Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Seminario: "El síntoma y la dirección de la cura"
Michel Sauval

Clase del 19 de abril
(1º parte)

Presentación del tema del seminario de este año


Presentación general

En el 93 estuvimos viendo el tema de las "Entrevistas preliminares" y los "Comienzos de análisis". Los que estuvieron recordaran que trabajamos el estatuto de ese punto de "comienzo" que tiene todo análisis. Hacer de un síntoma, un síntoma analítico, eso requiere un paso. Y ese paso tiene las dimensiones de un acto. El acto analítico es el que abre el "comienzo" de un análisis. Y esta estructura de acto está también al final del análisis. Desvalorizar los "comienzos" de análisis, como tan habitualmente se hace, implica desconocer la lógica misma de la cura analítica.

En el 94 abordamos el problema de la transferencia y su relación con la estructura del dispositivo analítico. Lo cual nos llevó también a trabajar bastante la cuestión del acto analítico.
Arrancamos con lo que, según una expresión de Lacan, podíamos llamar la "relación de exclusión". Y lo que intentamos pensar es la estructura de la transferencia. En particular, su relación con el acto analítico, teniendo presente que la secuencia entre transferencia e interpretación no es en ese orden, sino en el orden inverso, es decir: interpretación - transferencia. Punto en relación al cual, tal como lo señala el mismo Lacan en el Seminario XI, se separan las aguas, se ubica "la línea divisoria entre la buena y la mala manera de concebir la transferencia"
(1)
Y terminamos el año estudiando ciertas cuestiones del Seminario XIV sobre "La lógica del fantasma".

La idea, para este año, es tomar ciertos problemas, en continuidad con los que trabajamos los años anteriores, bajo un título amplio : "El síntoma y la dirección de la cura".
Supongo que casi todos los problemas del psicoanálisis estarían resueltos si dicha práctica consistiese en una simple hermeneutica, si todo fuera solo problema de represiones, si la neurosis no fuese mas que amnesia. Todo seria mas sencillo si la cura de los síntomas se pudiese reducir al levantamiento de una o mas represiones por la vía del desciframiento. En otras palabras, si la "envoltura formal del síntoma" no fuese … eso mismo : una "envoltura formal", cuestión que implica la inclusión en su seno de "algo mas".
Lo que hace "difícil" al psicoanálisis, por así decirlo, son los retornos que, "acompañando" el retorno de lo reprimido, no son idénticos a este último.

En términos del Freud de 1915, podríamos hablar de las diferencias entre represión y defensa, en el sentido de que esta última es mas amplia, abarca otros fenómenos. En el artículo sobre "La represión", Freud ubica a la misma como uno de los mecanismos de defensa, indicando que su "esencia consiste en rechazar algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella" (subrayado de Freud)(2).

Algo similar es lo que ya se planteaba en los textos sobre "Las neuropsicosis de defensa", al señalar que las mismas resultan de casos de "inconciliabilidad" en "la vida de representaciones" que plantean al "yo defensor" la tarea de "tratar como ‘non arrive’ (no acontecida) la representación inconciliable", tarea que se cumple por la vía de "convertir esta representación intensa en una débil, arrancarle el afecto, la suma de excitación que sobre ella gravita"(3) .

"En tales condiciones, la huella mnémica de la representación reprimida (esforzada al desalojo) no ha sido sepultada (untergeben), sino que forma en lo sucesivo el núcleo de un grupo psíquico segundo"(4) .
En el texto de 1915, luego del párrafo anteriormente señalado, Freud agrega : "Ahora caemos en la cuenta de que represión e inconsciente son correlativos en tan grande medida que debemos posponer la profundización en la esencia de la primera hasta saber mas sobre la composición del itinerario de instancias psíquicas y sobre la diferenciación entre inconsciente y consciente" .(subrayado nuestro)
(5).

¿Porque esta reserva ? ¿Porque la definición del mecanismo de la represión no basta para definir el estatuto del inconsciente ? ¿Porque será necesario culminar, años después, en un distingo entre "inconsciente" y "ello" ? Y, aún sin movernos de 1915, porque será necesario el distingo entre "represión propiamente dicha" y "represión primaria" ?

