Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
De intencionalidades y representaciones: de Franz Brentano a Sigmund Freud
Felipe Flores-Morelos

Síntesis

Freud no sale de la nada. Su texto está determinado y en parte causado por el contexto en que surge. El pensamiento, la filosofía y la ciencia del S.XIX están presentes en él. El conocimiento del S.XIX es necesario para fundar una lectura del texto freudiano y para desentrañar y esclarecer conceptos claves de su teorización; igualmente para resaltar aspectos hasta ahora en la obscuridad.

El estudio de Franz Brentano, más allá de su importancia en la historia de la filosofía contemporánea y especificamente para el pensamiento psicoanalítico, no obedece solamente a motivos arqueológicos. Dada su influencia en aspectos profundos del pensamiento freudiano su conocimiento restablece el equilibrio en su lectura y pone a la luz vertientes que de otra manera escaparían a la mirada. Algunos aspectos de esta lectura tienen que ver con la concepción freudiana del conocimiento, con su postura filosófica frente a la filosofía, con el problema de la realidad de lo psíquico, con la diferenciación entre sí de los elementos que constituyen al psiquismo, con la bipartición freudiana entre las representaciones y los afectos, con la importancia que se da a la teoría de las representaciones y a su aspecto "motor" o movente en la actividad psíquica y, tema que aquí nos ocupa, en la teoría de la pulsión.

El concepto de intencionalidad de las representaciones, referido en la escolástica al problema del conocimiento y en Brentano a la naturaleza de la representación, tiene que ver, en Freud, con la función que tiene la Vorstellung de producir trabajo en el psiquismo: es decir, con el concepto de "representancia de la representación" (Vorstellungsrepräsentanz). El concepto de representancia se relaciona, por una parte, con los orígenes del aparato psíquico y la pulsión al poder ser pensado como derivación que Laplanche ha llamado "metáforo-metonímica" y que es como una delegación en el psiquismo de lo que en el cuerpo es la excitación somática. Representancia, en este sentido, es el término que designa la aculturación. Por otra parte se relaciona con los objetos psíquicos inscripción, fantasma, huella mnémica. El concepto de representancia de la representación (de ninguna manera representante representativo o representante ideativo, como se ha mal traducido) elimina el dualismo mente-cuerpo, pues es el lugar de su síntesis. El concepto de representancia coloca en el centro de la metapsicología a la pulsión, vale decir, a la representancia de la representación en cuanto ella es movente y agente.

 

Introducción

La palabra "intencional" designa, entre los escolásticos, todo lo que se refiere, como determinación interna o como término inmanente, a la función psicológica de conocimiento objetivo (1) El término "intencional" no designa una entidad física en el modo de la realidad material sensible, perceptible por los sentidos, sino otra cosa que no deja de ser una propiedad, un modo o una relación de entidades reales, con un modo de realidad que no es el de las "cosas", sino el de las representaciones, no el de las Dingen sino el de las Sachen (2), pero no por ello menos real. Es el modo de ser propio de las ideas (el problema psicológico se liga al problema ontológico, especialmente si queremos indagar cómo la realidad psíquica se opone a la realidad física sin perder por ello su propio orden de realidad). Por intencional se entiende el modo de existir los objetos de la representación, los objetos del conocimiento, en el psiquismo. Para los escolásticos se refiere a la manera de existir la forma inteligible de los objetos en el entendimiento. Entre la forma física de ser de los objetos y su forma de ser en el entendimiento existe una diferencia clara que permite no confundir la realidad psíquica con la realidad física. Se entiende así a la realidad física como estática y completa en el orden del ser (esse firmus et ratum ) y la "intencional" como inestable e incompleta en el mismo orden (esse fluens, determinatum, debile, incompletum) (3)

En los escolásticos el tema de la intencionalidad está ligado a la consideración de cómo los objetos modifican, actuando en él, al entendimiento y son representados por este como existiendo en él (4). Uno estaría tentado a decir que los objetos existen en el entendimiento como "información real" parafraseando así el término "intencional". El concepto o la idea, phantasma, dicen los escolásticos, conserva la marca de su origen. Toda representación, perceptual, mnémica, conceptual, etcétera, implica una relación con el agente que la causa: lo representado. Intencional implica entonces una "tensión hacia" el objeto de la representación.

Por otra parte -y esto nos llevará, vía Brentano y Stumpf, pasando por la psicología del Acto, a Freud-, en toda representación se dan dos aspectos: el acto de representar, y el contenido de este acto indisolublemente unido a éste, pero difierenciable en el orden conceptual. Así representación significa lo representado en un acto psíquico de representar ( Intentio animae sumitum dupliciter: scilicet pro actu mentis, qui est intendere, et pro ratione quam significat definitio. Intención, en la mente, se toma de dos maneras, es decir, como acto de la mente, que es entender, y como la razón significada en la definición (5) En otro lugar: prima intentio est similitudo rei existentis extra animam, non autem secunda intentio, sed est aliquid consequens actum, et modum intelligendi rem (6) La primera intención es una semejanza con la cosa existente fuera de la mente, en cambio la segunda es algo que sigue al acto, al modo de entender la cosa).

Resumiendo: Las representaciones poseen en el psiquismo un modo intencional de existir. La escolástica vincula este concepto aristotélico al problema del conocimiento. El destino de este concepto llegará hasta nosotros, vía Franz Brentano; y por medio de su discípulo Husserl, hasta la semiótica contemporánea. Así dicen Greimas y Courtes (7) <<... por ello preferimos el concepto de intencionalidad, de origen francamente fenomenológico; sin identificarse con el concepto de motivación ni con el de finalidad integra a los dos; permite así concebir al acto como una tensión inscrita entre dos modos de existencia: la virtualidad y la realización. La formulación semiótica que había de dar a este concepto lo acercaría al concepto de competencia modal...>>.

 

El Pensamiento Del Siglo XIX.

A pesar de la ruptura con la escolástica en el Renacimiento, y particularmente después de Descartes, es fácil reconocer en el pensamiento del siglo XIX una gran variedad de problemas y conceptos que derivan de una u otra manera de ella. Esto es particularmente claro en el caso de Franz Brentano.

El pensamiento del siglo XIX está marcado, entre muchas otras cosas, por la polémica entre empiristas y racionalistas; entre los defensores de las ciencias de la naturaleza y los defensores de las jóvenes ciencias del espíritu. Entre estos extremos y tratando de superar los términos del problema había surgido Kant, y de alguna manera diferente Brentano, el cual, procediendo de otra tradición, puede salirse de los términos dicotómicos del problema ofreciendo así a Freud la posibilidad de construir una teoría empírica que no se oponga a las ciencias del espíritu, una visión globalista (8) que lo haga superar el mecanicismo elementarista de su época localizacionista, y una atención a los actos psíquicos que le permita llegar a integrar a Herbart con J.S.Mill en la integración de la psicología del Acto (Külpe y Stumpf) a la psicología de los contenidos (escuela inglesa). De esta manera el fisicalismo fechneriano de Freud se ve atenuado por posturas más racionalistas sin caer completamente en un dualismo ni salir plenamente de él. No es posible aquí, por más deseable que fuera, insistir en la enorme importancia que tiene el conocimiento de la psicología y la filosofía del siglo XIX para la adecuada comprensión de la síntesis freudiana.

