Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Del sujeto, hoy
Andrea Perdoni

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"(…) del sujeto, el que está allí en la figuración de la función del sujeto. Es puramente virtual. Esta función es, si puedo decir, una necesidad del pensamiento, aquella misma que está en el principio de la teoría del conocimiento. A saber, que nosotros no podemos concebir nada como objeto, que no soporte el sujeto" (1) 1

"Como analistas esta función, nosotros ponemos justamente en cuestión su existencia real –es virtual- 2.Nosotros ponemos al día, actualizamos, que el sujeto con el que tenemos affaire (relación, cercanía, atracción –la relación entre el imán y el hierro-), por el hecho de que es un sujeto que habla, no podía confundirse con el sujeto del conocimiento. No se trata de especular de él como de la pura transparencia para sí mismo del pensamiento; pues es precisamente eso contra lo que nosotros nos erguimos, levantamos, sublevamos. Que el pensamiento sea transparente es pura ilusión. Yo sé la insurrección que puedo provocar con tal torsión en el espíritu de un filósofo. Creánlo. Yo ya he tenido con sostenedores de la posición cartesiana discusiones bastante acaloradas 3 , para poder decir que hay de todos modos medios de entenderse/escucharse."

Jacques Lacan;
Seminario 8, La transferencia
, pág. 434
4

La discusión del psicoanálisis cuyo punto de partida se sitúa en el sujeto del Icc., comienza con él. Parte de la subversión que implica este nuevo sujeto respecto del sujeto que lo precede: el sujeto de la filosofía, el sujeto cartesiano, el sujeto moderno, que era también el sujeto de la ciencia.

El sujeto del conocimiento, ese sujeto moderno que inaugura el cógito, es dueño de su pensamiento, por el conocimiento, por la Razón que lo eximió de la Verdad y que no se sostiene sino por Dios, CON MAYÚSCULAS.

Ese sujeto es el producto de un pensamiento llevado al extremo, el extremo de cuestionar la existencia misma de las cosas, hasta dudar de todas ellas como mera ilusión con Descartes, encontrando la salida en la afirmación de su existencia junto a la propia como objeto, en el pensamiento, que entonces soy; pilar del surgimiento de la Ciencia moderna.

La discusión de Lacan, la que inaugura Freud, fue en torno de la diferencia que introduce el psicoanálisis en la modernidad, el más allá de sí mismo que se revela hablando: S y $, fueron los términos entre los que se constituyó la tensión de la discusión. El individuo que ya descendía del mono pero aún conservaba su centro dentro de sí, ese que era "Yo mismo", no estaba clivado por el Icc. era dueño de sus pensamientos y confiaba en el conocimiento del Yo, en su lógica, en la Razón, sus pensamientos transparentes, su decir olvidado tras lo dicho en lo que entendía, escuchaba. Ese Yo que el saber Icc. revela puro desconocimiento de sus múltiples sobredeterminaciones y vasallajes argumentados razonablemente.

Lacan de esa discusión no dice imposible, dice que es posible escucharse- entenderse ya que así lo prueba la fuerza que la misma puede adquirir, el empuje, la conmoción y el forzamiento del objeto que puede producir provocando su movimiento.

Esa dimensión del sujeto que piensa pensamientos transparentes, que si piensa entonces es, en su propio movimiento, "avance", encuentra su límite en lo que constituye su punto de exclusión (3).

En ese borde se produce una torsión si el mismo es incluido.

Fausto, paradigma del científico moderno como del sujeto que lo encarna, en su Ideal de progreso para el bien de la humanidad tiene como estorbo a su realización completa a una pareja de adorables ancianos que encarnan la forma antigua del mundo: "Deben ser eliminados.", dice, y su fiel servidor los elimina esa noche y a la mañana siguiente se lo comunica. Fausto se lo reprocha, ¡¿los había matado?! ¡Qué horror! A lo que Mefisto, su fiel servidor, le responde "si tienes vértigo no quieras volar".

Figurabilidad encontrada por la ficción de Goethe para decir la hiancia engendrada en modernidad: Uno, lo conocemos bajo distintos nombres: autónomo, razonable, productivo, coherente, uno consigo mismo. Yo. En el extremo se cae de sí, en el centro del Yo, se encuentra con el No-Yo 5. Fausto, en la realización de su "ilusión" no puede reconocerse. Siente horror de su acto. Lo niega. Y niega su responsabilidad.

