Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Punto cero
Diego Perez

Para situar el "punto cero" de la producción freudiana, conviene repasar a vuelo de pájaro el estado de la literatura, la filosofía y la psicología imperantes en la época en que Freud comienza su producción, hacia fines del siglo XIX.

No es sencillo situar a Freud en una determinada literatura de su época, ya que sabiéndolo ávido lector resulta difícil precisar si es en realidad solo los hechos contemporáneos o bien anteriores a la aparición de determinados conceptos los que influyeron en mayor o menor medida en la formulación de tal o cual concepto, como el que nos ocupa. Seguramente no quedara agotada toda la gama de autores de diversas corrientes del pensamiento, pero intentaremos dar cuenta de algunas de ellas.

Comenzando por Schiller podemos señalar que caracterizó el avance del romanticismo, corriente encabezada por Goethe pero que abandono inmediatamente, en una época en la que predominaba el clasicismo, encarnado por este ultimo. Schiller cifraba sus ideales, a los cuales la humanidad toda debía aspirar, en la Revolución Francesa; pero al ver los efectos provocados por el terror post-revolucionario comenzó a pensar en el concepto que seria fundamental en su obra, plasmado en "Don Carlos", concepción en la cual la humanidad debía deponer sus intereses, acaso egoístas, en pos de la "libertad". Pero sin lugar a dudas es en "Guillermo Tell" donde llega a su punto máximo el ideal de Schiller de libertad y elevación de la humanidad, obra en la que se aprecia una equilibrada y exenta de proclamas encarnación de estos valores, en donde también se aprecia un correcto manejo del trasfondo relativo a las masas. Cabe mencionar también a Richter, quien obtuvo considerable fama en el ámbito de la literatura alemana, a quien se lo calificaba como el "desván del racionalismo", siendo también quien resulto introductor y líder de la corriente romántica.

Un párrafo aparte nos merece Goethe, autor extensamente citado por Freud, quien centro sus esfuerzos en lograr la primacía de la razón por sobre lo casual. Esto se ve confirmado en el hecho de partir, como el mismo lo remarcase, continuamente desde lo concreto, y ratificado por una carta de KÖrner a Schiller, de la cual carecía el de conocimiento: "También a mi me resulta Goethe demasiado sensorial en la filosofía, pero creo que nos conviene a ti y a mi rozarnos con el para que nos avise si nos perdemos demasiado en lo intelectual".

En el siglo XIX son filósofos alemanes quienes dominan y de alguna manera establecen las reglas de funcionamiento generales de la época en lo que a evolución intelectual concierne a Europa, teniendo como principales expositores a dos autores imposibles de pasar por alto como Schopenhauer y Nietzsche. En cuanto al primero, a pesar de haber muerto en 1860, sus escritos no son tomados en toda su dimensión sino hasta mediados de siglo, como su obra capital, "El mundo como voluntad y representación", concluida en 1818. Tomando como punto de partida a Kant, Schopenhauer afirma que el mundo no es divino y salvador como proponía Kant, sino algo irracional, carente de hálito divino. Este mundo es entendido en relación de mediatez con la "voluntad" -"Wille"-; dicha mediatez resulta establecida por la "representación" o "Idea" (entendida en el sentido platónico). La representación resulta, para Schopenhauer, una "objetivación adecuada de la voluntad". Importa destacar la noción de "voluntad", pues cabe entenderla como pariente cercana del concepto que Freud habría de acuñar como "pulsión", a la vez que el filosofo alemán afirma que dicha voluntad concierne a lo real, a la "cosa en si" establecida por Kant, referencia que Freud reconoce al desarrollar su concepto de pulsión. Obviamente, la riqueza de la obra de Schopenhauer impide que en pocos renglones demos cuenta de sus fundamentos, por lo que valdrá, a modo de ejemplo, concluir su referencia con una breve cita: "Fuera de la representación y de todas sus formas, la voluntad es idéntica en el objeto contemplado y en el individuo que, elevándose a esta contemplación, llega a conocerse a si mismo como puro sujeto; luego el objeto en si y el sujeto en si no se diferencian el uno del otro, pues en si son la voluntad que llega a conocerse a si misma, y la pluralidad, así como las diferencias en las cualidades no existen mas que por la manera que tiene aquella de conocerse; es decir, existen solo en el fenómeno y en virtud del principio de razón, que es la forma de este" (1)

