Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Trauma político
(Argumento)
Franz Kaltenbeck
Traducción de Marta Dubini

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El trauma no se trata nunca en directo sino siempre en el après-coup. Sólo es accesible en lo que de él se escribe en el síntoma.

Los conceptos psicoanalíticos tienen, a veces, historias y efectos políticos, sobre todo, cuando se han formado luego de un acontecimiento traumático.

Uno de esos conceptos es el de "Ideal del Yo". Freud lo incluyó en su artículo "Introducción del Narcisismo" (1914) en el que arregla cuentas con Jung.

Un año antes habían comenzado las circulares del "Comité secreto", cuyo primer tomo se publicó el año pasado, en alemán.

El Ideal del Yo arroja su sombra sobre este grupo.

Freud defiende la unidad a cualquier precio, Ferenczi invita a sus amigos a renunciar a sus pensamientos. En materia de doctrina, sólo cuentan los textos Freud.

Sin embargo, la unidad no duró. Las falsas lecturas de la obra ya estaban en marcha. La obediencia, no impediría el grave conflicto con Rank.

Contrariamente a lo que podría creerse, el Ideal del Yo no es un concepto puro. Es cierto que da al sujeto su ubicación en el Otro, pero, también, opera la represión. Es, a la vez, particular a un sujeto y universal en cuanto a la ley. No es casual que Freud lo haya utilizado como sinónimo del Superyo en algunos pasajes de "El Yo y el Ello".

En sus Escritos, Lacan describe la génesis problemática del Ideal del Yo como resultado de un error del sujeto en cuanto a la Cosa y critica el empleo del ideal en la identificación del grupo.

Esta crítica puede extenderse. Distinguiría, así, dos modos de reaccionar a un trauma político. Por por una parte, por el lazo mentiroso, por la escalada autoritaria. Es la vía que calificaría de fascista.

Por otra parte , está la vía del síntoma que transforma al Otro a partir de la pulsión. Es el arte con un impacto político.

TRAUMA POLÍTICO Y REFLEXIVIDAD DEL OBJETO

Mediante el pensamiento analizante, el sujeto trata de responder a las aporías que ha encontrado en el curso de su vida y de su análisis. Este pensamiento me parece tanto más necesario en cuanto el inconciente no puede cifrar todas las satisfacciones paradojales de la pulsión. El análisis pone al sujeto frente a sus impasses.

Me parece que Freud, quien se mantenía más bien distante con sus pacientes, forzó un encuentro extremadamente doloroso entre lo que yo llamaría, algo apresuradamente, lo "real político" y el grupo de alumnos al que decidió confiarle su Internacional para que la perpetuaran.

Hoy en día ya no quedan dudas del éxito de esa operación, a pesar de las enormes pérdidas que implicó

En un momento muy duro de su vida, E. Jones, instigador del Comité Secreto, escribe a Freud: "La política y las personalidades del trabajo psicoanalítico han engendrado más dolor que placer en estos últimos años...¿y qué otra cosa? ".

Después de una atenta lectura del libro de Phyllis Grosskurth, "Freud el anillo secreto", he llegado a esta conclusión : Lo que le ocurrió al "círculo interior" que rodeaba a Freud, fue una experiencia necesaria, un (psico-)drama y un laboratorio del colectivo analítico indispensables para una implantación sólida de la IPA en el mundo.

Al mismo tiempo hago notar que una escuela que se pretende lacaniana, a pesar de sus declaraciones unitaristas y de su voluntarismo conquistador, jamás ha alcanzado una meta comparable – una sólida instalación a escala mundial .

Dice "unidad", pero más bien produce escisión tras escisión. Y, en lugar de un gran drama, sólo engendra escenas mezquinas.

Además, esta escuela que se proclama de Lacan, rechaza el anuncio de este seminario en su Correo. Correo en el cual leemos toda clase de anuncios y de nombres. Sin embargo, los nuestros, están allí censurados. ¿Ampara el derecho de asociación una censura semejante? Está por verse.

Por el momento, hago notar que esta censura prueba la fragilidad de la escuela que se considera "una". Ya he señalado en otro lado que su jefe no teme a nada tanto como a la competencia.

Fragilidad política e intelectual. Esta última debilidad se revela, por ejemplo, en la idea, enunciada hace algún tiempo por quien se hace llamar "el delegado general", de que los miembros de su organización estarían todos frente a un real que los haría desdichados. Hemos leído, incluso, que serían todos iguales frente al goce.

Falsa idea la de pretender crear un lazo igualitario en una nave que zozobra.

Es decir, un real que en principio debería ser el mismo para todo el mundo, un real sin falla, el de la matemática.

Que nos enseña un matemático como Alain Connes sobre este real?

Primeramente se opone a la concepción de la matemática como lenguaje. (Es decir al punto de vista formalista). Para el matemático hay dos fuentes de la intuición inmediata y de la evidencia experimental : el espacio que nos rodea y los números naturales.

Sobre esa base nacieron la geometría y la teoría de los números. Los logros esenciales del matemático no consisten en los cálculos sino en el desarrollo de conceptos bajo la forma de construcciones axiomáticas ; por ejemplo, los conceptos fundamentales de la aritmética.