En su propio movimiento, progreso (no hacia delante sino en la sucesión necesaria), la torsión se produce por la incorporación, la inclusión, de ese punto que quedaba afuera. Así, en una torsión, surge el psicoanálisis. El sujeto Es donde no piensa. El sujeto del Icc. –virtualidad que no termina en el Icc. sino que está sujeta a él-, que no sabe lo que dice, pero puede leerlo; no conoce lo que piensa, pero Es, Ello. Ello piensa y para el sujeto es posible también su desciframiento.

El sujeto es cifrado y puede leer su cifra. Pertenece a la dimensión de la Ética.

El sujeto del Icc. es responsable.

 

 

Hoy, en la actualidad…6

Todo nos indica que nos encontramos con un nuevo sujeto: Esta es la tesis.

Ello se deduce y sigue de:

1. La línea de los planteos de G.Agamben, respecto del "Estado de excepción en que vivimos"

2. el sujeto implícito en la neurociencia, uno de los extremos actuales de la ciencia.

En los dos casos:

podemos leer modalidades de abolición del sujeto. Negaciones del sujeto tal como lo concibe la filosofía, y en sus teorizaciones últimas lo supone la ciencia misma. No sujetos divididos, ni aún el sujeto del pensamiento; sino la negación de este último. Podemos decirlos no-Sujetos.

 

1 - El sujeto supuesto en el estado de excepción

Estado de excepción, fue la puerta de entrada a esta formalización. El primer capítulo lleva por título "El Estado de Excepción, como paradigma de gobierno", entremos.

Siglo XX.

Se define un fenómeno paradójico que tiene su punto de partida en la segunda guerra mundial, pero que encuentra sus antecedentes y raíces, su posibilidad y realización remontándonos al derecho romano, como la arqueología –su método- descubre sobre el final del libro. En el siglo XX ha tenido la forma de "una guerra civil legal". Veamos cómo se forjan las coordenadas de estado de excepción en que vivimos.

Agamben parte del caso del Estado Nazi: No bien Hitler toma el poder (o le es entregado) proclama el 28 de febrero el Decreto para la protección del pueblo y del Estado, que suspende los artículos de la constitución de Weimar concernientes a las libertades personales. Todo el Tercer Reich mantuvo su vigencia.

"El totalitarismo moderno puede ser definido como la instauración a través del Estado de excepción de una guerra civil legal, que permite la eliminación física no sólo de los adversarios políticos, sino de categorías enteras de ciudadanos que por cualquier razón no resultan integrables al sistema político. Desde entonces, la creación voluntaria de un estado de excepción permanente (aunque eventualmente no declarado en sentido técnico) devino una de las prácticas esenciales de los estados contemporáneos, aún de aquellos así llamados, democráticos" 9

La extensión del estado de excepción como paradigma de gobierno de la política contemporánea, tiene su puesta en acto actual con el decreto del 26 de octubre de 2001 del presidente constitucional George Bush: USA Patriot Act, que permitía "poner bajo custodia" al extranjero (alien) que fuera sospechoso de actividades que pusieran en peligro "la seguridad nacional de los estados unidos"; dentro de los siete días el extranjero debía ser o expulsado o bien acusado de algún delito. "La novedad de la orden de Bush, es que cancela todo estatuto jurídico de un individuo, produciendo así un ser innominable o inclasificable jurídicamente. Ni prisioneros, ni acusados, sólo detenidos, detención indefinida en cuanto a su propia naturaleza dado que está del todo sustraída a la ley y al control jurídico ( por la convención de Ginebra tales ciudadanos gozarían del estatuto de POW, o bien debería existir un delito del cual ser imputado y ninguna de ambas figuras se cumplen.)

Aquí precipita el parangón con la situación de los judíos en los Lager Nazis, QUIENES HABÍAN PERDIDO TODA IDENTIDAD JURÍDICA, conservando únicamente la de ser judíos.

El estado de excepción tiene equivalentes jurídicos "estado de necesidad" (y ¿urgencia? del que tuvimos noticias explícitas en Argentina).

El estado de excepción es una suspensión del orden jurídico vigente, establecida desde dentro de ese mismo orden, es una abolición de la ley legalmente sancionada.

