Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Reportaje a Gustavo Etkin
Realizado por G. Herreros

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Gerardo Herreros: Porque venis al Lacanoamericano?

Gustavo Etkin: Porque es un lugar para escuchar hablar a otros en su nombre de su práctica psicoanalítica, de su clínica, escuchar las preguntas y propuestas que se puedan hacer, y también de hacerme escuchar yo mismo, y me hagan preguntas sobre mi trabajo, y tener nuevas ideas, como el trabajo que escuché de vos, por ejemplo.

Gerardo Herreros: Cuanto hace que participas de las reuniones lacanoamericanas

Gustavo Etkin: Participo desde la primera, la de Punta del Este. Además la Reunión Lacanoamericana tiene una característica diferente a todas, y que para mí es muy interesante: las lecturas no son en nombre de ninguna institución, sino exclusivamente en nombre propio y leidas por el autor. Se valora la enunciación, el nombre del que dice en tanto diga, el decir de cada uno. Y no es una institución internacional con una dirección permanente. Se disuelve cada vez, y se vuelve a convocar. Es solamente un campo de escucha y de habla, y es lo que más se prioriza: la escucha y el habla de cada uno. No hay jerarquías previamente establecidas.

Gerardo Herreros: Recuerdo que estuviste en la organización de la Reunión en Bahía. Has notado diferencias a lo largo de estos años, en relación a las reuniones?

Gustavo Etkin: La cantidad de gente varía, por múltiples factores contingentes. Pero me da la impresión que cada vez hay mas trabajos clínicos, sobre clínica, sobre experiencia clínica, sobre problemas de la práctica clínica, cada vez más. Y de buen nivel. No son trabajos de principiantes. Es de analistas con experiencia que muestran las modalidades de su práctica. Y en segundo lugar, una cosa que estoy notando es que cada vez se habla menos en lacanés. A veces es necesario hablar en lacanés, usar términos teóricos, categorías específicas del campo semántico propio que es la práctica del psicoanálisis. A veces no se puede evitar. Pero cuando se puede evitar, es bueno tratar de no hacerlo. En una parte del libro de psicoanálisis que estoy tratando de publicar ahora en Argentina, digo "dime como escribes y te diré como escuchas".

Gerardo Herreros: Hoy decías que la cantidad de gente era una cuestión contingente. Sin embargo he escuchado comentarios del tipo el aumento de las reuniones de Convergencia, por ejemplo el congreso de febrero de este año, quizás por multiplicidad de eventos, mas la situación económica, hizo que la cantidad de gente a la Reunión Lacanoamericana bajara.

Gustavo Etkin: No creo que lo de Convergencia haya afectado el Lacano. Asi que no creo que eso interfiera con el Lacano. Convergencia es algo muy diferente, no tiene nada que ver.

Creo mas bien que son contingencias de tipo económico, la cuestión del dólar, por ejemplo, que subió y alteró proyectos y planes de mucha gente, incluso aquí de Brasil podría haber venido mucho mas gente.

Pero lo importante es que con mayor o menor gente, hay siempre muchos trabajos, trabajos interesantes. Y como te dije, noto un acento cada vez mayor hacia la clinica.

Gerardo Herreros: Cada vía voy enviando una crónica del desarrollo del lacano para PsicoMundo, y ayer lo que comentaba era justamente, como característica de esta reunión, era una preeminencia de lo clínico. Realmente muchos trabajos clínicos.

Pero volviendo a ti, contame un poco tu historia en el psicoanálisis.

Gustavo Etkin: Yo vengo del campo de la psicología. Me recibí de psicólogo en la Universidad de Buenos Aires, y ahí lo conocí a Oscar Masotta. Tuve una relación casi personal, de amigo, con él. Formé parte de los primeros grupos que comenzaron a estudiar con Masotta. Había dos o tres grupos mas.

Con Oscar Masotta conocí a Lacan, la vuelta a Freud. Estaba en un grupo en el que estaban también Carlos Sastre, Paula Wajsman, Eduardo Chernesky, Oscar Zentner, Ansemo Benasi, y otra gente que no recuerdo ahora.

