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Introducción
Me propongo aquí ofrecer algunas reflexiones que surgen a partir del trabajo en una investigación titulada "Del trazo escritural a la huella histórica. Incidencia de las condiciones de sector", llevada adelante por docentes de la Facultad de Psicología y la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.
Este proyecto se enmarca dentro de una línea de investigación llamada "Subjetividad y Escritura", la cual pretende abordar el estudio de los trazos escriturales que se producen tanto a nivel de la subjetividad deseante como en el plano de las agrupaciones sociales.
La categoría de trazo escritural es así entendida, en sentido amplio, como aquellos procesos que permiten, tanto a los sujetos como a las sociedades, emitir marcas, huellas portadoras de significación.
Uno de los ejes principales de la investigación apunta a la recuperación de la memoria colectiva y la transformación de lo sufriente por medio del trabajo de elaboración. Con esta finalidad se da lugar a la instalación de dispositivos grupales en donde el arte, el juego, la literatura y los relatos singulares son la materia para recomponer la trama de una historia que, lejos de ser mero pasado, se actualiza en cada momento.
El dispositivo grupal es entendido como un espacio transicional en el que el sujeto asume una posición activa a partir de la cual puede emitir sus propios trazos. Es una instancia de cruce entre lo individual y lo colectivo, que propone no solamente el despliegue de la singularidad deseante sino también la posibilidad de arribar a acciones instituyentes a nivel de lo comunitario. Desde el lugar de la coordinación, se interviene apuntando a desanudar los obstáculos que se van presentando en el camino hacia el despliegue de la singularidad. Al mismo tiempo, se hace posible la detección de demandas de atención clínica individual que surjan entre los concurrentes a los talleres y se le da lugar por medio de la derivación.
Memoria: un presente histórico.
El presente se manifiesta como trazo espontáneo, actual. Sin embargo, todo trazo es solamente un punto de llegada.
Lo histórico no es el pasado, sino el presente que debe ser reconstruido y descifrado mediante "un pensamiento crítico que adoptaría la forma de una ontología de la actualidad"3.
Tal ontología debe inscribirse en una genealogía, un rastreo de la génesis de las condiciones que dieron lugar a aquello que constituye hoy día nuestro presente.
Esto es así tanto si lo pensamos a nivel de la subjetividad deseante como también en el seno de los procesos colectivos, pues ambas instancias constituyen momentos dialécticos de un mismo fenómeno.
Para que una sociedad exista como tal, debe tener alguna representación ante si misma de lo que ella es. Esta "representación de si" de la sociedad, es portada por cada individuo que la constituye, y resulta psíquicamente estructurante para este, sobre todo a nivel de sus procesos identificatorios.
Dicha representación se halla en crisis hoy día. La sociedad es vivida por el hombre actual como algo inasible, que se padece o que debiera hallar soluciones a sus problemas. Pero ya no se construyen proyectos relativos a ella, ni de conservación ni de transformación.
La dimensión de lo histórico, la relación pasado-futuro, se encuentra profundamente afectada. "La colección de las informaciones y de los objetos (hasta ahora nunca tan practicada) está a la par con la neutralización del pasado: objeto de saber para algunos, de curiosidad turística o de hobby para otros, el pasado no es fuente ni raíz para nadie".4
En latinoamérica, el "derrumbe de la autorrepresentación de la sociedad", como lo llama Castoriadis, es particularmente notable. Estos pueblos, que cuentan en su historia con gobiernos dictatoriales perpetuados en el poder durante años; sometidos a represiones sangrientas y miseria social, atraviesan en la actualidad por un período en donde priman la pérdida del proyecto de autonomía y el olvido del pasado en común.
Las políticas de olvido no son ajenas a esto. La represión ha dejado sus huellas tanto a nivel de los individuos más afectados como también en el seno del tejido social, totalmente disgregado en el presente.
Por otra parte, existen nuevos terrorismos de estado: el hambre, la desocupación, la desnutrición infantil, el analfabetismo, la inseguridad, la violencia, etc., todo ello producido en medio de una total falta de reconocimiento de los Derechos Humanos.