Para lo que aquí nos ocupa no podremos dejar de nombrar, sin embargo, las principales influencias además de Brentano: J.S.Mill y J.F.Herbart, e indirectamente, en la medida en que están presentes en el pensamiento de la época, Külpe, Stumpf y la Gestalt.

A pesar de que hay una larga relación directa entre Freud y Brentano, y entre Brentano y Breuer; y a pesar de que hay influencias directas claras de Brentano en el pensamiento de Freud, para el tema que nos ocupa, que es el de la pulsión, hay que señalar que la influencia de Brentano en Freud en este punto es quizá sólo indirecta, a través del pensamiento de la época y de lo que algunos llamaron la escuela austríaca de filosofía. Freud no recoge directamente el concepto de intencionalidad ni usa jamás el término, pero las implicaciones de este concepto están presentes en la manera como Freud piensa la representación y otras cosas además de lo que aquí queremos ver de cerca: la pulsión.

Franz Brentano es uno de los dos filósofos - en opinión de Julián Marías- (9) de donde arranca con mayor eficacia la filosofía actual; el otro es Dilthey. Brentano, entroncado con la tradición cartesiana y leibniziana, con la escolástica y, en suma, con la griega, renueva la psicología y la ética y contribuye en extraordinaria medida a la constitución de la teoría de los valores (M.Scheller) y el método fenomenológico (Husserl). Toda la filosofía de nuestro siglo (existencialismo, axiología, estructuralismo, etc.) tiene en él a una de sus más profundas e inmediatas raíces.

Otra de las razones para ocuparnos del siglo XIX es que tanto la psicología contemporánea (cognoscitivista) como el psicoanálisis encuentran ahí sus fuentes comunes y las razones de su parentesco. Estoy convencido de que cualquier intento de comunicación entre estas disciplinas pasa por el siglo XIX.

 

Brentano Y Freud.

Freud admiró por mucho años a Brentano. (10) Las exploraciones filosóficas del joven Freud lo llevaron cerca del primer Brentano en el ambiente universitario. Asistió a no menos de cinco cursos de conferencias y seminarios ofrecidos por ese "maldito tipo listo", ese "genio", y le solicitó entrevistas privadas. Brentano, exponente del empirismo en psicología, exponente claro y duro del aristotelismo, complicó y estimuló el pensamiento de Freud dejando en él sedimentos significativos. (11) Cuando Heinrich Gomperz preparaba el segundo volumen de la biografía de su padre, el famoso Theodor, tuvo que considerar la traducción alemana de las obras de John Stuart Mill, que Theodor Gomperz editó. La traducción del volumen 12 fué obra de Freud. (12) En respuesta a una pregunta explícita, Freud contestó a Heinrich Gomperz, el 9 de junio de 1932, haber sido recomendado a su padre por Franz Brentano, cuyos cursos seguía, en una reunión social. Freud siguió antes de sus treinta años cursos con este filósofo que invitaba a distinguir claramente entre los fenómenos psíquicos y los físicos. Es posible que la relación de Brentano con Freud haya provocado la discusión sobre el concepto de Inconsciente en que el aristotélico conduce el concepto hasta el aquinatense, aunque sea para rechazarlo.

Según Kraft de Viena (13) Freud siguió seminarios de Brentano durante sus 3er, 4º, 5º semestre (invierno 1874-75, verano 1875; invierno 1875, 76): el seminario sobre lectura de textos filosóficos; el de lógica en verano 1875, y en verano 1876 la filosofía de Aristóteles. Brentano enseñó en Viena de 1874 a 1880. En 1874 discute en su "Psicología" con Helmholtz, Fechner, Wundt. Es de gran importancia, considera Ramzy, (14) el hecho de que en la época en que Freud ingresó en la Universidad de Viena la asistencia a los cursos de filosofía era voluntaria. Inscrito en la facultad de Medicina de Viena, además de seguir las clases y cursos de física, fisiología, anatomía, química y zoología, Freud encuentra tiempo para asistir a este espacio, con particular asiduidad, que se agrega a una enseñanza ya de por sí pesada. Cuando Freud descuida los cursos de zoología veterinaria, además de un pesado curso de zoología pura y de fisiología, continúa asistiendo a los seminarios de Brentano. Freud se interesa en la historia de la filosofía, en la lógica aristotélica, etcétera. En el momento de entrar en contacto con Freud -señala Assoun- (15) Brentano goza de un gran prestigio, la mitad de Viena se precipita a oír sus conferencias públicas. Este autor de "las múltiples significaciones del ser en Aristóteles" enseñó la filosofía aristotélica y la psicología empirista, y ofrece a Freud la síntesis entre observación y especulación. Binswanger cuenta en sus recuerdos de Sigmund Freud (16) que en 1925 Freud dijo haber leído con interés y placer a Friedrich Strauss y a Feuerbach -precisamente los que se leían en los seminarios de Brentano-. Brentano fué, pues, un conductor de las influencias filosóficas en Freud. El interés de Freud en la filosofía se mantuvo largo tiempo, aun después de 1880. Diez años después de haber seguido los cursos de Brentano Freud redacta para Martha una introducción general a la filosofía que llamó "ABC filosófico" (17).

Todavía en 1897 escribe a Fliess acerca del deseo absolutamente primario por los conocimientos filosóficos. Algunos rasgos de estos hechos permiten sospechar algunas identificaciones de Freud con Brentano, más allá de algunos paralelismos entre sus vidas.

Otra vía de influencia de Brentano en Freud se da a través de Breuer.Este era médico de la familia Brentano y amigo personal tanto de Franz como de Sigmund; es posible que haya sido Breuer quien recomendó a Freud para la traducción de Mill. La relación de Freud con Brucke, Breuer, Charcot y Brentano era del mismo tipo. Freud era algo más que una cara más en el grupo de alumnos de Brentano.

Por su parte, según el hijo de Franz Brentano, Johan B., (18) Brentano siguió con interés el trabajo de Freud hasta que le pareció demasiado interesado en la sexualidad.

Acaba de salir a la venta la traducción castellana de las cartas de juventud de Sigmund Freud. Se encuentran en ella varias importantes referencias a la relación que nos ocupa.

 

Franz Brentano.

Brentano publicó en 1874 su Psychologie vom empirischen Standpunkt confiando en la posibilidad de una psicología que sobre la base de la experiencia, aunque no de la experimentación, diera cuenta de las correspondencias entre los estados fisiológicos y los mentales; afán común en su época y del que Freud participa. Su proyecto, sin embargo, implica la clara distinción entre lo físico y lo mental y, acorde con el pensamiento aristotélico, no es ni monista, ni reduccionista, ni dualista: se trata de conservar la especificidad de lo psíquico y de lo físico en la unidad del funcionamiento mental. Hacia 1890, sin embargo, Brentano cambia de postura estableciendo la autonomía científica de la psicología descriptiva. " A partir de este momento, dice Massa, (19) ya no se trató de que esta realizara una función preparatoria para el advenimiento de una psicología fisiológica, pues la joven ciencia descriptiva se vio investida de la tarea de proveer los fundamentos de validez de las otras disciplinas filosóficas".