Bajo la forma de "dictadura constitucional" se teoriza el estado de excepción entre los años 1934- 1948, frente al colapso de las democracias europeas. El término dictadura constitucional aparece entre los juristas alemanes _retomando la investigación de Agamben- para indicar los poderes excepcionales del presidente del Reich, establecidos por la misma Constitución de Weimar.

Así los denominados "plenos poderes" constituyen una legalidad "leyes a través de las cuales se le otorga a l ejecutivo un poder de reglamentación excepcionalmente amplio, en especial el poder de derogar y de modificar con decretos leyes vigentes" 10

La historia y su reconstrucción arqueológica que da por resultado la fórmula propuesta por Agamben como "estado de excepción", es de una riqueza que exigiría su reproducción hi to por hito, matiz por matiz para transmitir la consistencia de su lógica. En pos de ello cada uno está invitado a recorrerla por sí mismo, quedando eximido este escrito de reproducirla.

He aquí entonces, ya distendidos de retomar la letra en cada una de sus combinaciones, lo que es a considerar un hito cualitativamente distinto en función de la tesis que es nuestro interés trabajar.

Agamben extrae en su lectura de la historia, la extensión de aquella primera fórmula solidaria de la necesidad y urgencia en su origen perteneciente a la guerra: primero el conflicto bélico luego el estado de sitio, que autorizaban el estado de excepción 11; encuentran su punto de inflexión en la asimilación de la emergencia militar a la emergencia económica.

Esta transformación que se plasma en el período de entre guerras puede ser recortada en su actualidad si explicitamos el artículo 48 de la constitución de Weimar que rezaba "Si en el Reich alemán la seguridad y el orden público son seriamente perturbados o amenazados, el presidente del Reich puede tomar medidas necesarias para el restablecimiento de la seguridad y del orden público, eventualmente con la ayuda de las fuerzas armadas. En pos de este objetivo puede suspender en su totalidad o en parte los derechos fundamentales establecidos en los artículos 114, 115, 117, 118, 123, 124 y 153". Luego, "ninguna constitución de la tierra como aquella de Weimar había legalizado tan fácilmente un golpe de estado" 12

Ese mismo artículo se usa en 1923 para afrontar la caída del marco, 1968 se vuelve a introducir como "estado de necesidad interna", siendo el estado de excepción previsto por esta ley inauguralmente no solamente para salvaguarda del orden público sino para la defensa de la constitución "democrático-liberal". El diagnóstico es entonces que las democracias protegidas devienen la regla.

En cada una de las constituciones europeas, con diferentes matices, desde Suiza hasta Francia, Inglaterra e Italia, en cada una existe una ley equivalente con desplazamientos temporales que no le quitan contemporaneidad. Se incluye en la lista, con un pormenorizado recorrido histórico, la constitución de los Estados Unidos, tomado como paradigma en la actualidad el decreto del presidente Bush luego de 11 de septiembre, con el desnudamiento del totalitarismo germinando entre los argumentos que se alimentan de la savia de la libertad.

De la lectura de Agamben queda establecido como se inaugura una modalidad de gobierno que hace de la praxis de la legislación por decretos-ley la regla. De allí su tesis "El estado de excepción como paradigma de gobierno"

Giorgio Agamben, propondrá el estado de excepción en la lógica bipolar, no binaria (I) "Si lo propio del estado de excepción es una suspensión total o parcial del ordenamiento jurídico ¿cómo puede tal suspensión estar comprendida en el orden legal?, ¿cómo puede una anomia estar inscripta en el orden jurídico? Y si el estado de excepción es únicamente una situación de facto, y como tal extraña o contraria a la ley ¿cómo es posible que el ordenamiento contenga una laguna en lo que concierne a la situación decisiva? ¿Cuál es el sentido de esta laguna? 13

Tal aporía se resuelve inscribiendo al estado de excepción en la topografía indecidible respecto del límite, donde la relación de sus elementos con lo externo y lo interno es topológica, anverso y reverso encuentran su continuidad como en la banda de möebius, teniendo una relación de conjunción, no de disyunción.

De hecho, la norma funda la anomia, como el conjunto para cerrarse necesita al menos un elemento excluido fuera, para poder concluir dónde es adentro. Aquí concebidos como polaridad, ambos son uno en su mutua definición por oposición.

Se revela un extraño enigma a la razón al tiempo que se engendra su secreto en ella, cuando la suspensión de la norma está indicada por una norma interna al conjunto, la negación se incluye en su afirmación, lo que queda fuera pasa dentro, la anomia es legal: la zona de anomia que ella instaura no está escindida del orden jurídico.