Son conceptos que conducen a la resolución de los problemas y que dan testimonio del progreso de la ciencia. Son también esos conceptos los que permiten captar y estructurar el real matemático cuyos objetos, sin embargo, no se dejan "localizar" en el espacio ni el tiempo.

Por lo tanto,el matemático tiene que enfrentarse con un real "bruto". Se trata, para él, de estructurarlo. Por ejemplo, puede captar un número infinito de objetos gracias al pensamiento puro. Ahora bien, no hay receta para elegir el concepto justo. Es en esa falta donde Alain Connes sitúa el verdadero lugar de la "creatividad matemática".

Nuestro matemático distingue dos métodos: Por ejemplo: Busco mi nombre en una lista de 1000 nombres. Leo todos los nombres para encontrar el mío. Es el método inductivo. O, elimino desde el comienzo todos los nombres que no empiecen por la misma letra que el mío, luego elimino todas las segundas letras que no corresponden al mío, y así sucesivamente. Es el método proyectivo.

Alain Connes nos entrega una interpretación del teorema de Gödel que debería interesar a los psicoanalistas: "El real matemático bruto no se deja ordenar como un todo por el método proyectivo. Es, por naturaleza, infinito y se sustrae a toda tentativa de reducción completa a un lenguaje formal". La matemática no es una ciencia que podamos encontrar "toda", afirma el investigador, citando a Humboldt.

Esta interpretación del teorema de la incompletud evoca el "no-todo" de Lacan, del cual Geneviève dice en su libro que no forma ningún sistema sino sólo "una serie de puntos de imposibilidades y de paradojas". Evidentemente, Alain Connes se precipita para cerrar la hiancia abierta por Gödel.

El real matemático, independiente del ser humano, nos obliga a admitir una evolución de las teorías matemáticas comparable a la evolución biológica con su competencia, selección e integración, en el canon cultural de la matemática. Es su interpretación "positiva" del célebre teorema.

Como quiera que sea, el investigador nos ha entregado el paradigma de un real objetivo que, ciertamente, no es accesible a todos de la misma manera. Pero, quizá, el amo de la llamada Escuela (de la Causa Freudiana) ¿ quiere simplemente hacer lazo entre sus miembros a partir del horror de lo real?

Ya hemos visto sistemas de defensa semejantes en psicoanálisis – por ejemplo, cuando la corriente de Anna Freud jugó la pedagogía contra la exploración del inconciente infantil sostenida por su rival, M.Klein.

*

Tal como Phyllis Grosskurth lo cuenta, la epopeya del Comité Secreto no sólo es conmovedora sino, además, sorprendente.

Nadie salió indemne de eso - salvo, quizá, el silencioso Hanns Sachs - y estoy seguro de que ninguno de los cinco miembros originales imaginó lo que le esperaba durante los catorce años de existencia del Comité (entre 1913 y 1927) como círculo cerrado y secreto.

Pero los desgarramientos entre los cinco hombres (Eitingon sucedió en 1926 a Abraham) permanecerían anecdóticos si no hubieran ido acompañados de serios cuestionamientos teóricos. Fuera de Eitingon, los paladines eran, además, grandes autores.

A pesar de sus constantes profesiones de fe y de obediencia, ninguno de esos autores permaneció realmente fiel a Freud. Lacan habla de sus "repetidos abandonos", en los que Freud habría medido "la inadecuación mental y moral de sus primeros adeptos".

Para agregar enseguida : "Espíritus y caracteres respecto de los que nada es más claro que superaban ampliamente tanto a los mejores como a la multitud que, desde entonces, se expandió por el mundo con la doctrina "

Recordemos brevemente algunas fechas de la historia del Comité.

A partir de 1911, la relación entre Freud y Jung comienza a deteriorarse. El conflicto entre ellos tenía una dimensión científica y una dimensión política.

Jung no adhirió nunca verdaderamente a la teoría de la libido (sexual) . Phyllis Grosskurth llegará a decir que Jung envía las "Memorias de Schreber" a Freud, en 1910, para convencerlo del origen tóxico de las psicosis, buscando de esa manera provocar una confrontación entre ellos. No he encontrado el pasaje de la Correspondencia Freud-Jung que corrobore esta afirmación.

Políticamente, Jung y los psiquiatras de Burghölzli prometían a Freud una apertura al mundo. Es ese un momento histórico para la política de la transmisión del psicoanálisis. Considero el encuentro fallido entre Freud y Jung como un trauma político y fundador.

Freud, además, invistió a Jung como su sucesor. En detrimento de los vieneses, lo nombró presidente de la IPA en 1910, durante el primer congreso en Nuremberg. No había allí evidencia alguna de que habría de deshacerse de él dos años más tarde.

Fue en el mismo año, el 22 de Julio de 1912, cuando Ernest Jones propuso a Freud la idea de un comité secreto, elaborada a partir de una propuesta de Ferenczi.

No es casual que el "goy" del grupo se apr opiara del vacío dejado por Jung.

"Su fantasma de penetrar el círculo íntimo creando el comité no era más que una ilusión, pues él sería para siempre un hombrecito poco atractivo, con su cara de hurón implorante apretada contra el vidrio". ( Grosskurth, op.cit., p. 130.).

