sido preciso pasar por el trabajo de Baños para llegar hasta allí. En cierto sentido, nos encontramos haciendo exactamente lo que él propone como algo que puede ser hecho. Lo que hemos introducido, en efecto, en el caso del "hombre de los sesos frescos", el desplazamiento que hemos hecho sufrir al caso, no tiene otro estatuto, al menos a la espera de verificación, que el que da Baños a las "falsificaciones" de Lacan: una serie de aserciones que podrían revelarse como verdaderas. Pero con esta diferencia : para cada una de estas aserciones así desplazadas, puede hacerse la prueba de verdad. Dicho de otra manera, el analista bien puede poner en juego una ficción (Freud ya lo practicaba, dando testimonio de ello y teorizándolo bajo el nombre de "construcción" en el análisis) pero el carácter "penetrante" de esta ficción no podría sostenerse en su sola enunciación performativa: ella no podría ser más que el tiempo primero de una conjetura a la espera de su verdad o de su recusación (ésta era claramente la posición de Freud).
Hacia una historia psicoanalítica del psicoanálisis.
Haber capturado así un momento del análisis de Lacan ( aquel en que, después de haber estado en análisis en lo de (chez) Loew, él se analiza con (avec) Loew) no es sin consecuencias. Se podría tal vez captar a partir de allí, la ausencia de solución de continuidad entre el análisis de Lacan y la historia del psicoanálisis en Francia. Pues la pregunta, se plantea, (comprendida allí bajo la forma de las respuestas que aportaba discretamente respecto Lacan, declarando que él era analizante en su seminario o también que él estaba siempre en el pase) y es : ¿qué fue del análisis de Jacques Lacan? ¿Y de sus consecuencias? La respuesta nos es dada por esta ausencia de solución de continuidad.
En suma, nadie se sorprenderá de que el momento de la historia del psicoanálisis en Francia que corresponde a la vida de la SPP ( 1953-1964 ) sea una escena ofrecida al juicio de la IPA ; las comisiones de investigación estaban allí para manifestarlo. Ahora bien, esta escena agregamos nosotros - en la que se juega un drama cuya apuesta binaria será cada vez más clara, sea la normalización o sea el rechazo de Lacan, vale también, plenamente, como un momento del análisis de Lacan, más precisamente como un acting-out de y en ese análisis, por lo tanto, una demanda de interpretación dirigida a Loewenstein, metonimia para la IPA (Loew, por otra parte, se mantendrá muy mesurado en sus juicios respecto de las acciones de los dimitentes) ¿Por qué Lacan se comprometió tanto tiempo en una demanda de reconocimiento de la SPP por la IPA? Para los que vinieron después, este compromiso, tan inútilmente perseverante, parecía absurdo, en tanto era evidente (¡a los ojos de los que sabían lo que seguía!) que esta demanda sería rechazada de antemano. Respuesta: porque se trataba de su propio análisis, que había tomado el régimen de un acting-out. Roudinesco, por otra parte, practicando larga manu la intuición intempestiva en lo que presenta como relatos históricos, cae justo esta vez haciendo de la última visita de Loewenstein a Europa, el acontecimiento conclusivo de la negociación de la IPA con la SPP: 43
Habrá que retener dos hechos por lo menos indicativos de este lazo que señalamos entre la incidencia del "hombre de los sesos frescos" haciendo signo hacia su análisis en el seminario de Lacan, y la escena institucional en tanto que, de allí en adelante es portadora de una apuesta concerniente al análisis de Lacan. En principio, la duración de "vida" del "hombre de los sesos frescos" en el camino que va abriendo Lacan, recubre el tiempo de las negociaciones IPA-SPP. La primera mención (el 10-2-1954) tuvo lugar poco después de que la IPA hubiera creado un comité consultivo para estudiar el problema de la afiliación de la SFP; la sexta y penúltima mención 44 (el 23-1-63) tuvo lugar el día siguiente al día en que Serge Leclaire fue elegido presidente de la SFP, última y vana tentativa de llevar a buen término, a pesar de todo, una negociación ya dirigida al fracaso, tanto que la mayoría de los alumnos de Lacan se aparta de él cuando, consigna Roudinesco, la comisión Turquet los interroga en París mayoría,
Este es también el momento en el que Lacan inventa el objeto pequeño a.