Para mí fue un corte importante con la psicología, con Bleger, con Pichon, que hasta ese momento eran dioses para nosotros, que juntaban, a través de Lagache, la psicología concreta de Politzer, el psicoanálisis con el marxismo.

Y fue un corte muy grande que fuimos haciendo cada uno por diferentes caminos con esa ilusión del freudo marxismo, y redescubrimos Freud a través de Lacan

Después pase a tener grupos de estudio en Buenos Aires. Después conocí gente en Bahía, a partir de unas vacaciones. Conocí a Julio Amaral, que había fundado el Centro de Estudios Freudianos en Bahía, y fue el que tuvo el proyecto de traer Lacan a Bahía. Yo vine a trabajar en eso con él. Y por esas contingencias de la vida, murió en un accidente de ómnibus, un mes o dos antes de que yo llegara a Salvador. Vine igual, seguí trabajando, dí cursos en la Universidad de Bahía, grupos de estudio, y así continué con el proyecto de Julio Amaral de hacer conocer a Lacan en Bahia.

Gerardo Herreros: Vinculado con la Universidad?

Gustavo Etkin: Di varios cursos de extensión en la universidad. Entre otros, dos en el Instituto de Letras. Uno de ellos, en el año 86, se llamaba "El psicoanálisis y las letras". Paralelamente a eso fundé el Grupo Vel, un grupo de estudio de psicoanálisis, que se transformó en Escola Lacaniana da Bahía, que es una de las instituciones convocantes de la Reunión Lacanoamericana.

Nuestro objetivo era traer el psicoanálisis, o sea Freud y Lacan, a Bahia.

Gerardo Herreros: No había ninguna institución lacaniana en ese momento?

Gustavo Etkin: No, cuando yo llegué no. Por eso nuestro proyecto, con Julio, era traer Lacan y Freud a Bahia.

Gerardo Herreros: Porque te viniste a Bahia?

Gustavo Etkin: Se juntaron una serie de cosas: la vida en Buenos Aires en el año 78, que es cuando vine como turista la primera vez: me deslumbró Bahía. Yo juntaba las fiestas y el carnaval de Bahía con un libro de Bataille que se llama "El Erotismo". Para mí aqui era la vida; y en Buenos Aires la muerte, o la posibilidad de la muerte. Yo tenía un paciente que estaba amenazado de muerte por las tres A. Y tuve otra gente en casa. Por lo tanto tenía algunas preocupaciones al respecto.

Entonces, aquí, de pronto era la vida, poder crear una institución psicoanalítica, escribir, sol, mar.

Me convidaron, entonces, a trabajar en el Centro de Estudios Freudianos de Salvador, que fundó Julio Amaral. Julio murió, y cuando llegué vi que Julio era muy optimista. La gente esa recién comenzaba. Yo no acepté que fuera tan apresuradamente llamada una institución. Así que me quedé solo trabajando. El tiempo pasó. Y después vino gente a estudiar conmigo, hice grupos de estudio, tuve pacientes, la universidad. Y ahora estoy haciendo, en el Instituto de Letras de la universidad, el doctorado en letras. Ya terminé todos los créditos (las materias previas) y pronto voy a tener que hacer la defensa de la tesis, que trata sobre psicoanálisis y lingüística a través de una palabra, la palabra "puta", y se llama "De la designación al insulto: una palabra y el psicoanálisis", donde trabajo el cambio semántico, porqué se produce, porqué una palabra es un insulto, su etimología, porqué una mujer se siente insultada (a veces) y se ofende cuando la llaman de "puta", etc. Hace tiempo vengo trabajando en ese tema.

Por ejemplo, cuando presenté un trabajo en Caracas, donde estuvo Lacan, el trabajo se llamaba "La Mujer Ofendida", ya tenía la idea de hacer un libro sobre eso. Después el libro se transformó en una tesis. Y aquél trabajo pasó a ser un capitulo de la tesis, un poco retrabajado, porque del año 80 a ahora pasó algun tiempo.

Gerardo Herreros: Y como surge lo de la mujer ofendida? De donde viene tu idea o preocupación?

