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Crímenes, castigos y sociedad
En este trabajo intentaré seguir determinada línea acorde con los conocimientos adquiridos durante el curso de Psicología Forense, tratando de llegar un poco más lejos en el aprendizaje y enriquecimiento que siempre se genera en este tipo de instancias. El tema está profundamente relacionado y atravesado por las relaciones entre la Psicología, la Psicología Forense y la sociedad. Para realizar la introducción me voy a apoyar principalmente en M. Foucault, que como se sabe es un estudioso de la/s historia/s o procesos que dieron lugar al surgimiento y posterior evolución del Derecho Penal, de la Medicina y Psiquiatría. Sus genealogías en este sentido son de gran ayuda para contextualizar este trabajo, aportando una visión interesante del tema. Foucault además fue uno de los fundadores del "Grupo de información sobre las Prisiones", ayudando a darle voz a los presos.
Según Foucault habría dos historias de la verdad: una es una especie de historia interna de la verdad, la que se hace a partir de la historia de las ciencias; la otra una historia externa, exterior a la verdad, en donde también se definen un cierto número de reglas de juego de subjetividad, dominios de objeto, tipos de saber: las prácticas judiciales. Estas son formas utilizadas por el Hombre para definir tipos de subjetividad y formas de saber.
Lo que Foucault nos dice es que las formas jurídicas y su evolución en el campo del derecho penal dan origen a un número de formas de verdad.
En el S.XIX se inventó a partir de problemas jurídicos, judiciales y penales, una forma de análisis que Foucault llama "examen" (recordemos que la indagación era una de las formas favoritas utilizadas anteriormente, por ej. por la Inquisición, o antes aún, por los Griegos). Estas formas de examen dieron lugar a la Sociología, a la Psicología, la Psicopatología, la Criminología, etc. Se ve que éstas nacieron en conexión directa con la formación de un cierto número de controles políticos y sociales.
Entre los siglos XVIII y XIX se puede establecer el surgimiento de un nuevo tipo de organización de la Sociedad, la sociedad "Disciplinaria". Esta puede ser caracterizada (según Foucault) por la reforma y organización del sistema judicial y penal en Europa y el Mundo, presentando particularidades según el país, pero a nivel general las transformaciones se pueden resumir así:
Se separa el crimen o la infracción y se lo desvincula de la falta moral o religiosa. La falta es cometer un pecado (penado por la religión); la infracción penal o crimen es penada por la ley y formulada por el órgano Legislativo del poder político.
Una ley penal debe representar lo que es útil para la sociedad, definir como reprimible lo que es malo para la sociedad; de esta forma se determina negativamente lo que es útil.
El crimen ya no es más algo relacionado con el pecado o con la falta, es algo que damnifica a la sociedad, es un daño social, una perturbación. El criminal es aquel que perturba a la sociedad, que la damnifica. Tomando en cuenta que la ley penal debe permitir sólo la reparación de la perturbación causada a la sociedad y no una venganza o la redención de un pecado, la ley debe ser hecha de tal forma que el daño causado por el individuo a la sociedad sea pagado.
De esta última idea se extraen varios tipos de castigo:
El castigo expresado en la afirmación (para Bentham Beccaria) "tú has roto el pacto social".
La exclusión: se publica la falta, se muestra a la persona públicamente, suscitando en la gente una reacción adversa.
La tercer pena es la reparación del daño social, el trabajo forzado, que obliga al individuo a realizar una actividad útil para el Estado para compensar el daño.
La cuarta pena consiste en que el daño no pueda volver a ser realizado; o sea la ley del Talión.
Estos castigos fueron planificados por numerosos teóricos importantes como Bentham y Beccaria, pero posteriormente el sistema penal adquirió otros rumbos.
Esas formas de castigo fueron sustituidas por una forma de castigo muy común en nuestros días, me refiero al encarcelamiento, la prisión. En los proyectos teóricos de la reforma del S.XVIII no estaba pensado este sistema de castigo, pero a pesar de ello se generalizaría muy rápidamente, teniendo un acompañamiento de la legislación. Ya no importará lo que es útil para la sociedad, sino que se ajustará al individuo. Para asegurar este control de los individuos es que la institución penal ya no quedará sólo en manos de un poder autónomo, el Poder judicial. O sea que el control se descentralizará en una serie de institucionales laterales, tales como la Policía y una red de vigilancia y corrección. Es así que la Policía cumple funciones de vigilancia y las instituciones psicológicas, psiquiátricas, etc. de corrección. Se desarrollan así en torno a la institución Judicial una serie de instituciones que permiten el control de los individuos al nivel de su peligrosidad. Foucault llama Disciplinaria a esta sociedad que surge sustituyendo a la Penal.