Está también el hecho de que la báscula de la interpretación lacaniana del caso de Kris tuvo lugar entre la primera y la segunda mención de este caso en el seminario de Lacan ( respectivamente: el 10/2/1954 y el 11/1/1956) y que entre las dos aproximaciones más que diferentes respecto del modo de comer del "hombre de los sesos frescos" (la de la acción confirmando la justeza de la interpretación, luego la del acting out señalando, bajo la forma mostrativa, que la interpretación había pasado por el costado del problema) intervino el rechazo por la IPA en cuanto a admitir como a la nueva sociedad como adherente
Si volvemos ahora a la articulación acting out-pasaje al acto tal como Lacan debía desarrollarla, se captará también que la fundación de la EFP debe situarse, sobre la base de este acting-out (poner en escena) como un pasaje al acto (poner en escena sobre la escena) siempre y aún el análisis de Jacques Lacan. Bajo estos dos modos sucesivos (tres si contamos el primer tiempo cuando Lacan está en análisis), acting-out y pasaje al acto, Lacan no habría cesado de estar en análisis, tal como - ya lo he indicado - él llegó a decirlo pero sin que pudiésemos ni entenderlo ni tampoco situarlo hasta hoy. Sí, él lo fundamentó al declarar en Televisión " lo que yo enseño no es un auto-análisis", puesto que esta enseñanza tomó sucesivamente los dos regímenes del acting- out y del pasaje al acto.
¿Qué hay después del pasaje al acto? Todo el asunto de la disolución de la EFP debería, siguiendo este hilo, aclarar muy bien esta cuestión. La disolución de la EFP tiene el valor de des-montaje de la escena sobre la escena. La lógica de este desmontaje no es la de la escalera, o sea, después de haber subido los escalones 1 y 2, se puede descender 2, luego 1. La escena sobre la escena - y recordemos aquí la lectura lacaniana de Hamlet - corresponde al comienzo del final de la obra y su desmontaje constituye el fin. El fin del pasaje al acto es también el de su estribo, el acting out. La disolución abría entonces la posibilidad de un "pasar a otra cosa".
¿A qué, entonces? Históricamente, esa otra cosa fue el nuevo régimen familiar que surgió debido a Lacan. También un malentendido, para nada bienvenido y presentando la particularidad que desde ese momento el modo de dirección de la IPA es, sociológicamente hablando, una guerra de familias, la de Lacan, levantándose contra la hegemonía de la de Freud, Sigmund y Anna, con no poca gente siguiéndolos : Kris, Hartman y Loewenstein y sus sucesores, como Leibovich de Duarte. Es algo que asusta y cuyo reconocimiento molesta, de allí el persistente y lastimoso éxito del freudo-lacanismo. Sin embargo, si se trata de eso, ¿no vale más saberlo?
La familiarización del lacanismo viene a subrayar, a acentuar, pero también a prolongar el hecho de que, desde la fundación de la Escuela Freudiana que valía como pasaje al acto de y en el análisis de Jacques Lacan, Freud ya no era más reconocido en posición de dominio (esa posición que destacaba Foucault en su conferencia " ¿Qué es un autor?"), desde donde se podía en último instancia evaluar todo lo que se produce bajo el nombre de psicoanálisis. Dos familias se disputan desde entonces esta posición dominante (y ya no una escuela opuesta a una asociación, lo cual implicaba una disparidad) y lo hacen aunque sea flirteando la una con la otra. El pasaje al acto, que no es, como el acting out, "analizarse ante" sino " analizarse contra", se cristaliza, se endurece, se fija dando a ese "contra" la figura de un enfrentamiento ahora simétrico.
Qué implica decir "no más sociológicamente sino psicoanalíticamente"? Que eligiendo la familiarización de la transmisión de su enseñanza, Lacan reconducía su estatuto de analizante bajo el régimen del pasaje al acto. La disolución de la Escuela Freudiana de París era potencialmente portadora del fin de análisis de Jacques Lacan. A ese fin, por todo lo que él hizo más allá de esta disolución, Jacques Lacan le habrá dicho no. Aun en el momento en el que estaba más cerca de hacerlo, o sea: poco antes de morir, no dejará jamás caer a Loewenstein.