La labor de Brentano no se reduce al haber rescatado de la filosofía medieval el término "intencional" para hacer posible que Husserl le diera un sentido más moderno ni a ocuparse como psicólogo del problema del sujeto-objeto o de la objetividad de la existencia de los fenómenos subjetivos. Entre otras cosas Brentano trató de resolver el problema mente-cuerpo sin descuidar el aspecto subjetivo de los fenómenos mentales ni desligarlos de su fuente biológica.

En el marco de un proyecto tan fisicalista como el que fué de Freud, y tan cientificista como el de muchos psicólogos de la época, Brentano tuvo el mérito de advertir que "hace falta describir aquello que se quiere explicar, como condición para formular una caracterización de lo mental que, al mismo tiempo que no pierda sus propiedades esenciales, dé sentido a una teoría de la mente acorde con los planteamientos de las ciencias naturales. Es en este contexto donde nace la famosa teoría de la intencionalidad". (20)

Desde 1874, cuando escribió su Psicología, Brentano estaba convencido de que la descripción de los fenómenos mentales debía enfatizar la característica esencial de ser aquellos fenómenos que se dirigen hacia un objeto distinto de sí mismos. En esa obra Brentano fundó su teoría de lo mental en la tradición aristotélico-tomista, y por ello, dice Massa, (21) al hablar de una existencia mental de los objetos de pensamiento, su noción básica de la mente como "conciencia de" quedó íntimamente vinculada a una concepción inmanentista de la estructura de la experiencia. Años más tarde modificó este punto de vista, rechazando la existencia inmanente de los objetos de los actos psíquicos, por pensar que era multiplicar los entes sin necesidad, conservando la diferenciación entre los fenómenos físicos y los mentales. Los actos psíquicos son concebidos entonces como meras relaciones pero haciendo de las cosas reales el único objeto posible de la actividad mental. Brentano pasó así, de una postura de realismo moderado en el sentido de la escolástica a un reísmo tajante y substancialista.

Franz Clemens Honoratus Hermann Brentano nació el 16 de enero de 1838 en Marienberg, población prusiana a orillas del Rihn. Hizo estudios en el Real Gimnasio Bávaro y en el Liceo de Aschaffenburg. En 1856 hace en la Universidad de Würzburg un semestre. Después estudia en la Universidad de Berlín, donde se dedica a estudiar la filosofía de Aristóteles. En 1862 publicó Von der mannigfachen Bedeutung des Seienden nach Aristóteles, obra elogiada por Trendelenburg que influyó en la orientación filosófica de Heidegger (22) y que tiene que ver con el concepto de analogía del ser. Alguna vez quizá pueda insistir en la importancia que este concepto de analogía tiene para mí en la lectura del texto de Freud. En 1862 también se doctora en la Universidad de Tübingen. Viena a Munich a estudiar teología. En 1866 es Privatdozent en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Würzburg. Al año siguiente, 1867 Brentano se incorpora como catedrático en la Universidad de Viena y publica su Psicología. Entre sus alumnos estuvo Freud. En 1873 viaja a Inglaterra con el fin de entrevistarse con su admirado filósofo J.S.Mill. La muerte de este impidió el encuentro. Mantuvo vínculos con Dilthey, Mach, Meynert, Boltzman y Breuer. Los prejuicios de las autoridades lo hicieron abandonar Viena en 1895. Tuvo problemas de la vista y a pesar de ser operado varias veces en 1903 estaba casi ciego. A pesar de eso, en 1907 dictó y publicó sus Untersuchungen zur Sinnespsychologie y en 1911 su Aristóteles und seine Weltanschauung. Ese mismo año publica Von der Klassification der psychischen Phänomene que corrige a su Psicología. Desde principios de siglo, sin embargo, hasta su muerte en 1917 sus mayores preocupaciones fueron la realidad, el lenguaje y la evidencia, como lo prueban las recopilaciones publicadas póstumamente como Warheit und Evidenz y Kategorienlehre. Murió el 17 de marzo de 1917 en Zurich.

 

Descripción Empírica De La Vida Mental.

Brentano adoptó la vieja distinción de dos formas de percepción: una externa que aprehende las cualidades sensibles, a partir de las cuales se construyen los objetos más complejos, y una percepción interna que aprehende con evidencia "inmediata" nuestros propios fenómenos mentales: ideas, representaciones, juicios, emociones. La percepción de nuestros propios actos psíquicos es más evidente aún que la de los objetos externos. Sin embargo, la observación directa de nuestros actos mentales los modifica, haciendo imposible su captación. Esta especie de principio de incertidumbre imposibilitaría la psicología como ciencia empírica de no ser porque el acceso a los fenómenos mentales nos es proporcionado por la memoria y por el lenguaje.

Establecidas las bases epistemológicas de su investigación, Brentano llevó a cabo el análisis de la vida psíquica que postula el carácter intencional de esta: nuestra experiencia de una creencia, de un deseo o de una sensación nos pone en relación con un objeto (todo acto psíquico se refiere a un objeto de ese acto) "in-existente" (existente-en la experiencia misma en cuestión). Brentano, como se ha dicho, años más tarde dejará de atribuir existencia real intencional a los objetos de los actos psíquicos inmanentes a los actos psíquicos mismos, en el sentido de que los actos psíquicos sólo podrán explicarse si se tiene en cuenta la relación intencional que se da entre el sujeto psicológicamente activo y el objeto -trascendente- de su actividad. De ese modo se opuso a toda explicación del hecho mental que pierda de vista su carácter relativo (de relación).

Ya Hamilton en su Lecture of Metaphysics (1859) (23) había reconocido que en el pensamiento siempre hay algo -un objeto- pensado y en el deseo un algo deseado; sin embargo, sostenía que en los estados afectivos no es posible encontrar ningún objeto distinto del yo. Brentano responde que siempre nos alegramos de algo o nos entristecemos de algo. Siempre habría un objeto. Incluso al lastimarnos o quemarnos experimentamos un dolor ligado a la representación de una localización espacial ya se trate de un objeto, ya de una parte del cuerpo. Así escribe Brentano: (24) todo fenómeno mental se caracteriza por lo que los escolásticos de la Edad Media llamaron inexistencia intencional (o mental) de un objeto, y que podríamos llamar, aunque no sin ambigüedad, referencia a un contenido, dirección hacia un objeto (que no debe entenderse aquí como significando una realidad <física externa al sujeto>". Y en otro lugar: (25) todo fenómeno mental contiene en sí algo como su objeto, aunque no todos del mismo modo. En la representación algo está representado; en el juicio algo es afirmado o negado; en el amor amado, en el odio odiado, en el deseo deseado, etc. Esta inexistencia <in-existencia> intencional es propia exclusivamente de los fenómenos mentales, ningún fenómeno físico presenta nada similar".

Brentano adhirió a la distinción aristotélica entre lo real y lo existente, y utilizó el término realidad (Realität ) como sinónimo de cosa (Ding ), y no para designar algo que existe. Existen, en este sentido, entes que no son reales; es decir, no todo lo que existe es una cosa. Brentano quiere decir que nuestro pensamiento puede tener como objeto tanto una cosa individual y concreta como algo que no es cosa, es decir, un universal, una especie, una clase, un género, o incluso algún ente tal como una creencia, una posibilidad, etcétera. (26) Años después es esto lo que negaría Brentano: su reísmo consistirá en sostener que todo lo que existe es una res, es decir, una cosa (para no multiplicar los entes sin necesidad).