De esta manera llegamos al concepto de Panoptismo. Esta es una forma de saber que se apoya en el examen (no en la indagación como antes). El panóptico (idea de Bentham) era una construcción en forma de anillo y en el medio había un patio con una torre. El anillo estaba dividido en celdas que daban al interior y exterior. En la torre central había un vigilante, que visualizaba toda la celda con su mirada, quedando el individuo que se encontraba en la celda totalmente expuesto y visible. Esta construcción podía ser utilizada por distintas instituciones, como la escuela, la prisión, el manicomio, etc. En el Panóptico lo que se buscaba era la vigilancia continua y sin interrupción sobre los individuos, ejercida por alguien que tuviera poder sobre ellos (maestro de escuela, psiquiatra, etc.), constituyendo también un saber acerca de aquellos a los que vigila, que apunta a determinar si el individuo se comporta como debe, si cumple con las reglas, etc.
El panoptismo, como un rasgo de nuestra sociedad, tiene tres aspectos que son: la vigilancia, el control y la corrección, constituyendo una dimensión característica de las relaciones de poder que existen en nuestra sociedad.
En nuestra época las instituciones anteriormente mencionadas (prisión, psiquiátrico) ya no tienen la función de excluir, sino de fijar a los individuos. Pero la exclusión no ha desaparecido, sino que actúa a niveles más implícitos. Cualquiera que recorra un psiquiátrico (tuve esa experiencia) o una cárcel, se puede dar cuenta de esto.
Entonces se puede ver cómo se forma un saber extraído de los individuos mismos a partir de su propio comportamiento.
También se forma otro saber a partir de la observación y clasificación de los individuos, un saber clínico, el de la psiquiatría, la psicología, la criminología, etc. Por lo tanto, los individuos sobre los que se ejerce el poder pueden ser el lugar en donde se extrae el saber que ellos mismos forman. Esto debería encaminarse hacia fines terapéuticos, devolviendo este conocimiento de tal forma que sea útil a quienes lo necesitan y son partícipes activos en su construcción.
Ley, peligrosidad y locura
Veamos como se relacionan: dice Loudet "sujeto en estado peligroso, es aquel que por condiciones psíquicas que constituyen o no entidades nosológicas o simples desequilibrios permanentes o transitorios, por hábitos adquiridos o impuestos en la vida colectiva o por otras causas simples o combinadas, se encuentra en la posibilidad temporaria o permanente de tener reacciones antisociales".1
Si bien esta definición sobre peligrosidad es muy completa no se refiere a ningún hecho delictivo, sino a reacciones antisociales. De ella se desprende que para ser un sujeto peligroso para la sociedad no tiene porque haber infringido la ley previamente, sino que éste puede ser un estado anterior y permanecer latente. Significa que el delito (ya sea por desequilibrios psíquicos o no) es definido en su estado anterior (antes de que suceda), definiendo al que podría llegar a ser "peligroso" antes de que lo lleve a cabo. Ferry propone dos denominaciones: "Peligrosos sociales" (son potencialmente peligrosos pero no han delinquido) y los "peligrosos criminales"(que sí han cometido un delito).2
La psiquiatría trata el tema desde otro ángulo, considerando a los "potencialmente peligrosos" dentro de una categoría, los trastornos de personalidad, y dentro de ésta los trastornos de personalidad antisocial. Estos se caracterizan por actos impulsivos, agresivos, antisociales, egosintónicos, con tendencia a la repetición. Son también llamados Sociópatas o Psicópatas por su tendencia a infringir las normas sociales. Habría dos tipos de psicopáticos, los que llaman "marginados" (generalmente salen en las crónicas policiales) y los Psicopáticos "integrados" que cuentan con recursos más sofisticados para llevar adelante sus fines.
¿Qué similitudes o diferencias tienen el delincuente y el psicópata?. Para empezar hay que decir que no todos los delincuentes son psicopáticos, ni todos los psicopáticos son delincuentes. No es quien quiere sino quien puede. Creo que esto se puede aplicar tanto para el psicopático como para el delincuente (que como veremos tienen muchos puntos de encuentro).