Desde el descubrimiento mismo de la represión como mecanismo de defensa por excelencia de la histeria, Freud no deja de encontrar de mil y un modos que no todo en las neurosis se reduce a dicho mecanismo.
Por ejemplo, ya en los comienzos, la clínica diferencial histeria, neurosis obsesiva y psicosis se basa en modos diferentes de "retorno" : la histeria mediante la conversión, la neurosis obsesiva mediante el "falso enlace", y la psicosis por su "modalidad defensiva mucho mas enérgica y exitosa que consiste en que el yo desestima (verwerfen) la representación insoportable junto a su afecto"
(6) . Estas "diferencias" son retomadas en el Manuscrito K, donde luego de la conocida fórmula del desarrollo en 4 tiempos de la neurosis, indica que "las diferencias principales entre las diversas neurosis se muestran en el modo en que las representaciones reprimidas retornan " (subrayado nuestro) (7).

En el historial del Hombre de las Ratas, la neurosis obsesiva es presentada como un "dialecto" de la histeria. Esto significa que, por mas que en lo esencial debería reconducirse al "idioma" base de la histeria, no deja de tener sus "particularidades" : por eso, justamente, se trata de un "dialecto".
Pero este adjetivo, en realidad, esconde cuestiones de fondo. En el caso del Hombre de las Ratas, Freud debe retomar el problema del estatuto y naturaleza del inconsciente. La teoría de las "defensas secundarias" obliga a admitir un inconsciente en un punto, topologicamente, diferente. En palabras de Manoni, la fenomenología de la neurosis obsesiva "nos revela la existencia, del lado de lo que Freud llama lo secundario, de un inconsciente literal, grabado como una inscripción, indescifrable para el sujeto, rebelde a toda toma de consciencia, y que, a la vez, gobierna al sujeto desde lejos y a pesar de él, e irrumpe en su palabra, aunque no sabe ni de donde viene ni qué es lo que quiere decir"
(8) . Esta noción de irrupción de lo inconsciente (y no solo de su influencia) retoma una intuición de 1897, cuando en la carta 79 a Fliess, Freud indicaba que "para la neurosis obsesiva se corrobora que la representación-palabra, y no el concepto a ella inherente, es la localidad por donde irrumpe lo reprimido"(9) .
Es esta forma de "retorno" lo que hace al "dialecto" de la neurosis obsesiva, lo que luego conducirá al distingo entre inconsciente tópico e inconsciente funcional en el caso del Hombre de los Lobos, al desarrollo de la noción de Superyó, etc.

Estos problemas acerca de los "modos de retorno" no se reducen solamente a cuestiones de clínica diferencial. En "El yo y el ello", por ejemplo, Freud retoma el tema de las resistencias. "Hemos hallado en el yo mismo algo que es también inconsciente, que se comporta exactamente como lo reprimido. …. … todo reprimido es inconsciente, pero no todo inconsciente es, …, reprimido. También una parte del yo … puede ser inconsciente …. Y esto inconsciente del yo no es latente en el sentido de lo Preconsciente"(10)
Y a estas resistencias del yo se agregaran las del ello y del Superyó. En la addenda (parte A -a) a "Inhibición , síntoma y angustia", Freud señalará : "En cuanto a la resistencia del yo, entonces, no hay nada que poner en duda o rectificar. En cambio, es cuestionable que ella sola recubra el estado de cosas que nos sale al paso en el análisis. Hacemos la experiencia de que el yo sigue hallando dificultades para deshacer las represiones aun después que se formó el designio de resignar sus resistencias, y llamamos "reelaboración" (durcharbeiten) a la fase de trabajoso empeño que sigue a ese loable designio. Ahora parece indicado reconocer el factor dinámico que vuelve necesaria y comprensible esta reelaboración. Difícilmente sea otro que este : tras cancelar la resistencia yoica, es preciso superar todavía el poder de la compulsión de repetición, la atracción de los arquetipos inconscientes sobre el proceso pulsional reprimido". Y , a esta "cuarta clase de resistencia, la del ello", a la que acaba de hacer "responsable de la necesidad de reelaboración", se agregará una "quinta resistencia, la del Superyó, discernida en último momento y que es la mas oscura, pero no siempre la mas débil, parece brotar de la consciencia de culpa o necesidad de castigo; se opone a todo éxito y, por tanto, también a la curación mediante el análisis" (subrayados nuestros)
(11)

Todos estos problemas obligan a Freud a sucesivas reconceptualizaciones acerca de lo inconsciente.
De un modo u otro, estos problemas siempre conducen a la cuestión de que el psicoanálisis no parece reducirse a una terapia rememorativa, tanto por el lado de las resistencias a "recordar", como por el lado del estatuto mismo de lo que se supone se debe "recordar".