Lacan habrá fracasado en hacer de la disolución de su escuela el acto mismo por el cual habría puesto fin a su análisis.
ALGUNAS REFERENCIAS CRONOLOGICAS
1925 - Loewenstein emigra a París
1932 - Comienzo del análisis de Lacan con Loewenstein
1934 - Fundación del Instituto
1934 - Artículo de Melitta Schmideberg
1935 - Viraje de Melanie Klein
08/1936 - Congreso de Marienbad . Lacan enfrenta allí a Kris
1939 - Fin de las sesiones de Lacan con Loewenstein después de la transacción : " Yo nombro titular a tu Hartmann y tú aceptas mi Lacan ( Pichon dixit)
1940/1944 - Grandes controversias entre M. Klein y Anna Freud
1941 - Loewenstein emigra a Estados Unidos
1951 - Artículo de Kris donde presenta a su paciente plagiario
1952 - Loewenstein publica Psicoanálisis del antisemitismo
06/53 - Fundación de la SFP
xx/xx/1953 - Londres, XVIIIº Congreso de la IPA: creación de un comité consultivo para estudiar la afiliación de la SFP a la IPA
10/2/1954 1° presentación por Lacan del caso de Kris con Hyppolite: el acto como confirmación, bajo la forma denegativa, de la justeza de la interpretación
( Sem. I - Escritos Técnicos)
26/7/1955 - Génova, XIXº Congreso de la IPA: rechazo a admitir al "grupo Lagache" como sociedad adherente de la IPA
11/1/1956 - 2° mención: el acto como acting out ( Sem. III, Las Psicosis)
6/1956 - J. Favez Boutonier, presidente de la SFP, escribe a Hartmann para convencerlo de aceptar a la SFP con Lacan
3/1956 3°: El caso de Kris en el texto de la "Respuesta al comentario de J. Hyppolite"
13/7/58 4° Discusión del caso en Royaumont ( cf. "La dirección de la cura", publicada en 1961)
1/7/1959 - 5ª Reconsideración del caso de Kris por Lacan ( Sem. VI, El deseo y su interpretación)
7/1959 - Nueva demanda de afiliación de la SFP a la IPA
2/8/1961 - Edimburgo, XXIIº congreso de la IPA. Lebovici propone que se separe "la paja del trigo" de la SFP
9/1961 - Lacan habla del "complot de Edimburgo". Emergencia del slogan " Lacan contra Chicago" (HPF, p. 343)
10/1961 - Lacan es llevado a la presidencia de la SFP, Dolto a la vicepresidencia
9/1962 - Leclaire negocia con Turquet
1/11/1962 - Turquet confía a Leclaire que el frágil equilibrio del comité es ha roto. Leclaire se lo anuncia a Lacan . El comité quiere reubicar en su justo lugar a una "personalidad de excepción".
Navidad 1962 - Carta de Lacan a Leclaire (HPF, p. 346 )
1/1963 - Interrogatorios de la comisión Turquet en París. Una mayoría de alumnos de la SFP manifiesta su hostilidad a la técnica de Lacan. Invención del objeto petit a.
22/1/1963 - Leclaire elegido presidente de la SFP
23/1/1963 - 6º: Mención del caso ( Sem.X, La angustia )
Primavera 1963 - Turquet va a París a informar de las conclusiones de la Comisión a la SFP. Lacan es inaceptable en la IPA
23/5/63 - La comisión de la SFP modifica la lista de los didactas. Lacan, presente, le pregunta a Favez si ha liquidado su transferencia con Hartmann.
10/6/1963 - Leclaire hace público su informe
22/23/6/1963 - Reunión en Westminster entre los miembros de comité y representantes del campo francés. Turquet exige "la proscripción sin retorno » de Lacan. Ruptura de Lacan con Lagache. Granoff da lectura a una antigua carta de Loewenstein a favor del éxito de una negociación.
27/6/1963 - Carta de Lacan a P. Heimann, acusando a Lagache del robo de sus ideas, redactadas justo desp ués del seminario ( HPF, p. 346)
13/10/1963 La escisión de la SFP se hace efectiva ( HPF, p. 363)
1ª/11/1963 - Laplanche interrumpe su análisis con Lacan ( HPF, p.366)
20/11/1963 - Ultimo seminario de Lacan en Saint.Anne ( HPF, p.367
11/12/1963 - Creación del GEP
15/1/1964 - Sesión inaugural del seminario de Lacan en la ENS.