También Nietzsche ha tenido decisiva importancia en el discurrir del pensamiento alemán/europeo de su época y posteriores. Se ha erigido en el principal expositor de una época de revolución y sublevación contra Dios, bajo la forma de su propuesta del "anticristo". Trastoca los valores que se manejaban en la época, como por ejemplo reemplazando el "Tu harás" por el "Yo quiero"; lanza una serie de acusaciones contrarias a la moral cristiana, tildándola de ser una moral de esclavos, afeminada, convirtiendo a la figura de Cristo en la representación de aquellos que flaquean y se sienten otra cosa, es decir, una moral del resentimiento de los que son inferiores, débiles, contra los señores naturales, enérgicos y héroes. Desdeña la compasión, y da vuelta de raíz la modalidad de valoración de la moral, colocando en el centro de los imperativos categóricos del hombre la exigencia de la felicidad y la voluntad de poderío. Pero no se limitaría tan solo a esto -que no es poco, por cierto-, sino que arremete contra Dios, considerándolo muerto e incluso luchando contra las reminiscencias que de El se tuviesen. Propone Nietzsche la figura del Superhombre, pero lo que reinara será la figura del nihilismo (que es la negación absoluta de todo principio político, religioso y social) -colocándoselo injustamente dentro de este movimiento, ya que el solo lo profetizaba: "Lo que cuento es la historia de los próximos dos siglos. Describo lo que viene, lo que ya no puede venir de otra manera: la aparición del nihilismo."-; grandes guerras (de hecho cumplidas) con las siguientes palabras: "Habrá guerras, como no las ha habido en la tierra. Solo a partir de mi hay en la tierra gran política". Si bien estas afirmaciones parecen alejadas de los desarrollos freudianos, es preciso advertir que se trata de un autor cuya fecundidad abarco gran cantidad de temas. Es quizá en su primer libro, "El nacimiento de la tragedia", donde Nietszche establece categorías que resultan sugestivas para todo psicoanalista; allí menciona las que serian dos pulsiones que organizan el devenir humano, a las que llama "apolinea" y "dionisiaca"; la primera tendiente a la organización de unidades de completud donde impere la "bella forma" sugiere al Eros freudiano, mientras que lo dionisiaco, tendiente a la perdida del principio de individuación tocante al goce, puede resultar emparentada con algunas inflexiones de la pulsión de muerte. También debemos hacer constar que a este filosofo debe el psicoanálisis el termino -y parte del concepto- "Ello", a propósito de la lectura que Groddeck hiciera de Nietszche y propusiera a Freud. Otro tanto debe pensarse de la noción freudiana de "compulsión repetitiva", inherente a las pulsiones, enraizada en la idea nietszcheana de un "eterno retorno".

El propio Freud se ocupa en mencionar a Schopenhauer y a Nietzsche como aquellas influencias filosóficas que mas pesaron en su desarrollo intelectual, aunque insistiera en no haberlos leído nunca; no obstante, admite que su conocimiento pudo llegarle por una suerte de "criptomnesia" que no es difícil comprender, pues eran pensadores frecuentemente citados en las conversaciones que Freud mantenía con intelectuales de la época y con sus discípulos, incluso algunos de ellos tuvieron relación directa con Nietzsche. Citando a Freud: "En la teoría de la represión mi labor fue por completo independiente. No se de ninguna influencia susceptible de haberme aproximado a ella, y durante mucho tiempo creí que se trataba de una idea original, hasta el día en que O. Rank nos señalo un pasaje de la obra de Schopenhauer "El mundo como voluntad y representación", en el que se intenta hallar una explicación de la demencia. Lo que el filósofo de Dantzig dice aquí sobre la resistencia opuesta a la aceptación de una realidad penosa coincide tan por completo con el contenido de mi concepto de la represión, que una vez mas debo a mi falta de lectura el poder atribuirme un descubrimiento. No obstante, son muchos los que han leído el pasaje citado y nada han descubierto. Quizá me hubiese sucedido lo mismo si en mis jóvenes años hubiera tenido mas afición a la lectura de autores filosóficos. Posteriormente me he privado de propósito del alto placer de leer a Nietszche para evitar toda idea preconcebida en la elaboración de las ideas psicoanalíticas. Ello me obliga a estar dispuesto -y lo estoy gustosamente- a renunciar a toda prioridad en aquellos frecuentes casos en los que la trabajosa investigación psicoanalítica no puede hacer mas que confirmar la visión intuitiva del filosofo." (2)

