Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
El inconsciente y Lalangue
Daniel Paola

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Perseo es el heroe de la mitología griega que da muerte a la gorgona Medusa, un monstruo cuya mirada convertía lo vivo en piedra. De las ninfas obtiene una bolsa para transportar la cabeza y un casco para volverse invisible a toda mirada. Ayudado por Afrodita dispone de un escudo que lo protege de convertirse en piedra y de Hermes consigue la espada que no se rompe. Despues de escapar gracias a las sandalias aladas arrebatadas a las Crayas, regresa y da muerte a Acrisio, hombre que había tomado a su madre Danae como esposa por la fuerza y que le había ordenado traer la cabeza de Medusa. Acrisio es convertido en piedra cuando Perseo le muestra su trofeo, preciosamente guardado en la bolsa. El mito finaliza con otro mito: se cree que el hijo de Perseo se llamó Perses y se convirtió en rey de los Persas.

Es interesante encontrar un mito dentro de otro. El mito de Perseo concluye en el mito de Perses. ¿Quiere decir esto que la cabeza de Medusa es verdadera y que hay verdad en Perseo, en tanto es resaltado como mitico, el mito de su hijo?. Si un sueño puede contener un sueño, si una escena puede hablar de otra escena, un mito al referir otro mito establece una relación lógica que hace verdadera la proposición primera que de inicio se sabe mítica y por lo tanto falsa. Así el que sueña que sueña se despierta en un sueño, Claudio huye por el horror que le causa la verdad de una escena anterior que lo tiene por protagonista, y el mito de Perseo establece una suposición en cuanto a Perses hijo de Perseo, poniendo en suspenso lo falso del mito que contiene otro mito.

En este sentido un mito no es lo mismo que una ficción. Un mito es una historia fabulada y una ficción es el punto donde el semblante entra en la historia. Hay un paso del mito a la ficción y otro enorme de la ficción al concepto de semblante que estableciera J.Lacan, concepto que ya incluye la lógica y por lo tanto la suposición.

De esta distancia entre el mito, la ficción y el semblante surge, a mi criterio, el concepto de lalengua para advertir la distancia que el psicoanálisis toma del mito. Decir que el inconsciente está estructurado como un lenguaje es alejarse del mito y desarrollar el territorio de una lógica que no precisaría del mito sino para analizarlo con esa rigurosidad. La distancia del aforismo al mito no supone la desaparición del mito pero nos permite ir a un más alla en el saber. Lo del semblante que toca lo real respecto del lenguaje es a mi criterio lo que J.Lacan denominó lalengua. Me propongo demostrar brevemente cuales son las consecuencias en la clínica de su prescindencia.

¿Cuál es la verdad que encierra el horror de una mirada atrapada en la bolsa de Perseo?. ¿Qué quiere decir que sea para el mito, un mito la historia de Perses y que racaiga allí el peso de lo falso?.

No se trata solo del horror a la castración que se puede ya leer en "La cabeza de Medusa" de S.Freud el que estoy haciendo referencia. El horror, que en ese mismo ensayo, en función de la invocación antiquísima que se realizara a los dioses cuando se esperaba una desgracia o un accidente funesto y que responde a la denominación de apotropeico, supone un poder al decir que se encuentra sobre-natura.

Porque hay algo que anticipa al decir y que es por donde todos hemos iniciado el conocimiento. Se trata de la letra, descubrimiento del que se sirve S. Freud sin alcanzar a formalizar y que se anticipa a la teoría Lacaniana del significante como matriz de lo psíquico. Que J. Lacan pueda acuñar el concepto de letra al mismo tiempo que desarrolla su teoría sobre la función significante, no quiere decir que el efecto de la letra se sienta antes de su definitiva fomalización. Que se haya formalizado no quiere decir que cierto efecto de la letra en su vertiente primordial haya desaparecido de nuestras vidas. Un efecto que tiene más que ver con la piedra que con la mirada medusante para la que nada queda oculto.

Hay para el ser hablante una verdad horrorosa que impide la bolsa. La negación como concepto funda la experiencia que desestima una trastienda de horror. Horror que no es horror por la letra, sino horror que no haya más que letra sobre lo natural. Que no haya más que letra en un mundo hecho inmundo por el cuerpo, que más allá de su pasión por la vida, es corpse, es decir cadáver de antemano sabido en el más alla del lenguaje que se puede decir lalengua .

¿Y lo falso que se insinúa en el mito?. Para los griegos, son los persas un pueblo bárbaro. Decir bárbaro es fundar lo extranjero, como cruel, temerario e inculto. Pero lo que el mito declara como mito es que el propio griego y su lenguaje hayan participado de ese mundo de barbarie. Vale decir que el mismísimo orden culto y civilizado lleva en sí mismo lo bárbaro que se le opone. Esto se tiene que suponer en el extremo como mito del mito, ya que es inconciliable que una civilización que porta cultura a través de su lengua al mismo tiempo se iguale a lo que desprecia. Este horror que parece ser pacificado por la letra, no deja de no inscribirse porque no hay más que letra.