10/5/1964 - Creación del Grupo de Estudio Francés, que se convirtió, el 26, en la APF ( HPF, p. 376)
21/6/1964 - Fundación de la EFP
Otoño 1964 - Loewenwtein viaja a Europa ( HPF, p. 377)
1966 Ninguna referencia a Loewenstein en "De nuestros antecedentes"
1966 Lacan re-escribe el párrafo del Informe de Roma en el que se ocupaba de Kris.
8/3/1967 - 7º Reconsideración del caso, referencia al "Comentario" ( Sem. XIV,La lógica del fantasma) Rumor según el cual Derrida fue el analista de Loewenstein ( HPF, T II,p.636)
1975 Rumor según el cual Derrida fue el analista de Loewenstein . (HPF, T II, P 636
20 24 /3/1976 - Congreso de Estrasburgo de la EFP : Inhibición y acting out.
1977 - Traducción de los artículos de Kris y Schmideberg en Argentina .
1986 - Artículo de Palomera
1988 - Publicación del artículo de Kris en Ornicar?
1989 - Publicación de "Schreber de memoria" ( sobre otras "falsificaciones" de Lacan) -Faig
1991 - Artículo de Leibovich de Duarte
1999 - Libro de Baños
Notas
1 Expuesto en el coloquio « El Góngora del psicoanálisis, para servirle", propuesto por la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, en París, el 26 y 27 de Febrero de 2000, en ocasión de la publicación del libro de Jorge Baños Orellana "Del hermetismo de Lacan, Figuras de su transmisión, París, EPEL, 1999.
2 Jorge Baños Orellana, El escritorio de Lacan, Buenos Aires, Oficio Analítico, 1999
3 J. Baños Orellana, El idioma de los lacanianos, Buenos Aires, Atuel, 1995
4 Ella no es del gusto del gusto de todo el mundo. Es así como he recibido al respecto una carta ( y escribirme, antes que no hacerlo, era un gesto confraterno) anunciándome la reprobación de esta publicación, por nosotros, por parte de un "milleriano". Respondí preguntando a qué afirmación se refería mi interlocutor para identificar semejante especie que, según las indicaciones que él habrá podido leer en "Gel" ( en La transferencia en todas sus erratas, París, EPEL, 1991) precisamente no existe.
5 Por ejemplo, declara en El idioma, que va a usar metalenguaje, ignorando la prohibición que pesa, sin duda ampliamente y a justo título, sobre esta manera de proceder.
6 François Balmès, Ce que Lacan dit de l´être, (Lo que Lacan dice del ser) París, PUF, 2000
7 Jean Allouch, Marguerite, ou l´Aimée de Lacan, 2º ed., París, EPEL, 1994
8 Ernst Kris, Ego Psychology and Interpretation in Psychoanalytic Therapy", Psychoanalytic Quarterly, vol. 20, nº 1, 1951. Una primera y breve mención del caso (citada por Kris) había sido hecha por la primera analista del paciente ( cf. Melitta Schmideberg, "Intelektuelle Memmung und Ess-störung", Zeitschrift für Pädagogik, VII, 1934, y en International Journal of Psychoanalysis, 1938 )
9 Adela Leibovich de Duarte, "Crónica de una distorsión en Psicoanálisis", Rev. Asoc.Esc. Arg. de Psicoterapia para Graduados nº 17, 1991, Buenos Aires.
10 Perdónesenos esta palabra que evita hablar de "generaciones" como si, tratándose de transmisión del psicoanálisis, esta familiarización fuera de suyo.
11 Jacques Lacan, " El tiempo lógico y la aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma». Cahiers d´art, 1940/44, y en Écrits, París, Seuil, 1966.