Por ultimo, daremos algunos lineamientos generales de la situación en la que se encontraba la Psicología al momento de comenzar Freud su producción. La mente era considerada sinónimo de lo psíquicamente consciente, y según la clásica división "mente\cuerpo", mas allá de lo psicológico se entendía estaba el cuerpo estudiado por los biólogos y anatomistas. Esta concepción regia para cualquier teoría del padecimiento mental; por lo tanto, si algún trastorno sintomático escapaba a la posibilidad de ser explicado por el suceder de los fenómenos conscientes era atribuido al soma. Entre estos dos espacios (mente=conciencia y cuerpo=organizacion biológica) se ubicaría Freud con su descubrimiento al postular que hay un psiquismo que ni es consciente ni se debe a alguna función o disfuncion somática; nos estamos refiriendo a la formulación del concepto de inconsciente. El "Proyecto de psicología", que Freud no quiso se publicara, es evidencia de su intento por adecuar la noción de inconsciente, aun en gestación, a los dictados de lo somático; poco después, advertido de lo revolucionario de su descubrimiento, inauguraría una nueva ciencia, la que tiene en lo inconsciente a su objeto de estudio.

El Proyecto de una psicología para neurólogos comenzó a ser escrito en el otoño del año 1895, y finalizado ese mismo año hacia el mes de octubre; al mismo tiempo Freud no estaba concentrado solamente en este trabajo, sino que, al menos como la cronología lo señala, había terminado los Estudios sobre la histeria en colaboración con Breuer, quien finalmente abandona el trabajo con Freud al no admitir el origen sexual de las neurosis.

Tenemos los llamados por Freud protectores contra las excitaciones que provienen del mundo exterior, ya que las magnitudes de energía que desde allí provienen no son de la misma dimensión e intensidad que las que el aparato esta dispuesto a descargar; de ahí que existan, en la frontera entre lo interno y lo externo, "[pantallas de cantidad] (Q), que solo dejarían pasar fracciones de las cantidades exógenas." (3). Pero no ocurre lo mismo con las cantidades de excitación que provienen desde el interior, ya que aquí los montantes circulantes de energía son de la misma magnitud que los que circulan entre las neuronas, tornándose innecesaria su presencia. El tipo de terminaciones libres es probable que, citando a Freud, "sea, con mucho, el mas común en la periferia interna del cuerpo." Y sigue: "Allí parecen ser innecesarias las pantallas de cantidad (Q), probablemente porque las cantidades (Q'n) que allí son recibidas no necesitan ser reducidas al nivel intercelular, dado que de por si ya se hallan en ese nivel." (4) También utiliza este termino varios años después en Mas allá del principio del placer (1920), en El block maravilloso (1925) y en Inhibición, síntoma y angustia (1926)

Freud indica que habría un principio llamado de constancia neuronal, mediante el cual las neuronas tienden a descargarse hasta tener un nivel mínimo constante de excitación. Por lo tanto consideramos a este como el antecesor de la pulsión, ya que la definición dada por Freud no dista en mucho de lo que luego seria este concepto; de todas maneras, cabe aclarar que no debe hacerse lugar a confusiones, no siendo nuestra intención homologar este principio de constancia con la pulsión, ya que es debido a los estímulos pulsionales (internos) que aquel actúa. En el Proyecto dice: "A medida que aumenta la complejidad interna [del organismo], el sistema neuronal recibe estímulos de los propios elementos somáticos -estímulos endógenos-, que también necesitan ser descargados. Se originan en las células del organismo y dan lugar a las grandes necesidades [fisiológicas]: hambre, respiración, sexualidad. El organismo no puede sustraérseles, como lo hace frente a los estímulos exteriores, o sea que no pueden emplear la cantidad (Q) que poseen para aplicarla a la fuga del estimulo. Aquellos estímulos cesan únicamente bajo determinadas condiciones que deben ser realizadas en el mundo exterior. (Piénsese, por ejemplo, en las necesidades nutricias.)" También Freud propone el apremio de la vida, definiéndolo como que el sistema neuronal debe acomodarse a tener un cierto nivel mínimo de tensión y desechar la posibilidad de llevarla a cero, como sucedería si solo existiese el principio de inercia, el cual nos aventuramos a definir como asimilable al principio de nirvana, proceso que encierra las mismas características básicas.