Se colapsa así la bipolaridad que autoriza el juego en su oposición, dado el movimiento por ésta en una concepción de la historia movida por fuerzas que siguen la lógica del campo.

No deja de sorprendernos que el estado de excepción esté íntimamente ligado al concepto de necesidad.

Ahora, Agamben necesitará decir:

1. que el estado de excepción "no es una dictadura (constitucional, inconstitucional comisarial o soberana), sino un espacio vacío de derecho, una zona de anomia en la cual todas las determinaciones jurídicas-y sobre todo la distinción misma entre público y privado- son desactivadas"

Solidariamente el "estado de necesidad" no es un "estado del derecho" sino un "espacio sin derecho".

A ello sigue; teniendo por premisa la tesis de lo esencial al derecho que es su ausencia, abolición o negación por definición; el problema que se desprende en relación a los actos que tienen lugar en la suspensión del derecho: no-lugar de los mismos respecto del derecho; no-derecho y no-lugar, a los que responde la tesis de una Fuerza-de-ley (tachada), como si la abolición de la ley liberase una fuerza o elemento místico, una suerte de maná jurídico, cuya categoría es definida como mitologema científico, ubicada en esta zona misma la definición de "lo político" como la progresión en las respuestas esbozadas por Agamben a su propia tesis. 14

Hasta aquí, Agamben.

Sólo nos bastará recordar que tuvo que ser sancionada una nueva figura jurídica con la psicosis, la inimputabilidad, para enmarcar aquellos actos delictivos de los que el sujeto no podía decirse dueño –atribuidos a sus voces o parasitaciones varias-; para poner en evidencia el sujeto del derecho. No es otro que el sujeto del cógito el que se ve transformado en esta nueva combinatoria jurídica.

La abolición del derecho como nueva legalidad, ¿cómo no implicaría también su abolición?

1. a El sujeto que el contrato actual, -como modalidad del funcionamiento de la ley- supone. Sufrido cotidianamente por cualquiera que intente llevar adelante las cláusulas firmadas o bien acordadas con empresas: telefónicas, celulares, tiempos compartidos, etc., lo mismo con plomero, gasista; o aún con los gobiernos mismos: municipalidad, provincia… 15

Jamás la norma se cumple, siempre se entra por alguna excepción -que constituye el propio caso-, en otra legalidad que la establecida por el contrato, que tiene, al decir de Agamben fuerza-de-ley (esta última tachada), ya que rige incluida en la legalidad como excepción al contrato firmado por las partes.

2. La ciencia y el sujeto como máquina.

(….)

Cotidianamente, además, hablamos y encontramos con cierto espanto esta pendiente en aquello de lo que nos sentimos excluidos respecto de las generaciones que nos siguen. Toda la ciencia y su tecnología se dirige hacia allí: mensajes de texto sin voz, frases preestablecidas entre las cuales elegir nuestra respuesta (todos y cualquiera puede decir lo que desee entre tres frases posibles), como funciona la relación con el otro en los juegos en red, hasta en los mails se pierde el contacto con lo particular de la subjetividad, el tono con que se dicen las cosas… la vibración particular ya no nos toca, conocimientos por chat sin cuerpo, la lista es cada vez más innumerable en su progresión. Psique, alma, algo de ella se pierde, al perder la voz en la comunicación, la mirada en el encuentro… y sigue la lista.

El no-sujeto, es simplemente, su abolición. No la del Yo, sino la del sujeto en pos de un Yo que ha devenido objeto –en una versión del mercado-, y es por él que encuentra quórum.

El sujeto del Icc. tiene un ser éxtimo, pero tiene un ser, aunque no le pertenezca. El Ideal no le pertenece, sus propias marcas no son suyas, jamás su Yo-Ideal coincidirá con él. Su Yo es puro desconocimiento y su ser es un des-ser, está donde desaparece, y el acceso lo abre la destitución subjetiva.

Es un sujeto dividido. Sujetado al significante, sobredeterminado, pero tiene elección y decisión. Juega en la combinatoria posible su posición. Es un sujeto ético.

Goza y desea.