Trauma y memoria
Cuando un hecho traumático no tiene la posibilidad de ser tramitado por el trabajo de elaboración, retorna sobre la vida psíquica del sujeto, presentificándose bajo las formas de lo siniestro.
Lo innombrable, lo real no simbolizable, reaparece siempre.
"Si un niño no escribe su propia historia, no accederá al conocimiento de si mismo ni podrá situarse en su genealogía ni en su comunidad. Las enfermedades de la memoria tienen efectos desastrosos para el psiquismo humano"5.
M. Enríquez realiza una distinción entre la memoria que funciona como una "amnesia organizada en transformación incesante, que se contradice se reescribe se borra y resurge, se inscribe en la temporalidad, es trabajada por el fantasma, el pensamiento, la interpretación" y aquella memoria "no rememorable, innmutable, repetitiva, inalterable frente al paso del tiempo y que se presenta bajo la forma de una amnesia desorganizada, no ligada"6.
Según Freud, las primeras percepciones que recibe el humano forman huellas "duraderas, aunque no invariables, de las mismas"7. La variación está dada por la capacidad de elaboración psíquica: la huella sufrirá continuas retranscripciones a menos que corresponda a una vivencia traumática.
En el aparato psíquico, todo se conserva como en un "block maravilloso".
El bebé recién nacido tiene su psiquismo en constitución. El procesamiento de lo real lo efectúa bajo el modelo llamado por P. Aulagnier "pictograma". Esto es, el modo de representación propio del proceso originario, la "primera obra de la psique". En este momento se produce el encuentro entre un órgano sensorial y un objeto exterior que lo estimula; por ello, para esta modalidad de representación, la psique toma prestado el modelo sensorial. El pictograma posee la particularidad de ignorar la dualidad de la que está compuesta: "Lo representado se presenta a la psique como presentación de ella misma"8 .Bajo la primacía del "postulado de autoengendramiento" quedará configurado lo que se dio en nombrar como zona-objeto, en donde no existe aún diferenciación entre el cuerpo y el objeto, lo representante y lo representado, el órgano y la percepción.
El proceso primario se atiene a la modalidad de representación fantaseada. Aquí "se produce una separación de los elementos que el pictograma presentaba como indisociables"9. La psique reconoce la presencia de otro cuerpo, de un espacio separado, y sin embargo pretende someter este espacio exterior al postulado del poder omnímodo del deseo. Hay aquí ya un primer reconocimiento de la presencia- ausencia del Otro, procesado a nivel de "imagen de cosa" (representación cosa).
Se arriba al proceso secundario cuando es posible dar lugar a la representación de la "diferencia que existe entre el deseo de la madre y el del infans". Lo propio de este proceso es la producción ideica por la instancia psíquica yoica. "La representación de una idea exige que la psique haya adquirido la posibilidad de unir, a la representación de cosa, la representación de palabra que ella debe a la percepción acústica, una vez que esta última pudo convertirse en percepción de una significación: la voz del Otro es la fuente emisora de tal significación"10.
Este camino por los distintos procesamientos del aparato psíquico sólo es posible cuando hay un adulto que relata al niño la verdad de su origen. Así, las representaciones más originarias se abren paso, mediante sucesivas transcripciones, a la construcción, por parte del sujeto, de su historia singular.
Cuando la biografía del sujeto está profundamente marcada por el dolor, el silencio se impone por sobre la tarea de hacer historia.
"El niño, durante un lapso de su vida infantil, necesitará conocer por vía del discurso del portavoz acerca de esa historia que lo precedió y de ese chiquito que era él. Pero ¿qué pasará entonces si el adulto no da respuesta? ¿qué ocurrirá con semejante desposesión al inicio de su historia?"11.
La reconstrucción de estos orígenes silenciados sólo puede llevarse a cabo por medio de la palabra de aquellos que tienen retazos de la historia para aportar.
Un barrio con historia
El barrio Santa Rosa, situado en la zona noroeste de la ciudad de Rosario, posee una historia singular. Se forma a partir de la erradicación de las viviendas ubicadas a orillas del río Ludueña. Esto se produce alrededor de 10 años atrás, cuando la Municipalidad le otorga la posesión de esos terrenos -valorizados a partir de la construcción del aliviador en el río que evita las inundaciones- a una empresa constructora.