Por ejemplo, volviendo a los textos de 1915, en el artículo "Lo inconsciente" Freud plantea algo que retomará en otros lugares, en particular en el artículo sobre "La Verneinung", a saber, la situación en que, habiéndole comunicado a un paciente "una representación que él reprimió en su tiempo y (que) hemos logrado colegir, ello al principio en nada modifica su estado psíquico. Sobre todo, no cancela la represión ni, como quizás podría esperarse, hace que sus consecuencias cedan por el hecho de que la representación antes inconsciente ahora devenga consciente"(12) .

Este problema conducirá a Freud al problema de la doble inscripción, que retomaremos mas adelante.
Acercando estas referencias Freudianas a nuestros problemas clínicos cotidianos, podría retomar lo que me decía ayer una paciente : "de que me sirve saber qué es lo que estoy haciendo (al repetir cierto tipo de circunstancias) si con eso (es decir, con saberlo) no puedo parar de hacerlo". Esto es, planteado aquí en términos demandantes hacia el analista, algo parecido al problema que plantea Freud en los artículo que recién comentábamos sobre "Lo inconsciente" y sobre "La Verneinung".
En este último, Freud señala el caso de ciertos pacientes que "confiesan" lo reprimido bajo la forma de una negación del tipo "no - tal cosa". El posterior trabajo analítico puede demostrarles luego, intelectualmente, que es al revés, es decir, que la proposición vale sin el "no" y que eso que él planteó en forma negada es lo que estaba reprimiendo. Y no obstante ello, puede ocurrir que el sujeto no cambie su posición respecto de eso que admite en la conciencia (antes en forma negada, y luego afirmativamente, intelectualmente).

De todas maneras, el problema ya está planteado en el primer tiempo, en el hecho mismo de la aparición en la conciencia de lo reprimido (aunque sea en forma negada) sin que por ello se modifique la "situación psíquica" del paciente. Se verifica entonces que lo que testimonia la negación (presente al nivel del enunciado) es una posición subjetiva (es decir, la posición de la enunciación).

Lo llamativo en ambos casos es que no se trata de amnesia, o de ausencia de un significante y de su reemplazo por otro. Es decir, no se trata de un desplazamiento significante. Lo reprimido, según Freud, se ha hecho presente en la conciencia, en la medida en que ha sido enunciado, así sea bajo la forma de una negación.

Y la pregunta, justamente, es : ¿como puede ser que a pesar de hacerse consciente lo reprimido, los síntomas continúen?.
En otros términos, ¿como puede ser que a pesar de que lo reprimido se haga presente al nivel del enunciado, algo se mantenga sin modificaciones al nivel de la enunciación ? Volviendo a lo que decía la paciente, cuando ella se pregunta "¿de que me sirve saber si no puedo dejar de repetir?", lo que está planteando, mas en general, es ¿de que "sirve" el saber ante la satisfacción de la repetición ?, ¿como podría el saber alcanzar ese punto de goce, y aún mas, implicar allí una modificación ? ¿En qué "posición" debe estar el "saber" para que su "revelación" sea eficaz ?

Volviendo, entonces, al principio : ¿como se plantean las relaciones entre los diferentes modos de "retornos" y "la dirección de la cura" ?

¿Como abordar esa otra escisión, spaltung, del sujeto, que no es reducible a una metáfora significante, esa "alteración del yo" a la que refiere Freud en "Análisis terminable e interminable" cuando menciona la "resistencia a la puesta en descubierto de las resistencias", las "resistencias no solo contra el hacer-conscientes lo contenidos-ello, sino también contra el análisis en general y, por ende, contra la curación" ?(13)

Esta es la pregunta de este año. Esta es la temática que vamos a intentar trabajar este año bajo el título de "El síntoma y la dirección de la cura".


Algunas vueltas mas

Para el análisis, la dificultad radica en como se producen esos puntos en que algo es abandonado de lo que hace a la inercia o fijación del paciente en el síntoma, en aras de un desarrollo de saber. Cada "avance", "cambio", o como quieran llamarle, en un análisis, implica, de algún modo, un abandono, una renuncia, parcial, al goce del síntoma, en beneficio del "saber" sobre el síntoma.