El no-sujeto que postulamos, en tanto reverso del sujeto unificado de la ciencia, es ese postulado nuevo supuesto por el estado de excepción, es el no-sujeto que supone el derecho como norma abolido, es el no-sujeto del campo de concentración, o de la masa misma en relación al Führer; el mismo que se medica para que duerma, coma o sea feliz o no se deprima, produzca, quiera, o toma éxtasis para amar…

Es el que Huxley concibió habitando Un mundo feliz.

Ni goce ni deseo cuentan como particularidad, ambos siguen las líneas de fuerza del marketing que es su criterio de distribución en el mercado; no hay sujeto que goce, que desee en singular… hay programas…para ser feliz, recetas para todos, que aparecen en diarios, revistas… 16

El no-sujeto determinado lógicamente, argumentado científicamente, manipulado jurídicamente, calculable… producto de combinatorias reales, que pueden pensarse químicas, no tiene diferencia desde el punto de vista ético, en su responsabilidad, con una máquina.

La torsión que proponemos, también puede pensarse como reverso del todo-sujeto de la ciencia moderna, ese sujeto sin resto, sin falta, se revela cada vez más, en su progresión, nada-sujeto.

La vía abierta por el psicoanálisis, entendemos es: ni uno ni otro, más allá de ambos, entre ambos, incluye la falta, y en su relación posible, lo real, que Lacan gusta llamar a. Una versión de la cosa, das ding, atrapada en las redes de la historia.

Será el psicoanálisis en una siguiente torsión el que operará el rescate de la subjetividad nuevamente? La combinatoria inédita hasta aquí es ambos: Real sobredeterminado y ético, que constituye el sujeto del Icc. Freudiano, que no pierde aunque sujeto de lalengua su lugar responsable.

2. a. El postulado del supuesto operante que llamamos no-sujeto, su abolición en los postulados que Agamben demuestra en función, como aquel del que ya la ciencia comienza a dar razón, no deja de tener, como siempre ha sido, su existencia anticipada en la ficción y sus reveses siniestros. La clonación 17, existente aún en la ficción, por el momento es el único cuerpo que le conocemos a esos seres sin alma, el cuerpo de las imágenes y de las imaginaciones, que sólo en cuestión de tiempo pasará del otro lado de la pantalla a nuestros hogares, por el momento, son imágenes reales a las que falta legalizar 18 -incluir en lo simbólico- para que entren al mundo de los seres… ¿vivientes?

Ya en las películas de sábado a la tarde, las vistas por la mayoría -no en un cine independiente para excéntricos-, se plantea como comedia la relación entre alguien y su clon: la dificultad de distinción entre ambos para sus seres queridos, hasta la gran mejoría experimentada en las relaciones con su mujer cuando es el clon el que participa de ellas y no el sujeto.

Un mundo feliz, no recrea clones, pero lleva a la escena ese mundo de sujetos sin fallas, programados para desear aquello que deben a los fines del Bien Común encarnado en la productividad y otros ideales. Ya conocemos la ironía del final.

"Inteligencia artificial", combina en la ficción un costado de más difícil digestión porque ya no es la programación de la humanidad, su robotización, sino la humanización de los robots, donde el robot siente amor, encuentra paradojas y decide, elige…algo no calculado por el programa… Nuevamente en la completud que anula toda falta se abre el abismo, la grieta. 19 En la ficción la división, el más allá real con su potencia irracional junto al amor se traslada al robot, ese del cual nadie dudaría que su pensamiento es uno: el programado. Es el mismo programa el que se independiza de su autor. El programa cobra vida.

Lo siniestro, aún mucho antes lo encontramos en la literatura: la figura del científico Coppellius en "El hombre de la arena" de Hoffman nos presentaba un clon, aunque aún sin nombre científico, en Coppellia, la muñeca que provoca el suicidio del protagonista…su partenaire.

Quizás con otras metáforas, Franckestein, ya era un clon, aunque la vida en él era tomada del rayo. Es una corriente natural, en definitiva. Y también tenía sentimientos, in calculados, presentes en la ficción de ese modo.

Más perfeccionados, los replicantes de Blade Runer, son el eslabón en la ficción entre Franckestein y los clones. También lo no calculado, la humanidad imposible de la máquina, irrumpe en la escena, figurada en la vida independiente de la autoridad -autoritas, también pater, también ancestro, tambié n dios-, que también los replicantes toman. 20

Nos causan extrañeza, hasta acostumbrarnos, todas las formas de robotización que tenemos ofertadas:

Los tres mensajes predeterminados en nuestra computadora para responder al otro, como únicas alternativas de respuesta; los textos sin voz, sin nuestro tono, sin los vaivenes del humor… Los cercenamientos del sujeto en sus múltiples formas.