Freud estaba encantado con la sugerencia y reivindica, incluso, la propiedad de la idea atribuida a Ferenczi : "Lo que cautivó mi imaginación es su idea de un concejo secreto compuesto por los mejores y más meritorios de nosotros, a fin de vigilar el desarrollo ulterior del psicoanálisis y de defender la causa contra las personalidades y los accidentes, cuando yo ya no esté."

En junio de 1913, Jones va a Budapest a hacer su análisis con Ferenczi.

A propósito del análisis de Jones, Freud le escribe : "Alimente la larva a fin de que pueda convertirse en abeja reina."

A Jones - quien sabía que el analista húngaro se escribía con el maestro de Viena – le inquietaba la idea de que el primero le revelase algo de su persona al segundo.

Freud también analizaba a las mujeres de los paladines. A Elma Palos, con quien Ferenczi habría de casarse – prácticamente bajo orden de Freud, aunque aquel amaba más bien a su hija Gizella – así como a Loe Kahn, la primera mujer de Jones .

En su carta del 8 de diciembre de 1912 a Jones, Freud llega a evocar la "anestesia sexual" de Loe.

Ferenczi sería analizado dos veces por Freud (tres semanas en octubre de 1914 y tres semanas en junio de 1916 – siempre a razón de dos sesiones por día). Esos análisis encontraron su epílogo en el reproche - que Ferenczi dirige en 1929 a su maestro - de haber descuidado su transferencia negativa. Cuatro años después de la muerte de Ferenczi, Freud volverá sobre ese reproche para refutarlo, en "Análisis terminable e interminable" (1937).

Rank, por su parte, aprovechó su proximidad con Freud para no hacer análisis. Sólo luego de su primer viaje a América con el maestro, se sometió a algunas entrevistas forzadas. Es probable que su psicosis se haya desencadenado cuando se enteró - por Felix Deutsch, en 1923 - que Freud padecía de cáncer. Habría reaccionado a esta noticia con una risa loca en pleno comité cuando sus colegas hablaban de la enfermedad de Freud.

Unicamente Abraham parece no haber hecho análisis.

Es preciso notar, además, que Freud – y también los paladines entre ellos mismos - arreglaban a menudo sus querellas y discusiones en términos analíticos, incluso interpretándose mutuamente su conducta.

Así, en 1924, Freud afirmaba que Rank había escapado a Estados Unidos "porque presumíamos que Freud iba a morir".

Y a propósito del partido que Jones tomó por M.Klein en el debate entre ella y A. Freud, el padre de Anna le confía a Eitingon:

"Jones necesita de M.Klein porque él mismo carece de originalidad y ‘ la aplicación que ha hecho de mis ideas permanece en un nivel escolar’ ". Luego escribe: "Soy una parte de su Superyo que está descontenta de su Yo".

Tampoco Jones se privaba de interpretar, por ejemplo, la psicosis de Rank, cuando señalaba la Vaterablehnung (el rechazo del padre) de aquel y su evitamiento del Complejo de Edipo.

El hecho de que Freud haya jugado el rol de Superyo se revela, también, en un pasaje de una carta de Jones a Abraham – estamos antes del congreso de Salzburgo, en abril de 1924, en plena tensión entre Abraham y Jones por un lado, y entre Ferenczi y Rank por el otro - :

"Sería una extraña ironía que perdiéramos parte de la amistad íntima del Profesor a causa de una lealtad demasiado grande hacia su obra, pero esto es algo que bien podría ocurrir."

Este pasaje da testimonio de la elección alienante ante la que Jones se encontraba : permanecer fiel a la obra significaría perder la amistad del Profesor, aceptar las desviaciones de Ferenczi y Rank implicaría una traición a la misma.

En la célebre circular enviada por Ferenczi el 1 de diciembre de 1919, se definió así el objetivo del Comité:

"El objetivo del Comité no es poco importante. Se trata de conservar y de transmitir a las generaciones venideras las grandes ideas y el saber de Freud atravesando todos los peligros que los amenazan, tanto desde el exterior como desde el interior. Estas ideas deben mantenerse lo más inalteradas posibles. Estamos frente al producto de una mente cuya significación no podemos aun estimar. Todo lo que él nos ha dicho y lo que aun nos dirá debe ser guardado (gehegt) de una manera dogmática, aun aquello que nos gustaría, quizá, expresar de otra manera.

No pocas veces hube de reconocer après-coup que la explicación que él daba era, después de todo, la más profunda y pertinente. La capacidad de renunciar a una idea propia en favor de la idea central es, entonces, una de las condiciones principales ligadas la pertenencia del Comité"

Ferenczi reconoce a sus colegas la gran modestia que distingue su funcionamiento y que los predestina a su tarea en el Comité . Junto a esa condición fundamental e indispensable – la modestia - Ferenczi les dice que poseen cualidades que él admira y que les permiten utilizar el psicoanálisis de manera provechosa para la humanidad y para la sociedad "mientras muchos de nosotros nos fatigamos en las tareas científicas".

En la mente de Ferenczi, esas tareas científicas parecen traer divergencias en la orientación del trabajo y en la visión del mundo. "Divergencias que no podrán perturbar nuestro trabajo colectivo. Más bien se aglutinarán para formar una unidad, que no será más que el débil reflejo de la universalidad que poseeemos en Freud".

Esa circular es tanto más patética si consideramos que pronto estallarían las disputas que habían quedado suspendidas por la guerra.