Esto viene a subrayar que en el síntoma, no solamente se trata de "verdad", sino que allí también hay "goce". Y lo uno no es lo mismo que lo otro

Lo que Freud llama el "sentido sexual del síntoma" es problema de "verdad", de interpretación, de producción de significación. Pero en el punto de la fijación, no solo se trata del "sentido sexual del síntoma", sino de "satisfacción" sexual. Ahí aparece el problema de las pulsiones y el problema de la fijación. Solamente llegamos al "sentido" en la medida en que hay una transformación de esta "satisfacción" vía interpretación. No hay síntoma analítico hasta tanto el mismo no sea interpretado.
Esta es una mas de esas pequeñas paradojas del tipo : no hay transferencia sin interpretación; pero, ¿y sobre qué se apoya la interpretación ?; no hay síntoma analítico sin interpretación; pero, ¿ y sobre qué se apoya esa primera renuncia al goce ?
¿Cómo pasar de un padecer a una producción de saber ? Esto es algo tan remanido y tan repetido, que a veces esa "transformación" parece como muy "natural". Como que es cuestión de sentarse a escuchar y listo. Y sin embargo, me parece que sigue siendo el nudo de muchísimos problemas clínicos.

Con esto no quiero decir que venga a proponer, estilo Ferenczi, una nueva "técnica activa". Solo señalo algo, esta transformación, que, al menos a mi, me sigue sorprendiendo cada vez que ocurre. Y que cuando no ocurre, termina implicando problemas para la cura.

Pregunta : sería por ejemplo el caso del síntoma como rasgo de carácter ?
Respuesta : Puede ser como rasgo de carácter o como cualquier tipo de presentación tal que el sujeto no se encuentre en una posición subjetiva de interrogación respecto de la causa y de producción de saber.
Subrayo lo de "posición subjetiva" respecto de la causa. Todo el mundo tiene cierta idea de la existencia de relaciones causales. Pero, en general, las mismas son pensadas sin implicación subjetiva.
En otros términos : si alguien va a ver a un analista es porque supone que algo anda mal por alguna causa y supone en el analista cierto saber sobre ese tipo de causalidad. Eso no quiere decir que su posición subjetiva sea la de creer en el inconsciente y la de interrogarse sobre su propia implicación en relación a esta dimensión de la causa.

Digámoslo de otro modo, gran parte de los que hacen análisis, en tanto han estudiado textos y autores psicoanlíticos, por ejemplo Lacan, "saben" que en un análisis, podría decirse que, de última, lo que se hace es correr detrás del significante de "La Mujer". Así que alguien podría ir y decir eso en su análisis, ya que lo "sabe", de leerlo en los libros. Pero eso no va a acercarlo un ápice a la solución de sus problemas. Lo que importa no es que se lo formule al nivel del enunciado. Lo que importa es la posición subjetiva, es decir, como se juega eso al nivel de la enunciación.
En otros términos, ¿como se diferencia un "saber" del otro ?

Volviendo a lo de la causa, alguien puede estar preguntándose por la causa de su padecer. Pero lo que habría que distinguir es a que nivel lo hace : si al nivel del enunciado o al nivel de la enunciación.
Ese es todo el secreto del famoso SSS : Sujeto Supuesto Saber, el llamado "pivote desde el cual se articula todo lo tocante a la transferencia"
(14) .

Se dan cuenta que, en realidad, "todo" saber es supuesto, y "todo" sujeto también. Por lo tanto, el SSS como estructura, no es algo particular del análisis, es la estructura misma de la neurosis. No hace falta entrar en análisis para funcionar de acuerdo a esta estructura. Cada cual, en tanto sea neurótico, funciona en términos de SSS : supone un saber y supone un sujeto a ese saber. Ese es el modo en que se organiza la "realidad" para todo neurótico.

Cuando Freud formula que la cura analítica requiere de la transformación de la neurosis ordinaria en una "neurosis de transferencia" lo que está planteando es la necesidad de que se constituya un SSS "específico", por así decirlo, del análisis.
Como lo dice Freud, "conseguimos, casi siempre, dar a todos los síntomas de la enfermedad un nuevo significado transferencial (Ubertagungsbedeutung), sustituir su neurosis ordinaria por una neurosis de transferencia"
(15) . Esto implica crear una "significación" nueva, fundada en otro tipo de relación al "referente", como lo indica el uso del término Bedeutung en la expresión alemana empleada por Freud.

La entrada en análisis, la constitución del síntoma como síntoma analítico, requieren de la caída del SSS "inicial" del paciente y de la constitución de una "significación" nueva, de un "nuevo" SSS. El SSS de la transferencia es una "significación" nueva.
El paso a esta nueva "significación" implica cierta renuncia al goce del síntoma. El punto es ¿como se "produce" ese paso a esa significación nueva ?.