Gustavo Etkin: Tiene que ver con la sexualidad femenina. Eso que dice Freud que la sexualidad femenina es un enigma, y en uno de los trabajos del 32 o 33, dice que los psicoanalistas podrán buscar descubrir ese enigma a través de su vida personal. Parte de mi vida personal es mi trabajo clinico como analista, donde mi escucha muchas veces me llevó a preguntarme sobre la sexualidad femenina.Y también, claro, conocí algunas mujeres. En fin, que siempre me pregunté que pasaba con la palabra "puta", con las mujeres, porqué se ofendían - o no - a veces, cuales eran las condiciones para que se sientan insultadas, como toda su sexualidad se organizaba alrededor de esa palabra. Me llamó la atención, empecé a juntar material, trabajé muchos diccionarios, etimológia, trabajos sobre sexualidad femenina, sobre femineidad, sobre vida de algunas mujeres (Mesalina, por ejemplo), diferente bibliografía, etc.

Y de pronto me di cuenta que eso se podía transformar en tesis de doctorado. Fui al Instituto de Letras de la Universidad Federal da Bahia. Se interesaron por el tema, me recibieron muy bien. Y bueno, voy a dar los últimos pasos para la defensa de la tesis.

Gerardo Herreros: Me comentas la relación entre la tesis, y el psicoanálisis con las letras; no se si me equivoco, pero parece que en Brasil hay una articulación muy fuerte entre psicoanálisis y cultura.

Gustavo Etkin: Es verdad. Creo, en ese sentido, que hay varias formas de relación entre el psicoanálisis y la cultura. Temas actuales escuchados desde una perspectiva psicoanalitica,ejemplos que el psicoanalisis usa del arte, la literatura, etc. En cuanto a la literatura me gusta mucho leerla y también escribir. Publiqué un libro de poemas, antes de venir a vivir a Brasil, que se llama "Bordes" . Escribo teatro. Una pieza mía se presento en el año 89, que se llama "El ciego", donde junto el teatro que cita Freud en diferentes lugares, retrabajo cosas de Hamlet, de Ifigenia en Tauris de Goethe, y otras piezas recorridas por un personaje que es un ciego, que yo invento, que tiene la cara de Freud. Un Hamlet ciego, con la cara de Freud. Lo retrabajo.

La representaron y fue muy bien.

También otra pieza mía la presentaron en teatro "dramatizado" , como le llaman aqui. Y tengo una opereta, a la que hay el proyecto para ponerla en escena el año que viene, que se llama "Angeles y Cucarachas". Hace poco también gané un primer premio de narrativa con un cuento en castellano en el concurso del Colegio Miguel de Cervantes, de San Pablo. El cuento ese es parte de un libro de cuentos que quiero publicar en Argentina.

Gerardo Herreros: No es errada mi apreciación que el psicoanálisis se relaciona mucho con la cultura en Brasil?.

Gustavo Etkin: Creo que la misma práctica del psicoanálisis lleva a aproximarse al goce literario, como sublimación. Y respecto al Brasil, creo que, de una manera general, igual que en otras partes, se puede hacer una lectura psicoanalítica de los trazos culturales.

Gerardo Herreros: Bien, me decías que viniste en el 78

Gustavo Etkin: No, en el 78 vine como turista. A vivir vine en el 80.

Gerardo Herreros: Oscar ya se había ido en el 76.

Gustavo Etkin: Si, se había ido antes, a Australia.

Gerardo Herreros: Si, Oscar Zentner, pero digo, Oscar Masotta, se va en el 76.

Gustavo Etkin: Yo estuve con él en el 68, cuando empezó con los grupos de estudio de Lacan. El primer grupo lo había formado con Jorge Jinkis, Mario Levin y otra gente.

Gerardo Herreros: Y Hector Yankelevich

Gustavo Etkin: Si, y Hector Yankelevich. Ese es el primero grupo. Nosotros fuimos, creo, el segundo grupo, si no me equivoco, con Anselmo Benasi, Oscar Zentner y otros.

Gerardo Herreros: Y que pasó con tu relación con Oscar?

Gustavo Etkin:. Segui estudiando con él. También supervisaba pacientes con él. Y después, de pronto, lo dejé de ver. Me enteré que se había ido del país. Yo no sabia que estaba amenazado, no sabía nada. Me enteré por un libro que leí. Un libro que me parece un poco cuestionable que se llama "Operación Masotta".