Así, por ejemplo, los ataques de Abraham contra Rank alcanzan su paroxismo cuando Ferenczi y Rank publican, en 1924, su libro "Objetivos del desarrollo del psicoanálisis", en el cual presentan su técnica analítica.

El estilo autoritario de Rank como secretario de la Sociedad de Viena y director de la editorial psicoanalítica, era inaceptable para el analista berlinés quien no dejaba de insistir en su autonomía política.

Freud tuvo que calmar los ánimos con una circular, de noviembre de 1922, explicando que las circulares provenientes de Viena eran redactadas por él mismo y por Rank. Freud, además, habría de defender a Rank hasta el final - es decir, hasta su partida definitiva de Viena - apreciando su originalidad y su fuerza de trabajo.

Sin embargo, luego de que Beate Rank volvió de Estados Unidos para contarle las hazañas de su marido en el país del dólar, Freud escribió a Ferenczi : "De Rank se puede aprender que ser un canalla es todavía lo que trae más ganancia en el mundo."

En 1922, trató una vez más de hacer entrar en razón a sus paladines. "ustedes no deberían empujarme al rol del viejo Attinghans (un personaje de Guillermo Tell) cuyas últimas palabras fueron : "Sean unidos, unidos, unidos"

Tanto este pasaje como su interpretación del Superyo de Jones muestran que se trataba verdaderamente de interpretaciones.

En lo que concierne al analista de Gales, Freud no se vanagloria de ser el Superyo de Jones sino más bien de haber sido incorporado por él para ser una parte de su Superyo.

Cuando en noviembre de 1922 se dirige a su Comité, no lo conmina a estar unido. Freud liga más bien la unidad a su muerte.

El Comité se disolvió por primera vez el 10 de abril de 1924. Ni las disputas ni los celos entre hermanos fueron el motivo. Phyllis Grosskurth tiene razón en considerar que la causa de la disolución fueron tres libros: "El desarrollo del psicoanálisis" de Ferenczi y Rank, "El trauma del nacimiento", de Rank y "Thalassa", de Ferenczi. Los tres habían recibido la aprobación de Freud, quien, incluso, aceptó la dedicatoria del libro de Rank: "Ella significa también para mí : "Non omnis moriar" ( "No moriré enteramente").

En "El trauma del nacimiento", Rank toma riesgos y trastoca dogmas establecidos; por ejemplo, cuando retrotrae la angustia de castración a la del nacimiento a través del órgano genital femenino. Para él, la memoria se basa en la represión originaria del trauma del nacimiento y considera que el amor sexual es siempre incestuoso : "la tentativa grandiosa de un restableciento parcial de la situación original entre madre y niño. El neurótico fracasa en esta tentativa de sexualidad. No se conforma con una satisfacción parcial de retorno a la madre como la que le es acordada en el acto sexual sino que quiere volver a entrar totalmente en la madre."

Rank afirma la existencia de fantasmas de retorno al cuerpo materno y de reproducciones de las posiciones intrauterinas del sujeto. ( Cuando S.Beckett recordó su análisis con Bion produjo, en efecto, un fantasma semejante , salvo que él no quería volver al cuerpo de su madre porque allí se sentía encerrado.)

Los detractores de Rank dirán que negaba el inconciente. En "Inhibición, Síntoma y Angustia" - (cap. X), Freud reconoce que "el proceso del nacimiento es la primera situación de peligro, y, por lo tanto, el modelo de la reacción de angustia". Pero combate la tesis de Rank según la cual el neurótico no logra nunca la abreacción del trauma del nacimiento.

Para Freud, Rank se abandona a un círculo vicioso : la reacción a ese trauma es la angustia. Ahora bien, cuanto más grande es la angustia más debería lograrse la abreacción ¡Y nadie se atrevería a negar que el neurótico sufre de angustia !

El personaje más conmovedor del Comité – es el caso decirlo –es Ferenczi. No nos emociona por su compasión con sus pacientes ni por la extensión problemática de la técnica que surge de ella. Tampoco por su amor filial por Freud – amor decepcionado – que nos afecta todavía hoy, sino más bien por dos consecuencias que extrajo de su transferencia sobre Freud.

Ferenczi encarna de una manera muy política –" embarazosa política", decía Freud, quien debió privar a Ferenczi de la presidencia para no contrariar a Jones – un real. Al no tener lugar en el simbólico de la IPA, ese real dinamitó el comité. Tres veces se lo negó la presidencia de esa organismo.

La última vez, Jones - quien fue nombrado presidente en su lugar - se las ingenió, además, para humillarlo después de muerto. Le permitió presentar su texto "La confusión de lenguas entre adultos y niños" en el XII Congreso Internacional de Wiesbaden (1932) . Ferenczi le había leído el trabajo a Freud en el último encuentro entre ambos, tras lo cual Freud envió a Eitingon un telegrama que decía: "Ferenczi me ha leído su texto. Inofensivo. Tonto. Dicho de otra manera, inaccesible. Impresión desfavorable"

Ustedes saben que Lacan tomó ese texto como uno de los puntos de partida de su "Discurso de Roma". Ese trabajo de Ferenczi se reveló, además, visionario. Sin embargo, en aquel momento, Ferenczi no habría de tener el menor lucimiento en Wiesbaden. Jones aprovechó de su muerte para faltar a su promesa de publicar esa contribución.