La insistencia de Brentano en dejar claramente establecida la diferencia entre la existencia mental o intencional y la existencia física de los objetos externos al sujeto lo llevó a precisar que en realidad se hallaba retomando la concepción aristotélica de los sentidos como "receptáculo de las formas sensibles sin la materia <prima o primera>" (27) fielmente retomada por Sto. Tomás en su explicación del conocimiento.

Mientras que algunos autores neoplatónicos y escolásticos confundieron la existencia mental con la existencia física, Sto. Tomás hace suyo el pensamiento aristotélico según el cual, para que un objeto sea tema de una acción mental debe hallarse en dicho acto mental; lo percibido en el acto de percibir: el percepto, lo concebido en el acto de concebir: el concepto; etcétera. El objeto no se encuentra en la mente como cosa material, sino en tanto inteligible, es decir, según un modo de ser intencional, diferente de su modo de ser extramental.

Era esta existencia dependiente del sujeto y no la existencia de la cosa la que Brentano consideraba en su concepto de intencionalidad.

"Pero si, por una parte, el propio Brentano aclara el sentido en que la expresión 'in-existencia intencional' refiere a la objetividad inmanente que caracteriza a los fenómenos mentales, por otra parte, en cambio, deja sin explicar el sentido en que -como dice Massa, a quien estoy citando- (28) esa misma expresión se relaciona con las nociones de 'referencia a un contenido' y 'dirección hacia un objeto' ". Para Brentano, según parece, era claro que las nociones tomistas de referencia e inexistencia intencional son inseparables. Sin embargo, en la medida en que nuestro filósofo libera la noción de su contenido epistemológico para atribuirla a la esencia, por así decir, de lo mental, parece que intenta darle un nuevo sentido a la noción. Al introducir el Inconsciente tópico, Freud imprimirá a la idea un sentido más radical aún.

Para Sto.Tomás el objeto in-existente constituye un principio de conocimiento no en virtud de existir en el sujeto, sino en virtud de la relación con la cosa conocida. Brentano, en cambio, no ve en el objeto in-existente algo que medie entre el sujeto y la realidad objetiva externa: más bien ese objeto inmanente constituye en sí mismo el término de la relación mental. Para Brentano, pues, fenómeno mental es aquella relación que se da entre un sujeto psíquico activo y un objeto presente en su conciencia. Por lo tanto un objeto in-existente puede carecer de existencia extramental. Sin embargo Brentano no niega que haya objetos extramentales realmente existentes. En tanto que todo fenómeno es algo que aparece a alguien, la noción de existencia intencional implica la noción de un sujeto que existe efectivamente y que se conoce a sí mismo precisamente porque experimenta el fenómeno en cuestión.

 

El sujeto de la actividad mental

Dentro de la tradición aristotélica -señala Massa- (29) ya Sto.Tomás había atribuido el conocimiento de nuestra existencia a la percepción de actos dirigidos a cosas externas. La percepción sensible juega un papel fundamental en ello. Inspirado en la misma tradición, Brentano sostiene que el yo sabe de sí cuando percibe que siente, piensa, recuerda o ama algo, y sabe también que es uno debido a la captación simultánea de varios de esos tipos de objetos, por saber de su diferencia, simultaneidad, sucesión, etcétera, y también por poseer una memoria de los objetos y de sus actos sobre los objetos. Aunque no emplee consistentemente el concepto de "yo" Brentano afirma la idea de un sujeto de las acciones mentales en tanto percepción de hecho intuitiva y evidente.

Aunque las posturas de Brentano son en varios puntos muy cercanas de Leibniz, Brentano no logró reconciliarse con la idea de fenómenos inconscientes. En la medida que siempre capto mis actos acerca de objetos, mis actos son objeto de mi consideración. Esta consideración es consciente. La explicación tradicional de la conciencia en términos de representación concomitante a cada acto mental hacía que la defensa del carácter consciente de todos los fenómenos mentales complicara increiblemente las cosas o llevase a cadenas al infinito de representaciones de representaciones de representaciones... Por eso a partir de Leibniz cada vez fueron más los que aceptaban la existencia de fenómenos mentales inconscientes, (30) entre otros Fechner y Herbart. (31) Brentano pensaba que la complejidad de la actividad mental no está dada por un número indeterminado de actos sucesivos, sino por la multiplicidad de relaciones de cada acto; por esta razón consideraba innecesario el concepto de inconsciente.

"Además de un objeto del acto y de un acto, cada fenómeno mental implica, para Brentano, un afecto, es decir la emoción de agrado o desagrado que nos produce tal acto. Contenido de la representación, acto de representarlo y placer o displacer por ello están inextricablemente unidos.

Así todo evento psíquico puede ser considerado desde varios puntos de vista: 1) en su relación con un objeto primero y 2) como representación, juicio y emoción de sí mismo, en tanto objeto de la conciencia interna; 3) esta, a su vez, en el carácter unitario de la vida mental, que contiene en sí mismo su representación, su saber y su sentimiento. Estos modos de la conciencia interna corresponden a los tres grandes grupos en que Brentano clasifica a los fenómenos mentales: las representaciones, los juicios y los fenómenos de amor y odio. En otras palabras, dejadas de lado las operaciones mentales o juicios, queda aquello que constituye el medio de la operación: representaciones y afectos. Las representaciones como lo primero, separadas en actos de representar y contenidos de representación, y lo segundo los afectos como concomitantes. Freud recogerá esta postura: hablará de contenidos de representación, Vorstellungen; hablará de la función o ejercicio del representar, acuñando el concepto de Repräsentanz; y vinculará todo ello a la economía del principio del placer-displacer, a la economía del afecto.

Las representaciones son los fenómenos mentales más independientes y universales". (32) Más que una instancia, la representación es un prerrequisito de la actividad mental, pues, como dice Brentano: "nada puede ser juzgado, deseado, esperado, temido u odiado, a menos que sea representado". (33)

Después de reflexionar sobre la naturaleza de la percepción, la representación de in-existentes y sobre el lenguaje, Brentano fue modificando sus opiniones. He dicho que evolucionó hacia un cosismo cada vez más acentuado: no hay objeto pensado ni inmanente, no hay más objeto que las cosas. No negó nunca la importancia ni la generalidad de la representación, ni la necesidad del sujeto psíquico, ni, por paradójico que parezca, la in-existencialidad intencional de las representaciones.

Esta visión de la importancia de la representación mantiene un íntimo parentesco con la visión que sobre este punto sostienen otros pensadores del siglo XIX que también influyeron en Freud: Mill, Bain y Whevell. (34)

 

El Legado Brentaniano A Freud.

Según Barclay, (35) las semejanzas entre Brentano y Freud se pueden resumir así:

1. Tanto uno como otro mantienen que el conocimiento de la realidad es en parte un problema psicológico y que, en cierto sentido, todo conocimiento, y la ciencia misma, dependen de factores psicológicos.