Luego, Freud comienza a delinear lo que seria el prototipo de los sistemas inconsciente, preconsciente y de la consciencia, al hablar de sistemas de neuronas que tienen "la capacidad de ser permanentemente influidas por la excitación", al tiempo que existen distintas propiedades, "la inmutabilidad, o sea, la característica de estar vírgenes ante toda nueva excitación, corresponde a otra clase de neuronas. Así surgió la distinción entre células perceptivas y células mnemónicas...". Vuelve a mencionar este tema en el Block maravilloso, al referirse al sistema P-Cc, que solo lleva consigo una diversidad de percepciones, aunque excluyendo la posibilidad de conservar cualquier impresión mnémica, "de suerte que puede comportarse como una hoja no escrita respecto de cada percepción nueva", afirmación que cabe amoldar a aquella de las neuronas que permanecen sin ningún tipo de alteración, dada en el Proyecto. Hay aquí otro engarce, pero esta vez con el sistema neuronal que si recibe modificaciones al ser impresionado por los estímulos, que son distintas de las anteriores por revestir un carácter duradero, constituyendo los "sistemas mnémicos" (5)

Este ultimo comentario tiene una estrecha relación con lo que venimos planteando acerca de la pulsión, ya que en Mas allá del principio del placer plantea que en el hombre no existe una pulsión que tienda hacia el perfeccionamiento, afirmando que esto es solo una ilusión. Con esto Freud indica que no seria del todo distinta de lo experimentado por los animales, pero que de todos modos aquella pretensión de "una minoría de individuos humanos hacia un mayor perfeccionamiento", es pasible de ser entendido como corolario de la "represión de las pulsiones", pretensión sobre la cual se construye lo que la cultura humana acepta como lo mas valioso. "La pulsión reprimida nunca cesa de aspirar a su satisfacción plena, que consistiría en la repetición de una vivencia primaria de satisfacción...", pudiendo ser entendida en términos de, por ejemplo, aquella primera vivencia que el bebe experimenta cuando siente hambre y primero ve el objeto que va a satisfacer la necesidad -el pecho-, luego el contacto con sus labios, la leche al pasar por su garganta, etc., estableciendo la primer experiencia de satisfacción y, al decir de Freud, "todas las formaciones substitutivas y reactivas, y todas las sublimaciones, son insuficientes para cancelar su tensión acuciante, y la diferencia entre el placer de satisfacción hallado y el pretendido engendra el factor pulsionante, que no admite aferrarse a ninguna de las situaciones establecidas, sino que, en las palabras del poeta, <tiende, indomable, siempre hacia adelante>".(6) De todas maneras, hipotetiza Freud, no es posible recorrer el camino inverso hacia la satisfacción plena, porque en la casi totalidad de las veces es obstruido por "las resistencias, en virtud de las cuales las represiones se mantienen en pie", por lo cual se hace necesario seguir camino por la otra vía del desarrollo, pero sin viso de alguna vez poder concluir con la marcha ni llegar a la meta.

Volviendo al Proyecto, es con el planteamiento de la consciencia como algo en lo cual no habría ningún tipo de inscripción de sistemas mnémicos como Freud comienza a cambiar la concepción que de ella se tenia, cambio que ya hemos citado mas arriba.