La función eminentemente política de Ferenczi se vuelve evidente en el momento mismo en que Freud le dice claramente que lo está dejando caer. Momento de la verdad, que arroja luz sobre los dos hombres. El más joven aparece como el hombre del acto; el viejo como el hombre del pensamiento. Freud le dice luego a Ferenczi que sentía menos entusiasmo respecto de sus intercambios. "Muy probablemente, al comienzo, la corrección que usted me hizo respecto de mi timidez para actuar me tentó demasiado."

Ferenczi representa también la mirada hacia el futuro, la angustia frente al futuro inmediato. Es él el primero en advertir a Freud acerca del peligro nazi exhortándolo a partir de Viena. Jones diría que Ferenczi había cedido al pánico.

Pero Ferenczi es, además, un hombre eminentemente moderno. Su intervención en el Congreso de Oxford (1929 ) sobre "El niño mal recibido y su pulsión de muerte" tiene como motivo un malestar que también nosotros experimentamos. Él denunciaba "la estrechez del psicoanálisis".

No alcanza con idealizar a este gran psicoanalista y denunciar la frialdad de Freud. Este último lo tomó en serio. En "Análisis terminable e interminable" todavía le critica haber olvidado el inconciente.

*

La historia del Comité, el saber que produjeron sus autores, su política, sus desagarramientos, sus respuestas individuales a sus transferencias sobre Freud, forman un vasto campo de investigación que, según opinión de quienes trabajan en él, no está cerrado, porque no se ha accedido aun a todos los documentos.

Cuando comencé a preparar esta exposición pensé que era preciso abordar este enredo con un concepto. Me pareció que el Ideal del Yo daba justo para eso. Por un lado, había surgido en "Introducción del Narcisismo" (1914) en donde Freud ajusta cuentas con Jung. Por otro lado, me había impresionado la circular de Ferenczi de 1919 con su intimación a la unidad a cualquier precio y a renunciar al pensamiento ante la obra de Freud.

¿No firmó, acaso, Ferenczi, mediante su circular, la identificación elucidada por Freud en "Psicología de las masas y análisis del Yo"? Recordarán que Lacan deduce de esa identificación el Yo fuerte que encarna el Ideal para algunas corrientes post-freudianas.

Ahora bien, la historia del Comité puede leerse como el desmontaje en acto de esa identificación. Sin embargo, sobrevivió para las generaciones siguientes mientras los conceptos estaban congelados.

Mi lectura me ha mostrado, además, que los miembros del Comité y Freud con ellos, se acusan mutua y constantemente de falta de liderazgo. Freud denuncia esta falta en Jones, éste la diagnostica en Ferenczi y el único líder incuestionable - Abraham - cae en desgracia antes de morir. ( Es un poco como en las democracias actuales: Algunos observadores de la campaña presidencial americana subrayan la debilidad de George Bush como líder lo cual dará una oportunidad seria a Al Gore.)

La historia del Comité, desmintió, ante todo, la idea de la unidad a cualquier precio. Lo real del Comité, que en mi opinión no tenía nada de la obscenidad de los grupos, se manifestó justamente en su dispersión repetida. Esa fue, lo veremos, la condición de la coherencia de la IPA post-freudiana. El Comité fue la repetición de la guerra que no tuvo lugar. "La luchas son buenas", decía Freud a Ferenczi.

La "dura realidad" , escribe Grosskurth, hizo que los hermanos no llegaran a entenderse unos con otros Para ella, el Comité tenía por función de contener "eficazmente las emociones inflamables de los hermanos" . A la vez, debería haber sido el guardián de la doctrina. Sin embargo, era justamente en su seno donde se transgredían más los dogmas : el padre vio emerger allí un peligroso rival - el objeto.

Freud estaba orgulloso de este desarrollo, particularmente luego de la publicación del estudio abrahamiano "Ensayo sobre el desarrollo de la libido" (1924). Le escribe a Abraham. "Estoy contento de ver que mis paladines, usted [Abraham], Ferenczi y Rank siempre se dedican en sus escritos a cuestiones fundamentales, en lugar de conformarse con hacer de figuras decorativas. Es este ahora el caso con su "amor de objeto". Estoy muy impaciente por leerlo."

Como lo hace notar Grosskurth, Jones está ausente de la lista de los paladines. A este último Freud habrá de recomendarle hacer "un complemento de análisis".

Hubo otros trastornos en el laboratorio analítico que fue el Comité. Los paladines debían darse cuenta de que el amor de transferencia no hace "Uno". Hasta los poetas han comprendido que el amor divide. Fue su división la que hizo posible a la IPA asumir el múltiple democrático.

Concebido como una guardia pretoriana, el Comité tampoco resistió el mundo abierto. Las tensiones y los conflictos del mundo que rodeaban a los hermanos se reflejaban en sus desgarramientos.

Algunos de ellos fueron visionarios. Jones vio anticipadamente, desde 1923, que los americanos se convertirían en los amos del mundo. Freud los despreciaba. Desde 1933, Eitingon y Ferenczi exhortaban a Freud a irse de Viena.

Otra imprevisión : se ha insistido mucho en la función del Comité como sucesor de Freud después de la defección de Jung. Los editores alemanes de los Rundbriefe construyen todo su prefacio sobre esta idea: A excepción de Eitingon y de Sachs cada uno se creía el príncipe heredero; de allí la rivalidad shakespereana de los hermanos.