Esta puntuación me permite sugerir una hipótesis: la punta de lo real que asoma entre el inconsciente y lalengua no se desprende nunca del horror que acaricia al saber como enigma.

El inconsciente está sostenido en lalengua, que no es otra que la denominada materna, si con ello hacemos una metáfora de la función madre. Hay enigmas afectivos en el concepto de lalengua y sus efectos implican un más allá de lo que el ser que habla es capaz de enunciar. Me resulta agradable decir que la función de lalengua determina un saber que se porta por vivir un lenguaje.

Un lenguaje no se vive sino con la diferencia que toca al significante y esa diferencia se puede extraer de lalengua como sentido. Ese sentido es lo que nos anima el cuerpo. Ese sentido está determinado porque es implícito para toda lengua su existencia, vale decir el rechazo de lo que está por fuera como otra lengua a la que se considera inculta o culta de acuerdo al lugar por donde examinemos la tortilla. De esta forma es comprensible por qué el inconsciente se articula a varias lalengua sin necesidad que se hablen. Para todo griego no resultaría extraño que sin hablar persa, hubiera algo de su metáfora que hiciera afecto.

Lo que genera esa exterioridad que sostiene lalengua, es que el goce fálico es el más alla que se transforma en lo bárbaro y se nos sobreagregua de una manera más que aceptable. Lo rechazado en un primer momento como bárbaro se transforma para sobreagregarse al cuerpo como brillo genial. La palabra bárbaro tambíen porta en español el sentido de lo mágnífico.

El compañero/a sexual aparece a través de lalengua. Aquello que e s inherente a la diferencia sexual tiene un momento de rechazo como el del griego por el persa, para después sobreagrgarse como brillo. Más rechazo determina una menor firmeza del goce fálico. Una mayor contundencia del goce fálico suele clavar el taco declarando enemigos con facilidad.

La función de lalengua lleva a la lógica y la lógica al sentido que es preciso poner en suspenso en la dimensión que se ha establecido en la lengua que hablo. Eso que suspende el sentido del enigma que habita no sin horror lo que se encuentra entre el inconsciente y lalengua es la letra. La letra es una instancia que permite demostrar como lalengua rebasa el lenguaje y si bien es a la letra como el analista interpreta, el análisis es un hecho social que se expresa en la lengua que se tiene.

Podría tambien arriesgar otra hipótesis: Si el inconsciente es una hipótesis sostenida en el enigma que determina lalengua. Lalengua es un sentido que resguarda del horror de la insuficiencia de la letra para hacer Uno del universo.

El inconsciente es una hipótesis. No hay tesis para el inconsciente salvo que hagamos la hipótesis de la existencia de la tesis.

Quiero recordar ahora el caso de Ana O. Deben recordar seguramente este caso pionero en la historia del psicoanálisis descripto por Breuer. Se trataba de una joven que desarrolla una perturbación durante la convalescencia del padre quien padecía una enfermedad pulmonar. Los signos que presenta son en principio somáticos: estrabismo convergente primero y despues una contractura y paresia del hemicuerpo derecho que luego tambien compromete el hemicuerpo izquierdo.

En las angustiosas alucinaciones que presentaba, una serpiente negra aparecía en forma predominante. Por último es notorio la desorganización del lenguaje. Faltan las palabras y pierde la gramática, la sintaxis y la conjugación del verbo hasta caer por momentos en completo mutismo. Rebuscaba sus palabras en otras lenguas. La lengua inglesa se torna para ella prioritaria y el francés y el italiano acompañan su decir con prescindencia total del alemán.

Los avatares del proceso de curación mediante la "talking cure", según ella bautiza en inglés el metodo catártico de Breuer, están signados por una recaída cuando su padre muere. Pero su curación no tarda mucho en llegar. Coinciden la desaparición de los trastornos motores con la recuperación de la lengua alemana, a la que bien se le podría adjudicar el término de materna.

Un hecho traumático parece encontrar para Breuer la razón de la serpiente en la alucinación. En plena convalescencia del padre se encontraba la familia en una casa de campo, en cuyas inmediaciones al parecer se habían encontrado algunas serpientes que Breuer adjudica en similitud a las que Ana alucinaba. La joven en determinado momento muy específico, en el momento en que su madre se había retirado por un rato, dice haber visto una serpiente que se acercaba hacia su padre.

Parece posible despues de recordar brevemente esta viñeta clínica, mostrar la imposibilidad traumatica de hacer resonancia simbólica en esa "talking cure" del alejamiento de su madre.