2. Ambos consideran a la psicología como una de las ciencias y afirman que el verdadero método de la psicología es el de la ciencia natural.

3. Ambos sostuvieron que la psicología tenía profundas implicaciones no sólo para el hombre individual, sino para el progreso de la civilización.

4. Tanto Brentano como Freud mantuvieron que toda cognición se refiere a un objeto y que la interpretación de este objeto está basada tanto en la estimulación externa como en su percepción subjetiva.

5. Ambos sostuvieron que toda actividad psíquica es significativa e intencional. También sería común a ambos el reconocimiento de que toda actividad psíquica es conocida por medio de la conciencia.

6. Ambos enseñaron -siempre según Barclay- que el punto focal de toda la actividad psíquica era la imagen intencional. Es decir, la intencionalidad de la representación. Brentano vio a la imagen intencional como el producto de la percepción impreso y guiado no sólo por la conciencia primaria y externa, sino también por lo que él llamó segunda conciencia o autoconciencia. Freud, utilizando el concepto de energía distinguió también una relación objetal semejante, llamándola cathexis. La cathexis -según Barclay- es la resultante de una relación objetal de la cual la mente al focalizar una cantidad específica de energías produce la particular atracción motivacional del objeto-imagen. (36)

Deseo antes de pasar adelante a la siguiente conclusión insistir en esta su 6ª conclusión. Es uno de los pocos autores que brillantemente percibió, a pesar de la superficialidad de sus otras conclusiones, la importante relación entre intencionalidad de la representación y pulsión. El párrafo es denso: habla de relación objetal como equivalente de la inmanencia del objeto en la representación; equipara el concepto de energía al de cathexis; hace derivar la cathexis de la relación objetal o intencionalidad de la representación, y, finalmente, hace una lectura energetista del deseo. No pienso entrar en la discusión -¡bien valdría la pena!- de todo esto, pero sí señalar esta relación entre la intencionalidad de la representación y la pulsión.

Terminemos con Barclay: su 7ª conclusión es relativa al hombre como medida de los valores, a su subjetividad como criterio de eticidad que el último Brentano tendría en común con Freud (cosa falsa en ambos casos).

Para Schöpf (37) el concepto central brentaniano fué tomado de tal manera por Freud que fué conducido a hablar de corrientes, intenciones o tendencias, etcétera. (38)

Esto, a decir verdad, no sería precisamente brentaniano: la intencionalidad no se reduce a la intencionalidad volitiva o a las intenciones. Por otra parte, según este autor, de la adecuación del juicio a la realidad en el sentido brentaniano se habría derivado en Freud el principio o el juicio de realidad. Nada más falso. Si citamos a Schöpf es porque toca el tema de la presencia del deseo en la representación; mejor aún, el tema de las representaciones de deseo en relación con el juicio de realidad, tal como este es mediado en la relación intersubjetiva por la representación que me hago del deseo del otro. No olvidemos que en Freud, según lo señala Maldavsky, (39) toda representación es representación del semejante. Podríamos decir, por ahora, que toda representación es humanamente mediada o resignificada.

 

De La Intencionalidad Y La Pulsion.

Un ensayo sobre las relaciones entre Freud y Brentano podría seguir muchas vertientes: no me ocuparé aquí de la manera como Freud y Brentano conciben la ciencia y la teoría del conocimiento; no me ocuparé tampoco de cómo comparten un empirismo no experimental en psicología, de su desconfianza hacia una especulación que no esté basada en los hechos; no hablaré de la relación de ambos con Mill y Herbart y de como ella determina aspectos importantes de la teoría de la representación y de la teoría de la represión; tampoco me internaré en el camino que desde aquí se abre para pensar el tema de la realidad psíquica, etcétera, ni de la teoría del objeto. Trataré de centrarme en un solo concepto que en mi opinión es central en metapsicología en general y en teoría de las pulsiones en particular: el concepto de Repräsentanz. Este concepto no recoge todo lo que tiene que ver con la intencionalidad en Freud. Este concepto excede el concepto brentaniano o le da un giro fundamentalmente diverso. Este concepto, o el lugar que ocupa en la concepción freudiana de la pulsión, recoge lo que centralmente significa "intencionalidad de la representación".

Las tesis centrales de este ensayo, y en las que quisiera poner toda mi atención son estas:

1. La intencionalidad de la representación (Intentionale Inexistenz der Vorstellung, Intentionalität der Vorstellung ) en Brentano se convierte en Freud en la representancia de la representación ( Vorstellungsrepräsentanz, o Vorstellungsrepräsentanz des Triebes ).

2. La representancia es el concepto que define a la pulsión; independientemente de que se trate de la representancia de la representación ( Vorstellungsrepräsentanz ) o de la representancia del afecto ( Affektrepräsentanz ).

Por otra parte, si el fantasma o Phantasie ser construye a partir de elementos-representación que confluyen desde diversos niveles y modos de inscripción, como implicando en ello la suma vectorial de las intencionalidades o el ejercicio de su función por una forma superior que abarca a las inferiores ¿se puede decir que el fantasma es la pulsión? El fantasma, desde luego, pulsa o compele, empuja ( treibt ). No haré aquí este recorrido. Me quedaré en sus inicios: la presentación del concepto freudiano de representancia. Las preguntas y consideraciones anteriores pueden dejar ver la importancia del asunto.

 

Traduttori Traditori.

En general los traductores de Freud en lengua latina disponen sólo de una palabra para expresar dos ideas distintas y diferentes que Freud expresa cada una con un vocablo diferente. Las palabras clave son aquí Vorstellung y Repräsentation. Una y otra significan etimológicamente lo mismo: forzar o reforzar o repetir una presenta

ción, un poner delante. Pero cada una corresponde en alemán a una tradición diversa y se usa con un significado diferente.

La palabra Vorstellung, de origen germánico, compuesta por el prefijo Vor- y el verbo Stellen ha sido traducida a veces por Lacan como "poner delante"; podríamos también decir re-presentar o "presentar ante", que tiene que ver con el "sentar" o poner. En alemán se usa con los sentidos de presentar, advertir, preponer, adelantar, imaginar(se). Una Vorstellung es una idea, un concepto, una presentación, un espectáculo, una función teatral, una escena, un contenido mental. Está del lado del contenido del acto psíquico y pertenece al contexto cognitivo. La palabra Vorstellung aparece repetidas veces en el texto freudiano, a veces sola, a veces aglutinada con el contenido de lo presentificado en ella: Klangvorstellung (representación del sonido de la palabra), Wortvorstellung (representación-palabra o de palabra), Sinnesvorstellung (representación sensorial), Sprachbewegungs-vorstellung (representación del movimiento del habla), representación onírica, etcétera.

Vorstellung es el término que usa Brentano. La Vorstellung es en él y en Freud algo que se da en múltiples niveles y modos de realidad psíquica: la huella mnémica es una representación, el percepto, el concepto son representaciones; el recuerdo es representación, el fantasma, la escena onírica. Las representaciones no son inertes, se agrupan, se complican, se suman y construyen. Proceden de diversas fuentes: todos los sentidos. Se refieren a los más variados objetos: internos, somáticos, externos, del lenguaje, etcétera. Se organizan y sufren diversos destinos: son constituyentes o causantes del psiquismo.