El sujeto desvastado de la modernidad –ese que también es tan funcional al mercado como a la dominación, sin ánimo de maquiavelismo implícito, todo lo contrario, ya que es en el authomatón que se engendra- habilitado en esta lógica que le provee oportunidad y consistencia, ese sujeto que puede elegir entre tres mensajes de texto armados por nadie, sin decirlos, sin escucharlos, sin estar en ellos, sin voz, sin ver al otro, sin cuerpo, sin goce, sin falta, sin deseo, sin agujeros, sin relación con el Otro …

¿Es posible abolir esta dimensión propia del sujeto?

La dimensión ética del sujeto también es política.

(…)

Podríamos preguntarnos ¿qué diálogo es posible con la modernidad, que relación a la cultura de abolición del sujeto es posible al psicoanálisis?, seguramente podemos combinar una respuesta:

Yo sé la sublevación, la vuelta posible en el poder establecido, la insurrección, que se puede provocar con tal torsión en el espíritu del científico, del filósofo (del político). Muchos de nosotros hemos tenido con sostenedores de la ciencia, o de la filosofía (y lo que es más curioso, del psicoanálisis también) discusiones, en las que se somete una idea 21 a una fuerza que la mueve por presión, (de sus argumentos, de sus pruebas, de la puesta en formal de lo real), o por choque, permitiendo ponerla así en movimiento o desarrollarla en una dirección, o hacerla vacilar. Estas discusiones acaloradas, a veces logradas, a veces fallidas, pueden permitirnos decir que hay medios de escucharse/entenderse"

Cada uno de nosotros somos también un sujeto moderno, de eso estamos los analistas en el mejor de los casos, advertidos. No curados.

Andrea Perdoni.

Notas (números entre paréntesis):

I. Lógica que la arqueología del saber revela si leemos sus capas, tal como ha Freud se mostró también, Agamben con Foucault, proponen más que una necesidad teórica una operatoria de los hechos, podríamos decir intentando dar cuenta de ella.

"(…)superar la lógica binaria significa transformar cada vez las dicotomías en bipolaridades, las oposiciones sustanciales en un campo de fuerzas recorrido por tensiones polares que están presentes en cada uno de los puntos sin que exista posibilidad alguna de trazar líneas claras de demarcación. Lógica del campo (…) significa entre otras cosas que entre A y – A se da un tercer elemento que no puede ser, un nuevo elemento homogéneo y similar a los dos anteriores: él no es otra cosa que la neutralización y la transformación de los dos primeros".

I.a La bipolaridad constitutiva del campo del derecho, el núcleo problemático constitutivo del orden jurídico desprendido en la investigación es la relación entre anomia y derecho ,dos caras por las que el derecho "parece estar siempre dentro y fuera de sí mismo, a la vez vida y norma, hecho y derecho (que son desprendimientos de la polaridad primera) El estado de excepción es el lugar en el que esta ambigüedad emerge a plena luz del día y a la vez el dispositivo que debería mantener unidos ambos elementos contradictorios. El estado de excepción es lo que constituye el nexo y lo que lo borra, lo que lo funda y lo que lo rompe. La ruptura de ese nexo equivale a la disociación entre acto y norma, entre vida y lenguaje; bien un uso de las cosas y los cuerpos sin norma, tanto como el derecho pura forma sin ninguna relación con la vida.

I. b A la bipolaridad inicialmente planteada entre derecho y vida, anomia y norma, lenguaje y cosa, subyace otra en términos del derecho, no tomada por Agamben, pero en torno de la que se desplegó hasta aquí la historia del poder en Occidente: la que Heguel denominara –en una concepción bipolar que tuvo otro nombre- la dialéctica del amo y el esclavo. 22

II. En el que + y – se atraen, positivos y positivos se repelen, produciéndose de este modo las combinatorias posibles aislables matemáticamente por engendrar series… de movimientos, de repeticiones…

I.c Es la lógica que proponemos para nuestra tesis respecto del sujeto para el que aún no logramos acuñar un nombre: el sujeto que está en el reverso del sujeto cartesiano, su cara oculta a Occidente ¿hasta Hiroshima?, del sujeto-uno, el individuo; al sujeto-cero, abolido, negado. En la lógica de la bipolaridad: S y –S.