Habiendo considerado el problema de la cantidad en otro lugar, nos resulta insalvable no considerar otro tema, ya que se trata de establecer que es lo que ocurriría si las pantallas de cantidad que impiden que los estímulos provenientes del exterior impacten con toda su fuerza sobre phi, planteando que el fenómeno que equivaldría a esta falla seria el dolor, afirmando que se produce por una "irrupción de grandes cantidades (Q)" hacia phi, imponiéndose a estas neuronas como a las psi, que resultan permeables al mismo, por lo que las cantidades (Q) deben ser de una considerable magnitud. Por otro lado, la consciencia nos lleva a considerar lo que se denomina cualidades, ya que hay una amplia variedad de ellas, y pueden ser diferenciadas como distintas por las relaciones que guarden con el mundo exterior. Es interesante la observación que hace el traductor acerca de este punto en una llamada al pie, al señalar que "es indudable que Freud se refiere, no a las diferencias entre las cualidades, sino a lo diferencial de la cualidad" (7), ya que nos permite advertir que lo que produce la alteridad de las cualidades no es la diferencia entre ellas sino el rasgo distintivo intrínseco que cada cualidad posee.

Retomando lo de la memoria, Freud vuelve a traer el planteo del recuerdo con una serie de innovaciones, siendo la primera teorizar que es un proceso que solo se lleva a cabo en phi y que carece de cualidad, ya que no origina nada que sea parecido a la cualidad perceptiva, pasando a realizar el planteo de fondo de tener "ánimo suficiente para admitir que podría existir un tercer sistema de neuronas" (8), que mientras la percepción se produce seria activada al mismo tiempo que las otras, pero no así en la reproducción, y que al ser excitadas estarían dando lugar a las diferentes cualidades, es decir, que se constituirían en las sensaciones conscientes. Poco después, en la carta numero 39 del 1-1-1896 este concepto es reformulado. Mas siguiendo con este recorrido, Freud afirma, como lo haría mas tarde en los artículos citados y en varios otros, que "las neuronas perceptivas se conduzcan como verdaderos órganos de percepción y en ellas no encontramos ningún dato para localizar la memoria." Luego establece que, según sus hipótesis, las neuronas perceptivas estarían desprovistas de la capacidad suficiente como para hacerse acreedoras de cantidades (Q'n), pero que si podrían asumir el periodo de la excitación, y que la situación suya de verse aquejada por dicho periodo al tiempo que acepta una ínfima carga de cantidad (Q'n), es lo que compone la fundamentacion de la consciencia.

Freud da otra vez una definición de pulsión -aún sin nombrarla- porque presupone que hay una vía directa que comunicaría desde el interior del cuerpo a las neuronas psi, afirmando que de este modo estarían expuestas, sin ningún tipo de protección, a los embates de cantidades (Q) provenientes de dicha dirección, y que, afirma, es ahí donde se encuentra el impulso motor del mecanismo psíquico, por lo que podemos inferir que esta exponiendo lo que mas tarde llamaría el empuje de la pulsión para poder ser descargada.

Pero es en la pagina siguiente donde nombra por vez primera a la pulsión conjeturando que "Desde el momento en que la vía de conducción alcanza su nivel de saturación dicha acumulación no tiene limite alguno. Aquí, psi se encuentra a merced de la cantidad (Q), y de tal modo surge en el interior del sistema el impulso que sustenta toda actividad psíquica. Conocemos esta fuerza en la forma de la voluntad, el derivado de las pulsiones." (9)

En cuanto a la vivencia de satisfacción Freud da la definición de pulsión con todos sus componentes (fuente, objeto, empuje, fin o meta, que un poco mas adelante lo hará pero con otros nombres), pero haciendo una descripción dinámica sin ponerle nombre a cada etapa, hecho que en ocasiones dificulta la comprensión de este termino, de tal modo de no llegar a discernir con total claridad como es posible que haga un recorrido por todas esas estaciones y, al mismo tiempo, lo realice todo de una vez. Esto es que frente a un apremio pulsional interno la persona tiende a descargar este montante de excitación, pero al no poder fugar de este estimulo interior busca, para su descarga, satisfacerlo con un objeto externo, logrando una disminución temporaria de la tensión, pero esto solo se logra luego de un complejo sistema de aprendizaje, ya que "el organismo humano es, en un principio, incapaz de llevar a cabo esta acción especifica, realizándola por medio de la asistencia ajena...", al modo del bebe o del niño pequeño que en la búsqueda de la satisfacción llora, grita, patalea. Las estaciones recorridas por la pulsión y que aquí constituyen su prolegómeno son

el hecho de producirse una descarga continua, con lo cual se pone fin al displacer ocasionado por el aumento de la tensión en el sistema perceptivo (homologable al empuje pulsional);

es originada la carga de una o mas neuronas del pallium, que atañe a la percepción de un objeto (que puede ser pensado como la fuente pulsional);

han arribado a otros lugares del pallium la noticia de la descarga producida por medio de la acción especifica seguida por el movimiento reflejo (planteando este tercer paso como el fin o meta); y por ultimo, el objeto de la pulsión.