Uno puede entender la representación como equivalente de inscrito en el psiquismo, y el psiquismo es causado, creado por lo que se inscribe en él.

Este sentido del vocablo Vorstellung es el que corresponde al término latino repraesentatio. Representar, en el sentido latino, es contener alguna semejanza de

lo representado en la representación cognitiva. En Freud, la diferenciación entre representación y afecto se halla en la base de la teoría de la represión. Cada elemento recibe en ella diverso destino. La representación puede ser inconsciente, preconsciente o consciente. La representación -dice Laplanche-(40) es aquello que, del objeto, viene a inscribirse en los sistemas mnémicos.

La otra palabra clave que usa Freud es Repräsentation. Palabra de origen latino que tiene en esta lengua germánica un uso culto, pero que no conserva en ella el significado latino original. El substantivo Repräsentant traduce los significados castellanos de representante, apoderado, delegado, nuncio (lat. nuntius). Repräsentieren como verbo indica tener buena presencia, llenar un cargo. Se usa en el sentido de "hacer las veces de", "estar en el lugar de". Es un concepto no cognitivo, sino más bien jurídico en el sentido de embajada o delegación. El término es poco usado por Freud y sólo en sentidos muy específicos, todos ellos ligados a la teoría de la pulsión.

Freud utiliza el término Repräsentant y con mayor frecuencia el de Repräsentanz que es más abstracto y que designa más que a un elemento como tal, a una función o característica del elemento. En Freud el término Repräsentanz se usa aglutinado con otros, a saber: Triebrepräsentanz, psychische repräsentanz, Vorstellungsrepräsentanz, Affektrepräsentanz. La tesis que sostengo en este trabajo implica que siendo un concepto clave de la teoría de la pulsión ha de ser traducido al castellano con precisión. Lamentablemente no ha sido así. El término ha resultado difícil y casi todas las traducciones han producido obscuridades y contrasentidos en este aspecto fundamental de la teorización.

A continuación enunciaré los términos freudianos, su traducción usual y la que yo propongo. Propongo traducir Vorstellung y sus afines por el término latino representación y sus afines, en cualquier contexto en que se halle, sola o aglutinada.

Veamos los otros términos. Triebrepräsentanz y Triebrepräsentant han sido traducidos ambos como representante de la pulsión. Yo propongo mantener la importante diferencia conceptual y traducir representancia de la pulsión y representante de la pulsión. Psychische repräsentanz y psychische repräsentant se ha traducido como representante psíquico en ambos casos. Propongo igualmente conservar la diferencia; a pesar de que la diferencia es válida sólo para algunos textos de Freud, que pronto, sobre todo después de 1915, los hace prácticamente sinónimos.

Considero totalmente abusivo y productor de enormes confusiones que se traduzca esta simple expresión freudiana, en una palabra, por "agente representante" o cosas parecidas. ¡Freud no menciona ninguna agencia! y esto sí multiplica los entes sin necesidad.

Los problemas surgirán ahora. El término freudiano Vorstellungsrepräsentanz ha sido traducido en castellano por "representante representativo". En francés se adoptó "representante-representación". Lacan propuso "substituto de la representación" y Valabrega "representante de la representación". Rechazo como falsas y contrasentidos todas estas traducciones. La primera, porque no hay representantes que sean representativos de algo, y otros que no sean representativos. Esta traducción anula simplemente el concepto de repräsentanz. La traducción francesa es un poco más afortunada pero poco clara. Sólo se entiende si se sabe qué traduce del alemán; también da lugar a malos entendidos. Las propuestas de Lacan y Valabrega son inaceptables; no hay nada que substituya a la representación, ni la representación substituye nada. Tampoco hay algo que represente a la representación. Estas propuestas son verdaderos contrasentidos que obscurecen o ignoran el sentido del texto freudiano, como desde hace ya tiempo señaló Tort. (41)ACHERON3.F__046 Yo propongo simplemente traducir mediante el barbarismo (¿tecnicismo?) representancia. De cualquier modo, si barbarismo es "lo no grecolatino", esta traducción es menos bárbara, puesto que "...ancia" asimila al latín el germánico "...anz " y es fiel al texto de Freud. Así traduciría representancia de la representación. Exagerando un poquito en el sentido implicado por el término, se podría traducir por el sentido "delegación de la representación", "embajada de la representación", "imagen o escena delegación", etcétera. Ahora se verá por qué estas consideraciones sobre la traducción además de aburridísimas son básicas.

 

La Pulsión.

No hay en el psiquismo más que dos elementos o clases de elementos: las representaciones (Vorstellungen ) y los afectos ( Affekten ); ambos son las únicas partes o elementos constituyentes de la pulsión. La pulsión se divide o descompone en dos partes: representaciones y afectos.

Para ser más claros: la palabra Trieb la traducimos por "empuje". De hecho no se trata tanto de una cosa o substancia, como de una función o actividad, la que tiene que ver con compeler, impeler, impulso, impulsar, pulsar, es decir "empujar", dar un envío, arriar (en el sentido del arriero o "empujador de mulas", literalmente Esseltreiber ), no en el sentido de arriar las velas, sino de izarlas para que el navío sea empujado, pulsado o compelido por el viento. Cuando digo que el "empuje" se descompone en representación y afecto, en realidad lo que quiero decir es que la "imagen" y la "emoción" que le es concomitante "empujan", ejercen en el psiquismo una actividad compelente, pulsante o pulsional, de "empuje". La imagen (que no sólo las hay visuales, sino de todo tipo), escena, idea (Vorstellung ), y su energía, carga, investidura, afecto, e-moción (Affekt), empujan, ejercen un empuje en el psiquismo: son pulsión. No está el afecto y la pulsión; no está la representación y la pulsión: está la pulsión que ejercen en el psiquismo la representación y el afecto; o mejor, la actividad pulsional que ejerce en el psiquismo la representación con su afecto. Esta actividad de "empuje" es la representancia de la representación.

Los términos que aquí ponemos en juego son en el texto freudiano sumamente abstractos. Representancia psíquica de la pulsión es la función psíquica de "empujar" ejercida o llevada a cabo por el "delegado" psíquico de la pulsión: la representación o el afecto. La representación con su afecto son quienes ejercen la representancia, representan, actúan el empuje. Hay una parte-afecto de la representancia ( Afffektanteil der repräsentanz ) y una parte-representación de la representancia ( Vorstellungsanteil der repräsentanz ); juntos son la pulsión. Juntos hacen en el psiquismo las veces de, ocupan el lugar de, están ahí por aquello que en el cuerpo hace las veces de motor: empujan, pulsan, son emoventes.