El delito y la enfermedad pueden ser formas de alienación en su sentido etimológico, pudiendo ser permanentes o circunstanciales, por motivaciones personales, ambientales y vinculadas a una determinada estructura del sujeto, en donde intervienen factores bio-psico-sociales entre otros.
Cuando el delito es circunstancial y al mismo tiempo inexplicable tanto por su modalidad como por su realización y ejecución se podría estar en presencia de lo que nos habla Lacan en el Seminario "El Acto Analítico" (1967inedito): "El sujeto por así decirlo, se precipita desde allí donde está, desde el lugar de la escena donde solo puede mantenerse en su estatuto de sujeto como sujeto fundamentalmente historizado y báscula esencialmente fuera de la escena: tal es la estructura del pasaje al acto"
El delincuente como vimos se conforma como un agresor del medio en que vive a partir del s. XVIII en adelante. El sentido que adquiere este vínculo (con el medio y con todo) tiene características particulares según el tipo de individuo, y en función de las condicionantes anteriormente mencionadas. Es aquí donde tienen que tener participación activa la Psicología, la Psiquiatría y la Criminología. Como vimos ya desde un inicio tienen relación entre sí y con los nuevos paradigmas de las leyes penales.
La línea que separa la locura de la peligrosidad, del delito es muy fina, flexible y borrosa aunque de alguna forma se tiene que estipular un límite para no caer en "vacíos" legales (que de hecho los hay con respecto al tema) y que se genere una intromisión de las ciencias psicológicas con las legales. Es por esto que la Psiquiatría, la Psicología y la Criminología trabajan en conjunto y en colaboración (entre otras cosas) para evitar este tipo de incidentes.
Reincidencia: ¿inconsciente delictivo?
Cuando la Psiquiatría o la Psicología intervienen a pedido de la Criminología (Juez) lo hacen básicamente para determinar las características psicológicas de aquel que delinquió y está siendo juzgado por un delito. Se le realizan peritajes Psiquiátricos y Psicológicos con los fines de saber si el sujeto acusado es imputable; para saber si puede ser juzgado como responsable de sus actos. Una dificultad en el campo psiquiátrico y psicológico para resolver el problema de la peligrosidad es el hecho del delito. Este es por demás un tema complejo, porque en general se trabaja después que se cometió el delito, estableciendo la peligrosidad a posteriori, pero ¿cuáles son los criterios para medir el grado de peligrosidad sin que haya delito?; ¿hay alguna forma de detectar a quien fuera a delinquir antes que lo lleve a cabo?. Las estadísticas indican (basta con fijarse en las entradas a la cárcel) que el que delinque una vez generalmente reincide, debido a una conjunción de factores estructurales individuales, ambientales, etc.
Hay que tener en cuenta que el delito no es el único factor para establecer un criterio de peligrosidad, en cuanto a potencial y pronóstico, porque sino ¿cómo podríamos anticiparnos a aquel que nunca delinquió, pero que por sus características se puede presumir que pueda caer en esta falta legal, como por ej. un psicopático?.
La historia tiene mucho que ver para condicionar los parámetros con que se miden estos criterios; no es lo mismo las repercusiones de un crimen de similares características ocurrido en el S.XVIII que en la actualidad, además que los crímenes han ido evolucionado (aparentemente) hacia formas (si atendemos al sensacionalismo de los medios) cada vez más brutales.
Retomando el tema de la peligrosidad y la probabilidad de reincidir del delincuente, podemos ver y analizar este hecho también desde la Psicología y más precisamente desde Lacan. Análisis situado desde una concepción en la que se considera al sujeto en tanto hablante, engendrado en una estructura de lenguaje, o sea, sostenido por un discurso.
Lacan nos habla de una insistencia significante para la repetición, relacionándolo con la noción de rememoración, Vallejo la define como "recuperar un elemento que estaba perdido en el encadenamiento de la historia simbólica del sujeto". 3 Esta idea nos conduce a ver la diferencia en que debe ser pensada, y no solo como mera reproducción de conductas, retorno de necesidades, que nos ayuda a pensar un poco mas la delincuencia y la reincidencia. Freud en 1914 nos decía que el analizante actúa lo reprimido, lo olvidado, en lugar de recordarlo, en el sentido de la rememoración 4 Se puede decir según esto, que lo que no puede ser rememorado se repite en las conductas. ¿Se puede ver en el delincuente reincidente?. ¿En que medida se podría aplicar al reincidente para determinar el grado de determinismo psicológico en sus conductas?.