12 J. Lacan, « Motivos del crimen paranoico», Le Minotaure nº ¾, 1933/34
13 J. Lacan, Les psychoses, sesión del 11 de enero de 1956, versión de estenografiada - p. 12
14 Ernst Kris, "Psychologie du moi et interpretation dans la thérapie analytique » (Psicología del Yo e interpretación en la terapia analítica) traducido del americano por Jacques Adam, Ornicar ? Nº 46, otoño 1988, París, Navarin, ed. P.11. La suposición científica según la cual del análisis kleiniano (el primer tramo) al de la Ego Psychology, "[ ] son exactamente los mismos problemas los que vemos retornar pero bajo una nueva luz, o bajo un nuevo ángulo de la relación a partir del momento en que "inyectamos interpretaciones de tipo diferente, "más de superficie", implica, sin formularlo, un " siendo iguales, por otra parte, todas las condiciones ", lo cual no es para nada satisfecho en esto, como lo prueba el hecho de que el paciente de Kris permanece habitado por el temor de que su primera analista esté al corriente de lo que hace con el segundo.
15 J. Baños, El escritorio de Lacan, op..cit, p. 159.
16 A diferencia de los casos de Freud, que según Lacan, ofrecen a sus lectores los elementos capaces de invalidar la presentación que de ellos que propone Freud.
17 J. Baños, El escritorio de Lacan, op.cit, p. 130.
18 J. Lacan, " Respuesta al comentario de Jean Hyppolite", Écrits, París, Seuil, 1966, p. 397.
19 J. Baños, El escritorio de Lacan, op. cit., p.159: Si Kris : Si Kris no cuenta exactamente lo que adivino que ocurrió después de su inte rvención "de superficie", eso no demuestra para nada que tal cosa no sucedido, sino solamente que Kris, apoltronado en su satisfacción, no tuvo la penetración suficiente para percatarse de ello.
20 Ibid., p.160.
21 J. Lacan, "Réponse...", op. cit., p. 393, Baños imputa, pues, a Lacan, exactamente lo que Lacan dice exaplícitamente no encontrar en Kris.
22 J. Allouch, "Allô Lacan? .Certainement pas!" París, EPEL, 1998. Una reseña burlona de esta obra aparecida en la Evolution Psyquiatrique, le atribuye la proeza de haber catalogado « todos los ecos, todas las huellas de las humoradas de Lacan ». ¿Por qué esta totalización, allí donde no hay más que series abiertas a suplementar ? Respuesta: la reseña cataloga no 321 sino 2131 "ocurrencias". Seguramente el autor, Jacques Postel, tiene algunas para contarnos. Serán bienvenidas.
23 J. Baños, El escritorio de Lacan, op. cit., p. 160
24 E. Kris, "Psychologie du moi", op. cit., p. 8
25 J. Lacan, « Réponse... », op. cit., p. 398-399. No hay rastros de estos sesos-muchachos en la sesión del 11 de enero de 1956 ( seminario Les psychoses) donde Lacan, por primera vez, cataloga como un acting-out el hecho de que el paciente de Kris coma sesos frescos. Y, como el texto publicado de la "Respuesta" retoma el contenido de esa sesión, se puede concluir que estos sesos-muchachos provienen estrictamente del escritorio de Lacan, no de una puesta por escrito de su palabra.
26 Piamadre, y no pía madre ( cf. Baños, El escritorio, op. cit., p. 165)
27 Ibid., p. 131.
28 J. Lacan, Los escritos técnicos de Freud, sesión del 10 de Febrero de 1954, versión estenografiada, p. 32.
29J. Lacan, "Réponse...", op. cit., p. 394.
30 Cf. Élisabeth Roudinesco, La batalla de los cien años, Historia del Psicoanálisis en Francia t. II, París, Seuil, 1986, p. 356
31 Ibid, p 123-124
32 «La ocasión era bella no obstante que se podía percibir que, si hay un prejuicio al menos del cual el psicoanálisis debería ser desatado por el psicoanálisis, es el de la propiedad intelectual" en "Réponse...", op. cit., p. 395. Lo mismo que para los sesos-muchachos, se buscaría en vano esta observación en la sesión del 10 de Febrero de 1954. Las dos novedades están pues ligadas. El 11 de enero de 1956, en el, momento mismo en que Lacan escribía su "Réponse..." ( que es pues un texto muy sensiblemente diferente de la respuesta efectivamente dada a Hyppolite, allí también hay falsificación), él declaraba: " el plagiarismo no existe, no hay propiedad simbólica, el símbolo es de todos" La ausencia de los sesos-muchachos el 11 de enero de 1956 nos hará inclinar hacia la conjetura de una escritura de la "Repones" simultánea, así es que lo propone Baños, o justo posterior a la sesión del 11 de enero de 1956.