 

La palabra representancia designa, pues, el modo de ser propio de lo emovente en el psiquismo: es una designación por analogía; indica la relación entre el soma y el psiquismo, que no es la relación metafórica del dualismo, ni tampoco la de la derivación causal de un monismo reduccionista. Representancia es la característica que tiene la representación de ser activa, movente, en el psiquismo, como lo es la excitación en el cuerpo. La palabra representancia explicita la relación mente-cuerpo, como una relación de significación intencional en el más fuerte sentido de la realidad psíquica. En esta lectura la pulsión no es algo diferente de sus representantes; no hay algo llamado pulsión de un lado (p.ej. en el cuerpo) y representantes de la pulsión del otro (p.ej. en el alma) sino que Vorstellungsrepräsentant y Affektrepräsentant ejercen o constituyen la función de representancia en el psiquismo. Este concepto define de manera muy peculiar la concepción freudiana de la relación entre lo somático y lo psíquico. La excitación corporal se convierte, por delegación o embajada, en Trieb. Ahora bien, esta delegación o embajada no es otra cosa que la inscripción o representación; es decir, la construcción gradual y acumulativa por resignificación de representaciones de diverso origen y nivel, desde las relativas a la experiencia sensible a las construcciones de deseo; desde las relativas a los objetos hasta las relativas a las palabras; desde las que van de las cosas o personas a las que representan la historia de las propias modificaciones somáticas y viscerales en relación con tal o cual vivido u oído. En este sentido entendamos, pues, representancia por constitución de la representación del cuerpo en cuanto emovente. La palabra designa así el modo de constitución del psiquismo. No como límite o híbrido entre lo somático y lo psíquico, sino como psiquización ( siat venia verbum ), aculturación o enculturación, constitución de una significación corporal a través de la representación cada vez más compleja y activa, emovente ( que tiene que ver con la e-moción) de las relaciones del sujeto corporal con los objetos, con los otros y consigo mismo que va asumiendo al soma, que lo va transformando en cuerpo psíquico, por así decir, en cuerpo humanado o cuerpo en el orden de la cultura. En este sentido el cuerpo representación o cuerpo erógeno no es otra substancia aparte del soma cuerpo, sino más bien aquello en lo que éste deviene. La relación entre lo somático y lo psíquico en Freud no se concibe, pues, bien dice Laplanche, en forma de paralelismo ni de causalidad. No habrá que limitarse a una relación global de expresión de lo somático a cargo de lo psíquico, sino de una inscripción de representaciones en las que se va delegando y transformando el cuerpo hasta quedar trans-puesto en ellas y como retomado, instrumentalizado, por el orden de sentido y de actividad que constituyen.

 

Resumen.

El concepto de repräsentanz

a) se refiere al cuerpo como objeto origen de la huella mnémica y como tal contenido intencionalmente en la Vorstellung;

b) se refiere al cuerpo como objeto de la Vorstellung;

c) se refiere al cuerpo in obliquo, indirectamente (aunque Brentano diría directa e inmediatamente ), como sujeto de la acción;

d) se refiere al objeto de la acción, como objeto de la representación contenido en ella intencionalmente;

e) se refiere al modo de relacionarse el psiquismo con el soma;

f) la representancia en cuanto modo de ser los elementos mentales se refiere al orden propio de la realidad como diferente de la realidad material, sensible, física extramental.

Me he referido a la repräsentanz como constituyente del sujeto psíquico en el orden de la cultura en cuanto supone al orden de la naturaleza y no se opone a éste.

La representancia es aquello que constituye la esencia de la pulsión en el sentido de que todo fenómeno psíquico es activo y emovente.

 

Corolarios.

Las cosas dichas aquí más o menos apresuradamente nos llevarían a suponer que representancia e investidura no son sinónimos: la representancia de la representación no desaparece jamás, la investidura en cambio se retira. ¿Pero qué significa que se retira la investidura? No se podría dar respuesta a esta pregunta sin hacer una cabal revisión de lo económico y energético en Freud. Esa revisión nos obligaría a un trabajo epistemológico en el fisicalismo y en la física del siglo XIX y a revisar, desde luego, el tema del afecto como quantum de energía. Todo ello va más allá de este ya excesivo ensayo.

 

Consideraciones Finales.

Representante-representativo, pulsión, gasto psíquico, red de representaciones, huella mnémica, inscripción, deseo, experiencia de satisfacción, investidura, afecto, etc.,. ¡cuántos términos pueblan nuestra metapsicología! y sin embargo la mayoría de ellos no designa cosas diferentes. Se trata siempre de las mismas entidades: representaciones y afectos, vistas desde ángulos o en relación con contextos diferentes. No multipliquemos los entes sin necesidad. De lo que en general nos ocupamos no es de diferentes entidades mentales, sino de su manera de relacionarse, de las diversas maneras de efectuar un trabajo en el psiquismo.

 

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Notas

(1) "Repraesentare est continere similitudinem alicuius, vel factivam rei, sicut in intellectu practico, ut liber vitae et primum respectu secundi, vel acceptum a re, ut secundum respectu primi" Verit.q. 7, 5, 2 m. "Intentio esse spirituale duplex: sicilicet quiescens ut species in anima et fluens ab agente ad passum, et de potentia ad actum, ut virtus instrumenti". 4d.l.ql.a4., q.4,c. Verit.q.27,7,c.

(2) A propósito de la sensación: "D'autre part, même dans le cas ou la forme spéciale, à laquelle l'organe est adapté pourrait s'imprimir sur lui sans obstacle, le contact immediat risquerait de changer la nature de cette impression, de la rendre, d'intentionelle, qu'elle eût dû être, naturelle et physique. Au lieu de transmettre au sens la forme à l'état pure -intentionellement- l'objet la reproduit matériellement; et il y aurait alors transformation physique de l'organe, non connaissance." p. 471 de Tonquedec.

(3) Es interesante comparar estas páginas con el Proyecto de Freud. "Mais pourquoi, demanderait'on, une forme physique exclurait-elle une forme intentionelle? (Car c'est en ce dernier état que les formes traversent le milieu et arrivent a l'organe pour préparer la sensation). L'esse naturale et l'esse intentionale ne font pas en effet double emploi: il constituent des realités diverses, et jouent des rôles fort dissemblables. Pourquoi l'un serait-il pour l'autre un obstacle? A cette difficulté il faut répondre qu'Aristote et Saint Thomas considèrent l'essence comme toujour identique à ellle- même, quelsque soient ses modes de réalisation. Qu'une forme se trouve réalisée de diverses manières, cela n'empeche pas qu'en elle même et comme forme, elle ne change pas. Elle comprend toujours les mêmes caractères, les mêmes déterminations. De plus, entre les deux états dont elle est susceptible, le physique est l'intentionel, il y a un ordre, comme l'imparfait au parfait, comme du mouvement au terme, de l'instable au stable; ces deux manières d'être sont situées en des plans divers, mais sur la même ligue. L'etat physique, c'est l'esse firmum et ratum; l'etat intentionel, c'est l'esse fluens, determinatum, debile, incompletum. Or ces deux actuations dissemblables, inégales, de la même essence, ou de plusieurs essences du même genre en un même sujet, répugnent. Il est impossible que, dejà actué en plénitude, le sujet puisse l'être de nouveau, au même egard, mais de façon imparfaite e incomplète" Tonquedec, p.474.