Hay que tener en cuenta que el contexto que engendró esto fue la clínica, lo que hace difícil su aplicación en el campo de la acción criminal. Pero la realidad del psiquismo es indiscutible, así como su funcionamiento, lo que hace creíble y posible poder emplear estos conceptos en un ámbito tan dispar (con respecto a la clínica) como es el de la criminología. En la clínica la resistencia juega a favor de la repetición, y lo que insiste no es lo que resiste, sino el inconsciente, en tanto estructura significante, que está estructurado como un lenguaje.
La repetición opera como "temporalidad historizante de la experiencia de la transferencia".5
Si rememorar es tan importante para la cura y viene de la mano de la repetición, trasladándolo a la criminología, ¿no podría ser un elemento a tener en cuenta para la curación del reincidente? ¿se podría encausar este deseo?
Claro que también juega el deseo del Psicólogo, implicado en la escucha, en la pregunta y en la interpretación y de alguna forma el deseo del analista condiciona la posición del analizante en relación con su discurso. Dice Lacan en el Seminario "La apertura de la sección clínica": "la clínica psicoanalítica debe consistir no sólo en interrogar al análisis sino en interrogar a los analistas de modo que estos hagan saber lo que su práctica tiene de azarosa y que justifique a Freud el haber existido" . Creo que son elementos a tener en cuenta por el Psicólogo tratante del delincuente, ya sea en la cárcel o afuera para junto a otros técnicos de la salud favorecer una recuperación.
El padre y el amo
En relación al vínculo paciente-psicólogo (que se puede dar en la cárcel) se puede trabajar desde el seminario de Lacan del año 1969-70 sobre el "Envés del Psicoanálisis", en donde trata dar cuenta de cuatro discursos. Va a interesar fundamentalmente el discurso del Amo.
S1 lo define como el significante fálico: Nombre del Padre, es el que inicia una cadena de significantes. La S tachada es el sujeto significante del saber que concierne a un sujeto, y que esta dividido por la palabra. La a minúscula representa el objeto parcial (según la terminología Freudiana) que causa el deseo. Los lugares serian el Agente que hace actuar, debajo ubica la Verdad, a su derecha ubica al Otro y por debajo pone la producción.
DISCURSO DEL AMO
S1 S2 $ a LOS LUGARES SEGÚN EL GRAFO SON:
Agente Otro Verdad Producción Es un discurso que como Agente está representado el significante primero que funda la batería de significantes que instaura al sujeto y que está dirigido a un saber. Lo característico es la escisión propia de ese sujeto, ya que la línea separa lo manifiesto de lo latente. Como producción Lacan ubica la causa del deseo. Por el contrario como oposición ubica el discurso del Analista, actuando éste como Agente y causa de un deseo apuntando al sujeto, que en el curso del análisis va a producir un saber, que está referido a su saber.
El punto de partida es el imaginario, pasando luego a desarrollarse en el plano simbólico. En su curso sobre "Las psicosis", se va perfilando en ese orden un nombre: el del Padre ..."hace falta una ley, una cadena , un orden simbólico, la intervención del orden de la palabra, es decir del padre". Habría una primacía del padre sobre el amo, en tanto representante del orden de la palabra, del orden simbólico.
Lacan en el "Envés del Psicoanálisis", hace referencias a la situación política de su medio, e intenta responder interrogantes centrales para el sujeto actual, a la luz de las determinaciones del capital, de las formas de la ciencia y el saber. Se interroga sobre la esencia de la libertad del hombre (releyendo a Freud ), nos habla de cómo se mantiene un discurso de amo, de la situación del goce y el estatuto de la verdad y el saber en nuestra sociedad contemporánea, pasando por cuál es el límite para el amo moderno.
¿Qué sería el amo?, ¿Un nombre de discurso? ¿qué es un discurso? "una estructura que excede a la palabra", pudiendo existir el discurso sin la palabra. Lacan ubica en su esquema del discurso del Amo al saber (S2). Salvando las diferencias epistemologías, hay que tener en cuenta que M. Foucault también ubica al saber en el lugar de poder. De alguna forma a él también le interesa el lugar del Amo y el del esclavo, pensando que sí se puede cambiar ese lugar, pese a que históricamente no hay muchos indicios de que eso suceda (como podría pensar Hegel). Lacan y Foucault tal vez pudieran estar de acuerdo en una cosa: en interrogarse acerca del saber en un mundo transformado vertiginosamente por la ciencia, particularmente en los últimos 25 años.