Gerardo Herreros: Y, en Buenos Aires, antes de venirte, estabas vinculado a alguna institución?

Gustavo Etkin: Estaba vinculado a la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Era miembro. Pero hubo una división, Escuela Freudiana de la Argentina y Escuela Freudiana de Buenos Aires. Yo fuí miembro de la Escuela Freudiana de Buenos Aires, cuando vivía ahí, antes de venirme a vivir a Bahía.

 

Gerardo Herreros: Como fueron tus primeras armas como psicoanalistas en un país diferente? Conocías el idioma?

Gustavo Etkin: Tenía un poco conocimiento del idioma. No mucho. Pero fue muy interesante porque el valor de la práctica con el significante fue mucho más marcado, por ejemplo. El mal entendido era permanente, con muchas palabras. Aparentemente yo escuchaba mal, pero me servía bien para la práctica del análisis. El portugués de Brasil es un idioma muy fonológico, está muy fonéticamente marcado, a diferencia del castellano. Entonces pequeñas diferencias de pronunciación hacen otro significado, cosa que no ocurre en castellano. Lo que me ayudo a trabajar con el mal entendido y el significante, me ayudó a trabajar como psicoanalista.

Gerardo Herreros: Oscar Zentner comentaba algo similar en relación a Australia.

Bien, y como sigue la historia

Gustavo Etkin: Después de dar el curso de extensión en letras y seminarios en psicología, hubo gente que me buscó para hacer grupos de estudio. Tenía bastante gente en grupos de estudio. Estudiábamos Lacan, los Escritos, los seminarios....

Gerardo Herreros: En que idioma?

Gustavo Etkin: En castellano. En portuñol, te diría. Y con el tiempo, de ahí surgió la idea de hacer un grupo de estudio permanente, que se llamó Vel, que ya era mas que un grupo de estudio conmigo, era un grupo que se proponía transmitir el psicoanálisis, Freud y Lacan. Pero no estaba formalizado como una institución psicoanalítica. Organizaba encuentros, eventos, reuniones de estudio, jornadas.

Hasta que decidimos formalizarlo como una institución psicoanalítica, proyecto en el cual todavía estamos: la Escola Lacaniana da Bahía, a partir del año 93.

Tuvo muchos altibajos, como todo proyecto de este tipo. Pero ahora parece que está tomando mas incremento, mas formalización. Por eso estamos preocupados por el tema de la formación del psicoanalista, y hemos llamado a diferentes psicoanalistas para hablar de ese tema.

De hecho, es la primera vez que viene tanta gente de la escuela para un lacanoamericano: 11 personas inscriptas, de las cuales hay varias que presentan trabajos, que son de la Escola Lacaniana da Bahia. Claro, dado el dispositivo, no se puede uno presentar formalmente en nombre de una institución, pero sabemos que se presentaron como 6 trabajos de la Escola Lacaniana da Bahia.

Gerardo Herreros: Cuantos miembros tiene la escuela?

Gustavo Etkin: Alrededor de 11 o 12 miembros, e incluyendo alumnos, mas de 30, por ahora. Pero se está acercando cada vez mas gente, porque estamos trabajando de una manera mas formal diría, no tan informalmente como antes.

Gerardo Herreros: Hay otras escuelas psicoanalíticas lacanianas en Bahia? Como es el mapa Bahiano.

Gustavo Etkin: Hay otras instituciones lacanianas. Como digo en mi tesis, el psicoanálisis es un lugar de llegada. Como lugar de llegada, implica cortes. Rupturas y cortes, en el sentido de Bachelard, rupturas epistemológicas. Rupturas que hay que hacer con objetos o campos semánticos de donde uno viene. Y en ese sentido, lo que está mas próximo al psicoanálisis es la lingüística, la literatura, y con Lacan también la lógica. Y hay campos que están mas distantes como la medicina y la psicología, la psicología y la psicoterapia de grupos. Entonces, pienso que las instituciones se fueron reuniendo de acuerdo a la posibilidad que cada uno tuvo, o no, de hacer esos cortes. Esa también fué la ventaja que tuvo Masotta: llegó al psicoanálisis desde la filosofía, campo mucho más proximo a él que la psicología. Pudo entender más facilmente Lacan porque no había sido kleiniano y mucho menos reichiano.