Ahora bien, es cierto que todos aumentaron el peso político de Freud, ya fatigado, sin embargo, por su enfermedad. El era irremplazable y Ferenczi tenía razón en escribir en su circular que era inútil parafrasear su obra. Es mucho mejor en versión original.

El Comité era, por lo tanto, una comedia. Es " Totem y Tabú" al revés : el padre que devora a los hijos para imponer su reinado. Este, el de la IPA, ¿es satisfactorio? Sé muy poco al respecto, pues no soy miembro. Pero no puede ser peor que lo que hemos conocido.

Es aquí donde es preciso volver a la cuestión del Ideal del Yo. No se habló demasiado de él en la época del Comité. Pero tampoco estuvo ausente. No olvidemos que los primeros años del Comité fueron oscurecidos por al Gran Guerra. Es también ése el momento en que Freud, Rank, Abraham y Landauer elaboran la clínica del narcisismo que comporta como mecanismo clave la identificación narcisística. Es la gran época de las neurosis de guerra y de las depresiones.

Eitingon la sufre. Ferenczi se queja de ello. Y Freud le interpreta a este último su depresión (carta a Ferenczi, 27 de oct. 1918) : " (es) una neurosis común en tiempos de guerra. Implica el conflicto de dos ideales del yo, el habitual y el impuesto por la guerra. Este último está enteramente fundado en las nuevas relaciones de objeto ( los superiores, los camaradas ) y puede estar re-ligado con las fijaciones de objeto; una elección de objeto que, de alguna manera, no es equivalente para el Yo. Este conflicto puede manifestarse también bajo la forma de una psico-neurosis [ ...] desarrollando un n uevo Yo debido a una fijación de objeto de la libido, que debe ser invertida por el antiguo Yo. Una batalla con el Yo, antes que entre el Yo y la libido, aunque fundamentalmente semejante. Se puede establecer un paralelo con la melancolía, en la que también debería crearse un nuevo Yo, pero, en este caso, no estamos frente a un ideal sino ante una fijación del Yo abandonado"

No hay, por lo tanto, sino un Ideal del Yo. En tiempos de guerra ustedes tienen dos de ellos. Creo que Lacan tiene en cuenta esto en su esquema óptico. El sujeto no es mirado desde un solo lugar en el Otro.

"Psicología de las masas y análisis del Yo" no es sólo un texto sobre el fenómeno sociológico de la formación de las masas. Ese texto tiene también implicancias para la técnica, tal como se difundirá durante largo tiempo en la IPA. Recordarán lo que Freud había escrito a Ferenczi el 8 de junio de 1913 cuando el analista húngaro tomó a Jones en análisis :" Alimente a la larva (crisálida) para que pueda convertirse en abeja reina".

Freud vuelve tomar la misma metáfora en su libro sobre la psicología de las masas. Utiliza el capítulo X de ese libro para ilustrar el Ideal del Yo : "igual que les es posible a las abejas, en caso de necesidad, hacer de una larva una reina en lugar de una obrera". ¡ A nadie se le escapará el humor negro de esta comparación !

Sin embargo, Freud pierde todo humor cuando se trata de proteger a su hija Anna contra los ataques malignos de Melanie Klein, sostenida por Jones, quien soñaba con hacer de Londres "un hogar de vanguardia para el Psicoanálisis de niños". Es en el contra-ataque freudiano donde resurgirá la cuestión del Ideal del Yo.

Anna Freud había publicado en 1927 su "Introducción a la técnica del análisis de niños". A pesar de la importancia que Anna había tomado a causa de la enfermedad de su padre, Jones rehusó publicar el libro en inglés. Lo consideraba malo. Pero no se detuvo allí. Organizó un coloquio sobre análisis de niños para dar a M. Klein derecho a réplica en la polémica que Anna Freud había desatado contra ella en su obra. Jones sabía que Freud habría de interpretar ese coloquio como un acto de guerra. ¡ Su ex analizante Joan Riviere defendió allí las tesis de M. Klein !

En su ambivalencia, Jones trató de calmar a Freud echando aceite al fuego. Es así como le escribió que las debilidades del libro de Anna seguramente se debían, en parte, a "algunas resistencias imperfectamente analizadas".

En un comienzo, la respuesta de Freud fue muy mesurada. No quería tomar partido en ese conflicto. Anna trabajaba de manera independiente de él. Y luego, "la concepción que tenía la señora Klein del Yo ideal del niño era completamente diferente a la suya". La guerra entre las dos damas continuó en el Congreso de Innsbruck (1927) donde Jones sostuvo de nuevo la posición de M.Klein acerca del Edipo.

Freud reaccionó muy vivamente a esa recidiva, pues rumiaba constantemente sobre el comentario de Jones a propósito del análisis incompleto de su hija. Su cólera le hizo, sin embargo, producir un enunciado delicioso: "¿quien está, verdaderamente, suficientemente analizado?"

Les he desarrollado algunos avatares del Ideal del Yo porque es un concepto que funcionó como una carta blanca. Hemos visto que Freud lo utilizó durante mucho tiempo deconstruyéndolo (por ejemplo en el pasaje sobre la transformación de la crisálida en abeja reina).