 

Notas (números sin paréntesis)

1 Los números entre paréntesis están referidos a las notas al final del artículo.

2 Es la función del Yo, sujeto del "Pienso luego…"

3 Poussèes, es el sintagma utilizado, del verbo: puosser: someter (a algo o a alguien) a una fuerza que lo ponga en movimiento que lo agite por una presión o choque permitiéndole así ponerse en movimiento y desarrollarse en una dirección // fuera de sí, también, bascular.
Tomado de nouveau petit Le Robert.

4 (versión en francés)

5 Todo ensimismamiento concluye con la abolición del Yo, al punto de ser la modalidad de desubjetivación implementada en toda iniciación religiosa, en la hipnosis, en técnicas varias de acceso a otros mundos (chamanismo, budismo, misterios eleusinos…) lo que constituye el material de toda otra línea de trabajo.

6 -Agamben, a quien seguiremos en una serie de premisas, corta el intervalo en el tiempo recortando un período de la modernidad pensado a partir de la segunda guerra hasta hoy-

7 Corporizado en primer término en el marco histórico contiguo a la Segunda Guerra mundial, por la abolición subjetiva en el Campo de Concentración

8 en su versión cientificista… ¿hay otra?

9 Pág.25 Ob.

10 Tingsten, 1934, citado por Agamben, pag 32.

11 Es claro que nadie puede ser condenado en una guerra por asesino.

12 Schmitt, 1925

13 La enunciación teórica de tales aporías tiene su correlato explícito en afirmaciones tales como "Ningún sacrificio es demasiado grande para nuestra democracia y menos que menos el sacrificio temporario de la propia democracia" conclusión de un libro cuyo autor Rossiter es un eminente teórico del derecho que no cuenta con la bipolaridad sino con dicotomías. En este terreno, la diferencia es la ubicación de cada quien más a la derecha, más a la izquierda, considerados como polos opuestos sin la lógica de campo que los aúna, dónde tan llamativamente se repite que cuánto más se aleja uno de otro, más se acerca, coincidiendo los extremos. Hablo de lo coincidentes que fueron Stalin y Hitler, a la derecha y a la izquierda, en el extremo del campo de fuerzas.

14 A la que no dedicaremos más que estas palabras en este momento, por ser necesario el desarrollo de un conjunto de conceptos, su elaboración y su puesta en evidencia para poder debatir con las mismas, enriquecedoras de nuestro pensamiento por excitarlo al tensar sus líneas de fuerza en la diferencia con él.

15 No hemos de dejar de señalar que en nuestro país tomando la escala nacional, las leyes de obediencia debida y punto final, constituyeron hasta estos días un claro ejemplo, siendo la excepción legalizada a las leyes que sancionan los crímenes de lesa humanidad, que exceptuaron a todos los responsables de la dictadura de crímenes varios que van desde 30.000 desaparecidos hasta el aumento vertiginoso de la deuda externa… Estado de excepción que no se redujo al intervalo limitado al Proceso de Reorganización Nacional, sino que se sancionan con la democracia, y hasta fueron leídas por muchos en su momento como condiciones del sostenimiento de la misma.

16 Por supuesto también hay junto a los programas para sanar, los programas para enfermar… como la anamorfosis nace con la perspectiva.

17 ya en la frontera en la que "un instante más y la bomba estallaba", ¿estalló o no?, en ese mismo tiempo es posible hablar de ella-

18 Lo que ya está en marcha.

19 Es así que los robots son la versión programada y comprable de lo que los humanos sueñan, desean y no pueden tener: un hijo amante, en el caso protagónico, También los hay amantes que nunca harían sentir a un marido cornudo (¿), prostitutas, gigoló; perfectos, ideales, así programados en todo sentido. Ese sueño puede volverse una pesadilla.

20 Es notable como en cada una de las ficciones nombradas, la humanización de la máquina tiene dos coordenadas, el amor e ir más allá del Padre, articulados.

21 Esta misma del sujeto uno o ninguno: anverso y reverso.

22 . Es posible concebir que la combinatoria es de cuatro términos a lo largo de la historia: la polaridad supuesta por Agamben a la que hay que conjugar en cada momento la ya despejada por Heguel, pero esto sería objeto de otra tesis a trabajar.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 21 - Julio 2005
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