Retomando el comentario de esa paciente que se queja de la inoperancia del saber, fíjense que en el "me doy cuenta pero no puedo parar de hacerlo", en el punto mismo en que dice "¿de que me sirve lo que se?", no deja de rechazar las razones en función del goce : ¿de que me sirven las razones?, ¿que ventaja habría en las razones, respecto del goce ? Y en ese punto su posición subjetiva no es la de preguntarse por la causa, sino la de rechazar el saber.
Para que la cosa "avance", algo debe ocurrir ahí para que el sujeto prefiera las razones al goce de la repetición, para que su renuncia "sirva" para algo.

En el "¿de que me sirve?", el sujeto está parado, digámoslo así, del lado del objeto. No está del lado del S barrado. Algo debe "perderse" entonces, del lado del objeto, para que el sujeto pase del lado del S barrado.

Otra cuestión importante en relación a esto es la de que la única manera de que el síntoma devenga analítico es que pase por la dimensión de la repetición.

El síntoma es repetición. Pero eso no siempre está claro. Y menos que menos para el paciente
Es solo en el punto en que algo se pierde en la repetición a partir de donde se abre la pregunta por el deseo del Otro y su causa. Puesto que la satisfacción está asociada a la repetición, todo cambio al nivel de la satisfacción requiere de una operación al nivel de la repetición. Por eso el acto analítico se define a partir de la estructura de la repetición. De alguna manera el síntoma debe quedar asociado a alguna repetición para que algo en el orden de la satisfacción se modifique.

Son estos, el tipo de problemas que Freud plantea en "Recuerdo, Repetición y Elaboración", cuando señala que la cura analítica forzosamente, para que sea tal, implicará la repetición de algo mas allá del recuerdo, en el ámbito de la transferencia.
No hay cura si no es bajo transferencia. Pero ... ¿que quiere decir esto ? Esto quiere decir, justamente, que para que haya cura, algo del orden de la repetición debe ser atrapado en la dimensión de la transferencia. Lo principal de la transferencia se juega en cuanto terreno donde se desarrolla esta repetición. "El hacer repetir en el curso del tratamiento analítico, según esta técnica mas nueva, equivale a convocar un fragmento de vida real, y por eso no en todos los casos puede ser inofensivo y carente de peligro."
(16) Es ese "fragmento de la vida real" el que debe ser convocado por el análisis, porque es en relación al mismo que se juega la cura de la neurosis (veremos mas adelante en que sentido tenemos que diferenciar transferencia de repetición).

Estos son algunos de los problemas que se presentan en nuestra práctica, y que intentaremos trabajar este año.

Por ciertas razones que explicitaremos mas adelante, vamos a comenzar recorriendo un poco ese conjunto de mecanismos de defensa freudianos que son la Verleugnung, la Verdrängung, y la Verwerfung.

Notas

(1) J. Lacan, Seminario XI "Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis", Ed. Paidos, pag. 136
(2) S. Freud, "La represión", O.C. Ed. Amorrortu, Tomo XIV, página 142
(3) S. Freud, "Las neuropsicosis de defensa", O. C. Ed. Amorrortu, Tomo III, página 50
(4) ídem, página 51
(5) S. Freud, "La represión", O. C. Ed. Amorrortu, Tomo XIV, páginas 142/3
(6) ídem, página 59
(7) S. Freud, "Manuscrito K : Neuropsicosis de defensa", O. C. Ed. Amorrortu, Tomo I, página 263
(8) O. Manoni, "La Otra escena, claves de lo imaginario", Ed. Amorrotu, página 101
(9) S. Freud, "Carta 79", O. C., Ed. Amorrotu, Tomo I, página 314
(10) S. Freud, "El yo y el ello", O. C. , Ed. Amorrortu, Tomo XIX, página 19
(11) S. Freud, "Inhibición, síntoma y angustia", O. C., Ed. Amorrortu, Tomo XX, páginas 149 y 150
(12) S. Freud, "Lo inconsciente", O. C., Ed. Amorrortu, Tomo XIV, página 171
(13) S. Freud, "Análisis terminable e interminable", O. C., Ed. Amorrortu, Tomo XXIII, página 241
(14) J. Lacan, "Proposición del 9 de octubre", en "Momentos cruciales de la experiencia analítica", Ed. Manantial, pág. 12
(15) S. Freud, "Recordar, repetir y reelaborar", Obras Completas, Ed. Amorrortu, Tomo XII, pág. 156
(16) Idem, pág. 153/4

 (Continúa en 2º parte)

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 3 - Abril 1996
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