Pero una vez congelado, proyectado al cielo de las ideas, el Ideal del Yo se presta al abuso. Es peligroso porque su empleo abusivo lo desnaturaliza, aplastando su polivalencia.

Sería fácil demostrar esa polivalencia mediante una relectura del artículo "Introducción del narcisismo" (1914). En ese texto, Freud hace del ideal "una condición de la represión" particular al sujeto. ("Podemos decir que uno ha erigido en sí mismo un ideal con el cual mide su yo actual, mientras que el otro carece de una formación de ideal semejante")

Ya en 1914 el Ideal del Yo está articulado con la voz de la conciencia moral. Hay fuentes múltiples – padres, educadores, enseñantes – " un enjambre (Schwarm) de personas". Se forma, por lo tanto, en lo múltiple. Si se olvidan sus orígenes en "el enjambre de personas" reduciéndolo al Uno, también se lo rigidifica, se lo instaura como el único significante amo. Es esto lo que ocurre después de Freud en la técnica analítica. Él mismo siempre interpretó sus conceptos cuando los utilizaba.

Ahora bien, el empobrecimiento del saber por la congelación de los conceptos no estaba reservado sólo a los post-freudianos. Hemos visto surgir el mismo fenómeno entre los lacanianos inspirados por una tendencia totalitaria. A fin de sostener un poder dictatorial, abrazan el concepto del Uno, cuya complejidad, Lacan mismo, siempre desplegó . También Lacan postuló la existencia de varios Unos. Los fanáticos de "La Escuela-Una" proceden de la misma manera por una falsa simplificación cuando hablan de lo real y del goce, tal como he mostrado al comienzo de esta exposición.

Estas maniobras pseudo- científicas se apartan del discurso crítico que necesitan los conceptos del psicoanálisis para permanecer vivos.

Así sería facil describir el cuestionamiento productivo del Ideal del Yo en los Escritos de Lacan. Ciertamente, el ideal es implantado en el grafo del deseo como ese significante que orienta el trayecto del sujeto. Es, entonces, una norma cuya obliteración acarrea problemas graves, por ejemplo, ciertas formas de delincuencia. Pero no es sólo la obliteración sino también el mal empleo de este significante lo que tiene efectos desastrosos.

He aquí por qué Lacan se interesó en los fundamentos del Ideal del Yo cuyo manejo exige gran sensibilidad. En su "Comentario sobre el informe de Daniel Lagache", da una explicación del poder del Ideal. El sujeto sobreestima "el rasgo del significante" como insignia de poder del Otro. Al no encontrar su lugar en la elisión significante, el sujeto inviste más bien las "marcas de respuesta" del Otro. Es así como constituye el Ideal del Yo.

Habida cuenta de que el manejo del ideal degenera tan a menudo en un reforzamiento del Superyo – al que Freud no separó del Ideal del Yo sino hasta "El Yo y el Ello" (1923) – , Lacan se interesó en la parte del objeto en el empleo legislante del significante. Esta articulación entre el Ideal y el Superyo por un lado, y el objeto y la ley por el otro, se impone a partir de la observación freudiana acerca de que el Ideal del Yo representa también la voz de la conciencia moral. La voz es un objeto.

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He aquí la razón histórica que motiva el escrito "Kant con Sade". Lacan afirma allí la idea de que el formalismo puro de la ley, exacerbado en la "Crítica de la razón práctica", llama al objeto atormentante en el fantasma del marqués de Sade. La pureza formal del imperativo categórico kantiano se completa, encuentra su verdad en la obscenidad de"La filosofía en el tocador". Así como el formalismo vacío de la ley tiende hacia el objeto, éste aspira a la ley.

De allí el aspecto iniciático, incluso pedagógico de "La filosofía en el tocador", los agenciamientos y maquinarias de los acoplamientos de cuerpos en los libros de Sade. Lacan llegará a dar a esta aspiración del objeto a la ley una articulación – paradojal – mediante una máxima que Sade nunca enunció. Es la máxima del derecho al goce, derecho garantizado a cualquiera.

Ahora bien, si Lacan puede extraer esta máxima paradojal de la obra de Sade, es porque ella no está desprovista de ironía. Poco importa si Lacan tiene o no razón para afirmar que Sade no era incauto de su fantasma – una cosa es segura, su obra no se resume en el proceso verbal de un goce insostenible - . Sade practicó, quizá, el sadismo en su vida : su obra da testimonio una reflexión sobre el goce y sobre la pulsión de destrucción. (cf. El "Sistema del Papa Pío VI", expuesto en Juliette y citado por Lacan en la Etica del Psicoanálisis.) El arte procede de una reflexividad del objeto y es por eso que tiene efectos políticos.

Los políticos autoritarios, en cambio invisten el objeto para crear angustia y para manipular la represión . Los análisis de los movimientos fascistas y populistas de la época actual muestran que los líderes de los movimientos exitosos mantienen su racismo y su antisemitismo bajo control porque no pueden permitirse deslices. No quieren chocar con los ciudadanos

En cambio producen permanentemente enunciados sobre los inmigrantes, sobre el extranjero, Europa, la globalización, que angustian a las franjas de la población que están en una situación de inestabilidad. Los electores de extrema derecha, una vez angustiados, reaccionan a las insinuaciones de sus líderes dando libre curso a su xenofobia. a su antisemitismo, a su racismo y a su miedo al mundo.