(hay un pedazo en que la cinta patina – Sin baterias)

Los campos más distantes que hay del psicoanálisis son la medicina y la psicología. Ahí el corte tiene que ser más radical porque hay mas distancia.

Los campos más próximos para entender lo que es el psicoanálisis, la teoría y la práctica psicoanalítica, son, siguiendo la propuesta de Freud, la lingüística, la literatura, la filosofía. Y con Lacan la lógica y la topología. Incluso, ya que mencionaste a Jakobson, él le da mucha importancia a la función poética, es decir, lo que va del mensaje al propio mensaje. Y eso es propio de la práctica analítica. Por eso Lacan, cuando habla que la función del psicoanalista es poética – en uno de los últimos seminarios - y que es un trabajo poético, pienso que no se trata solo de la poesía en un sentido estético, sino que es una referencia a Jackobson, y que hay una proximidad entre una práctica y otra. Por eso, tal vez, yo soy también poeta. No es casual que (por lo que sabemos) Lacan tiene un poema escrito. Se publicó en castellano en una revista que dejó de aparecer hace tiempo, que se llamaba "Literal", donde escribía alguien que fue un casi amigo mío, Osvaldo Lamborghini.

Gerardo Herreros: Ya que me mencionas la función del analista, en tu experiencia clínica, como es la cuestión del fin de análisis?

Gustavo Etkin: Te diría que es diferente en cada caso. No concuerdo con que, necesariamente, el analista es el que termina el análisis, o necesariamente el paciente es el que termina el análisis. En un caso puede ser de una forma, en otro caso de otra. En algunos de mis análisis terminados, a veces pensé que era solo una interrupción. Con el tiempo, después me di cuenta que había sido un fin de análisis. Por ejemplo, un analizante me pareció que había interrumpido el análisis. Pero después me mandó una carta en que me hizo dar cuenta que su análisis había terminado.

Otro analizante mío, respecto del cual presenté un trabajo, con el análisis de él, en Paris, en el año 82 - la reunión convocada por Lacan en Caracas – y el trabajo se llama "Pica", que quiere decir pija en portugués. Era un paciente homosexual que yo tenía. Y llego un momento en que terminó el análisis: una vez se levantó tristemente, siguió hablando de sus problemas de otra manera, y me hizo saber, me convenció, cuando me llamó casi un año después por teléfono, para contarme como estaba, hablarme de la vida de él. Le pregunté por sus síntomas fóbicos en la calle. Y me dijo "Bueno, a veces los tengo, pero no me molestan tanto. Nada puede ser perfecto".

No creo que se pueda generalizar una norma respecto a cómo deben terminar. Asi como cada fantasma es diferente hay diferentes formas, para cada sujeto, de atravesarlo y poder jugar con él, usarlo. Así como cada analizante es diferente, cada análisis comienza diferente y también el fin de análisis es diferente.

Gerardo Herreros: Si, yo hablaría de fines de análisis

Gustavo Etkin: Concuerdo. Y en ese sentido, por eso tu trabajo me interesó, porque para mí, si hay algo que se puede generalizar respecto del fin de análisis, y ahí hacer una aproximación con la filosofía, lo que sería la eficacia en la cura desde la perspectiva de la filosofía.

Al respecto, hay una palabra con la que no concuerdo, que no me gusta: "post modernidad". Me parece una palabra fea porque es continuar con la ilusión de la modernidad, donde la vanguardia, lo último sería siempre mejor que lo de antes. Yo creo que si, que hay algo que pasa, pero no es del orden de la diacronía, como era para la modernidad, sino del orden de la sincronía. Yo diría la a-modernidad.

Con la letra a, con lo que tiene que ver con el objeto a también. El hombre a-moderno es un hombre no cartesiano. El sujeto del psicoanálisis no es un sujeto cartesiano.