En el esquema poder-saber, es interesante interrogarse por la verdad. Para Lacan entre la producción y la verdad no hay relación ni comunicación, porque por más que se produzcan y se creen necesidades, estas no tendrán relación con el sujeto en posición de verdad. Se puede ver que nada separa al goce, se configura una circularidad sin fin: el circuito del consumo.
Es común a lo largo de la historia que se identifique el padre con el amo, incluso en la terapia el analista juega el doble rol Padre-Amo. Aunque para Lacan el padre podrá ser el esclavo, con la condición que esté sostenido en el valor simbólico del trabajo, que aunque lo aliena, también le otorga la consistencia imaginaria del ser padre. Pero existe otra razón concerniente con la propia estructuración subjetiva que tiende a emparentar el padre con el amo, que tiende a confundir uno y otro, esto es por una operación neurótica.
En relación al vínculo psicólogo-delincuente y delincuente-carcelero y, en definitiva, institución penal y judicial, ¿cómo se podría ver, siguiendo los razonamientos anteriores, la relación amo-padre?. El ser amo, implica ocupar el lugar del saber, el del discurso, el de la verdad del saber. Pero para que exista el amo tiene que haber un esclavo, ¿quién sería el esclavo en este caso?; podría ser el delincuente, pero él también sabe, él tiene el conocimiento mas valioso para su liberación, el del Inconsciente. El problema es que este es un conocimiento que no tiene fácil acceso. Para develar los misterios de la criminalidad y en particular del criminal (aquel que comete crímenes) es indispensable trabajar con el material latente que está en ese discurso. Claro que atendiendo a los factores individuales, sociales, familiares, y su interrelación para que esto tenga sentido.
Cuando escuchamos por los medios de difusión de información las siguientes palabras: "peligroso criminal ........" ¿qué sentimos?, ¿temor de que nos pase a nosotros?; nos preguntamos ¿por qué lo haría?, ¿cuáles fueron las razones?. En general es un ¿por qué? lo primero que nos viene a la mente. En algunos casos se podría justificar por la privación que sufre el delincuente (ambientes socioeconómicos muy carenciados), pero en otros no. En algunos casos (o en todos) hay que indagar mas allá de lo obvio, para descubrir los motivos que hacen que una persona cometa delitos y sea peligroso. Para esto el Psicólogo debe estar en contacto directo con el delincuente, no solo con el que por sus características personales comete crímenes que desafían nuestro poder de comprensión, sino también aquel que comete actos más simples, pero no menos descartables para querer entenderlo y ayudarlo.
La historia actual está atravesando un período en el cual el grado de violencia de los crímenes (y la frecuencia de estos) va en aumento. Las formas en que se presentan se van transformando y complejizando al ritmo de la complejización mundial; de alguna forma van evolucionando junto al ritmo de vida de la humanidad. Hace veinte años nadie se hubiera imaginado los "piratas virtuales", los "hackers" de Internet, y sin embargo están de moda actualmente. Es lógico que así sea, ya que quienes cometen crímenes están dentro de nuestra sociedad, crecen, se educan y viven dentro de nuestra sociedad.
Si los criminales van evolucionado en sus formas de delinquir acompasando los tiempos actuales y desarrollan estas formas dentro de nuestra sociedad, ¿qué hay de enfermo en la sociedad para que esto suceda?, ¿de que forma condiciona la sociedad (con sus leyes, con el consumismo, con la miseria, con la violencia, etc.) contribuyendo a la formación de criminales?, ¿qué hay en nuestra sociedad tan peligroso que enferma?. Son preguntas que dejo planteadas para que cada uno considere, de acuerdo a su grado de implicancia al respecto.
Notas
1 Loudet,O.: Los índices Médico-Psicológicos y legales de la peligrosidad, Revista Uruguaya de Psicología, Nº 2. Montevideo. 1977.
2 Ferry, E.: Principios de Derecho criminal.
3 Vallejo, A.: "Vocabulario Lacaniano", pag 112. Helguera Editores. Argentina. 1980.
4 Freud, S.: "Recordar, repetir y reelaborar", pag 152. Tomo XII. Amorrortu Editores. 1978.
5 Lacan, J.: "Función y campos de la palabra", pag. 165. Escritos I. Editorial S XXI. México . 1976
Bibliografía
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Lacan,J.: "La instancia de la letra", en lectura estructuralista de Freud. Escritos I. Ed. S XXI. México. 1971.
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