Hemos observado, además que estos políticos autoritarios simulan la represión. Engañan. Distorsionan el sentido de las palabras, producen una suerte de metalenguaje. Los adherentes saben muy bien cuándo sus líderes mienten para salvar las apariencias. Los nazis eran maestros en la codificación ambigua de la información. Camuflaban sus crímenes revelando lo bastante de ellos como para fascinar a la población.

El negacionismo juega en el mismo registro. Se trata de negar los hechos y de explotar la dificultad de exponer la verdad. La verdad es difícil de decir porque es algo que no se reduce a los hechos. Los movimientos autoritarios de hoy en día son peligrosos porque atacan directamente al sujeto y a sus defensas.

Los políticos autoritarios tienen efecto incluso sobre los pr ogresistas bien pensantes. ¡ Cuántas veces hemos leído en estos últimos tiempos que sería mejor ocuparse de Chechenia que de Austria! Ese cálculo compensador es evidentemente falso. Un error nunca puede sustituirse por otro. Es preciso ocuparse de ambos. Los horrores no se metaforizan ni se anulan entre ellos. Esta es una prueba más de que el fascismo siembra la confusión en las mentes que deberían ser capaces de manejar lo simbólico.

Podría pensarse que el antídoto a los procedimientos fascistas sería un discurso directo, un discurso que dijera los hechos de manera positiva. El restablecimiento de los hechos es absolutamente necesario pero no suficiente.

También es preciso intepretar los hechos. De allí la necesidad de obras de arte radicales. Les es inherente un proyecto político. Sade ha escrito textos obscenos pero no pornográficos. Su obscenidad ataca un orden político que lo aprisiona. No le alcanza con leer las literaturas provocativas de segunda categoría. ¡ Ellas ya son reflexivas!

Las escrituras que tienen un impacto político se basan siempre en un esfuerzo por renovar la forma. Es por ese esfuerzo que movilizan – tal como Kant con su Crítica – la reflexividad del objeto.

Sólo ese trabajo sobre la forma lleva al autor a relajarse, como suele decirse. Alguien que ha leído mucho a Thomas Bernhard me decía hace poco que la eficacia de este autor consiste en haber llegado a proyectar toda la rabia que tenía dentro de sí en los personajes de sus novelas y sus obras. ¡Y esa sí que no es una operación fácil !

Mencionaría también a otro autor del cual hablaré, quizás, la próxima vez. Es menos conocido.

Se llama Raymond Federman. Es escritor y profesor de Letras en la Universidad de Buffalo. Escribió una poetología de la escritura post-moderna con un título, para nosotros evocador : "Surfiction". Le debemos, además, artículos sobre S. Beckett, por ejemplo "La paradoja del mentiroso", referido a las contradicciones, las paradojas y al aspecto "anti-ficcional" en las novelas del poeta irlandés. Ha escrito igualmente textos y libros de literatura experimental, una literatura de la cual se ha vuelto, además, teórico.

Uno de esos textos lleva en francés el título "La voz en el arma rio de las escobas" . Es un texto sobre un acontecimento que el autor aborda sólo tardíamente y con muchas dudas.

Para cernirlo le fue preciso inventar los instrumentos de una escritura particular.

Cuando tenía trece años, en 1942 los alemanes detuvieron a su padre, su madre y su hermana en su apartamento parisino. A último momento su madre lo empujó dentro del armario de las escobas.

Ella, su marido y su hija fueron deportados para nunca volver.

Hasta la composición de su texto, R. Federman no había podido nunca escribir "su informe de mi supervivencia". Esta extraña distribución de los pronombres sucesivos ( "su" y "mi" ) indica a través de qué qué invención formal tuvo que pasar para resolver su problema : ¿ cómo transmitir un real semejante?.

A veces, también debe complicar su dispositivo gramatical : "en mi paradoja existe una falla entre el actual Yo errante sin voz en un paisaje provisorio de dos lenguas y el ser virtual al que Federman pretende hacer hablar... "

El simple relato verídico no se presta para decir lo que le había pasado a este muchacho de trece años que había pasado veinticuatro horas en un placard luego de que su familia fuera detenida para ser deportada hacia un campo de la muerte.

Tampoco la ficción lo haría mejor.

Las vías tradicionales de la escritura traicionaban siempre al niño aterrorizado por las miradas asesinas de los vecinos a la salida del placard.

Federman inventó, así, la escritura de una división particular. De manera algo apresurada se puede decir que el pronombre "él" designa al narrador, mientras que "yo" representa al muchacho que era. Pero "él" no puede advenir allí donde "yo" era. Federman escribe frases donde "él "comienza y "yo" prosigue. ¿Frases? No verdaderamente. Su texto es sin interpunciones. "Yo" critica a "él"

Este texto, del que Edmond Jabes dijo que era "un gran grito en la noche", despliega los impasses, los fracasos para decir lo que le había ocurrido a ese muchacho de trece años.

Su trauma no permite ninguna representación sino sólo la reflexión y el cernimiento de lo imposible de decir. El texto de Federman es un ejemplo de la reflexividad a la que el objeto apela cuando es real. La reflexividad del objeto desplegada en la escritura avanzada se opone a la política "obscena y feroz" del Superyo.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 13 - Julio 2001
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