Entonces, cada uno por diferentes caminos, de una diferente manera, llegar a constituir ese sujeto no cartesiano, a-moderno. Desde la perspectiva de la filosofía, tal vez, sería alcanzar la eficacia de la cura en psicoanálisis, para recordar el título de tu trabajo.

Gerardo Herreros: Vos dirías de la modernidad a la a-modernidad?

Gustavo Etkin: Exactamente. De la modernidad a la a-modernidad. La palabra modernidad es una palabra muy antigua – como lo digo en un trabajo mío, en un diálogo que publiqué por ahí.

Gerardo Herreros: Tu práctica clínica, en Bahía, incluye la psicosis?

Gustavo Etkin: Psicóticos también. Justamente el paciente sobre el que presenté un trabajo en este lacano, es una paciente psicótica, "La vida de lucha de Clodomira Thompkinson". Yo digo "delimitada", porque no concuerdo con la palabra "estabilizada".

Durante muchos años hice entrevistas en neuropsiquiátricos con pacientes psicóticos, o "pseudo" psicóticos. Muchos pacientes que estaban internados como psicóticos, no eran psicóticos sino histéricos.

Gerardo Herreros: No te gusta la palabra estabilización

Gustavo Etkin: No. Es una palabra fuerte en el sentido de que implica hablar de una cierta homeostasis, de una cierta tranquilidad. Es una palabra psiquiatrizante, psicológica. No es una palabra que me guste. Prefiero hablar de delimitación. Una psicosis puede delimitarse de cierta área, por ejemplo, y de otras no. Otro ejemplo de esto es un psicótico que hace años conozco, desde que vine de turista en el año 78, y continua en el mismo lugar, está en una esquina cerca de donde yo vivo en Bahía, en Rio Vermelho, que es la esquina de él, y cada tanto, empieza a gritar a sus fantasmas, camina a los gritos, y después de hablar en esa esquina con sus fantasmas, va a sentarse tranquilamente en una escalinata que hay por ahí, muy calmo, habla con todo el mundo, saluda, sonrie.

Yo le pregunté algunas veces porqué habla así, y él me dijo que habla con los "hombres a caballo" que están en un cuartel que había hace mucho tiempo ahí, que él los ve, y discute con ellos porque quieren hacer una cosa, y él no quiere, y cosas así. Los "hombres a caballo".

El está seguro de todo eso. Y diría que él delimita su psicosis en esa esquina. Pero sale de esa esquina y ya no hay ningún problema y habla como todo el mundo. Y con todo el mundo.

Gerardo Herreros: Le hice un reportaje a Emilio Rodrigué, y me contaba de un psicótico muy similar, de donde vive él – creo que vive en Ondina – que va corriendo por la playa y se sube a una piedra y grita, y después está tranquilo.

Es una particularidad de las psicosis bahianas? (risas)

Gustavo Etkin: Creo que no. Hace muchos años, cuando fui ayudante de la cátedra de psicopatología de Liberman, yo iba a veces, trataba de ir al Borda, por ejemplo, y algo que siempre me llamaba la atención, lo mismo que en los neuropsiquiátricos de aquí, los psicóticos tienen ciertos lugares de ellos. En esos lugares es donde hablan sus cosas, y exhiben sus cosas, y hacen sus cosas. Yo digo que en esos lugares tienen su transferencia. El problema es pensar qué es la transferencia psicótica.

Eso lo trabajé una de las tres veces que estuve en Australia invitado por la Freudian School of Melbourne. Una de esas veces trabajé sobre psicosis. Lo ejemplifico también con el caso que presenté ahora, en éste Lacano. La transferencia psicótica es sujeto cierto – seguro - del saber, con la diferencia de que la certeza del saber la tiene el psicótico. Pero necesita, digamos, hacer valer esa certeza, marcarla, escribirla en algún lugar, donde van a buscarla nuevamente. Y ese es el lugar de la transferencia psicótica. Puede ser un lugar o puede ser una persona.

Gerardo Herreros: Contame cuál es tu versión de Caracas?

Gustavo Etkin: Lo escuché hablar a Lacan. Es conocido cuando criticó el modelo freudiano del saco de las pulsiones que entran y salen. Criticó el modelo de inconsciente freudiano y propuso lo que sería el modelo de inconsciente de Lacan, que desde mi perspectiva sería un inconsciente en acto.