33 J. Hadamard, Essai sur la psychologie de l´invention dans le domaine methématique, Princeton, 1945, traducido por A. Blanchard, París, 1959, citado por Nicolás Bouleau « L´inconscient mathématicien", inédito
34 Recordar aquí el caso que Lacan hace de Joyce, dando hilo a retorcer a la universidad.
35 Las observaciones que siguen se apoyan en la teoría lacaniana del acting out en su articulación posible con el pasaje al acto. No es cuestión aquí de resumir el conjunto de esta problemática que, como se indicó, se ha "movido" en Lacan, y de la cual ciertas aserciones han devenido fórmulas ( ejemplo: el acting out es una transferencia sin análisis). Se podrá consultar la publicación en las Lettres de l¨Ecole freudiènne, del congreso de la EFP titulado: "Inhibición y acting out " celebrado en Estrasburgo del 20 al 24 de marzo de 1976 . ( Bulletin interieur de l´école freudienne nº 19, julio de 1976), que fue un momento fuerte de escuela, aun cuando ciertas intervenciones ( pero no la mía! ) caen exactamente bajo las críticas de las cuales Baños hace caso.
36 Estos tres fueron tomados en conjunto, como los mosqueteros que no eran cuatro, por efecto de tres artículos firmados por estos tres nombres y aparecidos los tres en Psychoanal. St. Of Child :1946: " Comments on the Formation of Psychic Structure" 1949: " Notes on the Theory of Agression", y 1962: "Notes on the Superego".
37 En los Ecrits, Lacan cita al "team" siempre en el mismo orden: Hartmann, Kris, Loewenstein ( cf. P. 490, 644,651) que viene, observa Baños, en orden alfabético. La única otra vez en que Loewenstein es citado, Lacan se dedica a una "traducción" tan poco literal como de la que nos ocuparemos pronto aquí.
38 El texto de Kris fue presentado durante un debate sobre las implicaciones técnicas de la Ego Psychology organizado en Nueva York por la Asociación Psicoanalítica Americana, en 1948: el de Loewenstein, ligeramente posterior, fue presentado durante un encuentro organizado por la misma asociación en Montreal en mayo de 1949. Loewenstein menciona el artículo de Kris en sus referencias y Kris en su texto. Su insistencia en la verbalización le proveyó una apreciación del acting out " [...] el cambio terapéutico puede ser logrado cuando la tendencia gratificada en el acting out es primero inhibida y luego verbalmente expresada: entonces su motivación puede ser transformada en insight".
No se privará aquí el lector de una ocurrencia de la práctica analítica de Freud contada a Loewenstein por Hartmann y llevado al escrito por Loewenstein en ese artículo, " Hartmann me contó de un paciente analizado por Freud. Cuando el paciente contó que en su pubertad había soñado una vez con tener relaciones con su madre y con su hermana, Freud observó que el paciente debía de haber estado muy enamorado de una chica en el tiempo en que tenía este sueño incestuoso" Decididamente, Freud no era freudiano.
39 É.. Roudinesco, op. cit., p. 299. Laplanche estuvo en análisis con Lacan hasta 1963
40 J. Lacan,Écrits, París, Seuil, 1966, p.387. Cf :É. Roudinesco, op. Ccit. P. 395
41 J. Lacan, " Lettre a Rudolf Loewenstein » en La scissión de 1953, suplemento al N° 7 de Ornicar ?. La comunidad psicoanalítica en Francia I, París, 1976.
42 É. Roudinesco, op. cit., p. 137.
43 É. Roudinesco, op. cit., p. 377: Loewenstein tiene los honores del último párrafo del capítulo" Vida y muerte de la Sociedad Francesa de Psicoanálisis"
44 La última ( del 8/3/1967) remite a la "Réponse...". El lazo entre el acting-out y la alucinación ha desaparecido, lo mismo que los sesos-muchachos (conforme a lo que preveía nuestro análisis puesto que este discurso tiene lugar más allá del pasaje al acto fundador de la EFP que mencionaremos enseguida) dejando lugar al acting-out situado como "[..] el objeto pequeño a oral [..] presentificado, traído sobre un plato por el paciente".