Como hipótesis es posible decir que para la locura histérica es central la pérdida momentánea de lalengua, en este caso representada por el alemán. El mínimo sosten que permanece en el discurso gracias a la determinación de otras lenguas que la habitaban afectivamente es lo que permite su recuperación. Pero hay una sola que subsume el concepto de lalengua y es el alemán por donde transcurre su mundo afectivo.

La pérdida de la relación al sentido y por lo tanto al afecto que porta lalengua es horror para Ana que no encuentra letra. La función analítica estará allí del lado del forzaje al sentido de lo inseparable de la madre, más que a la insistencia del planteo del duelo por el padre. En ese duelo no puede haber letra ni siquiera quebrando el sentido en la textura presentada por la lengua inglesa, francesa o italiana, si se suspende el sentimiento que es el aleman para ella. El sustrato de lalengua se ha perdido y no hay función inconsciente.

Para el psicoanalista actual cabría considerar otra posibilidad que habita el mismo territorio que el persa para los griegos. En la actualidad se podría certificar si en un caso similar al de Ana, existe o no desmielenización para justificar los procesos motores del estrabismo convergente, las contracturas y las hemiparesias, proceso que la resonancia magnética ubica a la perfección. Porque resulta interesante no caer en el desprestigio de repetir lo que se dijo en 1880 y poder ademas paliar adecuadamente lo que hace sufrir al paciente. El prestigio del psicoanálisis se juega en la desaparición específica de la lengua alemana en Ana, que ninguna especificidad médica podría investigar.

Otro ejemplo que puede mostrar la dependencia del inconsciente respecto de lalengua es el fenómeno del "deja vu" a veces presente en analizantes neuróticos.

El caso es de un joven que por lo general busca en sus sesiones una interpretación que lo libre del episodio. Está entrenado y ya logra relatarme todos los detalles que rodean al fenómeno.

He descartado por el momento la idea de hacer referencia a algo reprimido que retorna a la conciencia bajo la creencia de no reconocer lo reprimido como existente, porque no creo para él la posibilidad de este mecanismo. Dejo de lado lo propuesto por S.Freud en su ensayo "La Fausse Reconnaissance durante el psicoanálisis".

Desde luego que hay algo rechazado que retorna desde lo real en esta anticipación enmarcada por el significante. Pero no deja de ser interpretable en el sentido que hace falta restituir donde lalengua ha desaparecido.

Sucedió que el joven en cuestión se hallaba acompañando a su amiga en una universidad. Mientras ella arreglaba sus asuntos él reparó en una cartelera donde se anunciaba un curso del cual no recuerda el título pero que a modo de ejemplo me dice que es tan desconocido para él, que bien podría titularse " La teoría marxista desde la perspectiva de Camus". En ese momento dio vuelta la cabeza y sintió el horror de haber vivido esa experiencia en otra ocasión.

La filosofía es una posibilidad para él pero aún le parece que no es tiempo. La explicación se encuentra en el tiempo y es precisamente lo que restituyo. Para eso le digo que hay dos tiempos. En el primero él está ubicado en el futuro y mira el presente actual como pasado y le parece incomprensible como en ese pasado que es presente no estaba interesado por la filosofía.

En el segundo tiempo él se encuentra en el presente diciendose que si alguna vez pensó en la filosofía en el pasado es un error. De los dos tiempos se deduce que el presente desaparece. En esta consideración el joven se reúne con Ana, quien del presente solo reconocía algunas veces a su médico, para mantenerse en una ausencia la mayor parte del día. Para el joven estudiar filosofía es abandonar el estudio del inglés que forma parte esencial de su lalengua. En esa lengua su conjunto musical preferido es "The Cure". En cambio ni Marx ni Camus son de procedencia anglosajona.

La perdida de lalengua creo que hay que considerarla como motivo de un horror que se suma al asco. El asco como dique freudiano que está en el cimiento de la represión no debe confundirse de ese otro asco que toca la inexistencia del Otro, cuando se arriba al sinthome como desabono del inconsciente, sea la estructura que sea. La perdida de sentido ocasionado por la perdida de lalengua, es transitoria y parcial y es responsable de una tercera forma de asco. Ese asco está presente en Ana en los extensos momentos en que se niega a comer y en el joven paciente que sufre deja vu, por el asco no sabido y ausente que porta su cuerpo abandonado a veces de cuidados basicos.

En última instancia todos sufrimos el vahído de la perdida de lalengua. Ese horror se porta en una bolsa, como la de Perseo conteniendo la cabeza de Medusa. Existe la pretensión neurótica de liberarse del horror y sostener en su lugar un vacío. Pero si bien esta pretensión no deja de no inscribirse, es distinto concebir un saber que acepte el enigma que nos incluye en los laberintos del rechazo. La palabra es producto de la superación de un rechazo mítico que transita por el asco y que se manifiesta por un resto intraducible que la castración vela.

(Trabajo presentado en el Lacanoamericano de Recife, septiembre 2001)

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 14 - Diciembre 2001
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