A través de entrevistas a personas del barrio, descubrimos que este hecho constituye un núcleo traumático que no ha sido elaborado: "Cuando llega Aldea (empresa constructora) fue terrible, vinieron con la topadora y le daban a cada persona, y tenemos copia del acta, que le daban $50, y que firmaban un compromiso de no instalarse de Wilde hacia el Oeste, y lo hacían recuerdo yo, casi a la fuerza, porque tenían la topadora allí, esperando para derrumbar todo lo que se había hecho..."12
Otra parte de la población del barrio se compone de personas de diferentes provincias - Chaco, Corrientes- que han llegado a Rosario en busca de mejores condiciones de vida.
Historias personales intensamente marcadas por el sufrimiento comienzan a desplegarse en los distintos dispositivos: espacio de plástica, taller de oralidad y cuentos con niños y taller de padres. A partir de ellos es posible recuperar historias singulares entrelazadas en aquel pasado doloroso, darle lugar a la emergencia de lo sufriente para que pueda ser elaborado. Como dice Maud Mannoni, "superar el trauma en una producción que puede poseer valor artístico supone re-crear la experiencia inicial del desamparo"13. En una ocasión, el cuento de la planta de algodón se transforma en catalizador de recuerdos comunes a varios participantes: aquellos que remiten a una infancia en el Chaco, en tiempos de la cosecha del algodón, donde los niños más pequeños, con sus manos quemadas con kerosén para evitar el daño de las espinas, son enviados a recogerlo.
El tema del traslado aparece en otra oportunidad: la propuesta de construir el barrio con cajas y material descartable dispara en los niños a la producción fantaseada e ideica. Así, fabrican casas-mansiones que representan "el otro lado del río", el ideal inalcanzable que señala el nivel de consumo en las clases acomodadas, y también casas modestas, la escuela, el dispensario. El despliegue plástico y verbal da lugar a la elaboración de un pasado que ha sido apenas reconocido. Como lo señala M. Mannoni, este despliegue tiene función elaborativa de por sí, de modo tal no es necesario que "el adulto se ponga inmediatamente a darles sentido". "Debemos cuidarnos de querer hacer a cualquier precio sentido con sinsentido, persiguiendo prematuramente la reconstrucción de los hechos".
En los talleres también se actualizan, en boca de niños y adultos, problemáticas cotidianas: la violencia, el alcoholismo, la delincuencia, las drogas, y el miedo que produce todo esto, obturando la posibilidad de bosquejar un proyecto en común.
El gobierno evade por completo su responsabilidad frente a las carencias del barrio o muestra su interés solamente en etapas previas a elecciones. En esos momentos, el acercamiento es a nivel de un asistencialismo tendiente a conseguir el voto. Vemos cómo desde la oficialidad se promueve un pueblo despolitizado, descomprometido en los procesos colectivos, ocupado meramente de su supervivencia. Así, se percibe la sensación de estar instalados en un eterno presente: el pasado no cuenta, y el futuro no ofrece apertura alguna. Desbloquear esta cristalización es uno de los objetivos del proyecto.
Por una recuperación de la memoria histórica
Para que una sociedad pueda autoorganizarse debe hacer frente a su pasado, elaborar los nudos traumáticos que la dejan instalada en la repetición de lo mismo, reconstituir una trama de solidaridad para con los sujetos más afectados.
La puesta en marcha de estos procesos, pendiente aún en nuestro país, es fundamental si se pretende plantear la recuperación del proyecto de autonomía.
La represión y el olvido de sus marcas, propugnados institucionalmente, han acentuado el individualismo, la falta de gestión colectiva de los problemas sociales.
Sin embargo, es fácil constatar el fracaso de las políticas y leyes de imposición del olvido forzozo en su intento de ahorrarse el trabajo del recuerdo y la elaboración.