"El estado desiderativo" lleva a estar atraído, aparentemente, hacia el objeto que provoca la imantación, pero debemos recordar la primitiva vivencia de satisfacción, por el hecho que el sujeto en realidad busque esa huella mnemónica, aunque no sea consciente de ello y, como era de esperar, surge la defensa ante aquel recuerdo que resulta de una vivencia de dolor quizá, podríamos plantearnos, también primitiva, constituyéndose la defensa y atracción desiderativa primarias. Una tarea difícil resulta explicar sencillamente la defensa o represión (aquí Freud los da como sinónimos), que provoca que aquella imagen mnémica desagradable sea descargada lo mas rápidamente posible, justificándolo por el hecho de haber sido reemplazada esta vivencia por una placentera en los primeros momentos y que hubo conducido a aplacar el dolor. Tal vez el articulo de La represión venga en nuestro auxilio. "La escencia de la represión consiste exclusivamente en rechazar y mantener alejados de lo consciente a determinados elementos." (10). Esto nos llevaría a ver que la satisfacción de la pulsión que ha sido reprimida (y por lo tanto displacentera) podría llegar a ser realizada e incluso placentera, si no fuera por el hecho que no seria posible armonizarla con otros principios y aspiraciones, por lo que "despertaría placer en un lugar y displacer en otro". (11). En consecuencia, para que la represión actúe, la fuerza que deberá ser acarreada por el montante displacentero tendrá que ser mayor al placer derivado de la satisfacción.

El yo es planteado, ya desde el Proyecto, como la instancia encargada de llevar a cabo la represión, dando también los lineamientos generales para lo que luego será la ubicación topológica de este concepto, al conjeturar que "El yo debe ser definido, pues, como la totalidad de las catexias psi existentes en un momento dado, siendo necesario distinguir en ellas una porción permanente y otra variable." Continua diciendo algo que suena semejante al concepto de defensa o represión, cuando afirma que "las facilitaciones entre neuronas psi también forman parte del dominio del yo, ya que representan otras tantas posibilidades de determinar la extensión que de momento en momento deberá tener el yo cambiante." Y completa: "cuando existe un yo, por fuerza debe inhibir los procesos psíquicos primarios" (12), lo cual también viene en ayuda del principio de constancia al impedir de esta manera la descarga completa.

Atendiendo a lo extenso del trabajo y ante el comienzo del planteo de lo que será prácticamente todo el fundamento del psicoanálisis damos por concluido el presente en este punto, con la esperanza de poder completarlo en una próxima oportunidad.

Notas

(1) Schopenhauer: El mundo como voluntad y representación. Libro III, página 18

(2) Sigmund Freud: Historia del movimiento psicoanalítico. Página 1900, Obras Completas, Tomo V, Biblioteca Nueva.

(3) Sigmund Freud, Proyecto de una Psicología para neurólogos, página 220, Obras Completas, Biblioteca Nueva

(4) Sigmund Freud, Proyecto de una Psicología para neurólogos, página 220, Obras Completas, Biblioteca Nueva

(5) Sigmund Freud: Nota sobre la pizarra mágica. Tomo XIX, Obra Completas, Amorrortu.

(6) Sigmund Freud: Más allá del principio del placer, parte V, Obras Completas, Amorrortu.

(7) Sigmund Freud: Proyecto de una psicología para neurólogos, página 222.

(8) Sigmund Freud: Proyecto de una psicología para neurólogos, página 222.

(9) Sigmund Freud: Proyecto de una psicología para neurólogos, página 229.

(10) Sigmund Freud: La represión. Página 2054, tomo VI, Obras Completas, Biblioteca Nueva.

(11) Sigmund Freud: La represión. Página 2054, tomo VI, Obras Completas, Biblioteca Nueva.

(12) Sigmund Freud: Proyecto de una psicología para neurólogos, páginas 233 y 234

 

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 2 - Diciembre 1995
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