(4) En otro lugar: "La forme de l'objet demeure donc dans le sens à l'état pur, saint Thomas dit: << spirituel>> ou <<intentionel>>. Le dernier mot signifiant un mode d'exister sans la matière, analogue à celui des idées dans l'esprit. Anticipant quelque peu sur la métaphysique, nous disons, pour donner à ces formules leur sens pléin que, d'après la philosophie aristotélicienne et thomiste, il y a, dans les corps mêmes un élément non-materíèl, absolument distinct de la matière, qui est la forme, celle-ci, fût-elle essentiellement ordonée à <<informer>> la matière, fût-elle, comme c'est le cas pour l'espéce sensible, l'exacte copie des caractères physiques d'un corp, mérite, dès lors qu'elle n'est pint actuellment appliquée à une <<information>> physique, le qualificaif de <<spirituel>> ou le nom d'<<intention>>. Telle est la manière dont le sensible et le sens sont mis en communication; le premier reproduit dons le second,`pa l'état pur ou intentionnel, la forme qu'il possède lui-même à l'état naturel. Une fois parvennue dans le sens, cette forme ou espèce y remplit un double rôle. D'abord elle y rend l'objet présent, non par essence,mais par influence directe et actuellement exercée; elle unit l'objet et le sujet dans cette réalité à deux termes et pourtant indivisible, qui est l'action de l'un sur l'autre. En second lieu, elle confère au sens, par sa présence même, la forme de la future perception; elle le proportionne à l'objet qu'il doit atteindre, elle le rend capable de s'y appliquer exactement et de le saisir". Tonquedec, p.57-58.

(5) Estamos proporcionando en esta nota algunos textos muy útiles para entender en lo fundamental la concepción escolástica, tomista, de la intencionalidad que está en la raíz del pensamiento de Brentano. Finalmente, algunas citas que, aunque largas, son muy esclarecedoras, tomadas de la obra de Marechal. "La forma, como tal, marca a la vez un grado de realización positiva del ser y una distancia entre esta realización imperfecta y la realización total que sería pura actualidad de ser. Esta distancia mide la potencia de la forma; es decir, define para ésta, dentro de los límites de su naturaleza propia (de su grado ontológico), una posibilidad e incluso una solicitación del número indefinido de determinaciones ulteriores: determinaciones accidentales, puesto que la forma es ya subsistente; puro enriquecimiento, sin alteración de la forma subsistente. puesto que toda forma, como forma, es simple; aportación de orden <<intencional>>, psicológico [la palabra <<intencional>> designa, entre los escolásticos, todo lo que se refiere, como determinación interna o como término inmanente, a la función psicológica del conocimiento objetivo. No se olvidará, por lo demás, que el puro <<intencional>>, si no es en síu una entidad física, no deja de ser una propiedad, un modo o una relación de entidades reales: el problema psicoilógico continúa inseparablemente unido al problema ontológico], puesto que no hay una materia interpuesta que, como una pantalla opaca, impida la conciencia (...) en virtud de su infinitud y en la medida de su inmaterialidad, la forma puede, sin dejar de ser ella misma como <<ser natural>> devenir <<intencionalmente>> (idealmente) otra cosa..." Marechal, vol. 5, pp.135ss. Sobre este asunto habría que consultar los interesantes textos de Marechal en el tomo III de su obra, particulartmente el capitulo "La objetivación en la finalidad (deducción de la afirmación ontológica)". Véanse, al final, las referencias bibliográficas.

(6) Este asunto de Das Ding y Die Sachen da mucho que hablar en nuestros días.

(7) El tema tiene su importancia y por eso incluyo aquí algunas referencias útiles.

(8) Del Duden Herkunftswörterbuch: Ding. Das heute im Sinne von Gegenstand, Sache verwendete Wort stammt aus der germ. Rechtssprache und bezeichnete ursprünglich das Gericht, die Versammlung der freien Männer.[...] Der alte rechtliche Sinn von Ding erscheint teilweise noch in den Wortgruppen um Dingen [...] wie allerdings.[...] Umgangssprache bezeichnet Ding unbedeutende oder geringe Sachen, auch Kinder und jünge Mädchen. Por otra parte, veamos lo que sobre Sachen se nos dice en el mismo libro: Das im heutigen Sprachgebrauch gewöhnlich im allgemeinen Sinne von Ding, Gegenstand, Angelegenheit verwendete Wort stammt aus der germ. Rechtssprache und bezeichnete ursprünglich die Rechtssache, den Rechtsstreit vor Gericht.

(9) La primera, Ding, proviene del derecho germánico y dennota directamente a la corte; la segunda, Sache, proviene también del derecho germánico y dennota directamente el litigio que se sostiene ante la corte, como si dijéramos el asunto. Ambas se refieren a "la cosa", pero en cada caso "la cosa" es distinta. En el lenguaje coloquial parecen comportarse como sinónimos, veamos que dice Langenscheidt: Ding. Cosa, objeto, asunto. Dingwort: substantivo.Sache: cosa, objeto, asunto, causa, pleito, caso, grano (como en "ir al grano"), materia, circunstancia. Como se ve, Ding se remite más a la realidad material, mientras que Sache es más jurídico. Estas diferencias de matiz pasarán a la filosofía, donde Ding se referirá directamente a la cosa en sí, en su materialidad independiente del sujeto cognoscente, y Sache a la cosa en cuanto 'para mí', al objeto en cuanto pensado, deseado, etc. La Sache es la cosa del mundo humano. Las referencias conocidas de la obra de Freud a este respecto son: AE, O.C., 4.303.; AE. OC., 14.197.; AE.OC.,14.225.;AE.OC.,19.22. (Sobre las afasias. Los principios-inicios- del psicoanálisis. La interpretación de los sueños. Lo Inconsciente. Complemento metapsicológico a la interpretación de los sueños. El Yo y el Ello.) El tema es especialmente importante en la obra de Lacan.Véase, p.ej. Escritos, 2. 636 v Seminario 7, caps.IV y V.

(10) Tonquedec, p.474.

(11) Marechal, V., p.135ss.

(12) De Verit.q.21,3,5ª.

(13) 1d,2,3c. Poª,q.7,9c.

(14) Greimas y Courtes, vid."intencionalidad", p.224.

(15) Bercherie, pp.215ss.

(16) Marias, II, sub "Brentano".

(17) Gay, p.586.

(18) Gay, p.53.

(19) Übersetzt von S.Freud. Leipzig.1880.

(20) Assoun, 1982, pp.13ss.

(21) De aristóteles a Freud.

(22) O.Cit., p.13ss.

(23) Gay.,p.53ss.

(24) Assoun. Gay.

(25) Gay.

(26) Massa. Seguimos en detalle este excelente trabajo.

(27) Massa. Seguimos en detalle este excelente trabajo.

(28) Massa. Seguimos en detalle este excelente trabajo.

(29) Massa. Seguimos en detalle este excelente trabajo.

(30) Copleston.vol.7.

(31) Brentano. Massa.

(32) Brentano. Massa.

(33) Massa.

(34) Massa.

(35) Massa.

(36) Massa.

(37) Massa.

(38) Schöpf.

(39) Massa.

(40) Massa. Brentano.

(41) Hedwig.

(42) Barclay.

(43) El texto original inglés no es claro. Mi traducción interpreta un poco para aclarar.

(44) Schöpf.

(45) Esto, a decir verdad, de ser así, no sería precisamente brentaniano, intencionalidad no tiene que ver con las intenciones.

(46) Maldavsky.

(47) Laplanche, sub "representación".

(48) Tort.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 3 - Abril 1996
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