Puesto que la identidad singular y colectiva son resultantes de procesos histórico- sociales,
la negación, como mecanismo de defensa ante aquello doloroso que pugna por irrumpir en la conciencia, posee una eficacia momentánea. La enunciación de los sucesos del pasado se hace indispensable, pero un pueblo que posee tradición en el olvido y la negación, no puede realizar espontáneamente este difícil trabajo de elaboración de lo traumático. Hacen falta dispositivos especiales, donde los procesos de representación puedan ponerse en marcha hasta llegar a lo nodal. El diseño de estos espacios le da sentido al trabajo del investigador en ciencias sociales que asume un posicionamiento no neutral y se reconoce como parte de la realidad que investiga.
En esta línea, una ética comprometida con los derechos humanos no es aquella que reflexiona en negativo, proponiendo la evitación del mal o basándose en la tradición del derecho natural. Como lo propone Badiou, la categoría de sujeto humano universal ha de relevarse por la idea de un hombre cuya aspiración a la inmortalidad lo aleja de su subestructura animal. Así, la asimilación del humano en términos de víctima sufriente a la cual por un sentimiento piadoso se inclinaría a proteger, debe dar lugar a la noción de una subjetivación que se afirma en la "identidad del Hombre como inmortal, en el instante en que afirma lo que es a contrapelo del querer-ser-un-animal al que la circunstancia lo impone"14. De este modo, "si existen los derechos del hombre, estos no son seguramente los derechos de la vida contra la muerte, o los derechos de la supervivencia contra la miseria. Son los derechos del Inmortal afirmándose por si mismos, o los derechos del Infinito, ejerciendo su soberanía sobre la contingencia del sufrimiento y de la muerte"15.
Notas
(1) Trabajo presentado en las Jornadas sobre Arte, Cuerpo y Derechos humanos , Facultad de Humanidades y Artes, U.N.R., Octubre de 1999, en relación al eje: "Transformacion del dolor en belleza".
3 Michel Foucault, "¿Qué es la ilustración?"- En "Saber y verdad" Ed. De la Piqueta. Madrid, 1985.
4 Castoriadis,C. "El avance de la insignificancia". Eudeba, 1997
5 Punta de Rodulfo, M. "La lucha de mujeres argentinas contra el terrorismo de estado y los niños desaparecidos" - Artículo inédito, año 1998.
6 Enríquez, M. "La envoltura de la memoria y sus huecos". Del libro: "Las envolturas psíquicas" Ed. Amorrortu, 1990.
7 Sigmund Freud , "El "block maravilloso"- Tomo II, O.C. Trad. López Ballesteros.
8 Aulagnier, P. "La violencia de la interpretación- Del Pictograma al enunciado"- Ed. Amorrortu -B.As.- 1993-
9 Aulagnier, P. Op Cit.
10 Aulagnier, P. Op.Cit-
11 Punta de Rodulfo, M. Op.Cit.
12 Palabras de un directivo de la Escuela del barrio.
13 Maud Mannoni-"Trauma y creación"- En "Amor, odio, separación. Reencontrarse con la lengua perdida de la infancia"- ed. Nueva Visión, Bs.As. 1994.
14 Alain Badiou, "La ética. Ensayo sobre la conciencia del mal"- En "Batallas éticas", Abraham. Badiou, Rorty- Ed.Nueva Visión, Bs.As. 1997.
15 A. Badiou, Op.cit.
BIBLIOGRAFÍA
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Assoun, P.L.- "Introducción a la metapsicología freudiana"- ed. Paidós, Bs.As. 1994.
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Castoriadis,C. "El avance de la insignificancia". Eudeba, 1997.
Derrida, J.- "De la Gramatología"- Ed. Siglo XXI . Bs.As., 1971-
Derrida, J.- "La escritura y la diferencia- Ed. Anthropos, Barcelona,1989-
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Punta de Rodulfo, M. "La lucha de mujeres argentinas contra el terrorismo de estado y los niños desaparecidos" - Artículo inédito, año 1998.
Rodulfo, R. -Conferencia "Virtualidad y singularidad"-En Búsquedas, Rosario, 1998-
Verón, E. "La semiosis social- Fragmentos de una teoría de la discursividad"- Ed. Gedisa, Barcelona, 1998-