Y me acuerdo como lo vi a Lacan caminando, neurológicamente enfermo (Alzheimer o un Pick): iba arrastrando los pies con la mirada perdida, llevado por la hija. Eso es lo que recuerdo: Lacan llevado.

Gerardo Herreros: Como llegaste a Lacan. Te invitaron?

Gustavo Etkin: No recuerdo bien como fué la cosa. Creo que me enteré por medio de la Escuela Freudiana de Buenos Aires. Antes había asistido a un seminario que dio Safouan ahi.

Y me llegó un convite de los organizadores de Caracas.

Gerardo Herreros: Hay una paradoja: lo ves a Lacan como un hombre enfermo, con Alzheimer o un Pick, pero por otro lado lo escuchas en su conferencia. Ahí te parece lúcido?

Gustavo Etkin: Ahí se transfiguró. Ahí, cuando habló, habló con decisión, con fuerza. Era otro.

Después bajó del estrado y, con la mirada perdida, se lo llevó su hija. Pero en el escenario era otro.

Gerardo Herreros: Y en el 82 vas a Paris?

Gustavo Etkin: Fuí a Paris. . Presenté un trabajo. En esa época creía un poco en la primera versión de Miller que había que insistir con los matemas, que los problemas estarían en una especie de desvío hacia una hermenéutica de exacerbación del significante y del sentido. Compre esa versión, y que esa era la causa de la disolución.

Pero después me enteré de otras cosas, y me di cuenta que la cosa pasaba por otro lado.

Ahí hay muchas explicaciones de eso.

Gerardo Herreros: Cuales son las versiones que circulan de los seminarios de Lacan, en Bahía?

Gustavo Etkin: Hay varios seminários publicados en portugues, "establecidos". Aunque a veces circulan ediciones anónimas de muy buena calidad, no censuradas.

Gerardo Herreros: Hoy mencionabas este acercamiento entre psicoanálisis y literatura. Que pensas de las versiones de psicoanálisis, como la de Major, cercanas a Derrida, con fuerte relación con la literatura?

Gustavo Etkin: No concuerdo con la perspectiva de ellos. Por el lado de René Major, ese intento de aproximación a un neofreudomarxismo, no hay una delimitación clara de campos, se mezcla la psicología, la psicoterapia, es una especie de gran familia.

Cada uno tiene derecho a hacer lo suyo. Yo trato de seguir el consejo de Freud de delimitar los campos. El del oso polar y la ballena. Definir el campo semántico, definir el objeto, según Bachelard.

Pero, bueno, se trata de definir qué es psicoanálisis. Tiene que ver también con trabajos que se presentaron aquí, que abordaron ese problema. Es el problema que hay aquí, en Brasil, con los diputados que quieren reglamentar el psicoanálisis como una profesión universitaria. Entonces hay mucha gente que se opone, pero eso hace surgir la pregunta sobre qué es el psicoanálisis: la práctica analítica qué es? Es psicoterapia? Son laboratorios grupales? Es bioenergética?. ¿Es un diploma universitario el que dá garantías?.

A veces leo anuncios en los diarios que son graciosos: gente que se dice psiquiatra, psicoanalista y regresión a vidas pasadas. Todo junto.

Por eso planteo delimitar el campo. De qué estamos hablando cuando hablamos de una cosa.

Gerardo Herreros: Entonces te voy a apretar un poquito: si tuvieses que definir el objeto del psicoanálisis, que propondrías?

Gustavo Etkin: El objeto del psicoanálisis es el inconsciente, el inconsciente tal como lo definió Freud, y lo redefinió Lacan. Y específicamente, dentro del inconsciente, delimitar el lugar del objeto del deseo, delimitar la verdad del deseo para cada sujeto. Ese es el objeto. Y la finalidad de la práctica con ese objeto es la constitución del sujeto. Sería el objetivo de la eficacia de la cura psicoanalítica, retomando el título de tu trabajo. El sujeto a-moderno.

Gerardo Herreros: Te agradezco mucho.

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Ver también el artículo La vida de lucha de Clodomira Thompkinsons

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 14 - Diciembre 2001
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